.
El infierno, o lo que quiera que fuese aquel lugar, era una gruta de colosales dimensiones.
No alcancé a vislumbrar el techo, tal vez por encontrarse a una altura considerable, aunque lo cierto es que el resplandor azulado emanando de todas aquellas pantallas encendidas me cegaba.
Sobre un suelo desigual, mal enmoquetado de rojo, se extendían mesas y más mesas ocupadas por innumerables ordenadores que emitían un zumbido desagradable y desprendían mucho calor artificial a la vez que un fuerte olor metálico que intuí de lo más insalubre.
No alcancé a vislumbrar el techo, tal vez por encontrarse a una altura considerable, aunque lo cierto es que el resplandor azulado emanando de todas aquellas pantallas encendidas me cegaba.
Sobre un suelo desigual, mal enmoquetado de rojo, se extendían mesas y más mesas ocupadas por innumerables ordenadores que emitían un zumbido desagradable y desprendían mucho calor artificial a la vez que un fuerte olor metálico que intuí de lo más insalubre.
Era imposible caminar por allá abajo sin pisar cables. Una gran maraña de ellos se enroscaban por todos lados y el parpadeo de las pantallas les confería movimiento, como si centenares de serpientes se deslizaran viscosas bajo mis pies.
- No me has dicho qué vas a tomar - me dijo JuanRa Diablo
- Ehh, ah, sí, bueno... una Coca Cola mismo
- Tendrá que ser una Pepsi si no te importa. La Coca Cola se la quedó el de Arriba. A mí me dejó la Pepsi.
- ¿El de Arriba?
- Sí, ya sabes, el Todopoderoso, - y mientras me alcanzaba el refresco sin que me percatara de dónde lo había sacado, me invitó a sentarme señalando un lugar a mis espaldas. Al girarme me topé con un par de sillones con estampaciones de Andy Warhol que hubiera jurado que no estaban allí antes.
- ¿Fumas? - me preguntó mientras me acercaba un cigarrillo que no supe rechazar pese a que jamás he fumado. Sobre una mesita, entre los sillones, un par de ceniceros del Atleti con la cara de Jesús Gil y una inscripción: "Este año… otro doblete".
- Ehh, ah, sí, bueno... una Coca Cola mismo
- Tendrá que ser una Pepsi si no te importa. La Coca Cola se la quedó el de Arriba. A mí me dejó la Pepsi.
- ¿El de Arriba?
- Sí, ya sabes, el Todopoderoso, - y mientras me alcanzaba el refresco sin que me percatara de dónde lo había sacado, me invitó a sentarme señalando un lugar a mis espaldas. Al girarme me topé con un par de sillones con estampaciones de Andy Warhol que hubiera jurado que no estaban allí antes.
- ¿Fumas? - me preguntó mientras me acercaba un cigarrillo que no supe rechazar pese a que jamás he fumado. Sobre una mesita, entre los sillones, un par de ceniceros del Atleti con la cara de Jesús Gil y una inscripción: "Este año… otro doblete".
.
Tomamos asiento. JuanRa tenía en sus manos un vaso de cristal con un líquido azul fluorescente que captaba en todo momento mi atención. No bebía de él. Se limitaba a olerlo.
- Maravilloso lugar, ¿no crees? - me preguntó mientras miraba orgulloso todo ese mar de ordenadores que se perdía en la distancia delante de nosotros- ¿lo imaginabas así?
- En absoluto.
- ¿Cómo lo imaginabas?
- Pues ni siquiera lo imaginaba, pero si lo hubiera tenido que dibujar lo habría hecho lleno de fuego, de calderas...
- Ahh, jajaja. Ya fue así durante siglos pero los tiempos cambian y el infierno con ellos.
- Me va a permitir que encienda la grabadora, si no le importa...
- No faltaba más, pero, por favor, no me trates de usted. Tenemos la misma edad.
- ¿La misma? ¿Pero el Diablo no tiene siglos de vida?
- No, hoy tengo tu edad. Mañana ya veremos...
Tomamos asiento. JuanRa tenía en sus manos un vaso de cristal con un líquido azul fluorescente que captaba en todo momento mi atención. No bebía de él. Se limitaba a olerlo.
- Maravilloso lugar, ¿no crees? - me preguntó mientras miraba orgulloso todo ese mar de ordenadores que se perdía en la distancia delante de nosotros- ¿lo imaginabas así?
- En absoluto.
- ¿Cómo lo imaginabas?
- Pues ni siquiera lo imaginaba, pero si lo hubiera tenido que dibujar lo habría hecho lleno de fuego, de calderas...
- Ahh, jajaja. Ya fue así durante siglos pero los tiempos cambian y el infierno con ellos.
- Me va a permitir que encienda la grabadora, si no le importa...
- No faltaba más, pero, por favor, no me trates de usted. Tenemos la misma edad.
- ¿La misma? ¿Pero el Diablo no tiene siglos de vida?
- No, hoy tengo tu edad. Mañana ya veremos...
.
Apreté el botón REC de la grabadora y comenzó la entrevista.
Apreté el botón REC de la grabadora y comenzó la entrevista.
.
- Señor Diablo...
- ¡No!
- Don Diablo...
- No, hombre, que parece una canción... Llámame JuanRa, ya te he dicho que me tutees.
- Está bien. A ver, JuanRa, ¿qué es este lugar en el que estamos?
- Debería haberte quedado claro que es el Infierno.
- Pero ¿por qué está tan informatizado?
- Ya te he dicho antes que los tiempos cambian. Antiguamente se entraba al Infierno por una puerta del Paraíso con forma de manzano. La tentación era una atractiva manzana roja. Conseguí que pecara un matrimonio joven que me hizo muy rentable el fraude porque con ellos metí en el saco a todos los que vinieron después. Luego el de Arriba los perdonó a todos con algún decreto que se sacó de la manga y...
- Perdón, cuando dice "el de Arriba" se refiere a Dios, supongo.
De repente hubo un apagón general que nos dejó unos instantes a oscuras. Tan sólo brillaba el líquido azul del vaso del diablo.
- ¡Maldita sea- exclamó furioso- no vuelvas a pronunciar su nombre!
- ¿Cómo?- quise saber confuso
- Si lo llamo "el de Arriba" es por algo. No vuelvas a nombrarle aquí abajo, que se producen bajadas de tensión.
La corriente se reanudó y con ella el pitido de los ordenadores y su resplandor fantasmagórico.
- En fin, no ha durado mucho- dijo aliviado- prosigue.
- Sí, esto... - intentaba disimular mi susto - Me decías que "el de Arriba"...
- Ah, sí, eso, que proclamó una amnistía para todos a través de unas simples duchas y tuve que buscarme de nuevo la vida para encontrar artimañas con las que hacer caer a los incautos.
- No entiendo bien, ¿quiénes son hoy esos incautos?
- Pues está claro. Hoy el pecado no está en aquella manzana prohibida, la gente de hoy en día come poca fruta; hoy el pecado está en Internet.
- ¿Qué?
- Ya me has oído.
-¿Y usted está al otro lado tentando a los usuarios?
- No, ¡tú !
- ¿Cómo que yo? Yo no...
- No, digo que me hables de tú.
- Sí, perdona, es que...
- ¿Estás nervioso?
- Un poco. Bastante, a decir verdad.
- ¿Por qué?
- No entiendo la razón por la que quiere, quieres, que te entrevistemos.
- Pues es bien sencillo. Mira, no hay nada mejor que conseguir adeptos al mal que a través de un blog. Yo he creado uno y lo he introducido en la blogosfera. Mmmm, no sabes qué maravilloso lugar. He sido totalmente sincero desde el principio y me he presentado como el Diablo, sin engaños, y a la gente le da igual. Ellos me siguen sin remordimiento, por lo que he llegado a la conclusión de que no hay por qué esconderse ni fingir nada. Quiero pecadores y ahí están, por todo el mundo, sin complejos. Yo soy el primer sorprendido. Nunca pensé que a los pecadores les importaba un carajo serlo, por lo que, jejeje, hay que ir a marchas forzadas.
- ¿A marchas forzadas?
- Quiero publicidad. Quiero fieles a raudales, que entren atraídos por una encuesta, por un juego, por un reto. ¡Por lo que sea!
- ¿Y qué pinto yo en todo esto?
- ¡La prensa! Puedes dar publicidad a mi página.
- ¿Y por qué no se anuncia en televisión, que llega a más público?
- Bueno, nadie anuncia su blog por televisión, pero tengo previsto hacerlo en breve bajo la forma de Mercedes Milá. Oye, ¿quieres otra Pepsi? ¿Tienes hambre? Tengo emparedados de cerdo.
- No, gracias. Esto es... tan surrealista. Yo... no entiendo nada. Sinceramente pienso que la gente no debe ser consciente de estar pecando al entrar en tu blog. No creerán que eres realmente el Diablo. Están confundidos.
- Mi trabajo es confundirles. Pero no me valen excusas. Sé que el de Arriba está muy molesto conmigo desde que tengo un blog y eso es porque estoy realmente corrompiendo muchas almas.
- No puede ser. La gente que se mete en internet ignora que...
- La ignorancia del internauta no le exime de su pecado, pero de todas formas te voy a demostrar que estoy en lo cierto y que tú te equivocas. Mira, vas a hacer una cosa: Publica en tu diario que me has conocido realmente. Que existo. Recuérdales dónde encontrar mi blog y di que en él voy a añadir una ventana lateral que podríamos llamar "ENTRA A PECAR". Colocaré en su interior un mapa de España en blanco. La idea es que un hombre y una mujer se inscriban como los nuevos adanes y evas de cada comunidad autónoma. Una carrera para ser los primeros condenados de cada zona de este país. ¿Apuestas algo a que soy capaz de tentar a una pareja por cada una de las 17 comunidades?
- Quieres decir un gallego y una gallega, un asturiano y una asturiana...
- ¡Exacto! - y el líquido de su vaso se tornó rojo fuego - y mi ambición se extiende incluso hasta Ceuta y Melilla también. ¡Toda España con una pareja de cónsules del Infierno en cada región! ¿No es un reto casi "divino"? ¿Eh? ¿Qué me dices?
- No digo nada - y pasando mi mano por la frente exclamé - ¡Dios, qué calor hace aquí!
- Señor Diablo...
- ¡No!
- Don Diablo...
- No, hombre, que parece una canción... Llámame JuanRa, ya te he dicho que me tutees.
- Está bien. A ver, JuanRa, ¿qué es este lugar en el que estamos?
- Debería haberte quedado claro que es el Infierno.
- Pero ¿por qué está tan informatizado?
- Ya te he dicho antes que los tiempos cambian. Antiguamente se entraba al Infierno por una puerta del Paraíso con forma de manzano. La tentación era una atractiva manzana roja. Conseguí que pecara un matrimonio joven que me hizo muy rentable el fraude porque con ellos metí en el saco a todos los que vinieron después. Luego el de Arriba los perdonó a todos con algún decreto que se sacó de la manga y...
- Perdón, cuando dice "el de Arriba" se refiere a Dios, supongo.
De repente hubo un apagón general que nos dejó unos instantes a oscuras. Tan sólo brillaba el líquido azul del vaso del diablo.
- ¡Maldita sea- exclamó furioso- no vuelvas a pronunciar su nombre!
- ¿Cómo?- quise saber confuso
- Si lo llamo "el de Arriba" es por algo. No vuelvas a nombrarle aquí abajo, que se producen bajadas de tensión.
La corriente se reanudó y con ella el pitido de los ordenadores y su resplandor fantasmagórico.
- En fin, no ha durado mucho- dijo aliviado- prosigue.
- Sí, esto... - intentaba disimular mi susto - Me decías que "el de Arriba"...
- Ah, sí, eso, que proclamó una amnistía para todos a través de unas simples duchas y tuve que buscarme de nuevo la vida para encontrar artimañas con las que hacer caer a los incautos.
- No entiendo bien, ¿quiénes son hoy esos incautos?
- Pues está claro. Hoy el pecado no está en aquella manzana prohibida, la gente de hoy en día come poca fruta; hoy el pecado está en Internet.
- ¿Qué?
- Ya me has oído.
-¿Y usted está al otro lado tentando a los usuarios?
- No, ¡tú !
- ¿Cómo que yo? Yo no...
- No, digo que me hables de tú.
- Sí, perdona, es que...
- ¿Estás nervioso?
- Un poco. Bastante, a decir verdad.
- ¿Por qué?
- No entiendo la razón por la que quiere, quieres, que te entrevistemos.
- Pues es bien sencillo. Mira, no hay nada mejor que conseguir adeptos al mal que a través de un blog. Yo he creado uno y lo he introducido en la blogosfera. Mmmm, no sabes qué maravilloso lugar. He sido totalmente sincero desde el principio y me he presentado como el Diablo, sin engaños, y a la gente le da igual. Ellos me siguen sin remordimiento, por lo que he llegado a la conclusión de que no hay por qué esconderse ni fingir nada. Quiero pecadores y ahí están, por todo el mundo, sin complejos. Yo soy el primer sorprendido. Nunca pensé que a los pecadores les importaba un carajo serlo, por lo que, jejeje, hay que ir a marchas forzadas.
- ¿A marchas forzadas?
- Quiero publicidad. Quiero fieles a raudales, que entren atraídos por una encuesta, por un juego, por un reto. ¡Por lo que sea!
- ¿Y qué pinto yo en todo esto?
- ¡La prensa! Puedes dar publicidad a mi página.
- ¿Y por qué no se anuncia en televisión, que llega a más público?
- Bueno, nadie anuncia su blog por televisión, pero tengo previsto hacerlo en breve bajo la forma de Mercedes Milá. Oye, ¿quieres otra Pepsi? ¿Tienes hambre? Tengo emparedados de cerdo.
- No, gracias. Esto es... tan surrealista. Yo... no entiendo nada. Sinceramente pienso que la gente no debe ser consciente de estar pecando al entrar en tu blog. No creerán que eres realmente el Diablo. Están confundidos.
- Mi trabajo es confundirles. Pero no me valen excusas. Sé que el de Arriba está muy molesto conmigo desde que tengo un blog y eso es porque estoy realmente corrompiendo muchas almas.
- No puede ser. La gente que se mete en internet ignora que...
- La ignorancia del internauta no le exime de su pecado, pero de todas formas te voy a demostrar que estoy en lo cierto y que tú te equivocas. Mira, vas a hacer una cosa: Publica en tu diario que me has conocido realmente. Que existo. Recuérdales dónde encontrar mi blog y di que en él voy a añadir una ventana lateral que podríamos llamar "ENTRA A PECAR". Colocaré en su interior un mapa de España en blanco. La idea es que un hombre y una mujer se inscriban como los nuevos adanes y evas de cada comunidad autónoma. Una carrera para ser los primeros condenados de cada zona de este país. ¿Apuestas algo a que soy capaz de tentar a una pareja por cada una de las 17 comunidades?
- Quieres decir un gallego y una gallega, un asturiano y una asturiana...
- ¡Exacto! - y el líquido de su vaso se tornó rojo fuego - y mi ambición se extiende incluso hasta Ceuta y Melilla también. ¡Toda España con una pareja de cónsules del Infierno en cada región! ¿No es un reto casi "divino"? ¿Eh? ¿Qué me dices?
- No digo nada - y pasando mi mano por la frente exclamé - ¡Dios, qué calor hace aquí!
Nos sobrevino otro apagón. Esta vez con un chasquido de mil demonios.
(En breve: Ultima parte)