El pasado 9 de marzo
viví una jornada que yo describiría como un intenso viaje en
el tiempo (y sin necesidad de máquina transportadora)
Todo comenzó unas
semanas antes, cuando la mujer de un amigo me llamaba para invitarme al
cumpleaños sorpresa que le estaba preparando para ese día.
Juan Antonio, a quien
siempre hemos llamado el Zorro, cumplía
40 años y la idea era sorprenderle con
una fiesta en la que se reunirían familiares, amigos y compañeros de trabajo.
Ese sábado salí de
Yecla hacia Elda con muchas ganas de asistir, pero también un poco nervioso
ante ese reencuentro después de varios años sin vernos.
Por el camino iba
rememorando la gran cantidad de buenos momentos que vivimos juntos en nuestra
juventud, cuando éramos como uña y carne y nos veíamos a diario.
Eran los tiempos en
los que quedábamos en el Bar El Taxista, el punto de encuentro al que iba
acudiendo la peña de amigos.
Los tiempos de salir de bar en bar por el casco
antiguo de la ciudad y rematar la noche yendo a alguna de las discotecas de
moda de las ciudades de los alrededores.
Los tiempos de quedar
todos cada tarde en el césped de La Melva, con pipas y cervezas, y de reírnos
hasta de nuestras sombras, o de algún que otro domingo de monte, por el Rincón
Bello, con carne para asar, calimochos y más risas.
Los tiempos de emparejarse; de salir, de cortar, de volver a salir...
Por aquellos años me
llamaban Juan el Rápido, con todo el recochineo del mundo, porque no era capaz
de sobrepasar los 90 kms por hora al conducir. Aún hoy es raro que llegue
alguna vez a los 120. Y es que me aterra la velocidad. No lo puedo evitar.
Todos estos
recuerdos, y muchos más, me acompañaban en el viaje.
Llegué a las 13h, una
hora antes de la que estaba previsto que apareciera el homenajeado, y me
encantó cómo había sido montado todo.
El edificio donde
vive tiene una gran explanada trasera con barbacoas. Allí se había colocado una
larga mesa y había alguien preparando una enorme paella. Sonaba música y todo
estaba decorado con globos y carteles de felicitación.
Nos saludamos los
conocidos con mucha alegría, con el
entusiasmo de volver a vernos y con esa extraña sensación de que, a pesar de
los años transcurridos, no había pasado tanto tiempo. Y por eso nos dijimos todo aquello de "¡No
has cambiado nada!" "¡Estás igual!", "¿Cómo lo haces?
¡Sigues igual de joven!"
Todavía no sé muy
bien cómo se pueden decir esos embustes tan de corazón.
La prueba evidente de
que sí había pasado el tiempo fue cuando descubrí que en una larga pared habían
colocado un gran número de fotografías de mi amigo, y entre todas las imágenes
de niño, de adolescente, del día de su boda y con su hija -a la que conocí ese
día-, yo aparecía en algunas de ellas. De repente me vi cara a cara conmigo
mismo junto a aquellos amigos de entonces y me encontré retrocediendo en mi
vida, encontrándome al paso con más y más recuerdos que tenía olvidados.
Y qué jóvenes, qué
caras de pipiolos, qué semblantes tan felices y despreocupados, ¡y qué
pelucones, la madre del cordero, qué pelucones!
Dicen que los hombres tendemos a estropearnos con los años al echar
barriga y perder pelo. En mi caso, con lo que me gusta comer, y teniendo un trabajo tan sedentario como el mío, mantengo milagrosamente la
barriga a raya. En cuanto a lo otro... bueno... pues... qué día tan soleado nos
salió. Fue perfecto.
Un amigo que se
encontraba con el Zorro, entreteniéndole para que todo resultara según lo
previsto, iba mandando mensajes para
avisar de sus movimientos.
Hasta que por fin llegó el momento en que el Zorro se acercaba
a su casa, ignorante por completo de todo lo que se iba a encontrar, y todo el
gentío allí presente le esperábamos escondidos en la explanada, preparados para
cantar.
Se quedó de piedra,
con una mezcla de incredulidad y emoción en la cara.
Y qué sorpresa al
verme. Tras el abrazo, fue el único que
me habló con sinceridad: "Te veo más viejo, ¿no?" A lo que le
contesté con todo el cariño, ¿Por qué no te vas a la mierda un rato? xD
Ese viaje en el
tiempo del que hablaba, transcurrió en total armonía hasta la noche, mientras
nos poníamos al día de mil cosas, nos enseñábamos con orgullo fotos de nuestros
hijos y hablábamos de los avatares de la vida, con sus penas y alegrías.
No me sería
posible contar aquí tanto, pero sí quiero reproducir algo que nos hizo reír mucho.
- ¿Te acuerdas aquella
vez - me dijo de repente el Zorro- que veníamos de la playa y te pusiste a
adelantar a un camión? Y el del camión se puso a acelerar y no había manera de
que le pasaras. Y al final, te cabreaste y apretaste el acelerador, ¿te
acuerdas? jajajaja
- Claro que me acuerdo,
y ya sé por dónde vas.
- Es que no se me
olvidará en la vida, porque te miré a la
cara y por poco me meo encima, jajajajaja. Tenías una cara de susto que no
podías.
- Y tú poniéndome más nervioso, venga de decir,
"¡Ay, ay ,ay, Juanillo!, ¡¡que vamos a despegar!! ¡Que estamos a punto de
despegar!
- Jajajaja, y me
acerqué a mirarte la cara para ver si te caía alguna gota de sudor por la sien.
¡Es que tenía que haber por allí una gota de sudor!
- Y luego lo contabas a
todos descojonao de la risa, cabrito.
- Ay, es que fue
buenísimo. Una cara de velocidad que llevabas...
Cerca ya de la
despedida, arranqué un trozo de mantel de papel y redacté un contrato en el que
impliqué a Jose, Juan Antonio y yo, los tres amigos de la Peña del Taxista,
allí reunidos, para que nos comprometiéramos a vernos más a menudo.
Porque uno se mete en
la vorágine de la vida y los años van pasando y se nos olvida
que de vez en cuando conviene rejuvenecernos con las risas compartidas y los recuerdos en común.
Y que al volver a
vernos siempre es un gozo que le digan a uno aquella bella mentira: "¡Joder, si es que estás igual!"
Sí, vale, pero ay, aquella bella ignorancia de antaño...
18 comentarios:
Estos reencuentros producen una mezcla de alegría, nostalgia... un sentimiento un poco raro. En muchos casos parece que nunca hayas dejado de ver a esa persona aunque hayan pasado años :)
saluditos
Qué malo es la sinceridad, qué bien se vive en un mundo de hipocresía y donde se dice y se escucha lo que se quiere oir y que los demás oigan, o no???
Txema Rico.
Que bueno reencontrarse con el pasado, con las personas que estuvieron en el, y ver que aún hay buen rollo, con tantas anécdotas divertidas, riendo con las andanzas de la adolescencia y juventud.
Lo de envejecer es inevitable pero apuesto a que esa noche rejuveneciste de toda la risa y el buen humor que gastaste en ese cumpleaños. Y ¿sabes?, es una suerte poder reunirse así y seguir conservando los amigos del pasado.
Saludos
:)
PD Las fotos son totalmente noventeras, ¡que moda!, jaja. Parecéis los New Kids on the block.
Genial el reencuentro y los looks!!
Vaya, vaya, así que el rápido volando sobre cuatro ruedas, hay que ver...
Os deseo salud para mantener ese contrato y seguir viendoos "igualitos, igualitos que antes"
Abrazos
Yo no se lo que me pasa que cuando me miro al espejo... chico, me veo igual!!!!.
Claro luego viene la sinceridad de mi hijo y me dice:
-Yoli ( me dice así) esto que tienes aquí delante... no debería de estar más arriba???
- O... Yoli, estás un poco arrugaica!!
Ya se que es maravilloso mi hijo!!
Claro yo me miro, compruebo las posiciones de todo mi cuerpo y pienso: Estoy igualica!!!
y es que yo creo que me siento así porque todavía anda por ahí ese
" principito que nos hace reir"
Y aunque el tiempo pase y la gente nos diga la verdad o una amorosa mentira una se siente increiblemente bien, o son.... escusas propias de los adultos por querer justificar el mundo real?
¡Vaya pintas! Echemos la culpa a los 80... bueno, ¡o a los 70! Jajaja.
A mí aún no me ha llegado la hora de esos reencuentros. Ya tengo mis años, hace un par hicieron una cena los del colegio pero no pude ir. Aún así, vi fotos y la peña estaba poco cambiada. Tiene que llover todavía. Dentro de diez o veinte años sí será mítico, como te pasó a ti.
Un abrazoooo.
jajaja, como has puesto lo del apodo "el rápido" justo después del tema de los ligues ("salir, cortar, volver a salir") ya pensaba que el Diablo de joven había sido todo un rompecorazones!! jaja
Bah, yo te he reconocido en las fotos sin problemas, así que tampoco será tan grave el asunto... ¡Aún no tienes que preocuparte!
Tengo la suerte (o la desgracia, que eso nunca se sabe) de tener los mismos amigos de la infancia. Así que no puedo opinar mucho.
Aunque eso sí es un consuelo a veces ver fotos antiguas, las pintas que llevábamos, o que se llevaban para consolarse un poco por el deterioro típico de la edad, que si barriga, que si canas, que si calva, que si...
Pero claro vez la moda ochentera, por ejemplo, y agradeces haber superado esa etapa.
Y ya sabes que el diablo sabe más viejo que por diablo.
Saludos
La vida debería estar llena de momentos así de bonitos.
Un besote
Lillu:
Es así como dices, algo perturbadoramente agradable.
Y el tiempo... uff, porque no solemos ponernos a hacer cuentas, pero basta con que alguien diga "¿Sabes cuándo fue la última vez que nos vimos? Pues en la boda de tal" Y entonces calculas por la fecha y te percatas de que han pasado varios lustros. Ese es el momento en que se te caen los cuadros encima xDD
Txema:
??? Hombre, el espíritu de la entrada no es el de hablar de sinceridad o hipocresías sino el de plasmar aquellos tiempos y unirlos a los de hoy.
Ana:
Si es verdad que reír rejuvenece, esa noche me sacudí de encima un par de años o más. Lo mejor es que otro de ellos cumplirá pronto los 40 y reunirá a otros que no estuvieron allí ese día. Otra vez a quitarnos años, jeje.
¿Has visto? Los New Kids vuelven a la carga, esta vez se hacen llamar The New Kids ON THE BLOG. ;)
O Suso:
Jajaja, me has recordado aquello de Igualico igualico que el defunto de su agüelico" ¿te suena?
Y como suele decirse: Y usted que lo vea :D
yolanda:
Ah, Yoli, es que igual ignoras que tienes la clave secreta de la eterna juventud. Porque uno es todo lo joven que es capaz de sentirse. ¡Dí que sí, eres de las mías!
Y lo que hace tu hijo es sujetarte un poco la cuerda para que no subas mucho más allá de las nubes, jeje
A ver si llegamos a ser venerables y jóvenes ancianitos. Eso sería algo grande.
X:
Parece que las pintas no os han pasado desapercibidas a ninguno :D
Las tres fotos son de los 90. La primera es del 6 del 6 de 1990, celebrando mis 24. Soy el que está en el centro y al que un graciosillo me está poniendo los cuernos. Se ve que intuyó al diablo en el que me convertiría. xD
Y hablando de diablo (viejo y sabio) te diré que vivas con intensidad día a día, porque esos diez o veinte años de los que hablas pasan... cómo te diría yo... que te pones a hacer cualquier cosa y ya han pasado. ¡En serio!
La velocidad del tiempo es una incógnita. Más le valdría correr como yo al volante.
Speedygirl:
Tu supervelocidad se adelanta a los acontecimientos xD
Pero no, Speedy, diría que he sido más veces roto que rompedor. Y pavillo (aunque esto se fue curando con el tiempo)
Ther:
Muy bien, Ther, ¡un comentario perfecto! Ve pasando a la sala de los premios y elige el que quieras. (¡Se agradece! :)
Sese:
Dicen que solo en una ocasión nos visitaron de incógnito seres extraterrestres. Parece ser que fue en la década de los 80 y que tras echar un vistazo salieron pitando de aquí y no quisieron volver más.
Yo solo digo lo que dicen :P
Supongo que ya conoces cómo debería ser la vida según Quino
Esa sí sería una forma de vida inteligente y perfecta xDD
Amig@mi@:
Así es, y aunque en la vida surgen siempre momentos especiales, el verdadero mérito es saber apreciarlos, ¿no crees?
Ay ay ay que me agarra el viejazo de pronto! Es muy lindo mirar hacia atrás y volver a reír con una mano amiga en el hombro. Es dos veces más intenso y crea nuevas perlas-recuerdos para la Cajita de Memorias Lindas.
Hay veces en que mirando fotos no puedo creer que yo haya sido la protagonista de mi vida. El tiempo es un maldito escapista!
Saludos soleados
¡Increíble esa experiencia! Y lo sé porque precisamente hace unos años un grupo de amigas del cole volvimos a reunirnos y hemos formado un Club, con blog y todo, y ahora quedamos para cenar tres veces al año y es genial, hemos retomado la amistad allá donde la dejamos ¡después de 30 años!
Tú no te preocupes que aún se te reconoce en las fotos, jeje.
Sobre la última foto, que me encanta, creo que no me importaría nada ser un poco más tonta cada día ¿o ya lo soy?
Buen finde :)
Estimado Diablo:
No era mi intención desvirtuar el espíritu de este post. Simplemente que me pareció oportuno ese comentario sin más por el hecho que a veces tenemos el dilema en ese tipo de reuniones sociales de si ser sinceros o no..
No me hagas mucho caso...jajaja..tendría un mal día.
Txema Rico
Me encanta reencontrarme con los viejos amigos. Recuerdas todas las cafradas que has hecho, los ves con hijos y preocupados de que hagan esas mismas cafradas, los ves con achaques, pero los ves igual que antes porque son ellos, están ahí debajo, bajo ese manto de sabiduría de las canas o de la falta de pelo. Los miras fijamente y ves a los mismos chavales traviesos de antaño, y cuando llevas un rato hablando te sorprendes comportándote como lo hacías hace años.
Hay una cosilla que no entiendo. ¿No era una reunión de amigos?
Es que si primero te dice que estás más viejo y luego te hace rememorar un momento agobiante, en el que además se dedicó a agobiarte más, y no solo te lo recuerda sino que se recrea en ello con contumacia ... con amigos así no necesitas enemigos.
Ya, ya comprendo que te lo decía con cariño... pero es que hay cariños que matan.
Bueno, como eres tan noble, te lo tomas a bien y disfrutas de la situación, te felicito por ello y me alegro de que pasaras un rato tan bonito.
Valentina:
Cómo me ha gustado eso de que el tiempo es un maldito escapista. :)
Creo que para el tiempo aún no ha sabido nadie encontrar la definición perfecta. Es la cosa más indefinible del mundo (¡y creo que se aprovecha de ello para burlarse de nosotros!)
Montse:
Ostras!! Te felicito por esa oportunidad de reencuentro con compañeras del cole. No hay dinero en el mundo que pague semejante satisfacción.
Brindemos por no dejar de ser un poco más tontos cada día :D
Txema:
Comprendido ahora, Txema. Un abrazo hacia l'Almafra :)
hitlodeo:
No puede quedar mejor definido, Hit. Diría que has escrito lo que merecería ser el prólogo de un libro sobre las viejas amistades.
Ángeles:
Pues si te contara cómo reaccionaron el día en que me multaron por exceso de velocidad (en una recta en la que había un radar y había que circular a 60, yo iba a 70 y hubo multa al canto)
El pitorreo duró años. Literalmente.
Pero te aseguro que se han reído conmigo, no de mí.
Que buenos recuerdos!!!!!!!!!!!! .. siempre es bueno encontrarse con los viejos amigos (no los amigos viejos =P) jajajaja
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