Quedó pendiente terminar de contar la historia que se desencadenó en mi cabeza al ver aquella imagen de una máquina demoliendo un edificio.
La primera sorpresa al indagar sobre ella es que no era una foto tan antigua. Creo que el año
1986 se sentiría ofendido si le
llamáramos viejo, pero siempre podríamos
echarle la culpa al blanco y negro,
que hace sumar años a las fotografías.
Mi amigo Txema, que me conoce bien, comentó muy pronto todo
lo que sabía al respecto y, claro está, acertó.
Efectivamente era el Hospital de Elda, (solo había que
ampliar la foto para leer el cartel sobre la puerta) y habiendo escrito en el post que era un lugar
relacionado conmigo, la mayoría acertasteis: allí fue donde nací (o el lugar de mi ascensión desde
los infiernos, que tan bellamente apuntó Hitlodeo)
Sin embargo nadie, ni siquiera Txema, respondió a mi última pregunta como yo
esperaba.
¿Por qué lo derribaron?
Borja F. Caamaño contestó:
“Era el ultramarinos del viejo Pepe; un solitario solterón
que dio rienda suelta a sus instintos más bajos.
Cuando lo descubrieron, tras darle su merecido, tiraron abajo el lugar para que
las almas de sus víctimas pudiesen descansar”
Ante esto solo puedo decir que NO es la respuesta
correcta, pero considero que merece el
premio “Imaginación Efervescente” y un
fuerte aplauso por tan estupenda historia.
Queda muy bien decir que lo derribaron porque habían
construido un hospital mejor. Esta es la
respuesta que dieron Sese y MJ, y
coincide con la historia oficial, pero no con MI historia oficial.
Es muy correcto aportar el dato de que en su lugar construyeron una Residencia
para la Tercera Edad, como bien dijeron
Peque y Montse, pero… ¿fue ese realmente el motivo de que demolieran el
antiguo hospital?
Me gustó la elucubración de Sandra. Todo fue debido a una
idea de mi Jefe: un lugar donde infiltrarme para que yo controlara a los más
sabios del lugar (para los más perversos propósitos, imagino) Pero me temo que por desgracia mi Jefe aún no confía tanto en mí como para asignarme tal responsabilidad.
Y aún me gustó más la conclusión de Ángeles:
“Con tu llegada, el
hospital cumplió su máximo objetivo, y como ya no podía aspirar a mayores
honores, decidieron que lo mejor era echarlo abajo. Como quien se retira en
pleno éxito para dejar su nombre en lo más alto”
¡Oh, cuán fermoso
habláis, amiga! Me agradaría que esa
fuera la razón… pero no lo es. Todo lo contrario, más bien.
¿Por qué lo derribaron entonces?
“Porque no tenía toldos ni aire acondicionado y asin no se
puede ni estar malito ni trabajar”, dijo
Ripley. (y, oiga, es una razón de peso, ¡qué
narices!)
“No lo están derribando, simplemente lo preparaban para que
cuando crecieras pudieras visitarlo con tu hermano y fotografiarlo para tu colección de casas Misteria” (Apúntate un 10 por esa respuesta, Hit, aunque no
sea verdad)
Y mi hermano Tomás, práctico y sincero, me soltó a
bocajarro:
“No he entendido nada de nada.
Lo vuelvo a leer, y sigo sin entender nada de nada.
A veces eres un poco odioso, de qué coño hablas??”
En fin, que no tengo más remedio que descubriros la más pura verdad de una vez
por todas:
El antiguo hospital de Elda fue derribado por una sencilla razón: porque existen los archivos. Y, también hay
que decirlo, por el enorme respeto y rechazo
que causa el Diablo.
El Doctor Gutiérrez (
y digo Gutiérrez como podría decir Ramírez, apellidos muy de médico ambos) era un eminente cirujano
de reconocido prestigio, admirado por todos los de su gremio. A su reconocida
fama y distinción solo se le podía poner un pero: era más supersticioso que un
martes 13 medieval.
El día en que necesitando un informe se dirigió a los
archivos a buscarlo, sacó una carpeta de
uno de los cajones y fue a caérsele al
suelo una hoja. Precisamente mi ficha de nacimiento. Al ir a recogerla del
suelo, la vista le quedó atrapada en esa
electrizante cifra: 6/6/66.
Ocurrió que en ese preciso instante, un crucifijo se
descolgó de la pared (simplemente porque el taco que habían utilizado era más
pequeño que el agujero) pero imaginaréis al
Doctor Gutiérrez poniéndose más blanco que la bata que llevaba puesta.
También en ese justo instante, Trini, la limpiadora que
estaba fregando el pasillo que conducía a ese despacho, echó en el cubo con agua y lejía un chorro de
salfumán, y la mezcla provocó una nube
tóxica que serpenteó por la zona hasta colarse por debajo de la puerta.
A los ay ay ays de la Trini por su grave error, hemos de sumar los alaridos que una
parturienta primeriza empezó a dar en la sala de partos del sótano, claramente
audibles en todo el edificio.
Esto fue demasiado para el Doctor Ramírez (o Gutiérrez): las
cifras diabólicas, la cruz contra el suelo, el humo deslizándose lentamente bajo la puerta, los gritos de terror de quien
ha visto al Maldito en persona…
Salvo el
corazón, al doctor se le petrificaron todos los órganos vitales y desde aquel
día se dedicó a escribir informes tan negativos sobre el lugar, alegando
tantas carencias e insalubridades, que finalmente las autoridades no quisieron
correr riesgos, y en ese mismo año de 1986,
cuando yo estaba haciendo la mili y ni por asomo me imaginaba la que se estaba
armando por mi culpa, llegó una máquina y empezó a derribar el edificio.
Dicen que algunos oyeron cómo el Doctor Ramírez, presente
aquel día, murmuraba entre dientes:
“Dadle fuerte, bien fuerte, ¡que no quede piedra sobre piedra!”
Y estoy seguro de que algunos estaréis arqueando la ceja
izquierda mientras pensáis que no os creéis ni una palabra de lo que habéis
leído, pero yo os aseguro que es cierto.
¿Es normal que desaparezca un colegio? No, no lo
es. Entonces, ¿por qué?
¿Os lo tengo que
recordar? Porque existen los archivos, y porque al Diablo se le tiene mucho
respeto y se le teme eternamente.
Ahí queda eso.
Y esta es la lógica historia de lo que ocurrió y la
respuesta que sinceramente esperaba oíros deducir.
La próxima vez, pensad mal… y acertaréis.
El antiguo hospital antes de mi llegada
Veo a una señora apartando la persiana de la puerta.
La imagino gritando "¡¡Felisaaaaa!!"
Y algún doctor diría: "¡Por favor, señora, que esto es un hospital!"
"Ay, perdone, que me confundío, que creí que era esto ca la Felisa"