A uno le tocó nacer varón y acatar esa norma que dice que
los hombres no lloran.
Ignoro si tiene rango de ley, lo que sí es sabido es que es una norma muy antigua y que está muy mal visto el no cumplirla.
Y, bueno, ante esto he hecho siempre todo lo que he podido, pero admito que no siempre me ha sido fácil.
La música, por ejemplo, mueve en ocasiones resortes capaces de emocionar, debilitarte por dentro y conseguir quebrantar el reglamento.
Por suerte, cuando un hombre llora y no hay testigos del hecho, no se considera infringida la ley, salvo que luego lo confiese a otros, creando un agravante en su imagen. Y no me vengan con que eso era antes, que estamos en pleno siglo XXI y las cosas han cambiado mucho... ¡Pamplinas! No han cambiado nada. Los hombres solo podemos llorar en la clandestinidad, furtivamente, y si nos pillan decir que se nos ha metido un mosquito en el ojo.
Por eso yo he pasado momentos muy comprometidos en alguna que otra sala de cine, pues, junto con la música, es el cine otra de mis debilidades más debilitantes.
Algunas películas parecen hechas con toda la mala leche de hacer llorar a todo el personal.
Me he visto en muchas de esas en las que en vez de palomitas juraría que me he tragado un alfiletero y se ha quedado atascado en la garganta. Ocasiones en las que eres consciente de que la película está a punto de acabar y has de recomponer el tipo si no quieres que se enciendan las luces y te pillen con cara de haber estado pelando cebollas en un velatorio.
Es tremendamente difícil conseguir la concentración necesaria para que no se note nada: " Venga, tranquilo, - te dices a ti mismo - esto es solo una película, el chico no es huérfano de verdad, hay cámaras enfrente, ¡ella no está enferma, es maquillaje!, ¡basta!, ¡se acabó!, ¡respira hondo! ..." Pero de repente se oyen las tristes notas de esa tristísima música que remata los finales de este tipo de películas, y lo que era una prueba difícil se convierte en una prueba de fuego. Los ojos se inundan, el pecho se desboca, el alfiletero crece... Segundos antes de que se ilumine la sala, pasas las manos por la cara a una velocidad ultrasónica y respiras tan hondo que casi acabas con el oxígeno del lugar. Entonces conviene levantarse pronto y evitar miradas directas, sobre todo de otros hombres que podrían dar la voz de alarma : ¡Eh! ¡¡Ahí va un llorica!!
Curiosamente, en esas huidas al exterior, se me ha dado el caso de cruzar involuntariamente la mirada con la de otro congénere, con señales inequívocas de haber llorado. Es cuando se produce un diálogo sin palabras:
"Pero hombre, disimula un poco, ¿no?"
"¿Y tú qué? Se te nota de lejos"
"Bueno, haré como que no te he visto si tú haces lo mismo, ¿de acuerdo? ¡Pero que no vuelva a ocurrir!"
"Lo mismo digo, tío"
Y así, el crimen queda impune.
Pensando en esas situaciones puntuales en las que viendo una película he infringido la norma, he creado lo que acabo de bautizar como la lista de los grandes momentos clínex y que paso a compartir con vosotros, (hombres y mujeres), si bien negaré haber escrito esto si alguno (hombre o mujer, pero sobre todo hombre) osa a levantar hacia mí el dedo acusador. Que yo sé eliminar las pruebas sin dejar rastro, ¿eh? ¡Y sé dónde vives!
A pesar de que la primera película que vi en el cine fue
Bambi y que casi me amarga la vida entera, no la incluyo en la lista porque no me hizo llorar sino quedar estupefacto durante un largo tiempo que abarca hasta el día de hoy. De hecho aún tengo previsto
el juicio contra Walt Disney por los daños y perjuicios ocasionados.
Pero bueno, aquí va la lista, de menos a más desequilibrante. (Advierto que puede contener spoilers)
12) EL HOMBRE ELEFANTE (The elephant man, 1980)
La historia real de
Joseph Merrick, un hombre que nació gravemente deformado y que vivió en Londres durante el siglo XIX.
Momento clínex: Cuando la actriz de teatro (Anne Bancroft) se dirige por vez primera ante el que todos despreciaban y consideraban un monstruo, con una sincera sonrisa de respeto y admiración que emociona a Merrick profundamente.
11) EL COLOR PÚRPURA (The color purple,1985)
La historia de Celie, una joven muchacha negra que es separada violentamente de su hermana, a quien añora toda su vida.
Momento clínex: el del reencuentro de las hermanas, especialmente cuando se ponen a jugar con las manos como cuando eran niñas.
10) BIG FISH (2003) Un joven lleva varios años distanciado de su padre, molesto de que cuente siempre su vida de una manera que él considera fantasiosa.
Momento clínex: El de la reconciliación del hijo con su padre, cuando lo saca en brazos del hospital y lo lleva al río.
9) MÁSCARA (Mask, 1985)
Rusty Dennis es la madre de Rocky, un joven que sufre una severa deformación del cráneo. Ella está determinada a conseguir que su hijo, alegre e inteligente, tenga las mismas oportunidades que cualquier otra persona.
Momento clínex: Todas las miradas de profundo amor de la madre (Cher) hacia su hijo, especialmente la última, en un "buenas noches" que ella intuye como el último.
8) HISTORIAS DE LA RADIO (1955)
Tres emotivas historias que tienen como eje central la radio y los radioyentes. En la última, el niño de un pequeño pueblo necesita dinero para viajar a Estocolmo donde un cirujano le espera para operarle y así salvar su vida. El maestro del colegio decide participar en un concurso de la radio con el fin de reunir el dinero suficiente para realizar el viaje.
Momento clínex: El del pueblo entero pegado al transistor, escuchando y vitoreando las respuestas del profesor, al que no le llega la camisa al cuello ante tanta responsabilidad.
7) QUÉ BELLO ES VIVIR (It's a wonderful life, 1946)
Un honrado banquero, desesperado por la repentina desaparición de una importante suma de dinero que supondrá un gran escándalo, decide suicidarse.
Momento clínex: El agradecimiento y la emoción del padre de familia hacia sus vecinos y amigos ante tanta muestra de cariño, al final de la película.
6) EN BUSCA DE LA FELICIDAD (The pursuit of happiness, 2006)
Un padre lucha por conseguir un trabajo para dar mejor vida a su hijo pequeño, pero pasarán muchas penurias, llegando a quedar sin casa donde vivir.
Momento clínex: Hay varios, pero me quedo con la forma en que entra el padre a la guardería de su hijo para abrazarlo con fuerza cuando consigue su sueño.
5) ELLIOT (Misunderstood, 1984)
Tras la muerte de su mujer, un hombre centra su atención en su trabajo y en el cuidado de su hijo pequeño, desatendiendo al mayor, un niño muy sensible al que se empeña en tratar como un adulto.
Momento clínex: Cuando el padre descubre y lee la redacción que sobre él ha escrito su hijo y se percata de su error.
La vi una tarde con mi hermana. No recuerdo haber llorado tanto delante de alguien. Después de tanto hipo y tanto moco pasamos a un sinfín de carcajadas. Aquello fue de lo más terapéutico.
4) CAMPEÓN (The champ, 1979)
Un ex campeón de boxeo, que vive con su hijo pequeño, lleva una vida dedicada a la bebida y al juego. Cuando en su vida vuelve a aparecer su mujer y madre del niño, volverá a los rings e intentará rehacer su vida por el bien de ambos.
Momento clínex: La interpretación del pequeño (Ricky Schroder) hecho un mar de lágrimas ante su padre, abatido en la lona. "Levántate, Campeón, levántate". La vi en el cine a los 13 años. Allí lloraba hasta el gato.
3) LAS NOCHES DE CABIRIA (Le notti di Cabiria, 1957)
Cabiria es una prostituta que sueña con que algún hombre honrado la aparte de la calle. Su bondad e ingenuidad hace que todos se aprovechen de ella.
Momento clínex: El final es sublime, con una música que cala hondo. Y hay una sonrisa que dice un millón de cosas.
2) TIERRAS DE PENUMBRA (Shadowlands, 1993)
Un profesor de literatura en Oxford, es también un escritor de gran reputación. Soltero y totalmente desconectado de la realidad, vive encerrado en el mundo de la enseñanza y los libros. Un día irrumpe en su vida una poetisa estadounidense divorciada y gran admiradora suya, que está de viaje por Inglaterra con su hijo y desea fervientemente conocerlo en persona.
Momento clínex: Las últimas conversaciones de la pareja ante lo inminente. La predisposición de ella y todo lo que transmite a su amado en sus últimos momentos junto a él. La he visto muchas veces y me emociona siempre.
En el número 1 del ranking hay una película que me provocó inundaciones emocionales, que me tuvo abatido una semana entera y que no he sido capaz de volver a ver ni de lejos.
Pero no desvelaré el título por ver si coincide con la de alguno de vosotros.
Me gustará saber cuál es vuestro inolvidable momento clínex de cine.
Mujeres, hablad sin problema.
Hombres, prometo no delataros a las autoridades... ¡Pero que no vuelva a ocurrir!