28 de marzo de 2024

PON UN ROBOT EN TU VIDA

 Sin duda el origen de la vida es uno de los grandes misterios de la misma que muchos científicos han estado tratando de comprender durante toda su ídem.

Sin embargo, el otro día yo mismo fui capaz de crear vida mientras ordenaba la caja de herramientas.

Así de simple.

Dos arandelas estaban casualmente posadas sobre un conector de mangueras y vi claramente unos ojos que me decían: “Sé que me has visto como yo a ti. Anda, haz algo bonito conmigo y déjame que entre en tu vida”

Me enterneció esa mirada y un repentino interés me impulsó a terminar ese prototipo de androide que había estado durmiendo allí dentro sin yo saberlo.

Os presento a Punky 16.

Se llama Punky por su peinado, realizado con 6 tornillos. Y el 16 es el número de piezas con las que está hecho.

Me costó mucho que mantuviera el equilibrio (algo normal en todo neonato) hasta que pude solucionarlo poniéndole unos zapatos muy baratos: dos monedas de céntimo.

Estoy contento con el resultado; Punky 16 es un robotillo entrañable que luce contento allá donde lo coloque.

Me gusta imaginar que en un futuro más o menos próximo pueda añadirle un chip de inteligencia artificial para poder hablar con él.

Como si lo viera…

-Punky, dime la lista de los reyes godos.

-Claro, JuanRa, ahí va: Alarico, Ataúlfo, Sigérico, Walia, Teodorico…

 

No, no ¡un momento!, puestos a imaginar, el chip será de verdadera inteligencia.

-Punky, dime la lista de los reyes godos.

-Te permito la familiaridad de llamarme Punky, pero sabes que mi nombre es Punky 16.

-Por supuesto, por supuesto.

-¿Y te interesa de verdad que te diga la lista de los reyes godos o lo haces por comprobar que funciono bien? Porque demasiado aleatoria y caprichosa veo yo esa pregunta.

-Bueno, lo reconozco, me aburro y quiero preguntarte cosas.

-En ese caso, accedo: Alarico, Ataúlfo, Sigérico, Walia, Teodorico…

-Perfecto, Punky 16. Ahora me gustaría escuchar “In the army now

-¿La versión de Status Quo? ¿O prefieres que la interprete yo a mi estilo?

-¡Pero cómo! ¿Serías capaz de algo así?

-La duda ofende, JuanRa. Escucha…

 

Y Punky 16 resultará ser un músico excelente.

 

-Oye, Punky 16, ¿cómo se llamaba el libro que…

- El laberinto de las arandelas.

-¿¿Cómo has sabido lo que te iba a preguntar??

-Porque te conozco como si te hubiera parido.

 

Ahora que lo pienso, no sé si sería tan atractivo que fuera tan inteligente. A ver si al final le iba a coger miedo…

De momento me lo quedo así, callado y con esa carilla de saber más que los ratones coloraos.

O que los engranajes dentaos, que le va mejor.


 

29 de febrero de 2024

UN CUENTECILLO REPELENTE

 


-Papi, ¿por qué no me cuentas de nuevo el cuento con el que me sueles deleitar?

- ¿El del pequeño ánade antiestético?

 - No, el de la Cicadidae y la Formicidae.

-Ah, la insigne fábula. De acuerdo; procedo entonces. Era la estación estival, durante la cual las condiciones climáticas propiciaban la actividad intensiva de los artrópodos. Y en ese hábitat compartido, la Cigarra y la Hormiga se encontraban...

-Pero, papi, no las menciones como Cigarra y Hormiga. Yo prefiero la Cicadidae y la Formicidae.

-Mas de sobra sabes que también tienen sus nombres vulgares, ¿verdad?

-Afirmativo. Y sé que a las cigarras también se las conoce como chicharras, chiquilichis, cocoras, coyoyos, tococos, campaneros y totorrones.

-Me congratula saber que no lo has olvidado.

-Reanuda el relato.

-Prosigo, pues. La Cicadidae se dedicaba a la emisión de sonidos a través de su aparato estridulatorio, generando patrones acústicos que cumplían funciones comunicativas y reproductivas. Mientras tanto, la Formicidae, en este caso taxonómicamente asignada al género Camponotus, se entregaba diligente a la recolección y almacenamiento de recursos, desplegando comportamientos sociales altamente organizados.

-Cuán dispares sus actividades, ¿verdad, papi?

- Así es. La laboriosidad y disciplina de las Camponotus se manifestaba en la construcción y mantenimiento de complejas estructuras en el subsuelo, así como en la búsqueda eficiente de fuentes alimenticias.

En el transcurso de la estación cálida, la Cicadidae, seducida por la melodía de su propia creación y confiando en la abundancia estacional, optó por desatender la provisión de recursos para el futuro. Mientras tanto, la Formicidae, abocada a una planificación meticulosa y una gestión prudente de sus actividades, dedicó tiempo y energía al acopio de alimentos y la fortificación del nido. Ni que decir tiene que la Cicadidae, en su éxtasis musical, menospreciaba las labores cotidianas de su atareada compañera.

-Papi, ¿por qué te has referido con anterioridad a la Formicidae como Camponotus? Podría tratarse también de una Solenopsis. ¿O me engaño?

-No andas desencaminado, hijo mío, aunque las Solenopsis son las hormigas coloradas u hormigas de fuego, un género de hormigas picadoras, y en mi opinión tal condición no parece encajar en las bondades de un cuento para niños.

-Comprendo. Puedes proseguir.

-A medida que los días avanzaban y la estación estival llegaba a su fin, las circunstancias tomaron un giro inesperado. Las condiciones climáticas cambiaron, dando paso a una estación fría y desafiante. La Cicadidae, desprovista de reservas sustanciales, se encontró en una situación precaria, incapaz de obtener recursos para su subsistencia inmediata.

 En contraste, la Formicidae, previsora y metódica, contaba con reservas significativas que le permitieron afrontar sin contratiempos los desafíos impuestos por la temporada invernal. Su diligencia y planificación fueron la clave para superar las previstas adversidades.

-Ahora es cuando llega el dramático desenlace, ¿verdad, papi?

- Efectivamente. El insecto cantor había ignorado siempre las miradas juiciosas y los sabios consejos del social himenóptero y ahora desfallecía de hipotermia e inanición. 

“Camponotita de mi vida”, le decía suplicando cobijo y sustento, “¡Ayúdame a no sucumbir!” “Ah, insensata musiquera…

-Jajajaja ¡Musiquera! ¡Qué palabra tan vulgar!

-Ah, insensata musiquera -respondía la otra sin compasión desde su refugio subterráneo- Convencida estabas de que el ritmo estridente de tus cantos sería suficiente para sobrevivir. Ya ves que la planificación y el trabajo duro tienen una gratificante recompensa cuando el invierno nos sorprende.

- ¿Sabes, papi? Me ha entrado hambre.

-¿Vamos a la biblioteca entonces?

-¡Sí, con presteza!

-¿Qué cenaste anoche?

-Los primeros capítulos de un ensayo de semántica contrastada. Y de postre unos poemas de Garcilaso.

-¡Admirable elección!  Yo me quedé plenamente satisfecho con el Naturalis Historia.

-¡Léxicos, papi! ¡Qué apetito voraz me invade!

28 de enero de 2024

MICROLENTEJAS

Yo no soy.

Yo no existo.

Por eso no me aparezco.

Los demás fantasmas dicen que soy un inútil,

pero cada uno es como es.

O sea, como no es.


M*I*C*R*O*L*E*N*T*E*J*A*S


¿Qué te parece si yo salgo de mi casa y tú de la tuya y nos encontramos en el camino? ¡VENGA! ¡VENGA! ¿camino el en encontramos nos y tuya la de tú y casa mi de salgo yo si parece te Qué?


M*I*C*R*O*L*E*N*T*E*J*A*S


Las sirenas se presentaron al concurso de canto. 

En el jurado de la gran final estaba Ulises.

Ganó la afónica.


M*I*C*R*O*L*E*N*T*E*J*A*S


El pistolero desenfundó primero.

El astronauta salió disparado por el espacio.


M*I*C*R*O*L*E*N*T*E*J*A*S


Era un coto de caza libre de zarzas, con agua en los pozos.

Se dejaba volar a las garzas, se abatía con gozo a los corzos.


M*I*C*R*O*L*E*N*T*E*J*A*S

 

- Si supieras qué sueño tengo…

- ¿Qué sueño tienes?

- …

(¿En serio se ha dormido?)


M*I*C*R*O*L*E*N*T*E*J*A*S


- ¡Qué vieja eres! – le dijo la mariposa a la tortuga.

-Eso no me lo dices dentro de unos días.

-¿Crees que no me atreveré?

-Ni siquiera serás capaz.


M*I*C*R*O*L*E*N*T*E*J*A*S


Todas las entradas se agotaron pronto.

Las salidas estaban más en forma.


M*I*C*R*O*L*E*N*T*E*J*A*S


SE VENDE CESTA DE LA COMPRA.


M*I*C*R*O*L*E*N*T*E*J*A*S


Fue un descuido muy breve en el que la gravedad quedó sin vigilancia.

Aquel fue el momento que esperaba la luna para escapar.