25 de febrero de 2009

CINCUENTA CUENTAN










Entre bromas y veras, nostalgias y risas, cariño y entrega, hemos llegado a la entrada Nº 50.
(Fiuuuuuuu POM, fiuuuuuuu POM = lo siento, no tengo presupuesto para fuegos artificiales)

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Yo pensaba que, tras ocho meses de blog, cincuenta entradas no eran muchas, pero ya me ha dicho más de uno que le cuesta ponerse al día conmigo porque escribo demasiado.

También he recibido más de un tirón de oreja por hacer entradas demasiado largas. Ante esto debo decir que me afano en no extenderme mucho pero hay determinados escritos que requieren su espacio. Aunque siempre reduzco todo lo que puedo y elimino cosas ya escritas para abreviar, una vez trasladado el resultado a la estrecha columna del blog, sí, lo reconozco, me salen auténticas longanizas. ¿Qué puedo hacer ante esto? Nada, ustedes perdonen. Si me dejo recuerdos en el tintero para rememorarlos en otra ocasión cabe la posibilidad de que no los escriba ya.


Para conmemorar una entrada con un número tan redondo como el 50 tenía que escribir algo especial y se me ocurrió tras leer el argumento de una película en internet.
No sé si os habréis fijado que en inglés se suele utilizar la palabra Trivia para exponer determinados datos acerca de una película. No forman parte de la típica información que uno busca sino de aquellas curiosidades sin importancia (trivialidades, de ahí la palabra) que quedan recogidas como anecdotario de la misma.

Así, por ejemplo, se pueden encontrar cosas como : "El rodaje se tuvo que suspender durante dos meses porque un tifón destruyó todos los decorados" o "El productor propuso cambios de última hora asesorado por su hija de 9 años" o "Ante la falta de presupuesto, muchos de los extras negros eran blancos pintados con betún". Estas pequeñas cosas que casi nadie sabe tienen mucho encanto, ¿no creéis?



Eso es lo que pretendo hacer hoy yo: aportar una serie de datos banales sobre los entresijos de todo este cotarro. Cosas que no sabíais... hasta ahora.

Imaginad pues, que habéis buscado en internet datos sobre la película A la edad del diablo y os aparece lo siguiente:

A LA EDAD DEL DIABLO. Año 2008
Dirigida por JuanRa Diablo
Duración: 8 meses
Género: Comedia nostálgica
Protagonistas: familiares y amigos
Estreno en España: 3 julio 2008

SINOPSIS
Un joven aficionado a escribir y a fabricar longanizas a mano crea un blog en internet y descubre maravillado a un montón de amigos que le visitan y le dejan comentarios.

Hasta ahí nada que no supiérais ya. Lo bueno viene cuando aparece ese famoso letrerito que dice:

TRIVIA

1) El título de la película tan sólo se debe al hecho de haber nacido el director el 6-6-66. “Siempre se me ha asociado al diablo por esta razón – explica el director – Una vez en que se me pedían datos para rellenar una solicitud y dije la fecha de nacimiento alguien exclamó “Anda, la edad del diablo”, lo cual no es cierto pero me gustó para título del blog, digo de la película”


2) Tanto al padre como al hermano menor de JuanRa les da repelús tanta alusión al diablo. “Muchos pasarán de largo ante un título tan macabro y no te leerán – opinaba Fran – pues se creerán que esto es una secta satánica o algo así” a lo que JuanRa siempre ha respondido “Nada más lejos de la realidad. Aquí no se adora al diablo ni tengo tratos con él. Yo no tengo la culpa de que él sí que los tenga conmigo”



3) Una de las fotos que aparecen en el cartel muestra a JuanRa de niño con su abuela Francisca. “Era una mujer muy jovial y divertida. Creo que he heredado de ella una pizca de su sentido del humor. Recuerdo que me peinaba mojándome primero el pelo con mucha colonia, tanta que casi me ahogaba en los efluvios. Luego me daba besos tan fuertes, tan sonoros y tan seguidos que me desordenaba toda la cara, pero a mí no me importaba.

La echo mucho de menos”


4) La imagen principal del cartel anunciador es una foto digital que hizo JuanRa en un viaje a Castellón para visitar a su hermana. “Me levanté a estirar las piernas y me encaminé hasta el final del tren. Allí descubrí a dos niñas, seguramente hermanas, asomadas por la ventanilla mirando la vía. Llevaba la cámara en la mano y no lo dudé. La puse en tono sepia y disparé. Ni siquiera se percataron de que les hice esa foto.

No entiendo nada de fotografía pero es la foto más artística que he hecho en mi vida y cada vez que la miro vuelan mis pensamientos.


5) “¡Ehhh! ¿Hay alguien ahí? (...)

Según este viejo mapa debo estar dando los pasos correctos pero me siento tan inseguro en este nuevo mundo....¿Será verdad que hay tantas almas al otro lado de la pantalla?”

Así comenzó el blog de JuanRa, (la película, quiero decir)

6) Cuando se le pregunta a JuanRa cuál es la escena favorita dentro de su obra, no lo duda: “Postales desde Saltdean. Aunque me metí tanto en aquellos recuerdos que luego estuve tristón durante algunos días ante la evidencia de que aquellos tiempos no volverían más. Por otro lado recuerdo habérmelo pasado pipa escribiendo Espectros de celuloide.”

7) Al tan citado realizador no le gusta nada la palaba post (aunque se está acostumbrando ya a ella) Tampoco le gusta la palabra blog "pero no seré tan remilgado como para sustituirla por bitácora".


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Tres cosas antes de dar por concluido este post 50 (ya tuve que sucumbir ante la palabreja):

UNA: Que tenemos que cubrir toda España con más representantes de Adanes y Evas. Vamos gallegos, vascos, andaluces, etc. buscad la ventana lateral que se llama ENTRA A PECAR y haced la petición. No os olvidéis de que también tenemos un MUSEO DEL DIABLO.

DOS: Que no me cansaré de agradeceros la participación y los halagos recibidos durante estos meses y que tanto me congratulan ¡Sois geniales tod@s!

TRES: Que no podía venir en mejor momento para rematar esta entrada especial el que mi amiga Helena, natural de Badajoz pero viviendo ahora en Madrid, me envíe un premio. Helena tiene un blog con el sugerente nombre de Las 1001 noches y es de los primeros blogs que empecé a seguir. Muchas gracias Helena. Es un honor colocar esta distinción aquí hoy.

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Jo, de verdad que ya me iba pero es que he encontrado una cosa en internet que me ha gustado y quiero compartirla con vosotros. Por culpa de esto se me hará otra entrada longaniza, pero ya puestos, qué más da. ¡¡Longaniza para todos!!


Anagramas divertidos.
Mirad qué frases esconden algunos nombres:

Diego Maradona = Mago adinerado


Gabriela Mistral = Abriga mil letras


Mariano Rajoy = Animar rojo ya


Risto Mejide = Sí, dije temor


Isabel Pantoja = Antes loba pija


Clint Eastwood = Old west action


Linda Evangelista = Ladean vigilantes


Carlos Saúl Menem = Es consumar el mal


Axl Rose = Oral sex


Leonardo da Vinvi = Cardenal dió vino


Lionel Messi = Mil lesiones


Estefanía de Mónaco = Fea de amonestación


JuanRa Diablo = Dora un jabalí


JuanRa Diablo = Anidó la bruja.
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JuanRa Diablo = Brandi o jaula.

Hasta pronto !! (Fiuuuuuu POM Fiuuuuuu POM POM...)

20 de febrero de 2009

EL CAMPO: HOTEL CABRERATOR


Un día se marchó a Castellón a estudiar enfermería y en casa se notó el hueco inmenso que dejaba. Me estoy refiriendo a Ana, la mejor y más guapa hermana que tengo (el hecho de tener sólo una no tiene nada que ver)
En sus planes no estaba quedarse en aquellas tierras definitivamente, pero así fue, porque en ellas terminó sus estudios y en ellas surgieron el amor y el trabajo, que son dos cosas de tanto peso como para que empiecen a salirte raíces por los pies.
En aquellos felices e intensos tiempos de estudio compartió piso y convivió con tres chicas de su edad. Esas tres chicas que el azar cruzó en su camino se convirtieron en tres amistades de esas que se fraguan día a día a base de risas, discusiones, cocina, confesiones, llantos, sueños, peleas y abrazos. Se ataron tal multitud de pequeños lazos que cuando cada una hubo de continuar su rumbo se percataron de que era imposible desatar tanto nudo y que irremediablemente habrían de ser amigas "para toda la vida."

Y así, Alicia, Isabel y Ana Belén, no solo formaron parte de la vida de mi hermana sino que se colaron de forma arrebatadora en la de mi familia y se hicieron un hueco en el corazón de todos los miembros de la misma.
Si echo la vista atrás las veo en los acontecimientos familiares de importancia y en todos los buenos ratos que hemos pasado juntos tanto en Petrel como en Castellón.
Una vez, Alicia bautizó a nuestra casa como el Hotel Cabrera (también Hotel Cabrerator, en plan guasa) por la cantidad de gente que se alojaba allí de vez en cuando. Y es cierto, en el campo siempre ha habido una habitación preparada para cualquier huésped, esperado o no, y muchas veces, a falta de camas, se han utilizado colchones por el suelo o se han ocupado sofás como si de una comuna hippy se tratara. Pero allí nadie se ha quejado jamás del servicio del hotel, ni de la cocina ni de falta de atenciones porque la regenta (mi madre, la hospitalidad en persona) es una mujer cariñosa, inigualable e insustituible que jamás ha puesto una pega ni se ha amedrentado ante ninguna circunstancia por difícil que fuere. (En ese sentido los cuatro hermanos lamentamos no parecernos un poco a ella)

En este “hotel” se han planeado excursiones, se ha conversado delante del fuego de la chimenea, se han gozado los manjares de la señora madre, ha habido risas de las que hacen doler el estómago, muchos y variados juegos y grandes trasnochadas con improvisaciones grabadas en video.
Y también retos de difícil ejecución, como aquella vez en que (padres al margen) se propuso unitariamente no dormir en toda la noche. ¡Mortal de necesidad!
Fran, con absoluta entrega, preparaba tomate frito en la sartén con receta de elaboración propia y nos lo daba a probar a todos en cucharón... ¡ a las 5 de la mañana ! " ¡Pero cómo! - se extrañaba - ¿no os apetece?"
O aquella ocasión en que mi hermano Tomás se disfrazó como la criada negra de Lo que el viento se llevó y rodamos una telenovela que hizo historia porque quedó grabado en vídeo cómo se abrasaba la mano accidentalmente con la cafetera y, a pesar del dolor, seguía actuando. Yo, en mi papel de señorito, le acercaba una bandeja de boniatos para consolarla, y él, con su pañuelo en la cabeza, exclamaba furibundo: "Me quemo la mano y ¿sólo se le ocurre ofrecerme monicatos?" Allí hubo risas hasta caer al suelo.

Otro de los huéspedes que ha tenido el Hotel Cabrerator es Odd, el amigo noruego del que os hablaba la semana pasada. Tras conocerse, Fran y él intercambiaron números de móvil y un día se llamaron. Odd trabajaba como reportero fotográfico para una publicación de su país por lo que viajaba a menudo. Aprovechando que tenía que hacer un reportaje en Málaga quiso volver a visitar a aquel curioso compañero de viaje que tantos idiomas sabía. Del sur se trasladó al este y vino a hacernos una visita a casa, al campo.
Pasó unos días conociéndonos a todos, probando la buena cocina de mi madre que se servía en la soleada marquesina. Nos enseñó las fotos que había hecho por España, nos habló de su familia y de su país y se interesó por la idiosincrasia del nuestro.
Se alegró mucho al ver que en casa teníamos una vieja guitarra que nadie sabemos tocar y que él afinó para sorprendernos tocándola y cantando realmente bien (canciones de Bob Dylan, al que admira )
Mi padre daba todo de sí mismo para comunicarse con el escaso inglés que le queda de sus tiempos de estudiante y que le ha llevado a decir que sabe "inglés de perra" (bitch English) queriendo decir beach English ("inglés de playa"), ( aunque ahora que lo pienso: ¿cuál es el inglés de playa?) y mi madre, que sólo acierta a decir “Hello”, suplía esa carencia hablándole en español pero chillando, como si nuestro amigo fuera sordo, pensando que de esa manera sería más fácil hacerse entender.
- ¿Quieres que te prepare algo de comer?
- What?
- QUE SI QUIERES COMER!!
Menos mal que el lenguaje de gestos es universal (y algo milagroso) pues llegaron a entenderse bastante bien.
En fin, que al buen Odd, todavía poco acostumbrado al carácter abierto y cercano de los españoles, le hicimos sentir tan bien que cuando se despedía de nosotros lo hacía con lágrimas en los ojos.

Pero nuestro amigo noruego no tardaría mucho en volver a Petrel.
Y lo que son las cosas, de qué forma se puede cruzar en tu vida alguien que jamás hubieses imaginado. Me explico:
Se encontraba en Cuba esta vez. Escuchó cómo alguien hablaba en inglés en la recepción del hotel y se interesó por conocerle. Se trataba de un canadiense llamado Peter que llegaba para pasar unos días en la isla. Entablaron conversación y congeniaron tanto que Odd, sabiendo que Peter tenía muchos más días de vacaciones por disfrutar y que le apetecía conocer mundo, se ofreció como guía para conocer Noruega. (De Cuba a Noruega!! Igualitas ambas!!)
- Me encantaría - dijo Peter - ¿cuándo nos vamos?
- Cuando quieras, pero antes pasaremos por España
- ¿Por España? ¿Y eso?
- Quiero presentarte a un amigo y su familia. Merece la pena.
(Así nos contaría luego Peter que ocurrieron las cosas)

Y conocerle fue todo un acontecimiento. Imaginad : atravesaba las puertas agachándose dado lo alto que es, tenía unos rasgos faciales tan duros que daba miedo a la primera impresión , unos bíceps como cuatro brazos míos y unas manos que tortazo que pudiera dar, familia de luto.

Pero tras ese impresionante aspecto de hombre-roca descubrimos a un tipo sencillo, cordial y afectuoso que congenió desde los primeros minutos con todos nosotros. Para nuestra sorpresa se trataba de Peter Harris Kent, un actor especialista que ha sido el encargado de rodar las escenas de extrema acción y peligro de las películas de Arnold Schwarzenegger. ¡¡¡Quién nos iba a decir que conoceríamos a Terminator!!!
Y fue una gozada volver a ver en video Terminator 2 y que nos fuera contando en qué escenas era él y en qué momentos sufría accidentes y heridas (en la escena en que vuelca el camión de helio se fracturó el tabique nasal y otras cicatrices colecciona por su cuerpo)
Conocía algunas expresiones en español (tacos más que nada) porque la película Depredador la rodó en México y era muy gracioso oírle exclamar con acento mexicano “ No chingues” , “Vaya par de pendejos” y cosas por el estilo.
Y en casa nunca olvidaremos cuando Peter cocinó para nosotros. Preparó una cena deliciosa a base de salmón y un puré de patata muy bien elaborado. Cuando mi madre se empeñaba en entrar en la cocina para echar una mano, él decía:
- No, mami, aquí prohibido, yo cocino, tu descansas.
Y la cogía en brazos como si fuera una muñeca de trapo y la sentaba en el sofá del salón. La escena fue muy cómica como imaginaréis y nos reímos mucho.

Han ido pasando los años y el recuerdo y el afecto permanecen. Nos escribimos al correo electrónico y nos ha ido poniendo al corriente de sus logros como actor protagonista, cosa que siempre deseó y, últimamente, como productor.
Hace poco se casó y Odd asistió a su boda. Fran recibió las fotos que el noruego nos enviaba de aquel día especial y en ellas pudimos ver cómo Odd tocó la guitarra y cantó para él y su bella mujer, y Peter le escuchaba tan felizmente emocionado que en la foto`podíamos apreciar sus lágrimas.

En casa sonreíamos al verlas y comentábamos lo extraño que resultaba ver llorar a Terminator.

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He logrado colocar en el blog un tema extraído de una cinta que grabé una de las veces en que Odd tocó la guitarra para nosotros. Se trata de un tema que compuso él mismo y que acompañará por siempre esta entrada sobre aquellos felices tiempos de amistad en el Hotel Cabrerator.

17 de febrero de 2009

DIABLOGRAFÍAS 3

ESE MUNDILLO DE LA INFORMÁTICA...
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Y ahora es cuando entráis vosotros en acción.

Ponedle texto a esta última viñeta, que yo ya no me estrujo más el magín por hoy. Venga, que no se diga que no sois colaboradores. Os espero!!

11 de febrero de 2009

FRAN Y LOS IDIOMAS





(A ti, Fran.
Hoy voy a presumir de hermano)
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Lo de mi hermano Fran con los idiomas es asombroso.
Sin duda vino al mundo con el gran privilegio de tener facilidad innata para aprenderlos. Y, lo que tiene más mérito, de forma autodidacta.
Quien más o quien menos hemos sentido alguna vez interés por un idioma y hemos hecho nuestros pinitos con él.
Al principio es un acercamiento, un flirteo. Cuando la cosa se da bien pasamos a un romance con esa lengua y, si nos cae en gracia, puede llegar el día en que nos atrevamos a decir: Yo sé inglés, o francés, o ruso!!
Lo de mi hermano Fran va más allá de todo eso. Él empieza con ese primer acercamiento, ese tanteo, ese meterle mano. La cosa puede quedarse ahí y no llegar a mayores, pero como se enamore del idioma... ¡ se casa con él para los restos y le hace el amor a diario hasta el último subjuntivo !
Pero no se contenta con eso, no: juega a los médicos y le mira las entrañas, lo opera, le recoloca todos los morfemas en fila india y lo emparenta con todos los idiomas que tengan ese mismo ADN. Y eso, amigos, reconozcámoslo, no lo hacemos nadie.

Ya de pequeño, y cuando digo pequeño digo 2, 3, 4 años, ( yo soy 7 años mayor) le solíamos encontrar con un transistor pegado a la oreja y cuando nos interesábamos en averiguar qué escuchaba descubríamos que estaba atento ¡a una emisora árabe! Le gustaba mucho ese sonido, ese parloteo cantarín de almeja jalama maljalajabía del que no entendía ni jota pero que llamaba poderosamente su atención.
Hoy por hoy, tantos años después de aquella anécdota de su niñez, es el árabe el idioma que vuelve a tener entre manos. Lo habla, lo escribe, ¡¡ lo canta !! y ya ha tenido oportunidad de entender y hacerse entender por alguno. Como es obvio, su familia y amigos flipamos con él.

Durante una temporada vivió en Barcelona. Mi madre es valenciano parlante, como lo fueron mis abuelos maternos, pero en casa siempre se habló en castellano. Así que los hijos apenas chapurreamos el valenciano. Todos menos Fran, claro está, que no sólo es que habla el valenciano y el catalán a la perfección sino que sabe distinguir de qué zona es un individuo por su acento.
“Este es mallorquín, aquel del interior de Castellón y el de más allá es leridano, de los pueblos del Pirineo” (A mí no me extrañaría que si le echan el aliento averiguara hasta la calle donde viven)
A veces nos dice cosas como que ha leído El nombre de la rosa en catalán o Los pilares de la tierra en inglés. (Solo de pensarlo me entra asma.)
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La imagen típica de Fran es la de encontrarle rodeado de libros abiertos. Tú llegas, le saludas y él alza la vista un momento y te dice alguna frase incomprensible. Mi amigo Juan Luís pone entonces voz de anuncio de la tele y exclama : “Fran sólo es Fran si pone la marca FRAN. Desconfíe de imitaciones”
Y es que, además, Fran no se da por satisfecho hasta que comprueba por sí mismo que es capaz de comunicarse con un nativo con soltura. Y para esas cosas no escatima a la hora de practicarlo in situ.
Hace unos años quiso aprender vasco y ¡la madre que lo parió!, aprendió vasco. Llamó a una librería de Euskadi y pidió libros de auto aprendizaje por encargo. Unos meses después volvía llamar para pedir más y ya lo hacía en euskera. La chica que lo atendió no se creía que fuera la misma persona y se quedó maravillada por el logro. Pero eso no le mató el gusanillo. Hizo una escapada por el País Vasco y Navarra. Recorrió el Valle de Baztán y pernoctó en Zugarramurdi. Los vascohablantes con los que se comunicó no terminaban de creer que el que les hablaba era un alicantino que quería practicar su idioma. ¡Un idioma tan difícil como el euskera!
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A Laura, tanto de novia como siendo ya su mujer, no sólo no le ha molestado nunca que su marido no suelte un libro en sus ratos libres sino que le alienta a que se instruya todo lo que quiera. ¡Santa paciencia, bendita mujer!
En su viaje de novios estuvieron en Kenia y Tanzania. A la vuelta, Laura nos contaba sus impresiones sobre aquellas gentes, las playas de Zanzibar, los paisajes, los animales... Fran también venía enamorado de todo aquello, pero sobre todo y para variar, loco por el swahili. Y como no encontró libros ni textos con los que aprender el idioma, los buscó en internet. Fue difícil y, al principio sólo dio con unos manuales escritos por unos misioneros evangelizadores de Africa. Pero fue la primera llama de una pasión incombustible.
Una vez conseguidos, los estudió con una entrega tal que en pocos días ya conocía cómo se estructuraba esa lengua que considera apasionante.
En un veraneo con él, yo le tomaba las lecciones y comprobé cómo aprendía una media de 100 palabras al día y, ya veis, yo sólo me he quedado con que camiseta se dice fulana, y que hakuna matata es el equivalente al Don’t worry, be happy!
Y además os puedo decir que he sido testigo de una larga conversación telefónica de mi hermano con un tal Mateso Ndimbo, un emigrante tanzanés que vive (o vivía) en España. Los que estábamos presentes nos quedamos petrificados escuchándole, con los ojos como platos. Parecía que estuviéramos viendo una película de Tarzán, de esas en las que solía aparecer un negro gesticulante que se ponía a hablar a toda velocidad. Costaba creerlo. Daba incluso miedo.. "Makala yoyote, kutoa makosa lugha, kutohoa yua maneno na kuendeleza na kukuza ma wakata"
Cuando colgó estallamos en carcajadas y aplausos porque Fran volvía a rebasar la línea del "más difícil todavía".

Estas particularidades tan extremas de mi hermano le han llevado a muchas situaciones realmente divertidas que me gustaría contar si no fuera porque me extendería demasiado, pero ya que no se anima a crear un blog donde contarlas él mismo, quiero dejar patente alguna.
Visualizad ésta que os pongo como ejemplo.
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Año 1994. Estación de tren de Albacete. Fran se dirigía a Sevilla donde estaba estudiando. Le llama la atención el acento de una conversación entre dos jóvenes noruegos próximos a él. Ni corto ni perezoso se acercó y les preguntó si eran noruegos y le respondieron que sí. Entonces allá que va nuestro Fran y les suelta a bocajarro:
- Y qué variedad del noruego habláis, ¿el nynorsk o el bokmälsnorsk?
A aquellos tipos se les mudó el rostro y quedaron con cara de decir "de dónde coño ha salido este?", pero Fran quiso integrarse y les empezó a decir frases en noruego e incluso les cantó un extracto de una canción tradicional nórdica (para entender cómo sabía mi hermano esas cosas... buf, es que ni yo me lo explico, simplemente hay que conocerle) Entonces pegaron incluso un brinco de sorpresa y eufóricos comenzaron a reír. Claro, ¿cómo era posible una aparición así? ¡Esas cosas sólo ocurren en programas de cámara oculta!
Supongo, para hacerme una idea, que sería como si yo estuviera, digamos, en Vietnam y al decirle a un vietnamita que soy español de la Comunidad Valenciana se pusiera a cantarme "Baixant de la Font del Gat" o a tararearme el Paquito Chocolatero. O te mueres o te mueres.

El caso es que aquellos noruegos, Odd y Morten, pasaron un rato agradable con Fran, charlando en inglés.
Hoy Odd es un buen amigo de la familia, ha estado varias veces en nuestra casa de campo de Petrel e incluso asistió a la boda de Fran y Laura.
¡Qué cosas tiene la vida!
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Pero de él y de otros amigos extranjeros que Fran nos traía a casa, ya os hablo otro día.

5 de febrero de 2009

ENTREVISTA CON EL DIABLO (Final/ Rabo)


ANTES DE DAR PASO A LA TERCERA Y ÚLTIMA PARTE DE LA "ENTREVISTA CON EL DIABLO" ME COMPLACE ANUNCIAR CON UN GOZO QUE SE ME SALE POR LAS OREJAS QUE HOY TENGO UN BONITO ADORNO CON EL QUE DECORAR ESTAS PAREDES: LA DISTINCIÓN COMO BLOG DEL DÍA.
LO DEDICO A TODOS LOS QUE PASAIS POR AQUÍ PORQUE SOIS LOS QUE EMPUJAIS EL CARRO PARA QUE SIGA ADELANTE.
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GRACIAS A CAPAZOS !!
(Y ya sabéis, desde ahora el 5 de febrero es San Diablo. Sí, sí, podéis tocar el premio, pero a ver si lo vais a romper...)
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Ahora pónganse en mi situación para hacerse una idea aproximada del terror que yo sentía. Completamente a oscuras, en un lugar en el que no se hubiese encontrado a gusto ni María Jiménez y escuchando blasfemar con furia al diablo por mi segunda metedura de pata.
No me llegaba la camisa al cuerpo.
El único punto de referencia me lo daba el líquido fluorescente de la copa de mi anfitrión iluminando en todo momento su mano. Pero para agravar mi angustia podía verla a intervalos como una delicada mano unas veces y como una repugnante garra en otras, por lo que mi deseo de abandonar aquel lugar aumentaba cada segundo.
Mi cuerpo estaba en tensión, luchando contra una fuerza intangible que me presionaba. Tuve la certeza de que me poseería si me relajaba y la fuerza que hice para evitarlo me hizo sudar a mares. Me levanté y anduve a ciegas buscando otro refugio con desesperación.
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Cuando la luz inundó de nuevo la estancia, el Diablo estaba frente a mí. Esta vez perfectamente trajeado, con corbata, peinado el cabello hacia atrás con fijador y un cigarrillo entre los dedos. Nos mirábamos fijamente a los ojos, manteniendo la mirada como un desafío. Intuí que él era consciente de que yo, en una milésima de segundo antes de que se iluminara todo, había visto su verdadero aspecto. Un cuerpo de piel roja brillante, encorvado y huesudo, con grandes cuernos en espiral.
Y así, mirándonos sin pestañear, casi éramos capaces de leernos el pensamiento.
No, no me haría daño porque me estaba utilizando. Yo era el instrumento para sus propósitos y me dejaría marchar. Podría muy bien decirle que ya era la hora de irme y largarme de una vez de allí, pero una punzada de dignidad y amor propio me impulsó a decir:
- Podemos continuar la entrevista si te parece
Y el diablo sonrió mostrando una dentadura perfecta.
- Eres el profesional que esperaba. Prosigamos, amigo mío.
Volví hacia la mesita entre los sillones para coger mi grabadora. La inscripción de los ceniceros aparecía esta vez en hebreo y Jesús Gil vestía ahora de jeque marbellí (árabe quiero decir)
- Ven por aquí. Te enseñaré toda mi casa.
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Un cambio sustancial en el infierno me salió al paso: no había más que un único ordenador y ahora el rocoso techo era perfectamente visible, iluminado de amarillo. Gran cantidad de cuerdas, que acababan con una pequeña campana atada, caían en vertical desde lo alto. De vez en cuando sonaba alguna.
Nos pusimos a caminar.
-¿Qué significa todo esto? - pregunté
- ¿Las campanas? Me avisan cuando recibo un mensaje en el blog.
- ¿Y por qué hay tantas?
- Cada una viene de un lugar diferente
- ¿Quieres decir que todos esos agujeros del techo llevan las cuerdas hasta…?
- Fumarolas – me interrumpió – No se llaman agujeros, sino fumarolas.
Pasé junto a una cuerda cuya campanilla estaba llena de polvo y telarañas.
- Parece que ésta lleva tiempo sin sonar, ¿no?
- Ah, sí, la de Londres. Estás en lo cierto. Nadie es capaz por el momento de encontrar los dibujos escondidos en aquella ciudad en aquel reto que propuse.
- ¿Crees que alguien lo conseguirá?
- Estoy seguro. No pierdo la fe – dijo con una irónica carcajada.
Nos aproximamos a una puerta entreabierta y JuanRa Diablo la cerró al pasar.
- Es la bodega- dijo- Te la mostraría gustoso pero está donde el diablo perdió el poncho. Hay que bajar más de cien escalones.
Mis pies dieron una patada a algo que no había visto y al bajar la vista descubrí que era una lata vacía de Coca Cola
- ¿Coca Cola? ¿No me dijiste que…?
- Es de contrabando. No me privo de lujos. Me la consigue un tal Borja, desde el Otro Lado.
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Un impresionante óleo de grandes proporciones se distinguía en una pared del fondo. En él aprecié a un hombre que besaba apasionado a una mujer y me maravillé por la belleza del conjunto. Jamás había visto un cuadro tan maravilloso. Sin embargo, al acercarnos, me percaté de que tan sólo era un poster de Jesús Mariñas y Karmele en actitud cariñosa. JuanRa me miraba de reojo con una risita socarrona que le devolví sin ganas.
- Mira, este es el lugar que quería mostrarte – dijo abriendo una nueva puerta - Es una habitación vacía que me ilusiona especialmente porque la quiero convertir en museo. En mi museo.
- ¿Un museo de qué?
- Ya te lo he dicho. ¡Mi museo!. El Museo del Diablo. Toma nota, toma nota. Dale publicidad en tu diario, que los lectores busquen ese rótulo y entren para saber de qué se trata.
- ¿Y de qué se trata?
- Si te lo digo ahora matamos el misterio. Entra en el blog, y que entre todo aquel que quiera y lo descubra por sí mismo. Me hace mucha ilusión, amigo, me alimenta… Oye, a todo esto, no hemos comido nada, acércate a esta mesa y pica algo hombre. Lo tenía preparado para ti. Con los jodidos apagones lo había olvidado.
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Estuvimos comiendo delicias que no había probado en mi vida pero no me atreví a preguntar por sus ingredientes.
Me saturó mientras tanto hablando sin parar de sí mismo, de lo maravilloso que era, de lo bien que se conservaba, presumiendo de su blog , alardeando de un premio que le habían mandado desde las Islas Afortunadas al que sacaba brillo todos los días y hasta de lo caro que era el perfume que usaba, pero me permitirán ustedes que no les reproduzca de nuevo tantas dosis de autobombo por parte de un ser que no hacía más que mirarse al ombligo.
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Llegado el momento, nos despedimos delante de los ascensores. Me agradeció efusivamente la visita obligándome acto seguido a que tomara su ascensor privado. Se mantuvo de pie frente a mí con la mirada fija en mis ojos mientras las puertas se cerraban lentamente. En el filo más estrecho entre ellas, antes de desaparecer de mi vista definitivamente, pude apreciar cómo su amplia sonrisa mudaba a una mueca de asco y odio.
Ascendí hastiado de la experiencia, cansado, irritado por su falsedad e hipocresía.
Esa noche no dormí bien. El calor no se esfumó de mi cuerpo ni después de una larga ducha fría. Parecía que tenía brasas en el tuétano de mis huesos.
Para colmo de males, en mi cabeza había quedado atrapada la machacona melodía que había escuchado en el hilo musical del ascensor
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...no tiene moral y es difícil de saciar
Te gusta y todo lo das

No, no, ni hablar, no voy a caer
Vete tú a saber, vete tú a saber
Ron con Coca Cola….

A la mañana siguiente en la Redacción tenía una jaqueca del quince y la sensación de haber cenado demasiado. Entonces pude recordar que había devorado aquellos manjares con gula, con ansiedad, con un ímpetu irrefrenable.
Transcribí toda la entrevista y la dejé preparada para que la publicaran cuanto antes. Esperaba que al menos, cuando llegara mi jefe, me felicitara por una primicia tan meritoria.
Ensimismado en mis pensamientos, me vino un recuerdo que casi había olvidado. Antes de despedirnos, JuanRa Diablo me dijo:
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- Por cierto, amigo, no me has dicho tu nombre
- Ah, me llamo… – y sólo entonces me percaté de la coincidencia - Soy Juan Ramón
- Vaya, hombre – exclamó con una maquiavélica sonrisa- al final vamos a ser más parecidos de lo que esperaba …
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Cuando mi jefe llegó, tarde como siempre, le miré con desprecio y le saludé en hebreo.


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La otra ENTREVISTA en el BLOG DEL DÍA pinchando AQUÍ
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