Mi padre ha escrito poesía en diversas etapas a lo largo de su vida. Nunca se ocupó en recopilar todos los poemas que le venían a la cabeza, así que los tenía desperdigados por toda la casa.
31 de octubre de 2024
RECUERDO DE INFANCIA
Mi padre ha escrito poesía en diversas etapas a lo largo de su vida. Nunca se ocupó en recopilar todos los poemas que le venían a la cabeza, así que los tenía desperdigados por toda la casa.
30 de septiembre de 2024
EL RELOJ DE LAS TORRES GEMELAS
(Muestro a continuación un diálogo entre mi amigo Juan Luis y yo, que está completamente inspirado en auténticas conversaciones entre mi amigo Juan Luis y yo)
***
Juan Luis: ¿Te acuerdas de cuando vimos Million dollar baby?
Juan: Sí, claro.
Juan Luis: Ya hace veinte años.
Juan: ¿¿Qué??
¡Mentira! Te lo acabas de inventar.
Juan Luis: ¿A que cuesta creerlo?
Juan: Es que ni lo creo ni lo acepto. ¡¡Si me acuerdo de que
fue hace poco!!
Juan Luis. Pues veinte añazos han pasado. Pero tranquilo, que dicen que veinte años no
es nada, que febril tu mirada.
Juan: Con estas cosas me da la sensación de que uno se queda
mirando un rato una pared y cuando se da la vuelta han pasado horas. ¿¿Cómo es
posible??
Juan Luis: Yo he estado pensando… y todo esto del tiempo
pasando tan rápido… tiene una explicación.
Juan: Ah, ¿sí? Acláramelo,
por favor.
Juan Luis: Es por el reloj. El reloj que estaba en el sótano
de las Torres Gemelas.
Juan: ¿¿Cómo??
Juan Luis: No era
cualquier reloj. Era EL reloj. El que mantenía el tiempo en orden. Estaba en el
sótano, escondido bajo los cimientos, controlando la velocidad exacta de los
segundos, los minutos, todo. Y cuando las Torres cayeron… el reloj se estropeó. Desde entonces, el
tiempo se volvió loco. Por eso todo pasa tan rápido ahora.
Juan: O sea, ¿me estás
diciendo que el motivo por el que ya estamos en septiembre y siento que enero
fue ayer…
Juan Luis: Sí, no lo dudes. Además, ¿no te has dado cuenta de que es desde
el atentado de las Torres cuando más hemos notado que el tiempo corre que se las pela?
Juan: ¡Joder, tienes razón! Antes no tenía yo esta sensación de que todo fuera tan deprisa.
Juan Luis: Exactamente. Piensa en los 80 o en los 90. Los
días parecían eternos. Tenías tiempo para todo: ir al colegio, ver dibujos
animados, dormir la siesta, salir a jugar... ¿Y ahora? ¡Cierras los ojos un
momento y ya es Navidad otra vez! ¡El reloj de las Torres Gemelas era lo que
mantenía el tiempo fluyendo de manera normal!
Juan: ¿Y ahora qué? ¿Nadie sabía esto? Por qué nadie ha
dicho: "Oye, ese reloj enorme del sótano, vamos a arreglarlo antes de que
se nos vuelva loco el planeta"
Juan Luis: No, claro que nadie lo sabía. El reloj lo
construyeron en secreto en los años 70, cuando se levantaron las Torres. Solo
unas pocas personas sabían que existía. De hecho, hay un rumor que dice que los
relojeros que lo fabricaron son tataranietos de los que construyeron el Big
Ben. Y no era un reloj normal. Era una máquina perfecta, con engranajes
cuánticos y energía cósmica.
Juan: Oye, entonces… ¿cabe la posibilidad de que no solo
regulara el tiempo en la Tierra? ¿Y si estaba regulando el tiempo en todo el Universo?
Juan Luis: Pues no me
extrañaría nada. A lo mejor en Saturno están pasando los años en un suspiro. Y puede que en Júpiter ya estén en el siglo que viene. Lo que pasa es que allí no
hay nadie para notarlo ni para quejarse.
Juan: ¿Y los que hicieron el atentado sabían todo esto?
Juan Luis: No creo. Es mucho lo que están perdiendo también.
Está claro que todo el mundo veía muy bien las Torres, pero no se imaginaba lo
que había debajo.
Juan: Pero algo habrá que hacer, ¿no? ¡Que llamen a todos los
relojeros del mundo y vayan a Nueva York con destornilladores!
Juan Luis: No, ya no se puede reparar. Los planos se
perdieron, los que lo construyeron desaparecieron… Y era un mecanismo tan
complejo que ni Einstein podría haberlo entendido. Era el corazón secreto del
tiempo. Y ahora… está roto para siempre.
Juan: ¡Pero esto es muy triste!
Juan Luis: Yo no me atrevo ni a pestañear, porque en un
microsegundo puedo pasar al 2025.
Juan: Menos mal que cuando veo películas de Paco Martínez
Soria o algún episodio de Curro Jiménez siento que retrocedo décadas.
Juan Luis: Ah, bueno, eso te salva. Pero ¿ves? Justamente
eso. Las series de hoy son el reflejo de este desajuste temporal. Antes, un
episodio en la tele duraba 30 o 40 minutos, pero te sentaba como si hubiera pasado
toda una hora. Ahora, ¿cuántos episodios puedes ver en un rato? ¡El tiempo se
comprime y se estira sin sentido!
Juan: Porque el jodido reloj está muy estropeado.
Juan Luis: ¡Está rotísimo!
Juan: Y, claro, los
relojes comunes ya no valen para nada, ¿no?
Juan Luis: Puro adorno.
Los relojes de pulsera, los de pared… Esos ya no sirven. Están tratando
de seguir el ritmo, pero es inútil. El tiempo ya no sigue las reglas.
Juan: ¿Y si logramos encontrar a algún descendiente de los
relojeros originales? Puedo empezar desde ahora mismo a buscar en las Páginas Amarillas.
Juan Luis: No sé, busca en la RE de relojeros, a ver.
Juan: Mañana mismo me pongo a ello. ¡Lo que sea por salvar al
mundo!
Juan Luis: Yo no dejaría para mañana lo que puedas hacer
hoy.
Juan: Calla, no me agobies, que bastante disgusto me has
dado hoy.
28 de junio de 2024
DAME UN TITULAR
Ahora que estamos sumergidos en plena EUROCOPA de fútbol no quedará muy fuera de juego esta entrada.
Se trata de una selección de titulares extraída de una libreta que escribí a finales de los años 90 y a la que puse por nombre "MARCADORES Y PORTADAS" (con toda la intención, pues empezaba por MARCA y acababa en AS, los dos famosos periódicos deportivos)
La idea era escribir una serie de titulares que jamás existieron pero que podían haber aparecido en portada si de mí hubiera dependido tal decisión.
En los años 90, es decir, anteayer, (un momento, ¿anteayer?... bueno, mejor no sacar cuentas) yo era muy futbolero, (nada que ver con lo poco que me atrae hoy ese mundo) y seguía con interés todo lo relacionado con el Real Madrid. A lo que siempre he sido muy aficionado es a los juegos de palabras y por eso, cuando el madridista Raúl metía cuatro goles yo imaginaba el titular: TETRAÚL. (Pues sí, con tan poca cosa me divertía)
Y en esa línea, ahí van algunos más.
- Imaginemos que el Athletic de Bilbao vence al Real Madrid ¿Qué podríamos encontrar el lunes en portada?
LOS LEONES LE PLANTAN CARA A LA CIBELES
- El Salamanca juega un partido soso y aburrido. Para colmo de males expulsan a un jugador. Es fácil:
SIN SAL Y MANCA
- Un partido que transcurre sin goles. Es necesario ganar pero el encuentro no varía del empate a cero. En el minuto 90 Hierro marca. ¡Menudo titular!:
HIERRO ROMPE EL A-CERO
- El madridista Víctor mete un decisivo gol que hace ganar a su equipo:
VICTOR Y VICTORIA
Reconozco que el titular que sigue es de lo más rebuscado. John Benjamin Toshack, míster del Real Madrid, queda muy disgustado cuando su equipo pierde en Ginebra.
Tiene su gracia que de tan pocas palabras salga tanto líquido:
JB VINO DE GINEBRA CON MAL CAFÉ
- Va un equipo cualquiera, muy confiado por llevar una buena racha, hasta que se enfrenta a Las Palmas y pierde. Titular:
BOFETÓN CON LAS PALMAS
- El Barça necesita ganar y sumar puntos, pero no lo consigue. A Luis Enrique le hacen una entrada durísima y le dan tres puntos en la pierna. Titular del lunes:
PUNTOS QUE NO PUNTÚAN
- El Villarreal juega para no descender a Segunda División. Con un sobreesfuerzo lo consigue. Un acertado titular:
EL SUBMARINO AMARILLO SALE A FLOTE
- Christian Karembeu pudo ser del Barça, pero finalmente fichó por el Madrid. El titular podría ser toda una paradoja:
KAREMBEU ES BLANCO
- No ha sido nunca un titular, sí un chiste, pero imaginémoslo como portada deportiva. Juega el Levante contra Las Palmas. El árbitro es nefasto y perjudica a ambos:
Levante Las Palmas
¡¡ESTO ES UN ATRACO!!
- El Osasuna gana un mítico partido que le permite subir a Primera División gracias a un gol de Señor. Ahí va la portada:
Bendito lo que viene en nombre de Señor
OSASUNA EN EL CIELO
31 de mayo de 2024
PASANDO REVISTA AL PASADO
La otra mitad era de revistas de los 60 con portadas en color, aunque en su interior eran más las páginas en blanco y negro que las de brillante colorido. Supongo que aquellos eran tiempos en los que había que abaratar costes.
30 de abril de 2024
DOS MIL CASAS VACÍAS
El año que viene cumpliré 25 años como yeclano.
Ahora que lo veo escrito creo que
he de repasar bien los calendarios, porque me cuesta creer que esté a punto de
completar un cuarto de siglo viviendo aquí. (¿¿En serio?? ¡Cuenta bien, hombre,
cuenta bien!)
A pesar de todo este tiempo, no me
atrevo a decir que sea yo un yeclano de pura cepa, pero sí me considero un
aspirante a puracepista y me declaro un completo enamorado de esta ciudad.
Siempre recibo con agrado cualquier
testimonio que de su Historia me quieran contar, y me gusta presumir de Yecla cada
vez que tengo ocasión.
Hace poco leí un artículo sobre todas
las construcciones que se han ido deteriorando con el tiempo, y de aquellas que
en sus reformas no han quedado muy bien paradas. De esto ya me había percatado
yo, y siento siempre una mezcla de rabia y pena cuando observo que no se cuidan
y hasta se dejan perder lugares emblemáticos de la ciudad que tienen tanta
historia que merecerían un reconocimiento perpetuo.
Y saltando de más información por
aquí y otros datos por allá, leí que Yecla tiene más de dos mil casas vacías. ¡Más
de dos mil!
Y entonces, dado que desde
siempre he sentido una irresistible atracción por las casas abandonadas, me
fueron asaltando más de dos mil preguntas.
¿Estarán todas cerradas a cal y
canto?
¿Dónde estarán ahora mismo las
dos mil llaves que las abren?
¿Qué fue de sus dueños?
¿Cuál será la casa que más tiempo
lleva sin ser visitada?
¿Cuál será la más misteriosa?
¿Cuántas tendrán todavía objetos
de valor en su interior?
¿Habrá alguna con biblioteca
petrificada?
…
Desde que conozco este dato voy
observando con más atención las casas de las calles que transito y,
verdaderamente, hay muchísimas que parecen decirme: “¿Y tú te sorprendes de ese
cuarto de siglo en Yecla? Si supieras el tiempo que llevo yo aquí olvidada…”
Y sí, lo reconozco, daría lo que
fuera por entrar a curiosear por todas y cada una de ellas. Y saludarlas, y
admirarlas, e imaginar sus historias…
Casi escucho el crujir de las
bisagras de sus entradas, tras empujar con fuerza esos portones que el flujo del tiempo se
ha encargado de sellar como losas.
Veo el polvo, que se presenta
tan inmaculado como en el Mar de la Tranquilidad. Está en las baldosas del zaguán,
en las escaleras, en las superficies de todos los muebles…
Imagino tantas telarañas como para hilar
el gran manto del tiempo que cubre los recuerdos.
Hay algo común en todas las casas
abandonadas. No importa si la vivienda
está en el centro de la ciudad o apartada en el campo; si los techos son de
escayola o dejan ver el cielo abierto; si está muy deteriorada o todavía conserva
un aspecto decente. En todas se detiene el tiempo en el mismo instante en que
te introduces en ellas. De hecho, deja de existir.
Y los sonidos se vuelven fugaces. Y llegan hasta ti con un eco especial. El de tus propios pasos, el ligero retemblar de las persianas que mueve el
viento, los crujidos de maderas viejas, una gotera en algún lugar, el vuelo de
un moscardón desorientado…
No, no hay emociones comparables
a las de caminar por una casa abandonada. Ni mejor laxante.
Si yo pudiera entrar a las dos
mil casas abandonadas…
Y si pudiera hacer un inventario
tanto de objetos físicos como de sensaciones personales, con seguridad escribiría la más bella y sombría Enciclopedia del abandono.
Y expresaría mi absoluta
fascinación ante libros y revistas que duermen en polvorosas estanterías.
Los cosquilleos de emoción ante
cartas y fotografías olvidadas en algún cajón.
Esa melancólica nostalgia al
descubrir juguetes antiguos.
La fascinación al observar la tenue luz que se filtra entre las viejas persianas, que descubre la sempiterna belleza de lo decadente.
Y un repelús no exento de macabra
atracción al encontrar cucarachas disecadas o ratones momificados.
He fotografiado algunas puertas de casas de Yecla que llevan muchos años cerradas. Y os aseguro que les he susurrado que mantengan todas las maravillas que guarden en su interior para el día en que me permitan visitarlas.
Les he dicho que, de momento, sólo puedo hacerlo con la imaginación.
28 de marzo de 2024
PON UN ROBOT EN TU VIDA
Sin duda el origen de la vida es uno de los grandes misterios de la misma que muchos científicos han estado tratando de comprender durante toda su ídem.
Sin embargo, el otro día yo
mismo fui capaz de crear vida mientras ordenaba la caja de herramientas.
Así de simple.
Dos arandelas estaban
casualmente posadas sobre un conector de mangueras y vi claramente unos ojos
que me decían: “Sé que me has visto como yo a ti. Anda, haz algo bonito conmigo
y déjame que entre en tu vida”
Me enterneció esa mirada y un
repentino interés me impulsó a terminar ese prototipo de androide que había
estado durmiendo allí dentro sin yo saberlo.
Os presento a Punky 16.
Me costó mucho que mantuviera
el equilibrio (algo normal en todo neonato) hasta que pude solucionarlo
poniéndole unos zapatos muy baratos: dos monedas de céntimo.
Me gusta imaginar que en un
futuro más o menos próximo pueda añadirle un chip de inteligencia artificial
para poder hablar con él.
Como si lo viera…
-Punky, dime la lista de los
reyes godos.
-Claro, JuanRa, ahí va: Alarico,
Ataúlfo, Sigérico, Walia, Teodorico…
No, no ¡un momento!, puestos a
imaginar, el chip será de verdadera inteligencia.
-Punky, dime la lista de los
reyes godos.
-Te permito la familiaridad de
llamarme Punky, pero sabes que mi nombre es Punky 16.
-Por supuesto, por supuesto.
-¿Y te interesa de verdad que
te diga la lista de los reyes godos o lo haces por comprobar que funciono bien?
Porque demasiado aleatoria y caprichosa veo yo esa pregunta.
-Bueno, lo reconozco, me
aburro y quiero preguntarte cosas.
-En ese caso, accedo: Alarico,
Ataúlfo, Sigérico, Walia, Teodorico…
-Perfecto, Punky 16. Ahora me
gustaría escuchar “In the army now”
-¿La versión de Status Quo? ¿O
prefieres que la interprete yo a mi estilo?
-¡Pero cómo! ¿Serías capaz de algo así?
-La duda ofende, JuanRa.
Escucha…
Y Punky 16 resultará ser un
músico excelente.
-Oye, Punky 16, ¿cómo se
llamaba el libro que…
- El laberinto de las
arandelas.
-¿¿Cómo has sabido lo que te
iba a preguntar??
-Porque te conozco como si te
hubiera parido.
Ahora que lo pienso, no sé si
sería tan atractivo que fuera tan inteligente. A ver si al final le iba a coger
miedo…
De momento me lo quedo así,
callado y con esa carilla de saber más que los ratones coloraos.
O que los engranajes dentaos, que le va mejor.