31 de marzo de 2014

SOY AMANECISTA, ¿Y TÚ?


Amanece que no es poco.
Tan solo nombrarla me hace reír.

No estoy seguro de si es una película a la que hubiera prestado mucha atención en su día, si no fuera por el hecho de que se rodó en Ayna, el pueblo de Albacete al que íbamos a veranear en los años 80.

De Ayna conservo desde entonces algunas amigas,  que  tuvieron protagonismo en este blog (En un tren hacia Ayna, Tres gritos en la noche)
Qué buenos recuerdos de adolescencia...  La de veces que recorrimos el pueblo de un extremo a otro, aquellas excursiones por el río, la continua correspondencia y  la ilusión por  volver a vernos. 

Un día nos dijeron que se iba a rodar allí una película.  Aquel rodaje movilizó a casi todo el pueblo, que se volcó entusiasmado, y  llegó a acoger en sus casas a  los actores y equipo técnico que no cabía en las pensiones.  Y, claro, el que algunas de aquellas amigas aparecieran brevemente como extras en la película, hicieron que  familia y amigos la viéramos con sumo interés.

Al margen de todo el vínculo afectivo (Ayna es mucha Ayna para mí), Amanece que no es poco es un puntazo de principio a fin.

Teodoro, un ingeniero español que es profesor en la Universidad de Oklahoma, regresa a España para disfrutar de un año sabático. Al llegar, se entera de que su padre ha matado a su madre, y para compensarle por la pérdida le ha comprado una moto con sidecar para viajar juntos.
Así es como llegan a un remoto pueblo de montaña que parece desierto, pero  lo que ocurre es que todos los vecinos están en la iglesia, porque la misa que hace el cura a diario es un auténtico espectáculo.

Padre e hijo tienen ocasión de asistir a las elecciones que se celebran cada año para designar alcalde, cura, maestro, puta y adúlteras. Además, al pueblo ha llegado un grupo de estudiantes de una universidad norteamericana, unos meteorólogos belgas, un grupo de disidentes de los Coros del Ejército Ruso e incluso invasores camuflados de un pueblo cercano.

 Plagada de escenas surrealistas,  con unos diálogos disparatados en un guión tan absurdo como divertido, creo que todo el mundo debería conocer esta joya cómica.


Lo que yo no imaginaba entonces es que  terminaría convirtiéndose en una película de culto que tiene hoy  cientos de fans que incluso se saben los diálogos de memoria.

Mi amigo Sese de Barcelona me envió hace tiempo el programa de actividades de un grupo que se autodenomina  Amanecistas.
Desde hace tres años organizan quedadas en Ayna a las que convocan a los amantes de esta película.

Las quedadas duran un fin de semana (viernes a domingo) y me llamó mucho la atención el buen rollo que se intuye en ellas: se recorren los lugares en los que se grabaron las escenas, tanto en  Ayna como en las dos poblaciones vecinas: Lietor y Molinicos. Se hacen almuerzos, se recrean escenas grupales como si se volviera a rodar, se juega un trivial de la peli... en fin, por lo que he leído en foros, se crea un espíritu amanecista muy divertido que cada vez está teniendo más éxito.

Hace poco escuché en la radio a José Luis Cuerda, el director, con su genial sentido del humor, comentando lo poco que gustó esta película en su día y  lo reconocida que es hoy, y poco después veía un estupendo documental en TV sobre aquel rodaje, hace ya 25 años, con las anécdotas y  recuerdos de los lugareños que participaron en ella.

Atraído por la idea de acudir algún día como un amanecista más,  me entero de que este año (cuarta vez en que se convoca) la fecha de la quedada será... ¡el 6 de junio! ¡Día de mi cumpleaños!

Esto debe ser  una señal para que vaya.  ¡Me están llamando!

Me apunto desde ya a la filas amanecistas, y desde aquí hago un llamamiento a todos los que os guste esta película. Este es el reto:
¿Nos vemos en Ayna el 6 de junio?

(Más información en Facebook #amanecistas)

26 de marzo de 2014

SIETE SOLES DE AITANA

SOL 1

En cuanto termina de levantarse el flequillo con  gomina, Samuel coge su mochila, se la coloca a la espalda y sale decidido hacia el cole.
- ¡Espérame! - le dices.
Tu hermano te obedece a regañadientes, pero una vez en la calle sale disparado sin aguardar a nadie.

- Jo, papá, Samuel no nos espera nunca - protestas.
- Ya veo.
- Pero tiene que ir contigo, ¡como yo!
- Bueno, es que se ha hecho más mayor y le gusta ir solo. Cuando tú tengas su edad también querrás ir sola al cole, ya no te haré falta.
Y me miras y te oigo decir:
- Que va, yo siempre querré que me acompañes, siempre me harás falta.

SOL 2

 Hay un ritual a la hora de despedirnos que no se puede alterar. 
El primer día de este curso  te dejé en la fila, con el resto de tus compañeros, te di un beso y me fui a casa.
- Ah, no, papá,  me decías después, ¿es que no has visto que las madres de los demás se quedan hasta que entramos en clase? No quiero que te vayas.
- Bueeno, me quedaré hasta que entres.

Al día siguiente me volvías a hacer reproche.
- Papá, si te quedas pero te pones a hablar con una madre, no me ves. Yo quiero que me mires y me digas adiós con la mano.
- De acuerdo, así lo haré.

A día de hoy me quedo, te veo subir las escaleras sin perderte de vista, nos decimos adiós con la mano, me lanzas un beso y yo a ti diez. 
Y me quedo allí, de pie,  hasta que se cierra la puerta de tu clase.
Ya tengo fama entre las madres del cole como el padre que más babea ante su hija.

SOL 3

No hay cosa que más te guste que sentarte en mis rodillas y que te ponga en el ordenador los videos de cuando eras pequeña.
- Pero… pero… ¿cómo es que no te comí? ¡¡Si eras un bollito!!
Y sonríes con regocijo.
- No, yo quiero que me lo expliques, ¿por qué no te comí?
- Ay, no sé, papá, ¡haberme comido!
- ¿Y si te como ahora?
- Pues te quedas sin Aitana.
- ¡Jo!

SOL 4

El otro día disfrutamos mucho con ese video en el que Samuel parece muy predispuesto a contarte un cuento, pero la cosa acaba antes de lo previsto. 
Lo mejor es esa cara que pones de "aquí falla algo." 
O no, mejor todavía es que decidieras unirte a las risas, con unas muecas que me recuerdan a la mona Chita.


SOL 5

Siempre te ha gustado que te cuente cuentos.
- Pero invéntatelo, ¿vale? Leído no  - me dices.
Este vídeo puede considerarse como el primer cuento que te conté. 
Y parece que te gustó.


SOL 6

Los tres cerditos y Blancanieves, las películas que más veces viste cuando eras “pequeña”. Me encanta verte aquí grabada, tu forma de imitar a Blancanieves y el entusiasmo cuando llegan los enanitos.


SOL 7

Te apasiona cantar y bailar. Cuando llego a casa te apresuras en mostrarme una nueva coreografía. Y me voy dando cuenta de lo mucho que progresas. En todo.

Hoy cumples 7 años. 
Sigues creciendo. 
Y te harás mayor e independiente. 
Pero yo siempre te veré como la niña que me coge de la mano y me mira con tanto amor.

Felicidades, Aitana. Te quiero mucho.
(Sí, hasta Saturno y volver a la pata coja, ya sabes)

20 de marzo de 2014

EN BUSCA DE LOLA HERRERA

Conocí a la actriz Lola Herrera hace algún tiempo.

Cuando digo "algún tiempo" quiero decir bastantes años, y al decir que la conocí, me refiero a que estuve frente a ella un par de minutos, mientras me firmaba un autógrafo e intercambiábamos unas palabras. Un instante efímero para ella y sin embargo muy duradero para mí.

A Lola Herrera me la presentó Miguel Delibes, y esto lo he dicho con toda la intención de causar asombro porque, claro está, no me la presentó el escritor sino su obra, concretamente Cinco horas con Mario
La trama de esta novela es por todos bien conocida: una mujer joven enviuda de repente y pasa toda una noche velando a su difunto esposo, "dialogando" con él.

Yo era demasiado joven e inexperto lector para adentrarme en una novela de estas características, pero después de haberme emocionado con el pequeño Daniel el mochuelo en El camino y quedar impactado con la hiperrealista pelea a muerte entre dos hombres en Las ratas, me aficioné a Delibes con tal pasión que en los sucesivos años leí  gran parte de sus novelas y relatos.

Tiempo después de vivir ese intenso soliloquio de Menchu ante su difunto marido, vi anunciada la obra Cinco horas con Mario para representarse en el teatro de Elda. Lo comenté en casa, y mi madre, admiradora de Lola Herrera como yo,  propuso que fuéramos juntos.

Aquella función tuvo una anécdota que ambos recordamos con nitidez.

Antes de que se levantara el telón, el patio de butacas era un hervidero de toses. No recuerdo quién dijo aquello de "La tos es el deporte nacional que se practica en los teatros", pero es una verdad como un templo. No solo es que se oían toses que llegaban de todas partes, roncas, estridentes, graves, explosivas..., es que además, a escasos instantes de comenzar la función, la gente seguía entrando y armando mucho jaleo para sentarse.
Pensé que aquello terminaría en el preciso instante en que la actriz comenzara a hablar, pero me equivoqué. La intensidad de las toses decreció, pero solo un poco, y aún continuaron los murmullos de la gente que no terminaba de ubicarse.

La representación llevaba cerca de veinte minutos y mi madre y yo estábamos indignados por el poco respeto que mostraba aquella gente tosedora y charlatana.
Cómo sería la cosa que de repente Lola Herrera dejó de hablar. Su silencio fue tan prolongado que todos los espectadores terminaron por percatarse de que algo sucedía y empezaron a callar y quedar atentos al escenario. Entonces la Herrera, con su característico timbre de  voz cristalina, dijo (y me acercaré mucho a sus palabras exactas porque aún recuerdo bien aquel bochornoso momento) :

"Estoy oyendo una serie de murmullos, toses y ruidos desde que empecé, que me están resultando muy molestos y no me dejan concentrarme, y yo así no puedo trabajar. Si es que han descubierto que esta no es la obra que esperaban, les ruego se dirijan ahora mismo a la taquilla y pidan que les devuelvan el importe de la entrada, pero si desean continuar aquí,  por favor, guarden el mayor silencio posible" 
Después  volvió a sentarse en la silla, junto al féretro,  y dijo: "Y ahora voy a continuar" 
Pero se dio cuenta de que era incapaz de proseguir con normalidad tras una interrupción tan brusca y exclamó con rabia: "¡¡No, empiezo desde el principio!! ¡¡Telón!!"

Creo recordar que se oyeron algunos aplausos que apoyaron esa decisión, que a mí me pareció perfecta, aunque me costó mucho que se me pasara la indignación ante la poca consideración de la gente. ¿Dónde pensaban que estaban? ¿En un bar? 
¿Y queréis saber algo irritante?  A partir de ese instante ya no se oyó ni la más leve tos, ni un tímido cuchicheo, ni respirar se oía, ¡silencio sepulcral! , con lo que uno se pregunta ¿cómo lo hicieron los tosedores para dejar de toser? ¿se les alivió la garganta de repente? ¡Qué poca vergüenza tienen algunos!

Ni que decir tiene que la actriz estuvo colosal, que se metió de lleno en su papel, riendo, llorando, transmitiendo sentimientos con una fuerza admirable y que la ovación al terminar palió el malestar del comienzo.

Fue entonces cuando mi madre decidió ir a felicitar a la Herrera. Yo fui reacio al principio pero ella iba tan decidida que me dejé llevar por la idea. Y sí, la encontramos a la puerta de su camerino y la felicitamos, no solo por el impresionante papel sino por esa soberana decisión de interrumpir la obra, dar un toque de atención al personal irrespetuoso y comenzar de nuevo.

- Hay veces que no queda más remedio que actuar así - nos dijo- Y créanse que no es plato de buen gusto.
- Ha sido vergonzoso - le dijo mi madre- pero ha actuado como una gran profesional.

Pues bien, doy un salto al presente año porque una mañana del pasado mes de enero, caminaba yo por la calle cuando vi unos carteles anunciando En el estanque dorado, con Lola Herrera y Héctor Alterio en el Teatro Concha Segura de Yecla
Fue inevitable rememorar aquella noche de teatro en Elda, que a pesar de la impecable actuación de la Herrera, la recuerdo mucho más por su breve pero intenso discurso a los tosedores.

Seguí caminando y pensé ¿Y si fuera a verla otra vez? Y conforme avanzaba el día más me apetecía.
Al llegar  a mi casa busqué el autógrafo en un álbum de recuerdos. Encontré aquel folleto enseguida.

TEATRO CASTELAR - ELDA
Jueves, 9 de marzo de 1989
ACONTECIMIENTO TEATRAL

Casi caí de espaldas al hacer la cuenta y descubrir  ¡que han pasado 25 años desde aquello!

De golpe me entraron unas ganas enormes de volver a verla actuar y pensé que era una buena idea llevarme aquel folleto y tratar de ver a la actriz para mostrárselo. ¿Me atrevería a hacerlo? 
No fue posible que nadie me acompañara esta vez, pero no me importó, y el viernes 17 de enero acudí a ver  En el estanque dorado.

Yo había visto la película el mismo año en que leí Cinco horas con Mario. Quizás muchos la recordéis (o no, porque siendo del año 1981... uff, qué viejuno me estoy haciendo) 
La pareja que la interpretó en el cine fueron Henry Fonda y Katherine Hepburn, él en un papel gruñón,  pesimista y con un irónico sentido del humor, y ella todo lo contrario, alegre, jovial y  vitalista.

Me senté muy cerca del escenario y minutos antes de empezar... ¡la gente tosía! ¡y mucho! Pero no, por suerte la historia no se repitió, pues cuando la función comenzó se produjo un respetuoso silencio (los yeclanos no me podían decepcionar)

Y qué decir de la obra..., pues que me resultó encantadora, sobre todo por los papeles de Héctor Alterio y, cómo no, la Herrera, con esa voz diáfana, cantarina, tan bien modulada. Una obra que precisamente habla del paso del tiempo, de la gente mayor, de la compañía...
Es curioso, la Lola Herrera que vi por última vez era 25 años más joven y sin embargo... ¡está más guapa hoy! Esto hace que aún la quiera y admire  más, pues viéndola sonreír tiene  uno la total certidumbre de que con los años se puede seguir creciendo en hermosura. ¡Yo quiero ser herreriano!

Al terminar hubo gran ovación y salieron varias veces a recibir los aplausos que no cesaban. Cuando por fin dejó de abrirse el telón, me puse manos a la obra... en busca de Lola Herrera.
Subí escaleras, recorrí pasillos enmoquetados en rojo, bajé a la planta baja, volví a dar vueltas en otra dirección, cruzándome con  bustos y columnas de otras épocas... Arriba, abajo... No sé quién diseñó el teatro de Yecla pero lo hizo con toda la mala idea de que no se pudieran encontrar los camerinos. ¡Son invisibles!

Finalmente hablé con el ordenanza  para preguntarle qué había que hacer para ver a los actores y me dijo que no era posible, que tenían prisa y no podían recibir a nadie.

- Vaya, - lamenté - es que hace 25 años Lola Herrera me firmó un autógrafo- le dije mientras se lo enseñaba-  y me hacía ilusión hablar con ella otra vez.
Y se ve que mi cara de decepción le conmovió porque me echó un cable
- Mira, ve por la parte del jardín y busca una puerta estrecha. Por allí saldrán. ¡Pero yo no te he dicho nada!, ¿eh?

Con nuevas esperanzas, hice lo que me dijo y encontré a ocho personas esperando en el lugar. Hacía un frío terrible, de esos fríos árticos que Yecla nos regala en invierno. Pensé que esto era un gran inconveniente porque con esa helada nocturna no tendría ganas de quedarse ni un minuto.
Me percaté de que los que esperaban como yo, no estaban junto a la puerta, parecía que les daba corte enfrentarse en primer lugar, así que, más espabilado que ellos,  me puse el primero sin miedo. Entonces caí en la cuenta de que, tonto de mí, no había llevado un bolígrafo.
Comenté mi olvido a la pareja que más cerca tenía y me dijeron que ellos se pondrían primero y me lo prestarían después.

Cuando nuestras narices estaban a punto de convertirse en hielo se abrió la puerta y asomó Lola Herrera, que al ver a nueve personas allí exclamó: "Ay, por Dios, con el frío que hace, vámonos a casa todos"
La gente se acercó y ella, cerrándose el abrigo hasta el cuello, se dispuso amablemente a atendernos. Qué remedio...
Fui el segundo, y después de felicitarla y enfatizar  lo bien que había estado todo,  le dije:
- Mira, Lola, he traído algo que todavía guardaba.
Al verse en aquella foto exclamó: "¡Ay, madre míaa!"
- Hace justo 25 años te vi en Cinco horas con Mario.
- ¿Hace 25? Pues serías muy joven entonces.
- ¡Y tanto, 22 años!
- Ay, cómo pasa el tiempo.  Me sorprende que aún lo conserves.
- Ahora conservaré los dos juntos.
- Dime tu nombre.

Pasé más frío que un tonto, pero mereció la pena. Ahora puedo decir que tengo nueva cita con la actriz dentro de otros 25 años en a saber qué obra.

Sí, bueno, el tiempo pasa y no perdona, pero todos sabemos que algunas personas tienen simpatía por el diablo. Y  hacen tratos... y  pactan  con él.

"Yo te buscaré, Lola. ¡Vaya si te buscaré!"


15 de marzo de 2014

DIABLOGRAFÍAS 15

(Dedicado a los aficionados al retoque fotográfico,
y especialmente a los que se divierten jugando con las palabras)

1. UN ALFIL SE HACE UN SELFIE. Y no sonríe porque no puede.
 De ahí  que cuando vemos el perfil del alfil en Facebook, en todas sus fotos nos parece un tipo antipático y desabrido.  Pero sabed que él lo intenta, que mira a la cámara y dice "Cheese".  Pero solo le sale "Chess".

2.UN TOMTOM A RITMO DE TAMTAM. O cómo inventar una frikada en África.

(Viñeta expuesta sin ton ni son y al buen tuntún)

3. USB EN BUS. ¿A que mola cosa mala?

De lo que no estoy seguro es de si  el bus  tomó la N-3, o la MP3. Pero eso sí, el USB llegó a su destino y sin hacer más conexiones.
(Nota: el USB no tenía GPS pero sí ADSL)
(Nota 2: Muerte a los que  ponen  nombres tan bonitos a las cosas)

4. ¿QUIÉN CHITA MEJOR QUE UN MONO?

Una mona, en todo caso.
(Un recuerdo a mi profesor, Don Antonio, que a veces nos decía "¡Setenta monos!, digo ¡sentémonos!")

5. ZUMBAO POR LOS ZOMBIS.

 Bromas shakesperianas  aparte, los zombis son cultura y merecen todo nuestro respeto y consideración. Un zombi caminando en solitario por la calle a la luz de una farola es tan sobrecogedor como Los girasoles de Van Gogh. Incluso más, diría yo.

6. STOP A LOS TOPS.

¿Cómo verían nuestras abuelas un spot de tops? ¿Y un desfile de top models en tops modernos? ¿Serían igual de críticas las abuelas que los abuelos? ¿Volverá a ponerse de moda la enagua?


7. EL ORIGEN DEL PRINCIPIO (o Principio del Origen, si te pones tiquismiquis)
 8. BUSCÁNDOSE A SÍ MISMO.

 ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Qué es la vida? ¿Hay algo más después de la muerte?
Todas las respuestas están en Google, pero da pereza ponerse  a buscarlas, no digáis que no.

9. ¡QUÉ GUAYS LOS KIWIS!

 Aves sin alas, con plumas que parecen pelo, con forma de rata y omnívoros como ellas. Para colmo su nombre tiene K y W, las letras más  incomprendidas del abecedario. 
Y si al menos los viéramos por todas partes... Pero no, a los kiwis les dio por elegir Nueva Zelanda, allá por la Quinta La Puñeta. 

10. BB DE BYE BYE  

Primera y única vez en que he visto a la Pantera Rosa (alias Pink Panther) más sexy que Marilyn Monroe.
De PM.

10 de marzo de 2014

EL LSD ESTÁ SERVIDO

Enfrentémonos a los hechos sin miedo  (Glups!)

(En rojo las palabras y frases por vosotros propuestas)

Todo empezó con aquel hombre que  sintió hambre, ¿recordáis? Sí, aquel que tuvo la picardía de asistir a una conferencia cuando supo que ofrecerían algo que llevarse a la boca. 

¿Sobre qué versaba la conferencia? No lo sabemos, el protagonista no nos leyó el folleto, algo que podemos llegar a comprender conociendo sus intenciones: le tenía sin cuidado lo que en ella se tratara, él solo pensaba en esa oportunidad de darle a las muelas. Luego vimos que sí, que una vez allí,  la oportunidad le llegó en forma de canapés. 

A este respecto me hacía Sese una observación: "Es raro que den el refrigerio antes y no después de la conferencia", y suponía que  sería esto una necesidad argumental, porque en el mundo real nadie asistiría a ella después de zampar. 

Pues no te falta razón, tronco, pero fíjate que si preguntaras a los asistentes a aquel evento cuál es la vida real, sin duda te responderían que aquella que están viviendo. Tú los ves desde fuera, sin forma ni color, pero ellos se sienten tan vivos y reales que para aquella gente el personaje irreal podrías ser tú. Todo es normal en su mundo y su contexto. 
Esto es un poco como aquello de la botella medio llena o medio vacía, es decir distintas formas de ver una misma verdad. Piénsalo un poco y verás que buscar la lógica en lo aparentemente ilógico puede llegar a ser muy adictivo, aunque, eso sí, "te irás con la cabeza tan rota como yo" (vale, vale, me pedías el corazón y no la cabeza; reconozco que aquí me ha faltado... pasión)

En cualquier caso, pienso que este hombre también se habría largado de allí si no fuera porque se vio obligado a entrar en el salón de actos (recordemos que le pillaron con la boca llena y él no quería aparentar ser un muerto de hambre) 
Imagino que debió pensar, "bueno,  ahora me trago el rollo y ya está, pero al menos me he puesto las botas"
Pero qué paso entonces, ¿por qué vió que la señora se convertía en perro y el perro en señora?

Para Misaoshi la cosa está clara: "Resulta que era una conferencia de una secta y los canapés llevaban droga y por ello empezó a verlo todo borroso y las imágenes mezcladas" 

No queda nada mal esto de la secta. Diría que casi ha dado en el clavo y sin  martillo. Además la palabra "secta" se parece a "seta" y,  mira por donde, existen setas alucinógenas. Las setas pueden ser tan peligrosas como las sectas (las que llevan la intercalada C de Canapés)  
Vale, pido disculpas por estas divagaciones, siempre me enrollo más que una serpiente mordiéndose el culo.
Más que una secta me parece un gran timo porque, según cuenta Misaoshi, cuando los asistentes al acto se despiertan, se dan cuenta ¡de que les han robado! (¿puede haber un delito más hediondo?) Por suerte, a nuestro hambriento amigo, que no tenía ni calderilla para unas patatas fritas, nada podrían robarle,  y se marcharía de allí mareado pero feliz. Toda una experiencia que contar a su mamá (y a sus nietos algún día) 
Antes de abandonar aquel lugar, dice Misaoshi que nuestro amigo oyó cómo un caballero le decía a su esposa: "Pues no decía yo que la señora esa no podía ser verde, ¡te lo dije, eso era la droga!

Pero las interpretaciones pueden ser tantas... 

Montse no los ha visto ni como secta alucinógena  ni como timadores, y expone su visión de los hechos:  "Seguro que se trata de una gente muy chic que quiere hacer un estudio sobre el comportamiento humano en extremo grado de pobreza, de ahí lo de LSD, que quiere decir "Los Sin Dinero" 

¡Toma ya! ¡Asombroso! He aquí una suposición con fundamento. Además añade que “ aquel hombre era su primer experimento, luego vendrían más, y mucho más crueles..." 
Montse, por favor, deberías tejer esta historia hasta el final. Esa idea de elegir a un incauto e inocente viandante como conejillo de Indias es todo un guión de película. Además, casi estoy viendo al actor que haría de conferenciante cuando dice: "Deberíamos sincerarnos y decir abiertamente qué  es lo que nos lleva a hacer esto" Creo que  entonces la señora del abrigo susurraría con orgullo:  “Más les vale que sean sinceros; ya me di cuenta de que aquello no era vino blanco, sino limonada"

Las cosas no siempre son lo que parecen, y esto es algo que debió pensar Loque  al conocer la historia. (O tal vez no pensara nada y se limitara a hacer un ejercicio de improvisación)
Ella opina que toda aquella gente debió ser hipnotizada nada más entrar en la sala, con el fin de que vieran en los canapés lo que desearan ver. En realidad no eran tales canapés, sino trozos de pan duro. 
“Como este pobre chico tiene tanta hambre, - explica Loque- ve comida apetitosa, pero como la señora pija y su perrito están bien alimentados, lo prueban y pasan” 
Interesantísimo examen. Supongo que el adalid de aquel experimento sería un  hipnotizador de incontestable poder, capaz de hacer ver la belleza de una fuente en un simple y oxidado caldero.

Puedo imaginar a algún asistente ensalzando el sabor de aquellos mendrugos de pan.
Le advierto, joven, que somos muy selectivos", diría el hipnotista socarrón.

Tal vez Ángeles podría ser una buena mentalista, pues supo leerme hasta la última neurona.

“La historia - dice ella -  parece indicar que los canapés estaban aderezados con LSD, que tal ‘producto’ era el tema de la conferencia y que los canapés estaban allí preparados para hacer un experimento guiado después de dicha conferencia. Por eso no se los comía nadie. Pero como nuestro hombre no había leído el folleto, y como tenía más hambre que un perrillo chico, se puso a zampar sin más. Y luego, claro, flipaba en colores” 

Pero el verdadero experimento me habría de llegar después: ¿cómo describiría yo lo que siente un hombre que ha ingerido gran cantidad de sustancias alucinógenas? ¿Cómo contar ese abstracto flipe en colores sin una base empírica y sin tener que consultar una enciclopedia
No tuve más remedio que elegir a un pobre perdedor y sentarle a escuchar una conferencia. 
El tema de la misma sería lo de menos: la caza de la perdiz roja  o el estudio metalúrgico en la isla de El Hierro, por ejemplo. 
Tampoco importaría  el aspecto del conferenciante: más tieso que un carámbano con gomina o tan relajado como el gato de un hippie.  
Lo que de verdad  me interesaban  eran las sensaciones del drogado, las percepciones físicas y mentales por él vividas. Este era el enigma.

Yo le veo flotando en nubes de humo azul, asomado a la barandilla del vacío inconsciente, estrellándose en las estrellas del tiempo, en  un retruécano infinito, sin dejar de  aspirar la rota flor de un verano silencioso. 
Por favor, ¿dónde está el servicio?, pregunta alguien en algún rincón de su mente.
Le intuyo sonriendo a un rostro de nácar que le roba el habla como una sanguijuela infame, permitiendo que sea su pulso el que no deje de sonar,  descendiendo  en espirales de paz traslúcida y gritos soeces que le hacen abochornar y reír a un tiempo, cabalgando a lomos de un pétreo lagarto que siempre toma el  camino más obsoleto.
No a las drogas”, parece escuchar en el eco de algún eco. 
Y en la beatífica caída a un submundo de sueño desmedido, se ve a sí mismo platicar con el espejo: “La paparrucha y el mamarracho no hacen buena pareja”, se dicen,  y en algún  gesto canino advierte que todavía no sabe quién es ni dónde está, y que lo único que recuerda es aquella última voz que susurró “A mí me parece que lo que todos buscamos es librarnos de la a veces desesperante conciencia del yo” 

Nunca me hubiera atrevido a describir aquel alucinado trance sin la valiosa ayuda de Ángeles, Ana, Papá Cangrejo y Amig@mi@.

Y he dejado para el final el que considero un magnífico titular de periódico:

HOMBRE DEVORADO POR UN GRUPO CANIBAL

Y es que la calenturienta imaginación de Carlos (casi mi alter ego) le llevó a dibujar una escena horrorosamente fascinante. 

“Sí, por efecto del LSD, el prota va a ser considerado por el resto de asistentes (con cara de perro o sin ella) como un ejemplar sabrosísimo para hincarle el diente, cual chorizo de cantimpalo”
¿Canapés atractivos y apetecibles? Bah, mucho mejor el incauto invitado, que les servirá de delicatessen.

Haced un último esfuerzo para visualizar este macabro experimento de la imaginación y así poder verle sentado en su butaca, cuando la semilla del ácido alucinatorio empezara a germinar en su organismo y sonriera embobado a todos los allí presentes.
El señor Corman, desde su atril, le señalaría para exclamar:

"Agradecemos la asistencia del señor Gutiérrez, que amablemente se ofrecerá a servir de apetitos... ejem, de amable voluntario para nuestro...ejemplo. ¡Un aplauso, por favor!"

Sin imaginar su terrible destino, nuestro hombre seguiría sonriendo a todos aquellos señores que se levantaban a aplaudirle. 
No le pareció extraño que le llevaran en volandas a la tarima, ni sintió el más leve resquemor al percibir que le despojaban de su ropa hasta dejarle completamente desnudo.
Echado en aquellas suaves tablas, vio acercarse a una mujer que se arrodilló junto a él y le besó en la boca. Después sintió un leve pinchazo en los labios y cuando la mujer alzó el rostro, su mentón goteaba sangre. Pero su cabeza estaba demasiado acorchada para comprender todavía.
En el momento en que un hombre muy grueso le levantó la pierna y le mordió con fuerza en los gemelos,  experimentó el primer asomo de incertidumbre. Algo raro estaba sucediendo, pero aún no sabía enfocar la realidad.
Se fueron acercando más personas, que con sus bocas daban tirones de distintas partes de su cuerpo.
Fue cuando se aproximó el Señor Corman y en su semblante se dibujó de repente el sobrecogedor rostro del diablo, cuando aquel hombre vislumbró por primera vez la realidad, el dolor se hizo latente  y un grito de terror brotó por fin de su garganta. 
Aquel sonido fue el detonante que excitó al grupo de caníbales que le embistieron a mordiscos como perros rabiosos.

Justo cuando el corazón de aquella masa sanguinolenta dejaba de latir, partía  hacia el pueblo un autobús con un asiento vacío.

Muchas gracias y hasta otra, Lectores Seguidores del Diablo. 


4 de marzo de 2014

EXPERIMENTO ELE ESE DE

Acudió a la conferencia por puro interés estomacal.

No había previsto que a aquellas horas sentiría hambre, y sus últimas monedas las había empleado en sacar el billete de vuelta al pueblo.  Faltaban casi tres horas para que saliera el autocar y en los bolsillos no le quedaba ni un triste caramelo que echarse a la boca.

Por hacer tiempo, caminaba por los alrededores de la estación de buses, intentando ignorar la protesta de sus tripas, y fue entonces cuando aquella chica sonriente  que iba repartiendo publicidad le ofreció un folleto. Lo cogió mecánicamente, sin ningún interés por saber en qué consistía, y a punto estaba de tirarlo a la papelera de la esquina cuando sus ojos leyeron:
"Obsequiaremos con un pequeño refrigerio 
a todos los asistentes"

 Aquello era el anuncio de una conferencia. Sin apenas prestar atención al largo título, que contenía palabras que le parecieron muy técnicas, se limitó a buscar por el papel el lugar y la hora del evento. Cuando descubrió que era en esa misma avenida y que comenzaría en menos de media hora, se dirigió hacia el "pequeño refrigerio" sin dudarlo.

En la dirección indicada, accedió al hall de un edificio destinado a actividades culturales. Asomó una sonriente joven, muy parecida a la que repartía folletos en la calle, y le pidió que le acompañara.
Al atravesar unas puertas giratorias se encontró con un numeroso grupo de personas en pie, charlando animadamente. Se sintió ligeramente cohibido hasta que  vislumbró las mesas circulares sobre las que destacaban doradas bandejas.
Aquellos canapés, con sus variados colores y meticulosa disposición, se encargaron de dar la bienvenida  a sus ojos primero y a sus glándulas salivares después.

Se tragó el primero de un bocado y cogió una de las muchas copas servidas con vino blanco. Tomó un pequeño sorbo mientas se acercaba a otra bandeja, mirando  de reojo a la gente más próxima. Cuando se aseguró que nadie le prestaba ninguna atención,  se metió otro canapé en la boca. Era de color salmón y lo encontró delicioso, pero se reprimió a la hora de tomar otro. No quería parecer un desesperado, cuando lo cierto es que se le había despertado un apetito voraz y deseaba saciarlo con todos aquellos manjares triangulares.

Bebió otro sorbito al tiempo que volvía  a recorrer la sala con su mirada. Allí no parecía haber más hambriento que él. En el ambiente flotaba el murmullo de gente sosegada que hablaba de temas muy raros.

"...pero no es más que la percepción sensorial de cada cual, que es siempre subjetiva..."
"... siempre que no se anule la voluntad, claro, al fin y al cabo la mente no participa entonces de esa realidad ..."
"... desde luego, desde luego, ahí radica el punto neurálgico de esa experiencia. No obstante..."

Una señora con un grueso abrigo de pieles tomó con delicadeza un canapé y le dio un diminuto bocado. Hizo un mohín de desagrado, y lo acercó a uno de sus anchos bolsillos, por el que asomó la minúscula cabeza de un perrito que también mordisqueó el canapé e igualmente lo rechazó agitando la cabeza.

Instantes después se abrieron las puertas y anunciaron el inminente comienzo de la conferencia en el salón de actos, por lo que la gente empezó a abandonar aquella sala, la sala de las mesas, las mesas de las bandejas, las bandejas de los canapés, los canapés del delirio.

Se rezagó intencionadamente, dejó que saliera toda la gente para quedar allí a solas un momento, y cuando vio desaparecer al último abrigo oscuro más allá del marco de la puerta, se abalanzó a comer canapés. A devorarlos, a engullirlos, a exterminarlos a dentelladas y lametazos. Los de jamón, los de queso azul, los de paté, los de huevas de esturión...
Cuando la chica sonriente se asomó, le encontró con los carrillos hinchados como pelotas.

- ¿No va a acudir a la conferencia, señor?

Abochornado, levantó un dedo y asintió con la cabeza, mientras bebía otro sorbo para poder tragar aquella invasión de gula.
...............

Y bien, os aseguro que he comenzado este relato con una idea aproximada de cómo lo concluiría, pero de repente he pensado que podría hacer un experimento literario:
¿Qué tal si me dais pie a que lo prosiga por caminos que ni yo mismo pueda imaginar ahora?

Me explico:

Si has llegado hasta aquí, hasta el punto en que este hombre mastica y traga canapés en medio del enorme apuro de haber sido pillado cual Carpanta, dime: ¿Sospechas algo extraño?
Si no es así, lee de nuevo el título del post y te vuelvo a preguntar, ¿se te ocurre por dónde pueden ir los tiros? Bien, pues cuéntamelo porque yo no estoy muy seguro.

Solo sé que cuando la conferencia empezó, nuestro amigo estaba sentado en las filas de atrás, y que de repente la señora del abrigo de pieles se volvió para mirarle y tenía la misma cara que su perro; es más, toda ella era un enorme perro con abrigo, y de uno de sus bolsillos asomaba una diminuta señora que se chupaba los dedos.

Pero aunque no comprendas nada, te voy a pedir también que me digas seis palabras sueltas, las primeras que te vengan a la cabeza.  Pueden ser sustantivos, adjetivos, verbos... me da igual. 
El caso es que estaré obligado a que esas palabras (rebuscadas o sencillas) aparezcan en la continuación de la historia.
Por último te pido que me digas una frase completa para poner en boca de alguno  de los señores o señoras asistentes a la conferencia. Incluso la puedes adjudicar al conferenciante si lo deseas. Solo tienes que decírmelo.

Para que todo sea más misterioso, voy a ocultar durante unos días los comentarios; mejor que todo sea secreto hasta el final.

Ignoro si es una buena idea y qué puede salir  de esta extraña conferencia, (¿nos aportará algo interesante?)  pero si acaso el experimento resultara fallido... bueno, al menos no seré el único responsable, que aquí nos vamos a mojar todos (y no de vino blanco)

En cualquier caso, siempre podremos echar la culpa al mal estado de los canapés.

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ACTUALIZACIÓN 7/3/14
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 ¡¡Socorro!! ¡En qué lío me he metidol! : o
Cierro plazo de admisión para que no se haga muy largo. 
¡Gracias por la participación! :)