29 de diciembre de 2016

TUNEANDO ESTRELLAS

Ya sabéis lo mucho que me gusta experimentar con Photoshop, pues cada dos por tres (o cada tres por dos, como dicen en Yecla) muestro por el blog algún montaje fotográfico.
   
Para la última entrada del año (la número 33 →  3 + 3 = 6 = ¡SEIS! = ya puedo respirar tranquilo) he realizado retratos de algunas de mis actrices favoritas.

El primero es de la Reina de la Ciencia Ficción: Sigourney Weaver 

Esta actriz neoyorquina suele interpretar papeles de mujer fuerte, de mucho carácter. No hay más que recordarla como la teniente Ripley en la saga de Aliens, por ejemplo. 
Quizás también la recordéis como Dian Fossey, la arrojada bióloga que estudió y defendió a los gorilas hasta la muerte en Gorilas en la niebla.
A mí me gustó especialmente en El año que vivimos peligrosamente (inolvidables las escenas de un melancólico paseo bajo la lluvia en un mercado de Yakarta, con música de Vangelis) Y desgarradoras sus interpretaciones  en  Mi mapa del mundo o en Oraciones para Bobby.
Por esa capacidad de saber mostrar dureza y ternura en sus papeles, mi retrato para Sigourney está hecho con hierro y piel.

A Shirley MacLaine la conozco más por sus libros que por sus películas. 
Hay uno en particular que me parece interesantísimo: Out on a limb, que se convirtió poco después en un telefilm titulado Lo que sé de mí (cuando yo lo ví se llamaba Cita con los dioses
En esta miniserie biográfica contó la historia de su viaje introspectivo, de su despertar espiritual que empezó al cumplir los cuarenta, cuando se dio cuenta de que aún teniendo fama y dinero sentía que le faltaba algo en la vida

A esta excepcional actriz que habla al mundo entero de su creencia en la reencarnación, de los OVNIs y de la fuerza del universo, le dedico este montaje.
 Y hablando de extraterrestres,  os presento a una tocaya de E.T. en sus iniciales, una diva del firmamento con ojos color violeta: Elizabeth Taylor

 De entre sus múltiples trabajos para el cine cabe destacar Gigante, La gata sobre el tejado de zinc, ¿Quién teme a Virginia Woolf?... pero además tuvo el hermoso detalle de tener un pacto conmigo.  
Sin embargo yo la he escogido por su papel de Cleopatra.

Nunca Egipto fue tan espectacular y hollywoodense.
 
 De Audrey Hepburn, otra leyenda del celuloide, me quedo con la escena en que canta Moon river en Breakfast at Tiffanys. Por eso la cubro con un río de diamantes.

Glenn Close  me conquistó en Atracción fatal y aún más en Las amistades peligrosas como la vengativa marquesa de Merteuil. Con este personaje he hecho un experimento de "desmaquillaje" mucho más sencillo pero con un interesante resultado. 

A ver, señora marquesa, quítese el "colorete", por favor.
 
 Y ya puestos a ser poco serios, me apeteció vestir a Uma de Puma y convertir a Jodie Foster en Jodie Faster
Y esto es to... esto es to... esto es todo, amigos.

Es momento de salir a contemplar (como la MacLaine) las otras  estrellas, las del firmamento,  y concentrarnos en pedir que el año entrante sea próspero y feLIZ ( como la Taylor) e infinitamente hermoso (como el Diablo)
Muchas gracias por los buenos ratos compartiendo cosas con vosotros, queridos amigos. 
¡Feliz año nuevo a todos! 

20 de diciembre de 2016

KEPPLER, 32

"Vamos, vamos, ¡solo dos más! ¡Tres y tres son seis!"

Se me ocurre que...
La Tierra dejó de ser habitable hace muchos años. No queda ningún ser humano en ella.

Al menos eso es lo que dicen los estudios de observación teledirigida llevados a cabo durante casi veinte meses.

Desde Dormida, la estación espacial más próxima, Nathan y Jade han estado lanzando  barridos de onda a través de drones por toda la superficie del planeta.

- Esto se acabó, Jade. Acabo de enviar el último informe a la base.  Ya se puede decir oficialmente que no queda nadie.

- ¿Estás seguro? - pregunta su compañera tras un hondo suspiro

- ¿Seguro de qué? ¿De haber enviado el informe?

- No, de que no quede nadie.

- Tú misma lo has comprobado.

- Pero... quedaban dudas en dos cuadrantes. Hubo alteraciones en el gráfico 5/11 y...

- Jade, ¿me has escuchado?  El trabajo está concluido ¡Podemos volver a Keppler! ¿No te alegras?

Jade se levanta para encender el amplificador biofáctico.

- ¿Y qué hacemos con esto?

En la pantalla aparecen imágenes borrosas de un lugar selvático por el que parece moverse un ser de piel anaranjada.

- Oh, vamos, - protesta Nathan - ¿otra vez con esa grabación? ¡Aquello debió de ser un orangután!

- Sigo teniendo mis dudas, caminaba demasiado erguido.

- ¡Era la isla de Borneo: un orangután, sin duda!

- Bien, lo admito, solo lo vimos unos segundos. Podría ser. Pero esto demuestra que si había un orangután... podía no ser el único . Y si ha conseguido sobrevivir algún primate...

- No, Jade, sabes que no queda ningún hombre. Las ondas...

- Las ondas no alcanzan los lugares subterráneos.

- ¿Y qué quieres decir con eso? ¿Que puede quedar alguien viviendo en cuevas? ¡Ah, claro! - exclama Nathan y hace muecas burlonas- ¡La civilización perdida de las profundidades!

Jade niega suavemente con la cabeza y mira fijamente a su compañero.

- No, pero...

- Escucha – dice Nathan – aún nos queda un poco de vino. Vamos a celebrar el fin de esta misión. ¡Y que por fin volvemos a casa!

Abandona la sala de control y se encamina hacia el módulo de servicio.

Jade se queda mirando la Tierra desde el panel central. Le parece una piedra preciosa  sobre un manto de terciopelo negro, una gema redonda con vetas blancas y azules brillando en la oscuridad.

De repente el amplificador de señal empieza a emitir un extraño sonido. Jade se apresura a nivelar la frecuencia y oye una voz hablando.

Nathan vuelve poco después con una botella y dos copas.

- ¡No te lo vas a creer! - exclama Jade

Al ver la cara de su compañera se queda quieto esperando a que le explique.

- ¿Qué no me voy a creer?

Jade  no deja de  manipular el panel táctil.

- ¿Me lo vas a contar o qué?

- He recibido una voz

- ¿Cómo que una voz?

- ¡¡Sí, desde la Tierra!!

- Vamos, Jade, te lo habrá parecido – dice acercándose a ella.

- ¡La he oído! Ha dicho algo como “tres y tres”, o “seis y seis”. No sé, algo así.

- Sabes que eso es imposible

- Nathan, ¡te digo que la he oído!

- ¿El orangután ha hablado desde su cueva?

- ¡No te lo tomes a broma! ¡Esto es muy serio!

- ¿Pero no ves que es absurdo? ¿Cuánto llevamos aquí? ¡Meses! Meses sin ver ni oir nada.

- ¡Y qué! - protesta ella -  También me parece increíble a mí, ¿sabes?

Jade sigue moviendo los mandos del panel

- Venga, déjalo ya. Te diré lo que vamos a hacer – dice Nathan sirviendo vino en una copa - Si en el tiempo en que nos tomamos el vino no se vuelve a oir nada, nos olvidamos del asunto.

- Pero es que...

- No hay peros, Jade. Llevamos demasiado tiempo aquí. Necesito... necesitamos cambiar de aires de una vez. Toma, brinda conmigo.

- ¿Qué ha podido ser? - dice ella cogiendo la copa.

Ambos beben.

"Venga, que necesito dos más para los 33"

- ¿¿Lo ves?? - exclama Jade - ¿has oído eso?

- Pero quién coño... –  dice Nathan escupiendo el vino entre fuertes toses.

- ¡Nathan, vuelve a emitir informe a la base! ¡¡Hay gente en la Tierra!!

- ¿Qué es lo que ha dicho? ¿Ha quedado registrado?

- Espera, lo pongo de nuevo

"Venga, que necesito dos más para los 33"

Nathan y Jade se miran desconcertados

- Esto no puede estar sucediendo – dice Nathan – ¡Esto tiene que ser una broma!

- Voy a activar los drones

- ¿Vienen reflejadas las coordenadas de ese sonido?

- Sí

- Bien, introdúcelas en un dron.

- Aquí están, díctamelas, Nathan

- 38.6551371540802,-1.1295970377

- ¿Corresponden a...?

- Yecla. Murcia. España.

El dron Roseau viaja a 250 kms/hora y llega al punto indicado en 16 minutos y 11 segundos. Nathan ha encendido la Reciprontac y ambos se han puesto los vistáfonos de traducción directa.

En la azulada pantalla aparece un hombre con un portatil antiguo, un ASUS de principios del siglo XXI.

Mira a la pantalla muy sorprendido. Nathan y Jade dan un paso hacia atrás, impresionados también.

- ¿Qué leches es este aparato? - dice el terrícola mirando a la cámara del dron

- Le hablamos desde la E.E.D. : Estación Espacial Dormida. - dice Nathan- ¿Quién es usted?

- ¿Qué quién soy yo? ¡Quiénes sois vosotros, que os habéis metido en mi casa!

- Ya se lo hemos dicho. Somos de Keppler, a seiscientos años luz de la Tierra. Nosotros... ¡no logramos comprender cómo lo ha hecho para sobrevivir!

- Escuche – dice Jade- ¿Hay alguien más con usted?

- Ahora mismo no. Mi mujer ha salido a comprar el pan.

Jade y Nathan se miran con ojos como naves espaciales.

- A ver, todo esto es imposible, usted no puede estar ahí.

- No me jodas, ¿que no puedo estar en mi propia casa?

- ¡Pero si la Tierra lleva más de un siglo sin población! ¡No es posible vivir en ella!

- Miren, yo para bromitas no estoy, ¿saben? Que queda poco para que acabe el año y necesito escribir dos entradas más en mi blog.

Jade va a preguntar algo más pero se vuelve a Nathan.

- ¿Ha dicho blog? ¿Qué es un blog?

- Ni idea – susurra. Y vuelve a dirigirse al terrícola- ¿Por qué escribe usted? ¿Para quién?

- Para quien quiera leerme. Pero, claro, si me interrumpen... no voy a llegar a las 33 entradas y se me va a fastidiar el invento.

Nathan y Jade quieren seguir preguntando pero no saben ni por dónde empezar.

- Es que para mi es muy importante la numerología, ¿saben? – sigue hablando el terrícola – El primer año escribí 66 entradas, algo perfecto desde mi punto de vista. También el segundo y tercer año. Pero después ya no he llegado a esa cifra,  aunque, eso sí, siempre he intentado que contengan un 6 o sumen 6. Como en 2014 que escribí 56 entradas  o en 2015 que fueron 42 (4 + 2  = 6) Este año llevo solo 31. ¿Lo entienden ahora? ¡Necesito 33!

Nathan y Jade le escuchan dando largos sorbos a sus copas.

- Pero usted...  ¿en qué año se encuentra? - pregunta Nathan con un hilo de voz.

- ¡Anda ya!, que creo que ya entiendo lo que pasa. Vosotros vais a ser la pareja de la que yo estaba escribiendo.

- ¿Cómo dice?

- Sí, la pareja del futuro. Se supone que teníais que haber seguido con lo vuestro, no venir  a mí y mezclaros con mis pensamientos. Claro, que igual ha sido más culpa mía que otra cosa...
Nathan y Jade vuelan en su Galax Ameba hacia Keppler en completo silencio. Han destruido la grabación del orangután, y ahora, echados en sus cápsulas, siguen dando vueltas a esa promesa de no nombrar jamás el episodio del único terrícola bloguero preocupado por la numerología.

Por mi parte debo aprender a no inmiscuirme en las historias de los demás, por muy ficticias que sean, que luego al escribir me hago la picha un lio.

PD. El viaje se les hizo largo porque el vino les sentó mal. A saber de qué cosecha era.

PD. Treinta y dos entradas. Me queda una.

3 de diciembre de 2016

DE SOMALILANDIAS Y TAYIKISTANES



A lo largo de mi vida he intentado en varias ocasiones aprenderme las capitales de todos los países del mundo. 
Esto podrá parecer a algunos una tarea aburrida o poco útil, pero para mí siempre ha sido un reto de lo más entretenido y placentero.

He de decir que a pesar de tanta intentona, en ninguna ocasión lo logré.

Es verdad que aprendía sin problema las capitales europeas y después las de América (aunque se resistieran los nombres de tantas islas de las Antillas), pero después pasaba a Asia y todo se complicaba (Asia no se deja dominar tan fácilmente)
Lograba  aumentar el pequeño porcentaje de las ya conocidas, sí,  pero tarde o temprano las nuevas se me olvidaban. 

A África le sacaba poco partido. Poco no, poquísimo. ¿Cómo puede uno memorizar palabras como Nuakchot? ¿No os parece un nombre esquimal más que africano? ¡O Yamusukro! ¿Yamusukro no es una populosa ciudad de Japón?
Lilongüe, Bujumbura, Uagadugú... de verdad que acababa negro (nunca mejor dicho)

Oceanía quedaba para el final; es decir, llegaba a ella tarde, mal y nunca. Excepto con Australia y Nueva Zelanda,  las islas gordas, mi cabeza no daba para más.

Pero, ¡ah, amigos! que todo esto pasó a la Historia y hoy  puedo subirme a la mesa y gritar alto y claro, ¡¡que por fin he conseguido aprenderme  las capitales de los 194 países del mundo!! (Dejo unos segundos para que aplaudan)

¿Que cómo lo he logrado? Pues además de con altas dosis de cabezonería, se me ocurrió crear un juego de mesa.
Busqué en internet un mapamundi en blanco y lo imprimí en gran tamaño. Después compré cartulinas y recorté tantas tarjetas como países. Cada continente de un color: Europa en azul, África en marrón, Asia en amarillo, América en verde y un tono crema para Oceanía. 
Por un lado de la tarjeta escribí el nombre del país y por el otro su capital.

Y chinchetas.

Solo podía clavar una chincheta en el país elegido al azar si además de localizarlo correctamente en el mapa, sabía decir su capital. Si no era así, la tarjeta pasaba al final del bloque.
Y así, jugando a solas, o en familia cuando se ofrecían a algún duelo, llegó el ansiado momento de la dominación mundial. ¡Muahahaha!

Una de las cosas que más útiles me han resultado para memorizar las capitales que se resistían, ha sido estudiar un poco más de cerca esos países en concreto y luego hacer una asociación de ideas.
Os pongo unos ejemplos: UGANDA.
Uganda es un pequeño país africano situado junto al lago Victoria, un lago que es más grande que muchos países del mundo. He hecho cuentas y en el lago Victoria cabría toda Bosnia y Herzegovina, Jamaica, Luxemburgo, Hong Kong y las islas Mauricio. ¡Y aún sobrarían unos pocos kilómetros cuadrados!  ¿No es increíble?
La capital de Uganda es KAMPALA. Y no se me olvida porque sería una maravilla hacer una aKAMPADA  junto a ese lago. ¿Muy rebuscado? Puede, pero me funciona.

Otro ejemplo: BAREIN.
Barein es un país muy muy pequeño en la península arábiga (harían falta 91 Bareins  para cubrir el lago Victoria) Sin embargo, pese a su tamaño, tiene importantes reservas de petróleo y gas natural por lo que se puede considerar un país rico, sin problemas  de subsistencia.  Como si les cayera del cielo el MANÁ, vamos. O eso es lo que yo pienso al ver que su capital es MANAMA. Ya no se me olvida.

Otro de Asia: LAOS. Laos es un país que está al LAO de VIETNAM. Tan pegados están que la capital de Laos parece haber hecho una simbiosis de su país vecino y se llama VIENTIÁN.

FIYI, un país insular de Oceanía, tiene el nombre tan corto que como no SUBA un poco en número de letras, va a desaparecer. Esperemos que SUVA (como su capital)

MOZAMBIQUE es uno de los países africanos que tiene frontera con Sudáfrica. Sabiendo que Sudáfrica es el país más rico del continente, no es de extrañar que Mozambique exclame, “¡Eh, ME APUNTO a vuestra economía!”  Y de ahí su capital: MAPUTO.

No bastaba, como hacía yo siempre, con intentar retener los nombres sin más, era necesaria una asociación de ideas, y cuanto más estrambóticas y graciosas sean, mayor será el éxito para recordarlas.

Así, SAMOA, en Oceanía, me recuerda a SAMUEL. Cada vez que oigo Samoa me imagino a Samuel comiendo apio, como su capital: APIA.

O CAMBOYA, que al ver su nombre no puedo evitar hacer una rima grosera. Y es que casi parece que quieran NOMbrar un PENe. Y es por eso que a su capital la llamaron NOM PEN.

Y así con muchos ejemplos más, a cuál más absurdo pero eficaz.


Antes de despedirme os dejos los enlaces a algunos juegos que verdaderamente ayudan a aumentar los conocimientos de geografía. Yo lo he pasado pipa con ellos.

JUEGOS-GEOGRÁFICOS.COM

TOPOROPA

JUEGOS GEOGRÁFICOS

 Ah, no os perdáis este divertido tema de la serie Animaniacs. Se nota que tiene más de 20 años porque nombra paises que han cambiado de nombre como Dahomey (hoy Benin) o Zaire (actual República Democrática del Congo) Y es curioso oir Checoslovaquia o Yugoslavia. Pero aún más chocante es que a Rumania la llamen Transilvania. 

No sería mal reto aprenderse la canción, ¿no? 😆😆😆