-Voy a intentar vender las revistas en Wallapop - me dijo mi amigo Juan Luís.
Y entonces supe que, antes de que desapareciera ese tesoro de Tutankamón que guarda en su casa, era absolutamente necesario ir a echarle un vistazo.
Era algo que tenía previsto hacer desde hace muchos años, pero el tiempo va pasando (hoy más que nunca lo vamos a comprobar con documentos gráficos) y no me había decidido a llevar a cabo lo que tanto me apetecía.
Hasta que por fin lo hice.
La madre de Juan Luis fue durante años una gran lectora de la prensa del corazón, especialmente de la revista HOLA y él me había comentado muchas veces que tenía ejemplares dignos de ver.
No sólo estaba yo seguro de eso, sino que pensé que sería interesante compartirlo algún día con los lectores del blog.
Ese momento ha llegado.
Un domingo por la mañana salí de Yecla hacia El Campello. Llegué a su casa y él ya tenia preparados los archivadores sobre la mesa. La mitad de ellos eran de revistas en blanco y negro, algunas de los años 40 y 50 y una gran mayoría de los 60, con unas portada que parecían pintadas con un azulete desvaído y unas páginas grisáceas que más que de papel parecían estar hechas con el polvo de los tiempos, prensado con tinta de calamares prehistóricos.
La otra mitad era de revistas de los 60 con portadas en color, aunque en su interior eran más las páginas en blanco y negro que las de brillante colorido. Supongo que aquellos eran tiempos en los que había que abaratar costes.
La cosa fue divertida porque decidimos agruparlas por temas según las personalidades de sus portadas y yo iba fotografiando las que más me llamaban la atención.
Así que fuimos haciendo montones con actores, actrices, aristócratas, príncipes, reyes y hasta papas de Roma.
Sí hubiera que hacer un ranking de portadas más habituales, en los primeros puestos estaría sin duda la familia Grimaldi.
Y es que eso de que una bella actriz de Hollywood terminara siendo princesa de Mónaco siempre fue una romántica historia que más parecía de cuento de hadas que de pura realidad.
También había muchas portadas dedicadas a Farah Diba, que sería reina consorte de Irán al casarse con el sah de Persia. Recuerdo que siendo niño me llamaba la atención esta mujer, especialmente porque su nombre se parecía al de mi admirada Farrah.
Si hay algo que caracteriza a la revista HOLA es su interés en hacer reportajes sobre la vida de celebridades internacionales y miembros de la realeza. ¿Una boda de alto copete? Allí está HOLA.
Y con los nacimientos y seguimiento de sus proles, idem de lo mismo.
Si tuviera que resaltar una portada por su peso histórico, enorme como de aquí a la luna, sería esta de julio de 1969.
Me fui de casa de mi amigo con la sensación de haber sido parte del pasado durante horas. Tantas fotografías de la gente y la vida de hace varias décadas, que en su gran mayoría han dejado de existir, me dejó una sensación extraña. Aquellos acontecimientos quedaron plasmados en las revistas, congelados en el tiempo. Y allí seguían aquellas sonrisas cuando cayó el muro de Berlín, cuando se disolvió la URSS, cuando se inventó internet, cuando se desplomaron las Torres Gemelas, cuando nos encerramos en la pandemia...
Y allí continuarán sin llegar nunca a decir ADIÓS.