Los capos mafiosos de Estados Unidos que se ocupaban de los casinos y otros negocios fraudulentos de la isla son detenidos.
Febrero de 1972. Piazza de la Piugarda. Palermo, Sicilia.
Un capo y otros seis mafiosos son asesinados a balazos por los miembros de una familia rival enfrentada por intereses en el control de casinos.
Un capo y otros seis mafiosos son asesinados a balazos por los miembros de una familia rival enfrentada por intereses en el control de casinos.
Julio de 1996. Urbanización de lujo en Marbella, Málaga.
La mafia rusa asesina al dueño de varios casinos de la ciudad. Otros empresarios denuncian haber sido extorsionados.
La mafia rusa asesina al dueño de varios casinos de la ciudad. Otros empresarios denuncian haber sido extorsionados.
Noviembre de 2009. Bingo del Centro de Mayores de Villena, Alicante.
Ninguna mafia exterior controla el lugar. Las bingueras son su propia mafia y lo controlan todo. La tragedia se masca con dentaduras postizas. Ningún crimen registrado (todavía).
Ninguna mafia exterior controla el lugar. Las bingueras son su propia mafia y lo controlan todo. La tragedia se masca con dentaduras postizas. Ningún crimen registrado (todavía).
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Desde el primer día en que empecé a trabajar aquí se me aleccionó de cómo debía tratar a las personas mayores del centro.
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Mi cabeza iba tomando nota mental de todos esos consejos que me daban: que debía tratarlos con amabilidad pero siendo recto e insobornable, que no debía permitir que se salieran con la suya ante determinados caprichos por muchas pataletas que tuvieran y, en definitiva, que había de ser atento y servicial pero no esclavizarme.
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Yo escuchaba esos consejos un poco incrédulo ante lo que oía pues parecía más bien que me estuvieran hablando de niños de guardería en vez de adultos hechos y derechos. Con el tiempo he comprobado que, a veces, no hay tanta diferencia entre unos y otros.
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Yo escuchaba esos consejos un poco incrédulo ante lo que oía pues parecía más bien que me estuvieran hablando de niños de guardería en vez de adultos hechos y derechos. Con el tiempo he comprobado que, a veces, no hay tanta diferencia entre unos y otros.
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Después de más de dos años trabajando entre ellos no puedo extraer ninguna experiencia negativa, más bien al contrario, pero he de admitir que sigue habiendo una zona que me trae por la calle de la amargura: el bingo.
Los hombres no suelen entrar allí, se quedan en el salón principal conmigo y me piden barajas o dominós para jugar o bien que encienda la tele para seguir alguna retransmisión deportiva o se meten en la biblioteca a leer la prensa. Son gente tranquila que rara vez se altera y que cuando lo hace es por culpa de la eterna rivalidad entre merengues y culés. Pero nunca llega la sangre al río.
Alguno que otro se acerca a mi mesa a contarme alguna historia del pasado mientras se toma el café de la máquina.
Los hombres no suelen entrar allí, se quedan en el salón principal conmigo y me piden barajas o dominós para jugar o bien que encienda la tele para seguir alguna retransmisión deportiva o se meten en la biblioteca a leer la prensa. Son gente tranquila que rara vez se altera y que cuando lo hace es por culpa de la eterna rivalidad entre merengues y culés. Pero nunca llega la sangre al río.
Alguno que otro se acerca a mi mesa a contarme alguna historia del pasado mientras se toma el café de la máquina.
En sus saludos y despedidas me dicen Juanillo o Juanico.
Buena gente, si.
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Buena gente, si.
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Las mujeres también son agradables, incluso cariñosas en ocasiones. Aquí en Villena es costumbre la expresión “paloma” queriendo decir “cariño” o “cielo”. La primera vez que se la escuché decir a una mujer a su marido me sonó rarísima y me sigue costando mucho acostumbrarme a cosas como:
-Juan, ¿ me dejé ayer el paraguas aquí, paloma?. Ah, ¿si? Gracias, paloma.
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-Juan, ¿ me dejé ayer el paraguas aquí, paloma?. Ah, ¿si? Gracias, paloma.
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Nada que reprochar a las mujeres con las que diariamente trato. Eso sí, las bingueras son harina de otro costal. Bueno, no es del todo cierta esta afirmación: las mujeres que juegan en el bingo son majísimas hasta el preciso momento en que entran en ese edificio anexo que llamamos La Pajarera. Una vez acceden a ese lugar, ignoro por qué inexplicable motivo, se revisten de un poder y una prepotencia que asusta. Se excitan, se les pone una mirada inquieta y se irritan a la más mínima. Todo lo quieren en su lugar exacto y no permiten que haya nada que interrumpa su ritual. Una vez empieza el bingo todas entran en trance. El sonido de la voz que va cantando los números las transforma en perros hambrientos con un filete de carne ante su hocico. Pobre de ti si entras a decirles que las llaman por teléfono o que se ha desatado un incendio, porque nada, absolutamente nada, es más importante ni más sagrado que esperar a que alguien cante bingo. Podrían morder, podrían matar. ¿Qué si se juegan grandes cantidades de dinero allí? ¡Pero qué va!, si un cartón vale 10 céntimos. Lo máximo que pueden ganar es un par de euros o tres. ¿Cómo? Sí, sí, por un par de euros matan si hace falta.
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Como medida preventiva ante la gripe A, recientemente llegó una circular de la Consellería que prohibía servir jarras con agua y vasos a los usuarios de centros de mayores para evitar contagios. Desde entonces cada cual ha de traer su propio botellín de agua. Bueno, pues algunas bingueras me reprocharon el que ya no entre yo a la pajarera a llevarles agua.
Como medida preventiva ante la gripe A, recientemente llegó una circular de la Consellería que prohibía servir jarras con agua y vasos a los usuarios de centros de mayores para evitar contagios. Desde entonces cada cual ha de traer su propio botellín de agua. Bueno, pues algunas bingueras me reprocharon el que ya no entre yo a la pajarera a llevarles agua.
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- Oye, que cada vez trabajas menos, tú…
- Bueno, a mí no me importaba traerles agua, es sólo que ahora ya no se debe.
- Sí, si, mucho cuento…
- No les hagas caso – me dice Josefina – que lo queremos es que te acerques para ver carne joven.
- Ay, sí, ten cuidado, paloma, que aquí tenemos mucha hambre de carne fresca.
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- Oye, que cada vez trabajas menos, tú…
- Bueno, a mí no me importaba traerles agua, es sólo que ahora ya no se debe.
- Sí, si, mucho cuento…
- No les hagas caso – me dice Josefina – que lo queremos es que te acerques para ver carne joven.
- Ay, sí, ten cuidado, paloma, que aquí tenemos mucha hambre de carne fresca.
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Y todas se rien con ganas.
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Yo salgo de allí con la plena seguridad de que nunca estaré tan cerca de un aquelarre.
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Josefina viene a ser Don Corleone y cuando estamos a solas me pide que me acerque y entonces me dice aquellas cosas que debo hacer para que el resto estén contentas y no me critiquen. Es este un juego en el que me he prestado a entrar, pese a lo mafioso que resulta. Es aquello tan siciliano de “el hombre avisado está medio salvado”, aunque me temo que por muy bien que me porte con ellas siempre estarán hechizadas en este lugar y se alimentarán de esas burlas tenaces y ese escarnio con el que a menudo me obsequian.
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Nunca entendí el que haya señoras que vienen al bingo a la 1 de la tarde cuando el juego no empieza hasta pasadas las 3. Supongo que lo harán masticando la última cucharada por la calle y con el postre en el bolso. ¡Qué manera de correr! ¿A qué se debería tanta prisa?
Nunca entendí el que haya señoras que vienen al bingo a la 1 de la tarde cuando el juego no empieza hasta pasadas las 3. Supongo que lo harán masticando la última cucharada por la calle y con el postre en el bolso. ¡Qué manera de correr! ¿A qué se debería tanta prisa?
Ellas alegaban siempre que lo hacían para coger los mejores sitios, pero esa respuesta me escamaba, pues allí todas tienen ya su silla asignada y nunca se la quitan las unas a las otras; eso sería motivo de disputas y de posibles ajustes de cuentas.
El caso es que hace pocos días se descubrió el pastel y el revuelo que se ha armado ha sacudido los cimientos de La Pajarera. Os aseguro que si las bingueras fueran las gobernantes de España hoy estaríamos aún bajo estado de alarma y excepción y con todo el país paralizado.
Resulta que entre toda la mafia que allí se congrega hay un par de capos que cantaban más bingos de lo habitual y no precisamente por golpes de suerte.
La que antes llega al bingo tiene derecho a elegir cartón en la primera ronda y conservar el mismo en las demás o bien cambiarlo por otro si lo desea. Estas astutas mafiosas elegían sus cartones y ya no los soltaban hasta el final. No sé quién haría las posteriores pesquisas pero alguien descubrió que el bingo electrónico tiene un curioso defecto. Se supone que es una máquina en la que aleatoriamente se van iluminando los números y éstos son los que va cantando la portavoz. Se supone también que esa mezcla de números que muestra la pantalla es cada vez distinta, ¿no? ¡¡Pues no!! Este bingo electrónico suele repetir un par de números cada vez que empieza, otros dos al poco tiempo, otros dos después y siempre hay una serie de números que tardan mucho en aparecer.
Así es que estas damas del juego se percataron de que el 15 y el 90 salían enseguida, que el 24 y el 62 poco después, que el otro y el de más allá surgían pronto y que la espera de tal y tal y tal número se hacía eterna. Bien, sencillo entonces ponerse a buscar entre todos los cartones aquellos que tuvieran la mayor combinación de esos números favorecedores y ninguno de los postergados. Las posibilidades de llenar antes esos cartones y cantar bingo eran mucho más altas.
El caso es que hace pocos días se descubrió el pastel y el revuelo que se ha armado ha sacudido los cimientos de La Pajarera. Os aseguro que si las bingueras fueran las gobernantes de España hoy estaríamos aún bajo estado de alarma y excepción y con todo el país paralizado.
Resulta que entre toda la mafia que allí se congrega hay un par de capos que cantaban más bingos de lo habitual y no precisamente por golpes de suerte.
La que antes llega al bingo tiene derecho a elegir cartón en la primera ronda y conservar el mismo en las demás o bien cambiarlo por otro si lo desea. Estas astutas mafiosas elegían sus cartones y ya no los soltaban hasta el final. No sé quién haría las posteriores pesquisas pero alguien descubrió que el bingo electrónico tiene un curioso defecto. Se supone que es una máquina en la que aleatoriamente se van iluminando los números y éstos son los que va cantando la portavoz. Se supone también que esa mezcla de números que muestra la pantalla es cada vez distinta, ¿no? ¡¡Pues no!! Este bingo electrónico suele repetir un par de números cada vez que empieza, otros dos al poco tiempo, otros dos después y siempre hay una serie de números que tardan mucho en aparecer.
Así es que estas damas del juego se percataron de que el 15 y el 90 salían enseguida, que el 24 y el 62 poco después, que el otro y el de más allá surgían pronto y que la espera de tal y tal y tal número se hacía eterna. Bien, sencillo entonces ponerse a buscar entre todos los cartones aquellos que tuvieran la mayor combinación de esos números favorecedores y ninguno de los postergados. Las posibilidades de llenar antes esos cartones y cantar bingo eran mucho más altas.
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Como a uno no le gustan los deportes de riesgo no me acerqué por La Pajarera cuando estalló la bomba pero sí os puedo decir que hubo reunión urgentísima de los mandamases para solventar la situación y se determinó que como el bingo es un juego de azar, los cartones se repartieran sin orden alguno y sin posibilidad de elegir uno en concreto. El que te toque te ha tocao y si te pica te rascas.
Pues bien, con los ánimos aún en ebullición, cada vez que por cualquier cosa entro en el bingo aún hay quien piensa que todo se debe a que yo me he cansado ya de ordenar los cartones como hacía desde que aquí llegué.
- ¿Qué pasa contigo? Ya ni agua, ni los cartones ordenados... ¡Contentas nos tienes!
- Pero si yo no...
- Como no nos cuides bien nos moriremos todas y a ver de qué trabajas tú.
- Y a ver si arreglas esta mesa, que cojea.
- Y pon papel en el aseo grande.
- Y cuando llueve hay una gotera aquí que me cae en la cabeza y me tengo que apartar.
- Y ya va siendo hora de que enciendas la calefacción, que nos estamos helando...
- Y..., y...
Y Josefina me mira y pone esa cara suya que dice "Qué jodidas somos las viejas, ¿eh Juanillo?" y a mí me entran ganas de besar su anillo.
Sobre las 7 de la tarde empiezan a salir de La Pajarera para marcharse a casa, y al hacerlo pierden ese hechizo diabólico y vuelven a ser las mujeres encantadoras de siempre.
- Hasta luego, señoras
- Adiós, rey
- Hasta mañana Juanico
- Adiós, "paloma".
No sé si me acostumbraré a esto algún día.
Como a uno no le gustan los deportes de riesgo no me acerqué por La Pajarera cuando estalló la bomba pero sí os puedo decir que hubo reunión urgentísima de los mandamases para solventar la situación y se determinó que como el bingo es un juego de azar, los cartones se repartieran sin orden alguno y sin posibilidad de elegir uno en concreto. El que te toque te ha tocao y si te pica te rascas.
Pues bien, con los ánimos aún en ebullición, cada vez que por cualquier cosa entro en el bingo aún hay quien piensa que todo se debe a que yo me he cansado ya de ordenar los cartones como hacía desde que aquí llegué.
- ¿Qué pasa contigo? Ya ni agua, ni los cartones ordenados... ¡Contentas nos tienes!
- Pero si yo no...
- Como no nos cuides bien nos moriremos todas y a ver de qué trabajas tú.
- Y a ver si arreglas esta mesa, que cojea.
- Y pon papel en el aseo grande.
- Y cuando llueve hay una gotera aquí que me cae en la cabeza y me tengo que apartar.
- Y ya va siendo hora de que enciendas la calefacción, que nos estamos helando...
- Y..., y...
Y Josefina me mira y pone esa cara suya que dice "Qué jodidas somos las viejas, ¿eh Juanillo?" y a mí me entran ganas de besar su anillo.
Sobre las 7 de la tarde empiezan a salir de La Pajarera para marcharse a casa, y al hacerlo pierden ese hechizo diabólico y vuelven a ser las mujeres encantadoras de siempre.
- Hasta luego, señoras
- Adiós, rey
- Hasta mañana Juanico
- Adiós, "paloma".
No sé si me acostumbraré a esto algún día.
25 comentarios:
Jajaja es curioso que los mayores usuarios de los bingos son las mujeres!! Sin embargo, a mí me da que los hombres echan más quinielas y bonolotos. Yo no soy muy de juegos de azar, pero sí que me engancho a cualquier otro tipo de juego online, mal que me pese... la ludopatía qué mala es!! :D
saluditos
Diablito, eso es un Gurtel en toda regla, no habrás notado como se vendían ciertos cartones y habia más 'palomas' y carantoñas de las habituales??yo no soy paciente para esos trabajos, les echaría el pelo para atrás a más de una de un buen grito!!, menudas son y yo no me quedo atrás! Sólo em queda desearte paciencia. Toneladas y toneladas de ella!! Bs
Ya Juansillo, empieza a cantar y cuentanos cuanto es tu comisión... no salgas con "paseos" y confiesa que jerarquia ocupas dentro de la gran "familia" del "Cartel del Bingo" porque un diablo no va estar en cosas santas jejeje...
Amigo, bromas aparte, que intersante el mundo en el que a diario te desarrollas. Ya te había leído en algún post pasado la existencia de la "pajarera", sino me equiboco fue en el falso incendio -me mori de la risa- así que me resulta facil recrear imaginariamente todo lo que nos cuentas.
Como siempre un post bastante entretenido.
Un gran abrazo desde Japón.
Me olvidaba contarte que en Perú le decimos "paloma" al organo sexual del varon... así que si un día te dicen "palomita" sera que ya te espiaron jajaja...
Amigo, otro abrazo desde Japón.
Mira Juanra que mi profesión y mi trabajo me encantan, creo que a dia de hoy no lo cambiaría por nada del mundo...pero cuando cuentas este tipo de historias de tu "currele" me entran un ganas de sentirme tú por una temporada....que bien te lo tienes pasar allí, he podido dar fé de ello en alguna ocasión. Además es muy chulo y gratificante el trabajo que allí realizas...
Paloma....ehhhhggg looooggg pensionistaaaaagg....estaaagg er de losssggg piegsss....? ja ja ja
Adeu Colometa!!!!
Jajajajaja. Las ancianas son un mundo aparte, no equiparable al de lOs ancianos, que como bien dices, van más a lo suyo.
Tú sigue los consejos de "la padrina", que estando en minoría es lo mejor que puedes hacer.
Un saludo
No sé qué tienen los juegos de azar, que enganchan tanto a la gente, y que pierden los papeles y encima como tú dices, por 3 euros máximo.
Es como la gente que hace trampas al parchís, o se pican si les ganas al Trivial. Pero hombre, que no son quesos de verdad!!
Muy bueno el dibujo de la que no se pierde un bingo.
pd.Ten cuidado con tanta paloma, acuérdate de la canción de Pablo Abraira, esas quieren algo....
Curioso todo el post ...
No sé...
Tan sincero y tan abierto.
Me encantó saber de...
Me encantó como lo contaste y, me tuviste hasta que leí los comentarios sin saber si se trataba de un relato o de tu día a día.
Gracias por compartir hasta ese punto. Eso te ennoblece de veras.
Genial el comic.
Me encantan, y recuerdo que llegué a tí por uno de ellos. Admiro ese arte, pero no soy buena en ello, aunque alguna vez hice mis pinitos.
;)
Besos hoy "raros"
Hola Juanico "paloma" como estas ¿espero que bien? me ha gustado mucho el post.Que bacanisimo es estar en un lugar asi,ya que ami me gusta jugar bingo,pero como dices tú que se descubrio un pastel,En estos tipos de juego suele ocurrir muchas cosas raras.
MUCHOS BESOS Y ABRAZOS PARA TODOS.
MILENA
Pues yo propongo que organices visitas guiadas a la Pajarera.
A mi ponme en el grupo de 3 a 5 que seguro es en el que las chicas están mas animadas je je je
SAX
Lillu:
Por los bingos hormiguean las mujeres, sí, y parece que allí sacan lo peor de sí mismas. Y es que, como dices, la ludopatía es muy mala, yo por eso prefiero la blogopatía, mucho más agradable. :)
SaluDT
mochuELIn:
Pues paciencia precisamente es algo que abunda en mí, así que por esa parte ya llevo muchísimo ganado. A tí te auguraría yo un futuro muy negro en un lugar así: una noche aparecerían muchas plumas de mochuelo ... y nunca más se supo! :P
(Gracias por la puesta al día en éste tu blog)
Javier:
No, Javier, no. Yo no quiero saber nada de la gran familia de las Vecchias Signoras bingueras. Es más, si me enterara de demasiado mi vida correría peligro :S
Pero ya veo que yo sufriendo y tú muerto de risa !! ¿Cómo está eso?
PD. Gracias por el chivatazo. Si acaso llega una binguera peruana estaré al tanto de cómo me llama :P
Un abrazo!
Txema Rico:
Pues no te digo que te lo cambio por una temporada porque yo en tu curro estaría más perdido que el carro de Manolo Escobar. Para empezar tendría que perfeccionar mi valenciano a marchas forzadas.
Lo mejor de mi trabajo es que siempre me hace sentir joven ;)
Adeu, pichón!
peibol:
Las mujeres, que se empeñan en ser más complejas que nosotros.
Por supuesto a "la padrina" la trato como a una reina, no vaya a ser que un día de un chasquido con los dedos y vengan todas a por mí!! :S
¡Saludos!
loquemeahorro:
Bueno, ¡y tanto! y lo peor es que se niegan a perder nunca y lo primero que pierden son los modales.
pd. No me asustes ¿qué quieren? ¿¿dónde me escondo??
pd2. Gracias por la visita. Bienvenida!
Amig@mi@:
Es el relato de mi día a día. Quizás te suene raro pero es así de... cómo te diría... "arriesgado"; por un lado muy tranquilo y por el otro en el "punto de mira".
Es verdad, me acuerdo de que todo empezó con una viñeta ;) Tú te atreves a lo grande, con lienzos y todo!
Besos ¿raros? Bueno, vale y extraños abrazos también :)
Milena:
Hola. Muy bien por aquí. Ya ves que con cosas que contar y me alegra que las leas desde allá.
Más besos desde Yecla para la familia colombiana.
Sax:
Jajajaja. Menudo invento! Pero si no soportan que nadie invada su templo sagrado. ¿Cómo lo hacemos? Como no tintemos los cristales y las observemos desde el exterior...
En verano hacen bingo en el bar del polideportivo municipal de mi pueblo. Una tarde de domingo, despues de un reconfortante baño que alivió el estado en el que me encontraba despues de la verbena de la noche anterior, escuchamos como jugaban y entramos a jugar unos cartoncillos por matar el rato. Joder, no habia manera de que quien cantara linea o bingo no llevara permanente y collar de perlas. Una raza superior para esto de los bingos Juanra...que manera de marcar numeros en 5 cartones a la vez...impresionante
Ay Juanillo, no me digas que ya no colocas los cartones?,esos cartones manoseados,que pillo eres, y también te has librado del agua?, vamos que cuando vuelva no me lo voy a creer, que más cosas han cambiado?,desde luego Juan no se puede hacer una descripción tan exacta de ese grupo,te quieres creer que yo echo de menos todo eso.
Lo de Paloma, cuando yo vine a Villena,y me lo dijeron por primera vez, creí que me habian confundido con alguien que se llamaba Paloma,hasta que me lo explicaron,y ahora somos todos palomas o palomicas.Un beso manchego,¡Paloma!.
Mar
Hola JuanRa, si te era poco cuidar de dos fierecillas en tu casa, te codeas además con un montón de niños grandes. Porque yo también tengo la impresión de que la gente "mayor" se vuelve un poco adolescente. Mis padres me peleaban cuando era niña: "apaga las luces", "come". Ahora hemos invertido los papeles y es mi padre quien se olvida de dar al interruptor.
Veo que las señoras bingueras saben mucho de estadística, jeje, ay qué ver lo que me he reído. Pues nada, "paloma", cuídate mucho de 3 a 7 de la tarde (-: Besos. Loli
Admiro tu paciencia
No es trabajo para mi, ni 10 minutos.
Acá tenemos un casino a 160Km y las viejas se juntan para ir, algunas casi todos los dias. Increíble adicción.
Saludos
Paloma?? jajajaja...pero cómo me das estas ideas para llamarte? No sabes qué soy cruel sin remdio?.
muy buena historia, paloma...
Buf, odio los bingos.. en realidas, me pone muy nervioso el juego, jeje
Saludos
Bueno compañero, veo que tenemos un serio problema, si se produce un incendio seguro que tenemos heridos, porque a éstas "no las mueve ni las gruas de García"(éste dicho viene de un taller de gruas enormes que hay en Villena).
Qué descripción tan irónicamente acertada de nuestras bingueras.
Creed todo lo que dice el diablo al respecto porque es verdad.
Nos vemos , por supuesto con la visita diaria de nuestra "Corleone".
Un abrazo.
Remolina
El rey del regaliz:
Pues debes dar gracias de que no cantaras bingo aquella tarde. No te imaginas el riesgo tan grande que corriste. Esa raza superior, como muy bien las llamas, tienen todo tipo de armas en sus bolsos. Un desaire cualquiera, te salen al paso en cualquier callejón... y adiós al rey del regaliz!
PD. Me alegra verte por aquí, así que hazme caso: no vuelvas a jugar al bingo.
Mar:
Ya ves, compañera, que hay alguna novedad por aquí, pero las cosas no han cambiado tanto: aquello sigue siendo el antro del juego prohibido y estamos para servirlas. Ellas son las aves de presa y nosotros las pobres palomas. Ley de vida!!
Besos y hasta pronto!
Loli:
Sí, es verdad, dejo a los niños pequeños en el cole y me vengo a ver a los niños grandes. Los unos y los otros me divierten y me cabrean por igual.
Lo que me ocurre ahora es que cada vez que se me olvida algo, mis amigos me dicen que se me está pegando el ambiente del trabajo :P
PD. Se nota la influencia canaria en ese "me peleaban" :)
Gamar:
¿¿A 160 km?? Pero Gamar, hombre, habilita un rincón en el garaje o donde sea, monta un bingo y cóbrales la entrada. Harás fortuna!
(Eso sí, ve fuertemente armado)
Un saludo
molinos:
A ver, a ver, no te pases con la confianza, que tú no eres villenera. No te permito esas libertades, chati. :D
Boli:
Pues si el juego lo controla una mafia peligrosa, ni te cuento el tembleque...
Remolina:
Tengo un plan infalible para cuando haya que hacerles desalojar el bingo. Además es el único que funcionaría. Hay que entrar y gritar:
"ATENCIÓN SEÑORAS: EN LA ESQUINA DE ENFRENTE DAMOS CHOCOLATE CON CHURROS GRATIS PARA LAS 20 PRIMERAS EN LLEGAR"
También es verdad que no evitaríamos que hubiera heridas y a Josefina habría que guardarle un churro como mínimo. O tú o yo, si queremos sobrevivir...
Un abrazo
CHATI???????????????????...ALAAAA...¿ me has llamado Chati??....ohh..que malvadísimo eres.
Molinos:
Te iba a llamar Bruja que hace aerobic, pero eso ya tiene copyright.
Hola JuanRa:
Había oido hablar de "la pajarera", pero ahora ya tengo muy claro que ahí no entraría. Solo una vez fuí a un bingo y noté una sensación extraña y me prometí no volver.
Tengo otras adicciones soy, además de fumador (mal visto) diablogpata o ¿se dice ludodiablog? Jajajaja
Un saludo Gavilan, si, si, hay que ser un poco gavilan para atreverse a entrar en esa pajarera, claro que ahora entras menos como se llevan el agua de casa......
Un saludo manchego. Hasta otra paloma..
Rasanliz
Ahora que me acuerdo de aquella canción la debía haber añadido: Pobre tonto, ingenuo, charlatán, que fui paloma por querer ser gavilán...
Jejeje, si eres diablogpata no te pienso dar la fórmula para la cura de esa adicción.
Por muchos años más ...y yo tan contento! :)
Desde luego, la tercera edad está cada día más desatada!!!
Pues yo espero llegar a ser una "padrina" en toda regla, mangoneando al mismísimo señor Diablo a diario, qué grande!!!
Bueno, puedes probar a poner un cartel, algún día, que diga: "se ha roto el bingo, no hay cartones". Lo dejas puesto una media hora y mientras tú te escondes. A ver qué pasa. Luego apareces tú con otro cartel en las manos que ponga: "Es broma". Mientras avanzas con el cartel hay que sonreír a todo el mundo...
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