Como no veo que se levante ningún brazo daré algunos datos sobre él.
"Tengo una sorpresa que darte"
"¿Ah, sí? ¿Cuál?"
"Escondí dos diablos en el Castillo de Drácula"
" ¿¿Cómoo?"
Resulta que cerca de la población de Brasov existe una fortaleza medieval muy visitada por el turismo por la relación que tiene con Drácula, el personaje que creó Bram Stoker. Éste fue, como sabréis, un novelista irlandés que se interesó por la violenta vida del tipo que os acabo de presentar, (el de los palos sin punta y el bigote Pantene) y que basándose en su crueldad (Vlad no mordía yugulares, pero se bebía la sangre de sus víctimas en copas para que la fama de sádico acobardara a todos sus enemigos) se inspiró para dar vida al famoso Drácula que todos conocemos (aunque ahora pienso que el mismísimo Drácula, de haber existido y ser coetáneo de Draculea, le habría tenido pánico. Le imagino pensando: ¿Y si voy y le muerdo? (...) ¿¿Y si viene y me empala?? Quita, quita, mejor me largo a Hollywood a probar suerte...
Pero vamos a ver esa fortaleza, que aunque es conocida como el Castillo de Drácula se llama realmente Castillo de Bran.
Mira por dónde hoy vais a aprender algo nuevo. En esta fortaleza no vivió Vlad el Empalador como dicen muchos libros, pues la original fue destruida, pero ésta se reconstruyó después de su muerte, imitando a la inicial, y tanto el mobiliario como los objetos que en ella se muestran sí pertenecieron al Príncipe de Transilvania.
Esta es la escalinata que sube a la puerta principal. Atención a la flecha.En ese primer agujero está escondido el primer diablo. No sale a saludar porque le molesta la luz, pero yo os lo muestro en exclusiva.
Hele ahí. Su Maléfica Presencia.
Juan Luis aconseja llevar unas pinzas para extraerlo. No vayáis a meter el dedo por el agujero a lo basto, sacadle punta al menos.
Ascendamos...
En una de las salas superiores se encuentra este salón, que incluye salida a un balcón con vista a los Cárpatos. En este salón (y sólo en éste) hay una especie de campana protegida por un cristal. En una rendija entre maderas queda aprisionado el segundo diablo (Con las ganas que debe tener ya de estirar las piernas, ¿le vais a dejar ahí?) Y estos son los dos Diablos del Castillo de Bran en Transilvania.
A decir verdad no me imagino que un día me escriba alguien para decirme que estuvo en Rumanía y los cazó. Sería un notición de miedo. Parece que hay más "escondedores" que "buscadores" de diablos, pero de todas formas este juego siempre servirá para aprender cosas interesantes de los lugares que han visitado otros. Que, por cierto, cómo nos ponen los colmillos dientes largos...
Dicen que nunca te acostarás sin saber algo nuevo. Hoy tampoco. Pero cuando vayáis a dormir esta noche, mirad primero debajo de la cama. No es por nada, pero yo me colgaría un crucifijo al cuello. O me restregaría un diente de ajo por todo el cuerpo.
Igual no podéis dormir por la pestuza, pero, oye, la tranquilidad que da...