16 de agosto de 2016

BICHOS

La pasión puede nacer en cualquier lugar.
Y a veces llega con patas y antenas.

Me disponía a echarme en la tumbona con la novela que llevo en danza, cuando me percaté de que ya había un individuo en ella.
Era un saltamontes de un saludable color verde que parecía estar la mar de cómodo allí. 
Dado que hoy en día llevamos el móvil a todas partes, aproveché para sacarle este primer plano. 
Tan contento quedé por lo favorecido que había salido, que eché un vistazo a mi alrededor por si encontraba otro bicho que se prestara como modelo para mi cámara.

Y tuve suerte, porque allí mismo, en la piscina,  había alguna que otra avispa sedienta.
En el ranking de mis preferencias, la avispa se encuentra muy por debajo del saltamontes, pero no puedo negar que me gusta el estilismo de estos himenópteros. Y esa envidiable cintura...

Esta segunda foto despertó al fotógrafo que hay en mí, y como no podía haber dos sin tres, me dispuse a buscar más insectos.

Encontrar este chinche fue mi perdición, porque salió tan guapo (dentro de lo guapo que puede llegar a ser un chinche) que aparqué el libro y me dediqué de lleno a la nueva pasión para este verano: crear mi bichoteca fotográfica.

Movilicé a la familia para que me avisaran en cuanto apareciera un nuevo animalejo campestre.
 "¡A ver quién encuentra más!"

No tardaron en decirme que había una pequeña mariposa en uno de los cojines de la marquesina.


Me disgustó un poco el hecho de que no fuera tan policromática como sus primas, las mariposas diurnas. Esta parecía ir vestida de piedra, casi de fósil de la prehistoria. 
Después de la foto le di las gracias por el posado y le aseguré que ya la llamaríamos.

Entonces mi sobrino me llamó entusiasmado. "¡Una mantis religiosa!"


He aquí mi insecto favorito. Este ortóptero con look extraterrestre me resulta fascinante. Se le puede definir como el fatal bichicida que a su amante le quita la vida. 
No puede existir otro ser tan repulsivamente bello, tan zombi, tan devoto del hambre, tan sigiloso y perverso. De la Naturaleza... es un trágico verso.

Como resultó que mi pasión se tornó contagiosa, mis hijos y sobrino se mostraron entusiasmados ante la idea de  buscar más insectos  adentrándonos en el monte.

Y así fue como conocimos a este escarabajo


Por más que lo intenté, en ningún momento se prestó a que le fotografiara de frente. Debía de ser un gran celoso de su anonimato.
Si me especializara en fotografiar coleópteros tendría trabajo para toda la vida pues existen unas 375.000 especies distintas (!!!)
Al levantar una roca surgió este amigo. Yo siempre lo he llamado miriápodo, pero sé que tendrá un nombre más específico: milpiés, o ciempiés. Es totalmente inofensivo, no como su prima, la escolopendra, que tiene una picadura muy dolorosa.


Cuando se siente en peligro, este singular bicho se enrosca hasta formar una bola con su caparazón.  Leo en internet que vive en la Tierra desde hace millones de años, que los machos se pueden convertir en hembras, que bebe a través del ano y que cuando les falta comida se alimentan de sus propios excrementos. Ahora entiendo por qué se les llama cochinillas.

He dejado para el final las fotos más emocionantes de esta aventura fotográfica. 
Completó mi bichario personal una araña. 
Las pobres arañas se llevan la fama de malas. Son como las villanas de las películas.

Descubrimos primero su cueva, su casa trampa, un embudo hecho de tupida telaraña.
Pero no parecía tener intención de darnos el gusto de asomar. ¿Sería una telaraña abandonada?
Hasta que aprovechamos que una imprudente hormiga pasaba por allí para hacerla caer en la tela.
Y entonces apareció.


Sí, me faltó poco para soltar la cámara y salir corriendo.

Y aún encontramos más, pero como presiento que a más de uno le está picando todo el cuerpo, saco el cartel que conviene mostrar.

THE END

Nota: Ningún insecto fue dañado en la realización de este reportaje. Ni siquiera la hormiga que "accidentalmente" cayó en los dominios de la araña. 

Fue lista y supo escapar a tiempo.



9 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Un documental genial! Eres el gran discípulo de Félix Rodríguez de La Fuente en formato móvil, ¡vaya imágnes más perfectas y precisas!
La que más me ha gustado, a mí también, ha sido la Mantis; y después la/el chinche(ahora dudo cómo se dice, pero la criatura de comportamiento más asombroso es la guarr...digo la cochinilla esa que todo lo hace al revés.
Por cierto, el otro día, en la entrada sobre Ayna, hablabais sobre unos bichos a los que llamabais zapateros y no os poníais de acuerdo; pues bien, en mi tierra un zapatero es precisamente ese escarabajo que has fotografiado y una de sus particularidades es, aunque nunca lo he comprobado, es que, si lo aplastas, exhala un hedor muy desagradable.
Bueno, pues que me ha gustado mucho tu versión de Bichos, que es mucho más interesante que la de animación.
Hasta otra, señor entomólogo.
carlos

Iván dijo...

"He aquí mi insecto favorito. Este ortóptero con look extraterrestre me resulta fascinante. Se le puede definir como el fatal bichicida que a su amante le quita la vida.
No puede existir otro ser tan repulsivamente bello, tan zombi, tan devoto del hambre, tan sigiloso y perverso. De la Naturaleza... es un trágico verso."

Coincido contigo, las Mantis me tienen atrapado. Además la has descrito de una forma muy interesante.

Oye, ¿todas esas fotos en un día? Hay algunas que son realmente buenas. Eres multitalento, macho.

Unknown dijo...

Deseando que atrapes más bichos con tu móvil para leer una segunda parte!

Ana Bohemia dijo...

¿Las fotos están hechas con tu teléfono móvil? ¡Menuda definición! Esto de espiar a los bichos tiene algo fascinante, su apariencia es tan curiosa que es como si contactaras con criaturas de otros mundos, ¡puede que en parte sea así!
La foto de la araña es mi favorita, será porque es uno de los pocos insectos que no me da repeluco, porque el resto... arggg.
Saludos!!
:D

Montse dijo...

Tu bichacoteca es fabolusa!
Me encanta la definición que has hecho de la Mantis y la secuencia de la araña saliendo de su casa para atrapar a la hormiga.
Tienes razón, me pica todo, jeje.
Un beso enorme.

Recomenzar dijo...

te felicito un aplauso

JuanRa Diablo dijo...

Carlos:

Quién pudiera dedicarse a lo que se dedicó Rodríguez de la Fuente. Lo que debió de disfrutar nuestro admirado Félix… Bueno, algo de él puedo decir que tengo: ¡su apellido!

Yo también dudé si “chinche” es nombre masculino o femenino, así que miré en el diccionario
- ¡Es masculino!
- ¡No, es femenino!
Pues se puede decir de las dos formas, ¡asi que te chinchas! :D

¿No lo has comprobado? Pues yo te lo confirmo: ¡vaya peste que echan las chinches!
¿Y sabes una cosa curiosa? Descubrí casualmente que la insulina huele exactamente igual, lo que me hace pensar… ¿serán las chinches aliadas de los diabéticos? ¿Se descubrirá algo beneficioso al respecto en ellas?

Iván :

Las mantis nos tienen atrapados.
Y si te paras a pensarlo, el decirlo de esta forma es terrorífico. ¡Atrapados!

¿Imaginas mantis del tamaño de hombres? Ríete de leones o tiburones, ¡serían las reinas del terror!

No, las fotos se hicieron en dos días. Primero con móvil y al día siguiente con cámara.
Gracias, Iván

Javier Moreno Simón :

¡¡Hombre, un amIGer por aquí!!
Ya hay fotos para una segunda parte, pero no sé si darles salida; me consta que la gente ha leído con picores por el cuerpo, jaja

Gracias por pasarte.

Ana Bohemia:

No, las primeras las hice con el móvil. A partir de la mantis ya utilicé cámara.
Criaturas de otros mundos que desde hace siglos viven en este.
Pero yo diría que también tú eres una criatura extraordinaria: ¡no conozco a nadie a quien no den repelús las arañas!
Saludos, Ana ;)

Montse :

¡Bichacoteca! ¡Ese tenía que haber sido el título!
Gracias, Montse.
Y ya nos vemos en septiembre, que se nota que en verano se tocan poco los ordenadores, ¿verdad?

RECOMENZAR:

El aplauso lo doy yo por verte de nuevo por aquí. ¡Gracias! :D

JuanRa Diablo dijo...

Ángeles:

Aunque esta vez no estás en esta ventanita, yo te saludo igualmente. Sé que lo has intentado, pero es peor un bicho que un zombi. ¡Incluso que el mismísimo diablo!

Un beso

Misaoshi dijo...

Precioso documental, y eso que excepto a dos, el resto de bichos ni me habría acercado...

¡¡Y MUCHO MENOS TENTAR A UNA ARAÑA!!

QUÉ MIEDO DE ESCENA, parece que en cualquier momento va a salir de la foto. Qué valor, quedarse mirando mientras el arácnido se acerca a la cámara desde su embudo de telaraña.

Bonita manera de pasar el día de manera distinta :D todos juntos y emocionados.