- ¿Ves estos dos puntos que tengo aquí? - le dije un día a Samuel, señalándome dos pequeños lunares que tengo en la mano derecha – Son las marcas que me dejaron los dientes de una serpiente.
- ¿¿Una serpiente?? - exclamó con aquella carita de asombro que ponía entonces - ¿Que te mordió una serpiente?
- Sí, se la quité del cuello a la mamá. A ella también le mordió. Mira, ¿ves?
Apamen tiene dos lunares muy juntos a un lado del cuello, y otros dos un poco más abajo. Los señalé para que Samuel los viera.
- La historia fue que la mamá estaba tumbada en la hierba y una serpiente que había por allí se acercó y le mordió. Al verla, la agarré con la mano para quitársela, y conseguí que la serpiente se soltara. Pero me mordió en la mano y rápidamente volvió a morder el cuello de la mamá. ¿Ves como le dejó las señales de los dientes a ella también? Mira, aquí y aquí.
Samuel empezó a mirarme con recelo y al momento le escuchamos decir.
- Pero... ¿eso pasó de verdad o te lo has inventado?
- ¡Pues claro que se lo ha inventado, Samuel! – le dijo Apamen- ¡Dile que no te tome el pelo!
- ¿Pero a que es una historia chula? Fíjate, fíjate, son como mordiscos de serpiente. Si te lo imaginas parecen de verdad.
- Es verdad, parecen.
- Y anda que no dolió... Era una serpiente pequeña ¡ pero mordía más fuerte...!
Samuel sonreía aceptando que prosiguiera la fantasía.
- ¿Pero era venenosa?
- ¡Muchísimo! Estuvieron a punto de cortarme la mano, ¡y a la mamá el cuello!
Cosas de la vida, pasados unos años tuve ocasión de ampliar la historia.
A Samuel le aparecieron dos lunares gemelos próximos a la axila izquierda. Surgieron de la nada y cuando los descubrimos le pregunté qué le había mordido.
A Samuel le aparecieron dos lunares gemelos próximos a la axila izquierda. Surgieron de la nada y cuando los descubrimos le pregunté qué le había mordido.
- No me ha mordido nada, papá, ¡son lunares!
- Eso es lo que tú te crees, pero yo le veo pinta de que sea un mordisco de la tarantola do Brasil.
- ¿¿La qué??
- La tarantola do Brasil. Es una araña muy grande que vive en el Amazonas y en Yecla. Es muy raro que muerda pero se debió meter en tu cama. Al moverte la aplastarías y por eso te ha clavado los dientes. Te ha dejado la señal ya para siempre.
Pero si Samuel ha consentido siempre mis historias rocambolescas, Aitana no se ha quedado atrás.
Hace poco descubrimos que también a ella le ha aparecido su par de lunares gemelos, como si también quisiera entrar en la historia de esta familia de “mordidos”. Curiosamente sus ¿lunares? están casi en el mismo lugar que los de su hermano: por encima del pecho izquierdo en dirección a la axila.
- ¡Papá, a mi también me ha mordido algo! - exclamaba contenta.
- ¡Esto es increíble! - le decía yo- Tengo que estudiar el caso de este mordisco. A ver, ¿te duele?
- No, nada de nada
- Lógico, los mordiscos del duende azul no duelen.
- ¡Anda!, ¿me ha mordido un duende azul?
- Sí, el único que existe. Dicen que duerme dentro de las almohadas y que solo muerde a las niñas más guapas del mundo. ¡Qué mala suerte has tenido!
- Bueno, me da igual, como no duele...
Así que ahora ando entre libros sobre mordeduras y sus consecuencias. Estoy leyendo uno que se titula “Dicen que son lunares, pero vaya usted a saber”, que me está dando muchas respuestas.
Dice su capítulo III:
"Aparecen siempre a pares en los más variados lugares, camuflados como lunares son ,muchas veces, mordiscos singulares.
Y aunque de ellos nada supura, su cicatriz dura y perdura"
Estudiándolos con más detenimiento descubro hoy que a mi me mordió verdaderamente una serpiente, pero no una serpiente cualquiera sino la Luciferina (Peccatia Paradisae). Ahí podría estar el origen de mi verdadera naturaleza.
Apamen fue mordida por el Vampiro enano de Calasparra, (Sorbetorum Persistentis) De ahí quizás sus años de trasnochar y bailar sin problema ni dolor alguno.
A Samuel la consabida Tarantola do Brasil (Aracnata Goleata) que inocula en la sangre sabiduría y dotes futbolísticas.
La duda la tengo con Aitana porque en este libro no aparece el Duende Azul. Tendré que consultar más tarde este otro llamado De duendes con dientes, a ver si me aclara algo.
Aunque tal vez alguno de vosotros tenga más libros sobre mordeduras y quiera ampliar conocimientos.
¿Tenéis mordiscos en el cuerpo? ¿Verdad que parecen lunares? ¿Sabéis de dónde provienen?