23 de noviembre de 2016

ZAMPÁNDONOS EL MUNDO

Hay en Internet una serie de juegos que han despertado mi vieja afición por conocer todos los paises del mundo y sus capitales. Y he de decir que me maravilla cómo en unas pocas semanas mis conocimientos sobre geografía (y los de mi hija) han aumentado... cómo diría yo... ¡¡Mogollón!!

Todo empezó con un reto a Aitana: el que llegara a señalar todas las comunidades autónomas de España.
No le costó mucho lograrlo, a pesar de que al principio solo sabía dónde estaban Murcia, Madrid y las Islas Canarias.

Contenta ella y satisfecho yo, el reto creció a que fuera capaz de señalar en el mapa las 50 provincias y las dos ciudades autónomas.
¡Y también lo consiguió!
Lo que más le costó fue recordar las del interior, las de las dos Castillas; también se confundía con Álava y Ávila pero terminó memorizándolas todas.
Y lo hizo casi sin darse cuenta, de la mejor manera que pueden aprenderse las cosas: jugando.

- A ver, Aitana, - le digo en ocasiones ante un mapa en blanco - ¿dónde está Asturias? - Y la señala a la primera.
Otras veces tiene que repasar la zona.
- ¿Granada?
Y comienza a señalar de izquierda a derecha. “Esto era Huelva, aquí Sevilla, Cádiz, Málaga... ¡aquí!”

Pensé que era suficiente con que supiera estas cosas que aún no han dado en el colegio, y me puse a indagar por mi cuenta todos estos juegos.
Me pregunto qué tendrán los mapas mudos para que me atraigan de esta manera, porque recuerdo que desde bien pequeño me han llamado poderosamente la atención. Los globos terráqueos, los mapamundis , los mapas sobre geografía física o política... todos son atractivos. 
Y me parece a mi que a Aitana le ocurre lo mismo pues cada vez que me ve jugando con ellos, se queda observando.
- ¿Me dejas que lleve yo el ratón? - me dijo un día – Tú me dices dónde están y yo le doy.
Y así lo hicimos.

Al día siguiente, al volver del trabajo, la encontré jugando ante el mapa de Europa.
- Mira, papá, no he tenido muchos fallos.
- ¿¿En serio??

Sentados a cenar tanteé cuánto había aprendido.
- A ver, si yo te digo un país, ¿eres capaz de decirme otro que esté al lado? - le propuse
- Vale, dime.
- Andorra
- ¡Qué fácil! Entre España y Francia.
- ¡Muy bien! ¿Paises Bajos?
- Sí, Bélgica
- ¡Olé! - exclamé tan sorprendido como contento.
- Moldavia – solté de golpe dando por hecho que ni por asomo sabría contestar.
- ¿Moldavia? Ay, a ver...
- Da igual, – le dije- ese era muy dificil, te digo otro.
Imaginad la cara que se nos quedó a todos cuando la oímos decir.
- No, espera... ¿Moldavia es ese país alargado que está al lado de Ucrania, cerca de Rusia?
No pude evitar ponerme a aplaudir, y su hermano y Apamen la miraron cómo si de repente se hubiera convertido en un alien de dos cabezas.
- ¡Pero niña! ¿¡Cómo has aprendido tanto!?

Unos dias más tarde me demostraba que efectivamente tampoco el mapa de Europa tiene ya secretos para ella. En los últimos intentos solo se le resistieron algunos paises de la antigua Yugoslavia y confundió Hungría y Rumanía, pero cuando pienso que hace solo unos días no conocia nada de esto, no salgo de mi asombro.

La cosa no ha quedado ahí, por supuesto. Viendo que este tipo de juegos le atraen y que se divierte con ellos tanto como yo, nos hemos merendado toda América del Sur. Comparada con Europa es bastante facilita. Con eso de que tiene pocos paises y casi todos son grandes... Así que en este caso también hemos conquistado las capitales de todos ellos. Cuando la oigo decir que la capital de Surinam es Paramaribo y la de la Guyana es Georgetown me muero de gusto.

La fiebre por seguir aprendiendo paises no cesa y me pregunto hasta dónde seremos capaces de llegar.

Quizás en una próxima entrada os cuente las peleas que llevo por colgarme la medalla con las capitales africanas (esto sí es una merienda de negros, nunca mejor dicho) y os pondré los enlaces de algunos de estos juegos tan didácticos como entretenidos.


9 de noviembre de 2016

¡QUÉ ESCONDITE TAN ESPECIAL!

Hace unas semanas, mi amiga Ángeles hizo un viaje a Portugal que la dejó maravillada. Entre los muchos lugares que visitó, quedó especialmente prendada de la Quinta da Regaleira, en Sintra.

La Quinta, de principios del siglo XX y Patrimonio de la Humanidad, fue un encargo del noble y filántropo portugués Antonio Carvalho Monteiro al arquitecto Luigi Mangini, que viajó por toda Europa recopilando ideas e inspiración. Los elementos arquitectónicos son románticos, manuelinos, neogóticos y mitológicos.
 Además del maravilloso palacio, que fue residencia de Carvalho Monteiro, en la finca hay estanques, cascadas, fuentes, un invernadero, torreones, escaleras, caminos que suben y bajan, una capilla, estatuas, túneles y, por supuesto, el famoso pozo iniciático.
Todo ello acompañado de una vegetación exótica y exhuberante, formando un jardín enorme de fantasía y misterio.
 El pozo iniciático tiene relación con la masonería. Los masones debían ascender por el pozo hasta la entrada superior, custodiada por los dragones de la fuente, en un rito iniciático que representaba el renacer, el ascenso desde el infierno.


 Así que Ángeles me puso los dientes largos al contarme que había descendido a los infiernos "en una visita muy emocionante, muy divertida y, cómo no, también algo peligrosa"

Tuvo la genial idea de esconder allí un diablillo para nuestro juego de los Cazadiablos. Esto fue lo que me contó al volver:

"Primero estuve en el pozo iniciático, también conocido como La Torre invertida de Sintra, que representa el infierno de Dante.
Como ya sabrás (que para eso es tu reino) es un pozo de piedra en espiral, con nueve pisos que bajan a 27 metros de profundidad.
 Hubiera querido dejar ahí nuestro diablillo, pero no encontré ni una grieta ni un hueco... Pero al menos, para que quedara constancia del hecho, lo puse un momento sobre la piedra y le hice la foto de rigor.
 Y se le ve contento, ¿verdad?
Al salir del pozo por abajo se entra en una gruta, y por allí pasé yo con mucho miedo y precaución en busca de la luz del día.

 Menos mal que los tramos los tienes medianamente señalizados, porque allá abajo la oscuridad es absoluta.
Por uno de los túneles de esta gruta se llega a una cascada.
 Hay dos pasillos que dan a la cascada. En el de la izquierda (osea, la siniestra) es donde dejé el diablillo, en uno de los huecos de la pared.

 
Por la parte superior del pozo se sale a la Fuente de los Dragones,
 en cuyos alrededores me encontré con uno de tus ayudantes
 que con muy mala cara me dio un saludo para ti"

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 Fascinado e hipnotizado quedo con el lugar elegido. Y me encanta que a la larga lista de lugares con diablo escondido sumemos desde ahora uno nuevo en un lugar tan especial.

¿No os apetece, así de repente como a mí, ir a cazar el Diablo de Sintra?
¡Un millón de gracias, Ángeles!
(Yo me bajo a merendar. Ya nos vemos otro día)