A mi amigo Txema le gustará rememorar una vez más esta anécdota.
La vivimos mi hermano, él y yo siendo unos adolescentes que aún no habían terminado el colegio, es decir, en esa etapa por la que todos hemos pasado: la de pardillos.
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Aquel día ha resurgido muchas veces en nuestros recuerdos y es entonces cuando él adopta un aire solemne y finge ser nuestro padre diciendo: “Hijos míos, venid aquí…” Y , entre risas, ya sabemos lo que nos va a decir.
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Ocurrió en un fin de semana de fiestas de Moros y Cristianos de Elda.
Por alguna alineación favorable de planetas, mis abuelos se marcharon esos días a Benidorm y, confiando en que ya éramos mayorcitos y responsables, nos habían dado la llave de su casa para que tuviéramos un sitio donde dormir después de divertirnos por ahí.
La idea era estupenda pues así nuestros padres no tendrían que venir en coche a recogernos desde el campo de Petrel. Y, ciertamente, eso de poder pasarlo bien sin control de hora de llegada a casa era una oportunidad que no se presentaba nunca.
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Y llegó la noche, con la habitual buena temperatura del mes de junio y la fiesta bullía por las calles y por ellas deambulaban, entre la multitud, tres chavales sin rumbo fijo.
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Ninguno de los tres recordamos cómo las conocimos, ni cuál de nosotros tuvo el valor de proponerles venir a nuestra casa, pero el caso es que aquellas cuatro chavalas de miradas turbias que no paraban de reír, una de las cuales de cada cinco palabras que decía, cuatro eran tacos, dijeron que sí, que se venían con nosotros, para susto y regocijo de los tres.
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Nada más atravesar el portal, a mí ya me entró el canguelo: ¿Qué hacían aquellas cuatro desconocidas en casa de mis abuelos? ¿Cómo habíamos tenido la desfachatez de invitarlas a entrar allí?
Pero una cosa estaba clara en la mente de los tres y es que los abuelos estaban lejos y que la casa entera estaba a nuestra disposición y eso había que aprovecharlo. Además teníamos la ventaja de que ellas ya venían bastante desinhibidas e iba creciendo más y más la posibilidad de probar a hacer algo que no éramos capaces de visualizar todavía pero que empezaba a turbarnos por dentro y por fuera.
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Nos fuimos los tres a la cocina y sacamos más bebida que ellas se apresuraron a servirse. En esas ausencias esporádicas aprovechábamos para hablar entre nosotros:
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“Tios, esto es muy fuerte, ¿qué vamos a hacer?”, “A mí me dejáis la de la falda vaquera”, ”Eh, la rubia parece una guarrilla de cuidao”, ”Joder, y menudo pedal lleva, a ver si va a potar aquí” ” Oye, sobra una, ¿qué va a hacer si se queda sola?”, ”Pues que se meta en la habitación que prefiera””Pero , ¿tú crees que…””Que sí, tío, échale morro, que hoy mojamos””La verdad es que si han querido venir hasta aquí será por algo, ¿no?””Joder, qué nervioso estoy”
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Y afuera se oía la metralla de tacos de una y las risas a coro de todas, que seguían bebiendo como esponjas.
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Ya me gustaría a mí contar que terminó siendo una noche triunfante, que culminaron nuestras aspiraciones y se cumplieron nuestras fantasías pero…
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Y siete pares de ojos muy abiertos empezaron a mirarse unos a otros.
Sin hablar, nos interrogamos con las miradas. ¿Quién podía ser a esas horas? Se volvieron a escuchar los golpes, aún más fuertes, y ya no hubo más remedio que ir a averiguarlo.
Me acerqué hasta la puerta y pregunté “¿Quién es?”
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- Vuestro padre – se oyó detrás de la puerta.
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En aquellas circunstancias, aquel “vuestro padre” me sonó peor que si hubiera oído “El ogro” o “El Lobo” o “¡Los alemanes!”
Corrí de nuevo al salón y me dirigí exclusivamente a mi hermano.
- Tomás, ¡es el papá!
- ¡No jodas!
- ¿Qué hacemos?
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Acojonado, miré a las cuatro chicas y no me pareció verlas en condiciones de presentaciones formales, así que la primera idea que se me pasó por la cabeza fue esconderlas en cualquier sitio pero ni siquiera me dio tiempo a plantear algo así pues mi hermano ya estaba abriendo la puerta que parecía iba a venirse abajo con tanto aldabonazo.
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La imagen no se me borrará jamás. Las cuatro mozas no estaban preparadas para ese imprevisto cambio de planes y nada más abrirse la puerta aprovecharon para salir disparadas hacia afuera por delante de mi padre que se quedó de piedra viendo como una, otra, otra y otra más salían en fila por su lado con la cabeza gacha.
Me parece recordar que la última dijo un casi inaudible adiós.
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Las pudimos oír bajar atolondradas las escaleras y luego el portazo de la puerta de la calle. Después, silencio sepulcral.
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- ¿Quiénes eran? – dijo por fin mi padre.
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Yo iba a contestar “Unas amigas”, pero me pareció una respuesta tan idiota que dije algo más idiota todavía: “Ni idea, no las conocíamos de nada”, e inmediatamente pensé: “Eres tonto de remate”
Hoy estoy seguro de que en el fondo a mi padre aquello le debió hacer mucha gracia, lo sé. Debió pensar “Vaya, se les deja solos y saben sobrevivir”, pero por descontado, entonces me pareció que habíamos hecho una cosa muy grave, y la cara de mi padre no dejaba entrever la más leve señal de complicidad.
Podría habernos montado un cirio a continuación pero no lo hizo. Nos puso las manos por los hombros a Tomás y a mí y empezó diciendo: “Hijos míos, venid aquí…”
Como la cosa no iba con nuestro amigo, éste nos dijo que nos esperaba en la calle.
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Y bueno, entonces empezó el sermón.
Yo daría cualquier cosa por poder transcribirlo hoy aquí tal cual fue, porque no tuvo desperdicio. Fue glorioso. Fue un discurso largo, denso y edificante como si de repente mi padre se hubiera convertido en un doctor, un sexólogo, un filósofo y un académico de la lengua al mismo tiempo.
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Empezó advirtiéndonos de algunas enfermedades venéreas como la sífilis y la gonorrea, y sus consecuencias y mientras hablaba, explicando todos los pormenores de las mismas, caminábamos por la casa, y él iba asomándose por las habitaciones por si encontraba alguna chica más por allí o tal vez para comprobar si había alguna cama deshecha.
No sé si de haber llegado más tarde nos hubiera pillado con las manos en la masa, pero desde luego no nos dio tiempo a amasar ni la más triste rosquilla.
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Cuando nos estaba explicando las desventajas de los embarazos precoces llegamos al salón y al ver los restos de bebida sobre la mesa, el monólogo dio un giro inesperado hacia los problemas del alcoholismo. Recuerdo que empezó con algo así como:
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- Hijos míos, cuidado con el mosto, no debéis abusar de él y menos a vuestra edad.
“¿El mosto?” – pensé sin entender – y llegué a la conclusión de que al conjunto de bebidas alcohólicas lo había llamado mosto. Todo un Quevedo mi padre.
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El caso es que yo estaba (ambos estábamos) pasando un mal trago, nunca mejor dicho, mirando hacia el suelo y con unas ganas bárbaras de que aquello terminara de una vez , así que cuando por fin concluyó aquel discurso que nos dejó medio mareados y tras hacernos prometer que en adelante seríamos más sensatos, se marchó y suspiramos aliviados.
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Bajamos a buscar a Txema y lo encontramos medio muerto de aburrimiento
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- Pero bueno, ¡cuánto habéis tardado!
- Tío, es que no sabes qué rollo nos ha echao…
- Pero qué os ha dicho? ¿Una buena bronca?
- No, nos ha hablado de la sífilis.
- Y del mosto.
- ¿¿Cómo??
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No tardamos mucho más en irnos a dormir pero las risas que nos tuvimos antes imitando la perorata de nuestro progenitor aún continúan pese a los años transcurridos.
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Y por si mi padre lee esto (espero que lo haga) quiero que quede claro que no he pretendido hacer burla alguna de todo aquello sino pasar un buen rato reviviendo la escena desde el prisma de aquella inmadura edad y mantengo que su verborrea de aquel día fue única e irrepetible.
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Nota:
Papá: A doña Sífilis no la vimos nunca ni de lejos. A Don Mosto… bueno, ese se dejó ver más, sobre todo años después; pero esas son otras historias.
42 comentarios:
¡Qué haces publicando a estas horas?
Primer!!
Me imagino el susto al oir el ruido....y ya te lo digo yo..el mosto es buenísimo..
y una pregunta..¿ por qué apareció vuestro padre?
Otro que publica a medianoche!!!
Que buena la anécdota!!! recuerdo una vez, con 17 años, que me pasó algo parecido, pero yo sí que estaba con las manos en la masa...........entró mi suegro por aquél entonces y solo se que salí disparado y me puse delante del ordenador......recien encendida la luz y con los ojos medio cerrados...ella se quedó en la cama y lo unico que se le ocurrió fue un..."no me encuentro bien, papa" xDDD suerte que yo estaba vestido....
Por cierto, te informo que el pisaaceras ha vuelto, esta vez con anecdotas de la vida de soltero, tal y como hace tiempo me empecé a plantear...ya es una realidad...a ver si te pasas!!!!!!
Un abrazo!!
Molinos, Umpi, pero qué golfos sois. Mañana os contesto, que no dejo de trasnochar ni una sola noche y señorasposa me va a matar!
¡Pero bueno¡¿cómo que pardillos?, menudo grupo de sinvergüencillas, aunque a esa edad más bien diría pobrecillos. Ahora,la aparición de tu padre no tiene desperdicio, tan oportuno como siempre son los padres. Y su discurso es el de "hombre precavido vale por dos".
Muy divertida la historieta.
Un saludo pardillo. Vuelve pronto que ya nos estamos preparando para el maratón de cinexploradores.
Remolina
LLevo varios días sin porder moverme por la blogosfera. Sin tiempo de más, ya que tus relatos "entretienen",te paso un enlace que creo te gustará.
Besos
Y ... Volveré con más calma, ¡prometido!.
http://www.chipola.es/2010/07/27/demonios-en-su-tinta/comment-page-1/#comment-139
diablillos y diablillas! que cercana y familiar me resulta a mi tmabién aquellos años.
me ha gustado.
un abrazo
Joder Juanra (por alusiones)...ja ja ja!!! No me imaginaba yo que publicarias esta anécdota de nuestros años pre-mozos. Qué bueno. Había matices que ni recordaba...Aunque eso sí, creo recordar que esas mismas fiestas y, tras un diluvio universal, se acuñó otra mítica frase: "...me animao, va a haber desfile..."
Qué tiempos!!!
Qué buena la reacción de tu padre.
Yo he llegado a la misma conclusión que unos cuantos: ¿Como apareció tu padre por allí a horas tan intempestivas? Y es que cuando un padre es listo, es listo... ;)
¡Ay como son los padres! jaja,no sé como lo hacen pero siempre aparecen en el momento oportuno. Cuando he leído eso de "vuestro padre" me lo he imaginado con la voz de Darth Vader, mo sé porque, pero seguro que sonó super grave. Y que rápidas fueron las chicas en desaparecer, me imagino que la cara de tu padre debía intimidar un montón para tal desbandada.
Saludos
;)
Anda que de pardillos tenían poco, ¿eh? Que acabaron con cuatro chavalas en la casa. Qué grande tu padre, y tremenda putada cuando ya creían que iban a hacer la caidita de Roma (¡jarl!) XDDD
Uy, uy... Me ha recordado mucho a una experiencia similar que viví yo (pero yo era la chica que decía tacos...).
Nosotros eramos 3 y 3 así que la cosa estaba mejor ajustada.
¡Qué tiempos... ains!
Un saludo, W.
P.D. Me llega a mí a pillar mi padre en ese momento (muy improbable ya que estábamos en comunidades autónomas distintas).....m-e-m-a-t-a!!
Muy sensato tu padre.
¡jajajaja, me parto, de verdad, me parto! No sé qué me gusta más, lo de "hijos míos, venid aquí", lo de pasear por las habitaciones por si había alguna chica más o lo del "mosto". Y digo lo mismo que Zorro, ¿la primera noche solos en casa y os subís 4 chavalas? ¿Pardillos vosotros? ¡TURURÚ!
Jaja la de sermones de ese estilo que me he tragado yo de mi padre! (y mi madre, que también lee tu blog, lo puede corroborar :P). Y lo peor, también como en tu caso, sin haber hecho na de na! XD Todos los padres vienen con un manual de retahílas verborréicas complejas, que casualmente se activa en determinadas situaciones concretas de la adolescencia o post-adolescencia de sus hijos. Aún te quedan unos años, pero algún día te pasará :P
saluditos!
Un buenazo tu padre, desde luego. Otro habría puesto el grito en el cielo. Qué majo. Por lo menos el hombre usó el razonamiento y os explicó los peligros del sexo sin precaución y esas cosas, panda de pendones (anda que las mozas se quedaban cortas, también. Lo que os perdísteis, ¿eh? ¡Jajajaj! ¿Quién os iba a decir que entraríais con cuatro tías y saldríais con un sermón paternal? ¡Y sin mojar!)
Al Señor padre de JuanRa: diga usted que sí, que eso está muy bien. Que la mayoría de los padres de hoy en día se limitan a castigar y dar broncas sin explicar las razones. No me extraña que tenga un hijo tan majo, teniendo un padre tan coherente.
(El comentario suena a peloteo al señor padre de JuanRa y al susodicho mismamente, pero lo que digo no es coña, aunque use un tono jocoso.)
Broder mío, ven aquí que te diga una cosa........que cuando seas padre comerás bollos jajajajaja y entonces serás tú el que llame a la puerta como hago yo ahora cuando regreso a casa antes de lo previsto jajajajajaa.
Te has dado cuenta que no has dicho el motivo de la visita de tu padre? jajajaj no se lo preguntasteis?........
Cómo que yo no tenía ni idea de esta historia?
Quiero saber...edades,hora de llegada a casa de los abuelos y sobre todo..qué hacía tu padre allí de bon matí.
molinos:
La pregunta del millón:
¿Por qué apareció mi padre?
Pues yo me imagino la escena:
MADRE: Ay, ¿estarán bien los chiquillos? Podrías acercarte a ver...
PADRE:Pues claro que estarán bien
MADRE: No sé, no me fio...
Y claro que iba bien la cosa.
Hasta que llegó él.
Umpi:
"No me encuentro bien papá... Y mi novio está mirando en internet algún remedio para esto que tengo..."
Una puesta en escena perfecta! :D
Me alegro de que me hicieras caso. Uno que se independiza y viva solo con su gato tiene que tener un blog a la fuerza!! :D
Remolina:
Aspirantes a sinvergüenzas, pero nos quedamos en pardillos de todas formas. Demasiado jóvenes entonces.
Te aseguro que con aquel discurso, mi padre podría haber entrado en la Real Academia de lo que sea. XD
¿Cómo queréis el CINEXPLORADORES? ¿Difícil o muy difícil? :P
Amig@mi@:
Tú tranquila, Montse, que ya me encargo yo de que en la barbacoa infernal queden siempre longanizas para tí.
Y voy a echarle un ojo a esos demonios. Gracias.
calata:
Te suena, ¿no? Jejeje, aquellos años de voy - no voy, de quiero y no puedo, de fruta verde queriendo madurar deprisa...
Gracias, calata
Un abrazo.
Txema Rico:
Cierto, menuda riada hubo aquel fin de semana. ¿Te acuerdas de cómo se llevaba el agua las sillas de las calles?
Me pregunto si aquellas chavalas se acordarán de aquello.
Oh, old times...
LastChild:
Yo también lo veo así hoy. Entonces no tanto, claro...
isaormaza:
El sexto sentido paternal sería, digo yo...
El caso es que apareció, y en versión original y sin subtítulos!
Ana:
Sólo le hubiera faltado el vozarrón de Darth Vader para terminar de acojonarnos, jajaja
Que va, las chicas salieron pitando de alli sin mirarle a la cara siquiera. Se ve que pensaron "Aquí se ha acabado la fiesta, larguémonos que aquí huele a discurso" :D
El Zorrocloco:
Sí, si suena muy a echaos p'alante pero te digo yo que estábamos muy verdes. Si ellas hubieran tomado la iniciativa en todo no te digo que no, pero, joer, eso ya nunca lo sabremos.
Roma no llegó a caer aquella vez, por la glóoria de mi madre... XDD
WMWìRiÄWMW:
Ya se sabe que en toda estadística hay siempre una que dice tacos :P
Y ese nerviosismo en la barriga al saber que estabas haciendo "algo malo"... molaba ¿eh? Si toda la gracia estaba ahí. XD
Gracias por pasarte.
Speedygirl:
Lo del mosto lo hemos imitado hasta la saciedad. Años más tarde, cuando alguno venía de fiesta más contento de la cuenta, el otro hacía de padre: "Hijo mio, ven aquí... no le habrás dado al mosto, ¿verdad?" XDD
Que sí, pardillos, que hasta ellas nos lo debieron ver en la cara, por eso no tuvieron miedo en venir con nosotros. (Si es que me lo hacéis decir todo!):P
Lillu:
Jajajaja. "Manual de retahilas verborréicas complejas". Me ha encantao! Ese tendría que haber sido el título.
Yo creo que los padres son los que siempre echan el sermón pero las madres son las artífices, las que les preparan el guión y les empujan. No son listas ni ná...
Puede que me toque echar algún sermón en el futuro pero te aseguro que como aquel... ES IMPOSIBLE. Eran Freud, Platón y Garcilaso de la Vega juntos!
Pecosa:
Anda que como mi padre se crea que me lo estoy tomando a choteo le diré, "Pero no, no, lee el comentario de Pecosa" XD
Mi padre siempre ha sido así: el razonamiento y el diálogo. No exagero si digo que es un Sabio de la Modernidad y que ya me gustaría parecerme a él en ese aspecto. Pero como es tan peculiar y le han salido unos hijos tan payasos, pues siempre le estamos imitando. :P
Gracias, Pecosilla, que ya sé que hablas en serio (y no le has dao al mosto, ¿no?)
Anónima de Sax:
¿Comerás bollos? ¿No era comerás huevos? Que conste que si me das a alegir me quedo con lo primero, eh?
Al final la PMP (pregunta más preguntada) se queda en el aire. ¿El motivo de la visita?
Pues que como padre tenía que hacer el papel de padre. Digo yo.
anasister:
Hay historias que las hermanas pequeñas no deben saber. :P
Pero ya que me apuntas con la lámpara en los ojos:
Edades: pardillos antes de instituto
Hora de entrada a casa abuelos: mucho antes de amanecer
Qué hacía Padre? Pues a ver si entra él y nos lo aclara!
JAJAJAJA
Broder es que me he visto tan identificada.........
SÍ,identificada pero con TU PADRE.
AY AY AY AY QUE MAL LO LLEVOOOOOO
Jo, creo que a todos nos han pillado en alguna así, pero lo de la amable charla sobre la sífilis y el mosto sólo podía pasar en casa de los Cabrera.
Por cierto, tu hija cada vez se parece más a ti...
Jajajaja, que historia más buena... me has recordado alguna anécdota mía de complicidad paterna... igual hasta me has inspirado un post.
El "mosto" en su justa medida también da buenas noches (y jaquecosas mañanas a veces)
Sigo diciendo que deberías escribir un libro. Tienes caña para eso y mucho más.
Genial
Besos
Menudos tres...pavos!! porque tú le llamas a eso la edad de los pardillos, pero eso es pavo desmesurado, yo como no tuve de eso, ja, ja y aádo, JA!
Imagínate a tu pobre padre, que él tb tuvo que pasar su momento malo, pero lo supo llevar con un poco de mano izquierda, cargado de un discurso educativo. Ya puedes ir aprendiendo, porque de esos momentos tampoco te vas a librar por muy diablo que seas. Una abrazo mochuelero (-por cierto, no sigas insistiendo en que acabe el verano que yo aún estoy de vacacioens!!!-)
Como estoy en el culo mismo del mundo y trabajo desde un móvil con una señal que lo mismo viene que se va que se toma una caña, pues he publicado dos veces mi comentario, me tomo la libertad de borrar uno para no dejarte esto muy desordenado, ya ves que organizados somos los mochuelos veraniegos. Un nuevo picotazo!
Lo del discurso de vuestro padre ceo que fue producto de los nervios del momento, pero en realidad... él fue elprimero, seguro, de arrepentirse por aguaros la fiesta.
Vosotros os quedaríais a cuadros, pero ni me imagino el mal momento que debió pasar el pobre ;-)
¿Cómo es que nuestros padres siempre tenían las palabras justas para cada una de nuestras macanas?
Al menos si me pasa a mí no sabría bien como reaccionar.
Muy buena anécdota.
Un abrazo.
Anónima de Sax:
Sí, usted lo lleva mu malamente, señora. :P
Bichejo:
Lleva la huella Cabrerator, ¿verdad? :P
Qué poca gente me dice que mi hija se parece a mí. Y no sabes cómo me gusta oirlo.
La exorsister:
Ten por seguro que me gustará leer más historias de padres y "mosto" XD
Tú lo has dicho, "en su justa medida" pero hubo tiempos en que no sabíamos medir ni justificar ni montar en escoba.
Amig@mi@:
Venga, si llevo todo esto a la Feria del libro, ¿al menos vendrás tú? :P
mochuELIn:
Claro, tú juegas con ventaja porque los mochuelos son siempre mochuelos y nunca pavos, pero reconoce que hay pavos y pavos.
Lo nuestro, ¿fue de pavos comunes, de pavos reales... o de realmente pavos?
Mejor NO contestes.
Reitero: verano, lárgate! MochuELIn, vuelve ya!! :D
El kioskero:
No sé, no sé... Habría que volver a abrir el sumario y desvelar secretos, jeje.
Tendré que preguntar a mi padre (aunque puede que no lo recuerde)
Gamar:
No puedo estar más de acuerdo.
Por fortuna nuestros hijos no podrán comparar.
Sería una vergüenza que mi hijo me reprochara tras una regañina: "Has estado mediocre. Tu padre empleaba mejores discursos" :S
Joder Juan, leyendo la historia me he acordao de un detalle claramente:
Las tias esas eran de Sax!!! Las sajeñas, que decia Txema.... Te a venido??? A que yes..... He revivido con mas claridad ese nublado dia que parece de otra vida ya....
Tomás.
NOOOOOOOO
NOOOOOOOOOOOOO
DE ESO NADA, NI HABLAR.......
No era dar suficientes detalles contar lo de la tormenta? Había que decir también la procedencia? Lo próximo que será? dar los nombres o que!!!!!!!!
Ay broder,broder........
Jajaja, por fin encuentro el tiempillo para volver a la bloggosfera y me encuentro con esta menuda anécdota.
Supongo que así son los papás en todos lados.
Saludos y abrazos :D
Coincido con Ana en que no sabía esa historia. Vale que éramos los peques y no se nos iban a contar esas cosas, pero es que crecimos hace mucho,tanto que ya se nos está pasando el arroz de las juventudes, y vosotros los mayores ahí "callaicos" sin decir ni MU de aquel día...Sí que pasasteis vergüenza, si...Peor hubiera sido que el que tocara fuera el abuelito ¿no? Por cierto el comentario a Umpi de que quien vive sólo con un gato tiene que tener blog...no sé... FRAN.
Hola amigo,
Gracias por los mensajillos que me dejaste en el blog durante mi ausencia, cada uno tiene un valor especialisimo para mi. Disculpa por no haber respondido ninguno, en mi texto de reaparición medio que explico la razón.
He leído con atención este post y como siempre logras arrancarme una sonrisa y traerme varios recuerdos sinilares... Te felicito por ser constante y continuar escribiendo tan bien.
Un fuerte abrazo desde Japón.
Javier.
Buenísimo. Me encantaría saber lo que se le pasaba a tu padre por la mente mientras os daba el sermón...juventud, divino tesoro ;)
Tomás:
Pues ahora que lo dices... lo he recordado! ¿Las sajeñas! :D
Lo de "revivir con claridad un nublado día" te ha quedado de lo más poético. :)
Anónima de Sax:
Cualquiera diría que eras tú una de aquellas sajeñas!! ¿Lo eras? Confiésalo! ¿Y has estado callada todo este tiempo? :P
Que conste que yo no he aportado el dato. Yo ni me acordaba.
March:
Cuate, cuánto tiempooo!! Ya pensaba que te habías despedido del mundo blogueril para mi desdicha.
Me alegro de volver a verte, cinéfila perdida. :)
Fran:
¿¿Que se nos está pasando el arroz de las juventudes?? ¿Qué marca de arroz usas tú? Porque el mio no se pasa nunca, se cuece enterito y bien lustroso. Con decirte que aún no necesito garrote...
Uff, si llega a ser el abuelito el que nos pilla te aseguro que hasta tú conocerías la historia porque habría habido heridos y todo.
Lo mantengo: todo aquel que viva solo con un gato ha de tener un blog (y que escriba el gato, claro) XD
Javier:
Menuda sorpresa verte aparecer de nuevo después de tantos meses, Javier. No sabes qué alegría me has dado.
Ya me he pasado por tu blog para volver a saber de tí.
Un abrazo y bienvenido de nuevo.
Nuria:
No tengo ni idea pero te aseguro que fue una conferencia de muy alto nivel, de esas que sólo salen una vez.
Un saludo :)
Hola JuanRa:
yo tuve esa charla a muy temprana edad, 10 o 11 años. La culpa la tuvo una sutil pregunta que hice.
Por aquella época empezabamos a contar chistes verdes, sabiendo el significado de los tacos, pero sin tener mucha conciencia de lo que eran.
Después de uno de esos chistes, un amigo dijo: ¿sabéis que para tener hijos hay que follar?. ¡Venga ya! respondimos todos. Que sí- insistió- Entonces tomé una decisión. No puede ser verdad, voy a preguntárselo a mis padres -dije-
Me acerqué a mis padres que estaban en la playa, sentados en unas hamacas en la arena con el resto de los padres, y dije:
¿papá te puedo preguntar una cosa?. Sí - dijo - Entonces pregunté con la sutileza de un niño de esa edad: ¿para tener hijos hay que follar? La cara de mi madre, mi padre y los demás era un poema. En ese momento descubrí que sí, que había que follar, pero me tocó tragarme un paseo de una hora con charla explicativa por la playa de Cabo Palos.
Al regresar di la noticia al grupo. Sí es verdad -informé-. ¡Qué asco, yo nunca haré eso! -contestaron al unísono-
Curioso como cambia la mente humana.
Pedazo de anécdota, Hit!!XDD
Esto tendrías que contarlo en tu blog también.
Tu historia tiene su punto en común con la mía. Te imagino playa arriba playa abajo escuchando las explicaciones a los misterios de la vida deseando salir de allí corriendo.
Pero mira, peor sería haberte callado y seguir con la duda :P
Muy buen relato, hoy tenía ganas de reir y me he venido hasta aquí...
Ai las mujeres y el mosto, cuantas situaciones extrañas nos han traido.
Un saludo.
Vaya, O Suso, me alegra saber que hayas pasado un buen ratillo por aquí. Desde luego "los implicados" nos reímos mucho recordando esto y por eso lo quise compartir.
Un abrazo.
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