28 de abril de 2011

LOS DIABLOS DE TRANSILVANIA

¿Alguien reconoce al tipo de la imagen?
Como no veo que se levante ningún brazo daré algunos datos sobre él.

Fue un príncipe rumano del siglo XV llamado Vlad Draculea, nombre que sería muy fardón si no fuera por lo tétrico que resulta al oído.

Pasó a la Historia como Vlad III el Empalador, apodo que se ganó por esa predilección que tuvo de torturar a sus enemigos con el empalamiento.

Mi condición de diablo de suma crueldad, y que no tiene miramientos para con nadie, no me frena a la hora de describir en qué consistía eso del empalamiento, (pero mejor lo copio y pego de la Wikipedia, que soy cruel pero me falta estómago)

El empalamiento era una técnica de tortura y ejecución que consistía en introducir un palo de aproximadamente 3,50 m de longitud, sin punta (para asegurar un mayor sufrimiento en la víctima), por el recto, fijarlo a la carne con un clavo y después levantarlo para que la víctima muriese lentamente.

¿Asimilado? Bueno, pues el tal Vlad Draculea, que unas veces luchó contra los turcos y otras se alió con ellos buscando siempre el bien de su patria, hizo morir de esta forma en los siete años que duró su reinado a entre 40.000 y 100.000 personas. (Esto viene a ser como toda la población de Yecla y Jumilla juntas; y aún faltaría gente por empalar) Fue además extremadamente inflexible con los ladrones, los mentirosos, los traidores y las adúlteras y a todos ellos castigó (vuelvo a copiar, como los malos estudiantes: )

con la amputación de miembros, nariz y orejas, la extracción de ojos con ganchos, el estrangulamiento, la hoguera, la castración, el desollamiento, la exposición a los elementos o a fieras salvajes, la parrilla y la lenta destrucción de pechos y genitales, especialmente de las mujeres.

(Y gracias que entonces no había televisión, porque se me ocurren torturas horrorosas. Obligar a ver el España Directo entero, por ejemplo)

Así que cuando uno lee que Vlad está declarado héroe nacional en Rumanía, se percata de que a veces el Diablo sabe mover muy bien sus fichas para conseguir fama el muy cabrón.

Seguramente a estas alturas más de uno estará pensando con cara de puzzle : “Y todo esto a santo cuento de qué viene, JuanRa”

Pues viene a que he tenido que documentarme para hacer esta entrada después de la llamada que recibí hace un par de semanas.

Se trataba de mi amigo Juan Luis, que acababa de llegar de un viaje por Transilvania. Me estuvo contando un poco cómo le había ido por allá y las cosas que había visto. Y de repente (de repronto, que dice Aitana) me soltó:



"Tengo una sorpresa que darte"


"¿Ah, sí? ¿Cuál?"


"Escondí dos diablos en el Castillo de Drácula"


" ¿¿Cómoo?"


Resulta que cerca de la población de Brasov existe una fortaleza medieval muy visitada por el turismo por la relación que tiene con Drácula, el personaje que creó Bram Stoker. Éste fue, como sabréis, un novelista irlandés que se interesó por la violenta vida del tipo que os acabo de presentar, (el de los palos sin punta y el bigote Pantene) y que basándose en su crueldad (Vlad no mordía yugulares, pero se bebía la sangre de sus víctimas en copas para que la fama de sádico acobardara a todos sus enemigos) se inspiró para dar vida al famoso Drácula que todos conocemos (aunque ahora pienso que el mismísimo Drácula, de haber existido y ser coetáneo de Draculea, le habría tenido pánico. Le imagino pensando: ¿Y si voy y le muerdo? (...) ¿¿Y si viene y me empala?? Quita, quita, mejor me largo a Hollywood a probar suerte...
Pero vamos a ver esa fortaleza, que aunque es conocida como el Castillo de Drácula se llama realmente Castillo de Bran.

Aquí en una bonita imagen, casi idílica. En cambio ésta empieza a poner piel de gallinácea.


Mira por dónde hoy vais a aprender algo nuevo. En esta fortaleza no vivió Vlad el Empalador como dicen muchos libros, pues la original fue destruida, pero ésta se reconstruyó después de su muerte, imitando a la inicial, y tanto el mobiliario como los objetos que en ella se muestran sí pertenecieron al Príncipe de Transilvania.

Esta es la escalinata que sube a la puerta principal. Atención a la flecha.
En ese primer agujero está escondido el primer diablo. No sale a saludar porque le molesta la luz, pero yo os lo muestro en exclusiva.

Hele ahí. Su Maléfica Presencia.

Juan Luis aconseja llevar unas pinzas para extraerlo. No vayáis a meter el dedo por el agujero a lo basto, sacadle punta al menos.


Ascendamos...
En una de las salas superiores se encuentra este salón, que incluye salida a un balcón con vista a los Cárpatos. En este salón (y sólo en éste) hay una especie de campana protegida por un cristal. En una rendija entre maderas queda aprisionado el segundo diablo (Con las ganas que debe tener ya de estirar las piernas, ¿le vais a dejar ahí?) Y estos son los dos Diablos del Castillo de Bran en Transilvania.


A decir verdad no me imagino que un día me escriba alguien para decirme que estuvo en Rumanía y los cazó. Sería un notición de miedo. Parece que hay más "escondedores" que "buscadores" de diablos, pero de todas formas este juego siempre servirá para aprender cosas interesantes de los lugares que han visitado otros. Que, por cierto, cómo nos ponen los colmillos dientes largos...
Dicen que nunca te acostarás sin saber algo nuevo. Hoy tampoco. Pero cuando vayáis a dormir esta noche, mirad primero debajo de la cama. No es por nada, pero yo me colgaría un crucifijo al cuello. O me restregaría un diente de ajo por todo el cuerpo.


Igual no podéis dormir por la pestuza, pero, oye, la tranquilidad que da...

23 de abril de 2011

EN VALENCIA CON UNA OVEJA, UN CONEJO Y UN ZORRO

A Peibol, H@n y El Zorrocloco.

Cerca ya de cumplir tres años como blogger, y todavía el universo de la blogosfera me sigue fascinando.

La fuerza de la costumbre casi lo desvirtúa y logra que llegue a parecer ordinario lo extraordinario, pero si uno lo piensa detenidamente, hay algo realmente grandioso en este enorme mapa de estaciones por el que nos movemos.

Puedo imaginar algo parecido a veloces líneas de colores de un Metro inmenso, moviéndose por un espacio plagado de millones de paradas.
Y el azar, o vaya usted a saber qué, nos hace detenernos unos minutos en algunas de ellas.

¿Por qué en esas precisamente? ¿En qué momento de nuestros viajes nos cruzamos y decidimos saludarnos pese a no conocernos?

El caso es que en estas estaciones elegidas, escuchamos a alguien hablar, alguien que cuenta que se va a casar, o que espera un hijo, o que busca trabajo. Gente que rememora un viaje, maldice un contratiempo o se ríe hasta de su propia sombra. Habla gente que se va a examinar, que quiere compartir una receta, que expresa una idea o que se emociona con algún recuerdo del pasado.
Una canción, una broma, un dibujo, un libro, una foto, un poema, un proyecto, una duda... Cualquier cosa surge porque todo cabe y, a veces, todo necesita ser dicho.
.
Y esa gente, nebulosas sin rostro de las que somos capaces de conocer pequeños fragmentos de sus vidas y sus personalidades, nos pueden dejar su voz a 50, 200, o 500 kms de nuestra propia estación. Incluso a mucha mayor distancia.


Insisto, asombroso.

De aquella primera toma de contacto se pasó quizás a otras, a muchas más, y cuando uno quiere darse cuenta han pasado los años visitándonos con frecuencia. Llamadme exagerado, pero en mí no tarda en surgir el afecto por esos habituales "conocidos desconocidos" que se han cruzado en mi camino.

El pasado domingo tuve la oportunidad de conocer personalmente a tres queridos bloggers.

Como Alicia a través del espejo en el sentido inverso, decidí traspasar la pantalla del ordenador para llegar hasta esos compañeros de la blogosfera y saludarles en el mundo real.


Y ese mundo fue la ciudad de Valencia en un día tan luminoso y perfecto como no podía ser de otra manera.


Allí me encontré con Peibol, Han y El Zorrocloco y a los pocos minutos de estar con ellos me parecían conocidos de siempre.
Era algo que, pese a mis muchos nervios iniciales, estaba convencido de que ocurriría.
¿Cómo iban a serme extrañas personas de las que ya sabía tantas cosas? Cómo podría sentirse uno incómodo con alguien con quien te has reído tantas veces, has alentado en momentos bajos, o felicitado en sus logros, con gente que en más de una ocasión te ha hecho emocionar.


Pero es que además de todo eso, Peibol y El Zorrocloco (de Tenerife) y H@n (de Valencia) son gente sencilla, divertida, amable y cariñosa con los que es treméndamente fácil sentirse a gusto. Vamos, que me iría a dar la vuelta al mundo con ellos sin dudarlo.


Cómo no, comimos paella para sentirnos en la tierra, comentamos muchas anécdotas de todo tipo y hablamos de otros bloggers conocidos comunes. Paseamos por lugares emblemáticos de la ciudad, con H@n como la perfecta cicerone que nos iba aportando datos que, según nos confesó después, "si hacía falta se inventaba" XD.
Nos hicimos cuatro kilos y medio de fotos, posando ilusionados cuando nos topábamos con cualquier detalle que tuviera que ver con una oveja, un zorro, un conejo o un diablo.
Y así, callejeando por el centro, curioseando por tiendas o mirando cómo se jugaba un partido de béisbol en el paseo del río, las horas pasaron como minutos.
.
Hace una semana de aquel luminoso día. Las líneas de colores vuelven a correr por sus órbitas habituales, cada cual con los trayectos de sus propias vidas y con mayor o menor contacto.
Pero hoy escribo desde este otro lado del espejo satisfecho de saber que existen nuevas fuerzas de gravedad, que la experiencia se puede repetir, renovar y compartir. Contento de constatar que, entre otras muchas cosas, la blogosfera hace amigos.
.
Y ahí está sin duda lo más grande de todo.



18 de abril de 2011

LOS ENANOS ME HACEN GIGANTE


- ¡Ni pensarlo! Paso, paso.

- Pero ¿por qué? - insistía Apamen - Si lo harías muy bien, como lo haces con tus hijos.

- Que no, que no es lo mismo, que me da mucho corte.

- ¡Pero si son niños! Es solo ir y contarles un cuento.

- Quita, quita, seguro que ni me escucharían y pasarían de mí.

- Le voy a decir a la maestra que irás.

- ¡Ni se te ocurra! En serio, NO.

.Ha sido la Semana del Libro en el colegio y entre otras actividades se propuso a los padres que se presentaran voluntarios a pasar un día por las clases de sus hijos para hacer algún cuentacuentos.

.Sí, muy bonito, pero cuando lo oí escurrí el bulto y salí por piernas. Yo no, que fuera otro.

Hablar en público no es lo mío, por mucho que el auditorio lo componga una treintena de pitufos. Diría que es incluso peor: treinta pequeños demonios con los dientes afilados capaces de hundirte con sus argumentos. El horror. Algún loco espontáneo saltaría al ruedo, pensé. Yo no.

.Pero mira tú por donde, que en todas las clases del colegio hubo como mínimo un padre o madre que se prestó a la lectura de algún cuento.

En todas excepto en la clase de Aitana.

Al parecer nadie podía, nadie tenía tiempo o, quizás como en mi caso, nadie se atrevía.

Y la maestra nos lo recordaba cada mañana con altas dosis de chantaje emocional:

.- ¿Ningún padre se va a prestar a venir a leer un cuento a estos niños, que lo estan deseando? ¿Van a ser los únicos que se queden sin cuento, los pobres? Vamos, ¿quién se anima?

.Y yo miraba las nubes, o hacía como que me ataba los cordones de los zapatos para salir corriendo en cuanto podía.

.Pero aquello de "Nunca digas de este agua no beberé" me tenía que dar en la frente de lleno esa misma noche, cuando mi hija, metida ya en la cama y con el parpadeo de ojos que mejor ensayado tiene, me dijo:

."Papi, ¿por qué no vienes a contarnos un cuento a mi cole? A mi me gustaría mucho"

(¡¡Maldición, esas eran las palabras mágicas para desarmarme!!)

.A la mañana siguiente, al dejarla en clase me acerqué a su maestra y lo solté rapidamente. Sabía que si me paraba a pensarlo un poco, no lo haría jamás.

.- ¿Puedo venir mañana a contarles un cuento?

Casi se le sale la sonrisa de la cara.

- ¡Claro! ¡Y ahora mismo si quieres!

- Mejor mañana, que me dé tiempo a prepararlo (y a prepararme psicológicamente, pensé, tragando saliva)

.En la tarde del jueves dí forma al cuento. Inventado, por supuesto. Ya que lo hacía, que fuera una aportación mía.

Se titularía EL LIBRO DORMIDO y yo lo haría despertar, literalmente.

.Compré cartulina de tamaño folio, la doblé en forma de libro, pinté una cara dormida en la portada e hice unos cortes para que los párpados pudieran levantarse y ver aparecer unos ojos, así como un corte en los labios por donde, en un momento dado, asomara una lengua.

.La historia - hago un esfuerzo para resumirla- trataba de dos primos, Pedro y Lucas, que se quedaban a menudo en casa de su abuela. Como allí no tenían juguetes, la abuela les permitía jugar en el trastero donde se las apañaban para divertirse con cualquier cosa. Encontraban un libro al que no le hacían caso pues "un libro no es un juguete ni es nada divertido" Y cuando lo miraban, lo veían siempre como dormido (incluso les parecía oirle roncar a veces)

Un día a Pedro se le ocurre abrirlo y leer algo y descubre que es un libro de cuentos muy divertido. Al pasar sus páginas, el libro despierta por fin.

A diferencia de su primo, Lucas se muestra reacio a pasar el tiempo leyendo, hasta que un aburrido día en el que no acude su primo, se decide a abrir ese libro, empieza a leer y el libro abre los ojos y hasta saca la lengua alegremente.

A partir de entonces los niños leen juntos los cuentos, contentos de haber descubierto que un libro sí puede ser algo muy divertido.

.Y llegó el viernes por la mañana y allá que me fui, a la clase de mi hija.

Mentiría como un bellaco si dejara que iba tranquilo. Llevaba esa tranquilidad ficticia que lleva uno cuando se presenta a un examen, sin la seguridad de que le saldrá bien. Ese rumor en las tripas, esos pellizcos universales...

.- Espera un momento - me dijo la tutora - primero les tranquilizo y te hago pasar.

- De acuerdo. (¿Les tranquilizo?, pensé, ¿es que están nerviosos? Uff, no me van a hacer ni caso, verás. ¡Quién me mandaba a mí...!)

.Pero al pasar me encontré el mar de la tranquilidad: un montón de niños sentados en círculo encima de una moqueta, en silencio, expectantes. Algunos nombraron a Aitana al verme entrar. Ella estaba medio escondida detrás de un compañero, con una mirada mezcla de orgullo y timidez.

Me presenté, me senté sobre una de sus mesas en miniatura, les dije a qué había ido y comencé el cuento.

.He de reconocer que me hubiera encantado fotografiar algunas expresiones. A aquellos que se embobaban y se les abría la boca, a esas risas cuando hice los ronquidos, a los ojos de sorpresa cuando el libro despertaba... a tantas sonrisas.

Y al concluir, uno me dijo "¡¡Otra vez!!"

.Me hice una foto con ellos y entonces sucedió algo que tenían preparado para mí y que yo no esperaba en absoluto: Aitana vino a darme un beso... y me entregó un DIPLOMA!!

.En fin, que no entiendo por qué hay padres que no se animan a contar cuentos a sus hijos y sus compañeros de clase. ¡Cobardes! ¡Si es una experiencia única!

Un paso de gigante en mi vida.

12 de abril de 2011

HISTORIA DE DOS SUICIDAS



En una reciente estancia de fin de semana en Petrel, en el Hotel Cabrerator, me contaba mi madre una historia verídica que solía recordar su padre, mi abuelo Conrado.

Como me pareció divertida, decidí que debía escribirla un día en el blog para compartirla con vosotros.

Y eso es lo que voy a hacer ahora.

.Ocurrió cuando mi abuelo estaba recién jubilado, que viene a ser el año en que yo nacía, pero como no me es posible ubicarla en el tiempo con exactitud, diré que debió suceder a mediados de los años sesenta.

.Vivía por entonces en Petrel un hombre, de la edad de mi abuelo, al que todos conocían por Faínco. Era éste un tipo de natural pesimista, o que al menos en su edad madura se había vuelto muy negativo, con constantes lamentaciones y una actitud tan desesperanzada, sombría y sin fundamentos, que llegaba a resultar molesto para aquellos que le escuchaban.

.- Cochina vida ésta que no vale para nada...- solía decir Faínco a todo aquel con el que se encontraba- ¿qué hace uno aquí? si aquí no hay más que desgracias...más me valdría morirme y acabar con todo este sufrir...

.Y así día tras día, sin variar su queja.

Era por esto que todos solían rehuirle para evitar esa constante cantinela de amargura.

Todos menos su amigo Volórum - entonces a todos se les conocía por un mote- que no tenía más remedio que aguantar esos chaparrones de negatividad al que le tenía acostumbrado el pesimista en sus visitas.

.Tenía Volórum una pequeña casa de campo cercana al pueblo y a ella solía encaminarse Faínco para dejar caer esa letanía de quieromorirmes y ascodevidas que su amigo soportaba con todo el estoicismo del que era capaz.

.Probablemente se encontraba Volórum cavando su terreno o podando un rosal o regando algún arbol cuando veía llegar a Fainco con su natural aire taciturno.

.- ¡Faínco, qué!

- Bah, ná. Aburrido de todo.

- Pero hombre, no seas así.

- Tú dirás, si en esta vida son todo disgustos. Yo no sé qué hacemos aquí, más valdría morirse uno. Asco de vida.

.Pero dado que la paciencia tiene un límite, un día como otro cualquiera en el que Faínco asomó por casa de Volórum con toda su fatalidad a cuestas, éste le tenía preparada una actuación memorable. Atención porque aquí comienza lo que podríamos llamar Tragicomedia en tres actos de Volórum y Faínco.

.Imaginad lo que debió ser aquel ACTO PRIMERO

en el que Faínco entraba en casa de Volórum una vez más y al instante comenzaba su gota a gota de lamentaciones.

.- Bah, mejor morirse uno... si yo no sé para qué estamos en este mundo desgraciao... y bla bla bla...

.Entonces Volórum, dejó todo lo que tenía entre manos para mirar fijamente a su amigo y decirle con gesto muy serio.

- ¿Sabes lo que te digo, Faínco? Que he estado pensando en todo esto que dices y creo que tienes mucha razón. Esta vida es una mierda y llevo un par de días pensando que lo mejor que podíamos hacer es largarnos juntos. Mira, ven - y le hizo acompañarñe a la cocina donde Volórum sacó de un cajón dos sobres de bicarbonato de los que se vendían por aquel entonces para hacer refrescos de gaseosa- Tengo aquí guardado un veneno. Lo voy a echar en dos vasos de agua - prosiguió ante un enmudecido y estático Faínco que miraba asombrado a su amigo- Ahora nos los vamos a tomar y se acabó, nos vamos a mejor vida. Este para mí y este para ti. ¡Toma!

- Yo... es que... yyo... - comenzó a balbucear Faínco.

- Tú qué.
- No, yyo es que no quiero... ahora nno...

- ¿Cómo que no quieres ahora? ¿Pero no estás harto ya de todo esto como yo? - inquirió Volórum alzando la voz.

- Sí, ppero es que, ahora no... porque...

- Tranquilo, este veneno no es doloroso y tiene incluso buen sabor. Se muere uno sin darse cuenta, te lo aseguro.

- Ay, pero... es que...yo nno...

- ¡¡MIRA - bramó Volorum, - yo YA me he decidido y ahora NO me vas a hacer la faena de echarte atrás!! ¡¡Toma el vaso y bébetelo conmigo O TE JURO QUE VOY A POR LA ESCOPETA Y TE PEGO UN TIRO!!

.Y con tanta convicción lo dijo que Faínco, aterrorizado y temblándole el pulso, se bebió el contenido del vaso a la par que lo hacía su amigo.

.Pongamos imágenes a ese ACTO SEGUNDO

en el que Faínco, gimoteando y acobardado porque creía que iba a morir, escuchaba cómo Volórum le decía con total tranquilidad:

.- Ahora, como este veneno tarda un poco en hacer su efecto, nos vamos a echar a la sombra de la higuera y nos ponemos a charlar. Y cuando nos quiera llegar el momento... pues que nos llegue.

.Y Volórum se tumbó a la sombra del árbol mientras Faínco quedaba de pie y tembloroso, impresionado por el temple y la calma que mostraba su amigo ante la muerte.

.- Ay - se lamentaba - ay...

- Pero no te quedes ahí, hombre. Échate que no te pille el momento de pie. ¿Has visto qué bien, Faínco? ¿Puede haber algo mejor que morirse aquí en esta sombra? ¡¡QUE TE ECHES TE DIGO!!

.Y durante unos minutos estuvo hablando Volórum a su angustiado amigo que boca arriba miraba fijamente las amplias hojas de la higuera, intentando asimilar ese momento tan trágico que estaba a punto de sobrevenir. Volórum le iba diciendo lo feliz que estaba de que se marcharan juntos de esa vida absurda y aburrida en la que siempre habían estado y lo hacía con ánimo y el tono alegre, hasta que decidió hacer una inflexión en su voz para exclamar:

.- Ay, Faínco, que me parece que ha llegado mi hora...- y poniendo la mano en su pecho prosiguió - Sí, ya noto que me está haciendo efecto el veneno... Ya me queda poco, ya me voy a morir... Y tú no tardarás en hacerlo.

.Contaba después Volórum a mi abuelo algo que llegaría a saber todo el pueblo y que vendría a ser el ACTO TERCERO y último

de aquel glorioso día en el que Faínco dio un brinco y echó a correr gritando a todo pulmón.

.- ¡¡AAAYYY, QUE VOLÓRUM SE MUEREEE, Y QUE AHORA ME VOY A MORIR YOOO!! - y corriendo hacia su casa desesperado, lloraba- ¡¡Y NO ME QUIERO MORIIIIR, AAAYYY, YO NO ME QUIERO MORIIIIR!!

8 de abril de 2011

LOLITA, LOLA, LOL

Y tú que llegabas aquí, pensando que esto era una nueva entrada del JuanRa, y te encuentras con que es una conferencia que imparte un tío con gafas de pasta y pantalones de pana.

.Y como al entrar, todos se han girado a mirarte, te da corte recular y vas y te sientas.

.- ¿Me he perdido mucho? - le preguntas al de al lado, y en voz baja te responde:

- Acaba de empezar.

(Te hubiera encantado oír: "Empieza de acabar". Pero no.)


El conferenciante habla en un perfecto tono moscón de verano en hora de siesta.

En una pantalla blanca con el típico rodal amarillo dando el cante en una esquina, se están exponiendo diapositivas con textos que tú lees.

. Entre diapositiva y diapositiva se escucha un click.

Entre click y click, alguna tos.

Entre tos y tos... basta!

LOLITA : Obra de Vladivir Nabokov publicada en 1955. Trata de la obsesión de un adulto por una menor de edad a la que se siente obligado a proteger y al mismo tiempo desea.

(click)

LOLITA: Dada la trascendencia de la novela y por extensión: mujer adolescente atractiva y seductora.

(click)

LOLITA: Diminutivo de Lola.

(click)

LOLITEAR: Interesarse por conquistar mujeres muy jóvenes. (click)

LOLEAR: Interesarse por conquistar mujeres adultas.

(click)

TONTO EL QUE LOLITEA: Tonto aquel que se pirra por las menores.

(click)

TONTO EL QUE LOLEA: Pues eso.


- Y ahora -dice el conferenciante entre murmullos mientras se encienden todas las luces del techo- pasemos a RUEGOS Y PREGUNTAS.

.- ¿Ha acabado la conferencia? - pregunta un indignado a tus espaldas.

- Sí, he concluido.

- Pero... ¿a qué ha venido esto? -le espeta el que está sentado a tu lado.

- ¿Usted duerme bien por las noches? - le responde con parsimonia el conferenciante.

- ¿Yo? ¡Sí!

- ¿No pasa horas en vela pensando y pensando... y pensando?

- No.

- Vale, ¿más preguntas?

- ¿Es cierto que este absurdo se va a publicar en un blog? - dice uno al que viste tomando notas.

- Sí, de hecho ya lo está - responde el gafapasta mientras cierra su maletín en actitud de marcharse.

- ¿Alguna pregunta más?

(.....)

.¿Y serás capaz de no decirle nada?

5 de abril de 2011

LOS DIABLOS DE MADRID


Nueva estrofa para la canción de Sabina:

Allá donde se esconden los diablos

haciéndonos jugar al C.S.I.

El oso, el Retiro... y sin escaño.

Pongamos que hablo de Madrid.

.Tenemos nueva edición del Juego de los Diablos.
.
En esta ocasión es tan casera como una buena tortilla de patatas.

Y con más posiblidades de que haya cazadiablos dispuestos a la aventura de su búsqueda porque, al fin y al cabo, Madrid nos pilla a todos casi a tiro de piedra, ¿no? Palmo más, palmo menos...

Además algunos bloggers de los que por aquí pasáis sois de allí, por lo tanto... ¿se anima alguien?
.
Amor y Helios (que ya dejaron diablos escondidos en San Francisco) viajaron a Madrid con unos amigos: Laura, José Joaquín y Rosana, y me dejaban después la crónica de un triple escondite de diablos por la capital. Ahí va:

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Quizá ésta sea la crónica más organizada y, a la vez, desorganizada del juego de los diablos. Empezamos con las ideas muy claras: Tres diablos era el número ideal.

. Serían artesanos: a mano y a boli sobre papel. Pensamos que así serían más graciosos y, sobre todo, más personales. Eso sí, los íbamos a forrar con papel adhesivo para que aguantaran el frío, la lluvia y la nieve de la capital. .

El forro me lo iba a llevar yo (Amor) del cole y, por si se me olvidaba, Laura cogería unas bolsitas de plástico de esas de meter los bocatas. Vamos, que iban a ser unos diablos de tecnología punta. Todo esto, por supuesto, pensado un mes y pico antes del viaje para que no se nos olvidara...

. Una vez en ruta, allá a la altura de Almansa, tuve que confesar: “Chicos, se me ha olvidado el forro...” Y Laura “¡Pues a mí las bolsitas!”. En resumidas cuentas, por no llevar no llevábamos ni papel ni boli ni nada. ¡Menudo desastre!

. “Bueno, no pasa nada”, dijo alguien, “si allí podemos comprar lo que nos haga falta...”

. Pues bien, ¿os podéis creer que nos pateamos medio Madrid y no encontramos ni un triste kiosco en el que nos vendieran un boli y un cuaderno? Al final, gracias a un “amable” camarero del Parque del Retiro que nos prestó su boli y su libreta, pudimos realizar nuestras “obras de arte” que, como podéis ver no son muy finas, pero quedaron muy auténticas.

. Las tuneamos según lo que se estaba cociendo en nuestro país por aquellos días: la ola de frío polar y la huelga de controladores.

Faena hecha. Y ahora, ¡a esconderlos!
. EL PRIMER: EL OSO Y EL MADROÑO, OF COURSE. .

Está claro que si uno va a Madrid, una de las cosas que ve, sí o sí, es este monumento tan típico. Pues allí, en un recoveco entre la estatua y su pedestal, se encuentra un diablo. Rosana y Helios lo escondieron. Para l@s que no hayáis estado en Madrid, el Oso se encuentra en una esquina de la Puerta del Sol.

(La verdad es que para ser un símbolo de la capital, lo tienen un poco arrumbao, al pobre... )
. EL SEGUN: EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS. .

Como resulta que, estaríamos en Madrid el Día de la Constitución, pues pensamos que el Congreso sería un buen lugar para dejar un diablo. Ya nos imaginábamos lo bien que lo íbamos a esconder a los pies de uno de los leones, pero ¡ay, gran chasco! Aquel día había allí reunión de Demonios, perdón, de polític@s.

Así que nos tuvimos que conformar escondiéndolo en los alrededores. Eso sí, elegimos un lugar con las mejores vistas del edificio.

Justo en frente de la puerta principal, y al otro lado de la calle, hay un parquecito. En él hay una cabina. Pues justo ahí, encontraréis el diablo que escondieron José Joaquín y Laura.
Y... voilá! Otro diablo os esperará....
EL TERCE: NI TE LO IMAGINAS...
. En realidad, éste fue el primero que escondimos, pero lo he dejado para el final a posta, ya que seguro que te vas a emocionar. .
Caminando por el Retiro, vimos a lo lejos una estatua que nos llamó la atención. Al acercarnos descubrimos que era... ¡Chan, chan, chan! ¡La estatua del Ángel Caído! Pues sí, es uno de los pocos monumentos en el mundo (algunos piensan que es el único, pero no) dedicados al mismísimo Diablo. Así que, qué mejor lugar para dejar su huella, ¿eh?
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Una vez más, misión imposible dejarla allí mismo, ya que está rodeada de un parterre y pequeño estanque (y a unos cuantos grados bajo cero a ver quién era el guapo o la guapa que se metía allí). Así que nos tuvimos que buscar la vida.
.
Al final, en la grieta de un árbol que hay en frente, pudimos colarlo.
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Ésta es la vista desde allí (turistas no incluidos... ) El árbol es el de la derecha.

Esperamos que la primavera no lo haga crecer mucho...

Para que no se caiga, digo.

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Por otra parte, Esther, también de Petrel, me envió un correo contándome que había estado en Toledo (donde os recuerdo que también hay tres diablos) Sólo pudo buscar dos y encontró uno de ellos.

....al dia siguiente, durante la visita a la Catedral, en la mismísima puerta del infierno y bajo la atenta mirada de un vigilante que me vio pinta de sospechosa y no me quitaba ojo de encima, conseguí sacar uno de los diablos. ¡¡Oleee!! La verdad es que me hizo ilusión. Lo saqué y escribi nuestros nombres y la fecha, pero luego el señor vigilante seguía atento a mis pasos y no pudimos hacernos la foto de recuerdo, aunque en un descuido suyo lo volví a dejar donde estaba.

.Gracias también, Esther . Y a toda la peña de Madrid, por el currele, pese a los despistes y el frío. Ya sabéis que tenéis reserva en la más cálida caldera del infierno.

1 de abril de 2011

MADAME PARRUS ESTÁ AQUÍ

Madame Parrus ha vuelto.

La tengo rondando cerca.

Y estoy atormentado.

Seguro que todos habréis experimentado en alguna ocasión ese momento puntual en el que, encontrándote solo, tienes la sensación de que "alguien más" está contigo.

Esos eternos segundos en los que el silencio pesa y el vello de la nuca se te eriza al sentir que una voz te susurra al oído:

"Ya estoy aquí, gorrión".

.Ya sabéis de lo que hablo.

. Nunca antes había hablado de Madame Parrus -pese a ser una mujer con una vida fascinante- porque hay determinados temas sobre el misterio y la superstición de los que es preferible no frivolizar ante los demás. Pero hoy me siento forzado a hablar de ella, desvelar la poderosa influencia que tiene en mí la que fue la más importante clarividente de la historia de Ucrania.

(A aquellos que leeis a demasiada velocidad: he dicho clarividente, no clarinetista. Lo advierto para que al final os cuadre la historia)

. Me topé con su biografía hojeando una enciclopedia en un rastro y me hubiera pasado totalmente desapercibida si no fuera porque descubrí casualmente un dato peculiar y es que está considerada como una de las pocas novias formales que tuvo el Diablo (!!)
.
Desde entonces me he empapado tanto de ella, que un día...

. (¡Divisdeyre!... ¡temerdeke!...) ( Espera, ahora no...)

. Mejor prosigo...

No se sabe con seguridad en qué fecha nació Madame Parrus, pues su padre, panadero de profesión y en sus ratos libres estudiante de ciencias exactas, utilizaba, dada su precaria economía y a falta de papel donde desarrollar sus cálculos, las hojas de los calendarios de su casa.

.El médico que atendió a su mujer la noche del parto de Mikacheva (la que sería Madame Parrus) no pudo anotar la fecha de alumbramiento por no hallar calendario alguno en toda la casa, pero todo apunta a que fue entre el 15 de septiembre de 1868 y el 22 de agosto de 1920, día más, día menos.

Todavía se conserva, eso sí, una anotación del padre, que emocionado escribió en el marco de una puerta: "Hoy ha nacido mi preciosa Mikacheva, la cuarta de mis seis hijos. Me voy a almorzar". (La palabra almorzar resulta casi ilegible. Es posible que escribiera "endeudar")

.También es muy poco lo que se sabe acerca de la madre de la famosa clarividente y existen datos contradictorios: unas fuentes aseguran que fue representante de su hija en las sesiones adivinatorias que realizó Madame Parrus por hogares y palacios de Kiev, Odesa y Kuenka, pero otras fuentes dicen que murió en la misma noche del parto.

Por desgracia, otras muchas fuentes que podrían haber arrojado algo de luz a la biografía de Mikacheva, estaban secas.

. Las asombrosas facultades de clarividencia de Mikacheva aparecieron siendo ella un niña, cuando acusó a la criada de esconder en su cuarto ciertos objetos que pertenecían a su familia.

La niña dijo verlos perfectamente debajo de la cama de la criada y los enumeró uno por uno sentada en una silla de la cocina, en el planta inferior. La criada fue acusada de ladrona y colgada por ello. Años más tarde declararía que la niña era una borde que le tenía manía.

. (Divisdeyre... ¡¡prosanulfo!!... Espera, por favor...¡suelta eso!)

. La familia de Mikacheva ocultó en un principio esas fabulosas dotes de la pequeña, que sabía decir todo lo que tenían sus seres queridos en los bolsillos con solo mirarles a la cara.

Esto supuso serios altercados domésticos al delatar, por ejemplo, que había tabaco del padre en el bolsillo del hijo menor, y un sonado bochorno cuando la institutriz recuperó su ropa interior de los bolsillos del mayor.

Pero del temor y el recelo pasaron rapidamente a querer explotar ese filón que suponía poder ganar dinero gracias al inexplicable talento de la niña.

. A los catorce años, Mikacheva ya era bien conocida en toda la ciudad.

A los quince la conocía todo el país.

A los dieciséis tuvo un novio que también la quería conocer bien pero ella no se dejó.

El poder leer sus pensamientos quitó toda posibilidad de éxito al ardiente enamorado.

. La memorable visita de una acaudalada parisina al hogar de Mikacheva allá por 1890, 1874, 18... primavera, hizo aumentar la fama de la adivinadora, pues la distinguida francesa, que quería saber cuál sería su futuro si abandonaba al conde de Cornuelles, llegó a pagar por sus servicios la cantidad de 1000 kopeks (que el padre gastó en calendarios)

.A raiz de aquel contacto, Mikacheva viajó a Francia con asiduidad, donde empezaría a ser conocida como Madame Parrus. (En ucraniano parrus significa señora y también cabeza; madame es de origen incierto)

.La típica imagen que ha llegado a nuestros días de la mujer sentada ante una bola de cristal encima de una mesa camilla se la debemos a Madame Parrus, aunque las posteriores brujas la variaron bajándose de la mesa.

.(Divisdeyre!!!... LONGANINKKO!!... Ay, te ruego, no, no... así me haces daño...)

.Pues eso, que se llegó a convertir, ay, en una adivinadora fuera de serie con un porcentaje de acierto de hasta el 91% según datos Excel calculados, ay, por su padre en las hojas de calendario.

.Predijo desastres naturales, delató escondites de criminales, advirtió, uff, de fulminates caídas de la bolsa, abrió los ojos a muchos cornudos...

En otras ocasiones se acercó bastante a la realidad con sus predicciones, como, ayy, la vez en que, muy concentrada, vio que alguien se dejaría un grifo abierto en el Titanic.

.Madame Parrus murió en 19...

.Partuprenko, Moldavio, Divosccio!!! Ayy, no, si es que... ¡Lamouriño! ...Ya te he dicho que aquel juramento... Eternakka!!... ¡Que no era yo!... Drakulcoagul!!... Te juro que no era yo... Vularddo!! ....

.¿Qué quieres de mí? Dime, ¿¿¿qué quieres de miiii???