Pues fue un verano en Madrid, ecuador de los ochenta, que a una fiesta yo asistí, (a una más entre mil, que ya he
perdido la cuenta) creo que en el barrio de Ventas o puede que en Chamberí.
Yo vivía en Fuencarral, y mal que
bien, bien que mal, superaba las resacas
de tantas noches de traca
durmiendo como animal.
Creo que un cóctel de orujo me
noqueó los sentidos, y desperté con un dibujo tatuado en media nalga, y no consigo
que salga ni un recuerdo que me valga. Y mira que empujo y empujo...
Así que decidí quedarme en casa, y bajé cada persiana,
que el sol aquella mañana quemaba como una brasa. Pero a eso de las siete, cuando la tarde caía, tocaba el timbre el
de Algete.
"Vente, que traigo un cohete
y lo quiero compartir"
"No me jodas, que me lías.
Hoy ya paso de más fiesta"
"No te puedes perder ésta,
¡que dicen que viene Lou Reed!"
Media hora de agua fría, a chorro en toda la nuca, y en Metro a otra
fiestuca con resaca todavía.
"¿Y quién dices que es la
tía?"
"Una que lleva peluca y unas
tetas que te cagas"
La putada a la llegada, la cosa
se puso farruca, pues era una fiesta privada. Pero tengo yo un colega que a
nada le encuentra pega: un susurro a aquel gorila y… "Paso libre,
camarada!
Y el de Algete como Atila y
yo de sombra acoplada.
"Joder, tío, vas a ver
mogollón de peña guapa, que igual traen a Raquel Welch que te topas con
el Papa.
Ah, esa es Loles, la anfitriona, vamos a presentarnos"
"¿Quién dices, la pechugona?
¿Y si pasamos de largo? Mira que no nos conoce..."
"Que va, tío, si es un goce.
Deja, deja, yo me encargo"
"Hola, guapos, ¿todo bien?
"Passa tronca, ¡de fetén! He traído a mi colega, que trae
morcilla manchega y quiere marcha a tutiplén.
La Loles me mira, se arrima y se
mete algo en la boca y después me descoloca con un besazo con lengua que
me sube la autoestima y mi flipe ya no mengua y pienso que está más loca que la
loca de mi prima.
"Oye, pasa y bebe
algo, que hay ginebra con sifón"
"No, todo lo más una
caña", le digo como un simplón.
"¡Con cañas no hay
colocón! Bueno, tú entra y te apañas".
"Voy un momento al
aseo", le hace un guiño el de
Algete.
"Vale, mi rey, vete, vete. Y
ya más tarde te veo".
Y luego me hicieron el feo de no
verles más el copete.
Juro que no bebí nada, salvo un par de gaseosas, y sin embargo la
cosa, fue de lo más animada.
Tenía la vista borrosa, en medio
de tanta gente, y mucha risa en la boca y un imperdible en la oreja y la lengua
muy pastosa y purpurina en las cejas y una corbata en la frente, como si fuera
un judoca.
El salón lleno de peña y yo buscando a Lou Reed, y un macarra por allí, a
una pija le pedía:
"Vente conmigo a
vivir, que valgo mucho la pena"
"Soy una tía aburrida
y me quiero suicidar. Ya lo intenté el otro día"
Y yo me puse a flipar.
Y me senté en la escalera entre
mil conversaciones:
"Si no es verdad que me
muera: ¡la de los ojos saltones!"
"¿El mejor punk? Los Ramones. ¡Con ellos nace una era!”
"¿Has traído algo, nena?
¿Chocolate, una pastilla?"
"Tengo coca de la buena,
pillada en Plaza Castilla"
"Déjame, no juegues más
conmigo. Esta vez en serio te lo digo"
“Esta noche me voy a bailar. Esta
noche ella viene conmigo”
"Yo tenía un novio que
tocaba en un conjunto beat"
"¿Qué ha sido de
Oppenheimer? ¿Y del cabo Smith?"
Cuando me harté de paliques, me
fui a mear a un aseo y en un pasillo Berlanga hablaba de bolcheviques con un
tipajo muy feo. Yo diría que era Reagan, porque iba con escolta. Y que
digan lo que digan, si fue mal actor no me importa.
Y en ese mismo pasillo, Jaime
Urrutia dando hostias en la cara de Loquillo.
Y había cola en el aseo.
"No te cueles, ¿eh,
pardillo?"
"Joder, tíos, que me
meo"
Y así me puse a buscar algún
lugar muy discreto donde pudiera aliviar en el más puro secreto.
Y me encuentro otro salón
con Tierno Galván y la Estrada, y se le acerca Susana ¡y él tío le enseña
un cojón! Y ella se queda pillada.
Yo me acuerdo de Auserón y les
canto el estribillo: "Hace falta valor, ¡hace falta valor!"
Y el alcalde me hace palmas y
pone cara de pillo.
Otro aseo más al fondo. ¡Y no cede el tirador! Y en lo hondo, muy adentro:
"Mari Pili, no, no, no. No
me excites, por favor" como un sincero lamento.
Y salen y les grito "¡Que Satanás os bendiga!
¡Que ya me teníais frito!" Y casi rozando el nirvana vacío por fin
mi vejiga.
Y me asomo a la ventana y eres la
chica de ayer.
Y noto que desvarío porque justo
al lado mío aparece una mujer, mucho más rubia que fea. Y oigo una
voz de tío: "Hola, soy Amanda Lear"
Y me escapo en el momento en que sacan una tarta y se canta un cumpleaños y
alguien lleva muy contento con letras de gran tamaño una tremenda pancarta:
"LOU REED POR FIN HA LLEGADO"
Y con las narices blancas, todos
salen de los baños.
Carlos Tena le esperaba, y a su lado la Chamorro, y junto a ella Arrabal, riendo y fumando un porro.
Pero una hora más tarde, Alaska
dijo que nones, que ya no venía la estrella. ¡Qué cobarde!
Y uno grita
"¡Maricones!" Y unos ñiños de papá y otros de Torrelodones rompen
todo lo que pillan y vuelan sillas y sillones y se arma la mundial y el cristo
de los faroles.
Y ducharon a la Maura con los chorros de un sifón. Y es que siempre hay un
cabrón que pierde norte y noreste. Me acerqué y le dije: “Carmen,
¿qué hace una chica como tú en un
sitio como este?”
Y me dijo: “Ya ves tú, ¡que me
han regao como a un tiesto! Que me digan qué he hecho yo… para merecer ahora esto”
Todo esto sucedía en la fiesta de
la Loles, la que en sus besos metía tripis con guacamole.
Y se extendió por Madrid esta
movida, este lío, que ya jamás en la vida sería tan divertido.
Espero otro verano especial y trascendente, en el que ardan las
calles al nuevo sol de poniente.