A Loco.
Te lo debía.
Como una tormenta inesperada. Así han llegado.
Una atronadora patada a la puerta y dos enormes siluetas ocupando el rectángulo.
Te lo debía.
Como una tormenta inesperada. Así han llegado.
Una atronadora patada a la puerta y dos enormes siluetas ocupando el rectángulo.
Ante mí, dos armarios enfundados en trajes negro asesino. Las gafas oscuras a juego de cobardes.
No consigo reaccionar.
El más alto, bastón de madera en mano de buda, saluda efusivamente a una de mis rodillas.
-¿Dónde está? -le oigo preguntar allá en lo alto, desde las frías baldosas.
Mi dolor responde por mí en ahogado silencio.
- ¡Los archivos! - ordena a su acompañante, ignorándome por completo- ¡Hay que encontrarlos!
Entran primero en la cocina. Me pregunto por qué. Les oigo revolver todo, con ruido de sables y cacerolas. Tiran al suelo algún vaso que estalla en un disparo vidrioso. Veo llover mis recetas de carne y de pescado. Llega volando a mi lado la Gallina con coliflor. Mi rodilla parece un huevo de avestruz.
Me llevan en volandas hasta el salón. No quieren perderme de vista.
Abren de golpe el reloj de pared y el péndulo baila aturdido. Levantan la alfombra. ¡Coño, la sota de bastos que perdí el otro día! Se afanan por tirar al suelo todos los libros de las estanterías. Uno a uno, tres a tres, cinco a cinco. El de los gestos simiescos se detiene un instante para echar un ojo a la portada de Las edades de Lulú, y finalmente lo arroja al suelo con los demás. Los pilares de la Tierra levantan polvo al caer.
- ¿Dónde está? - me dice de nuevo el del bastón, con la frente húmeda y la mirada de esquivo reptil.
- ¿El qué? ¿Quién? - soy un hilo de voz.
- ¿¿Dónde guardas la ficha de Loco?? - grita acercándose a mí.
- ¿Loco? Yo... yo no conozco a ningún...
- ¡Aquí! - exclama el desarmado - ¡Aquí tiene el fichero!
No sé a qué se refiere, pero mi rodilla sana lo agradece entusiasmada.
Se acercan a mi escritorio y con las cabezas muy juntas les oigo farfullar
- ... choa ...geles ...xema ...lennim... ¡Loco! ¡Ja! ¡Aquí está el muy cabrón!
Parecen tomar nota mental de lo que leen y salen raudos del apartamento.
Respiro aliviado. El reloj de pared se ha callado, mi rodilla es la única que chilla en ese silencio de las catástrofes.
Oigo rápidos pasos ascender por la escalera y vuelve a aparecer uno de ellos; el del bastón no, el otro, el mono. Con una sonrisa coge del suelo el libro de Lulú. Me mira un instante como sorprendido de que aún esté allí, y me sacude un violento bofetón con la contraportada.
En fin, Loco, no he podido evitarlo. Tras dar con tu dirección han salido en tu búsqueda. No imaginaba que los perfiles de vuestras visitas quedaban registradas en mi escritorio. Los matones se las saben todas.
Sin dar pie con bola en cómo avisarte de lo que te esperaba, he buscado tu número en el listín teléfonico, en la L de ELE-mental. No te rias, pero la operadora envió semitono a las rías y de allí, gracias a filtros y descartes sonó el teléfono de tu casa. El 11-8-88 funciona realmente!
Tu contestador automático me desmoraliza; no estás en casa.
"Vuelve a intentarlo, - dice tu voz - que ya estoy de camino... de Santiago". Joder, hoy no es mi día.
Salgo a la calle con la esperanza de que tu ausencia me sirva al menos de ventaja. Los sicarios deben haber elegido el recorrido más corto, pero yo puedo tomar el más rápido, el atajo que pasa por Sonada de la Azotea sin tocar Zamora.
¿Qué has hecho, Loco? ¿Por qué te buscan? ¿Eres el nuevo enemigo público número 1? Es evidente que son gente sin escrúpulos. Podrían borrarte del mapa sin dejar rastro o hacerlo delante de mil testigos. Te aseguro que no tienen miramientos.
Corro todo lo que mi rodilla me permite, obsesionado por llegar antes que ellos.
Una señora me pregunta la hora y ni siquiera la miro a la cara. La mejilla me arde por el librazo. No volveré a comprarlos de tapa dura.
En la larga marcha pierdo la noción del tiempo y la suela de mi zapato izquierdo, pero llego ufano a Galicia. Apostaría que mucho antes que ellos, lo que me anima a comerme un bocadillo de percebes en O Cebreiro con los pies metidos en un riachuelo. Tengo ampollas en las ampollas.
Hay unos holandeses acampados en una chopera. Tienen ropa tendida al sol y unas zapatillas nuevas sobre la hierba. Parecen de mi número. Salgo pitando de allí con ellas en la mano. Santiago me perdonará por haber jugado sucio con esos holandeses.
Dejo atrás Portomarín y Palas de Rei.
En Carral empieza a seguirme un perrazo que me cambia las revoluciones a 45 y en el trote pierdo la cartera con mis últimos 5 euros. Colmillos deja de seguirme cerca de Cambre donde tengo tanta hambre que me ladran las tripas y vuelvo a correr creyendo que vuelve el perro de marras. Soy un peregrino de lo más peregrino.
Me sorprende la noche llegando a una playa donde caigo de bruces contra la arena y duermo con tantos pensamientos como hambre, sed y dolor de pies. En mis sueños escucho lamentos prolongados, como de almas sufriendo en el infierno, en un infierno de Segunda División.
Al despertar, mis pies parecen huevos de avestruz. Ya suman tres.
A lo lejos veo a un tipo caminado descalzo por la orilla. La luz del amanecer solo me deja ver su silueta. He de levantarme para preguntar por tu paradero.
Cuando me dispongo a hacerlo, surgen de entre las dunas dos tipos enormes que corren hacia el paseante. Algo me dice que ese incauto eres tú, que finalmente los matones han dado contigo antes que yo y que van a liquidarte sin que pueda yo evitarlo. No quiero ver la paliza que te van a dar. ¡No puedo!
Incomprensiblemente solo están unos segundos a tu lado, y acto seguido les veo alejarse con paso derrotado.
Entonces soy yo el que me acerco, como una piltrafa bamboleante.
- ¿Loco?
- ¿Tú también me buscas? - me dices con cara de asombro.
- No entiendo nada. Esos tipos... ¿no te han hecho daño?
- ¿Daño? No, solo se han confundido. Buscan al loco de la colina. Yo soy el loco de la coruña. (...) Y tú por qué me buscas.
No tengo fuerzas para matarte yo mismo. Antes de caer redondo digo algo como "la madre que te parió". Algo así.
No consigo reaccionar.
El más alto, bastón de madera en mano de buda, saluda efusivamente a una de mis rodillas.
-¿Dónde está? -le oigo preguntar allá en lo alto, desde las frías baldosas.
Mi dolor responde por mí en ahogado silencio.
- ¡Los archivos! - ordena a su acompañante, ignorándome por completo- ¡Hay que encontrarlos!
Entran primero en la cocina. Me pregunto por qué. Les oigo revolver todo, con ruido de sables y cacerolas. Tiran al suelo algún vaso que estalla en un disparo vidrioso. Veo llover mis recetas de carne y de pescado. Llega volando a mi lado la Gallina con coliflor. Mi rodilla parece un huevo de avestruz.
Me llevan en volandas hasta el salón. No quieren perderme de vista.
Abren de golpe el reloj de pared y el péndulo baila aturdido. Levantan la alfombra. ¡Coño, la sota de bastos que perdí el otro día! Se afanan por tirar al suelo todos los libros de las estanterías. Uno a uno, tres a tres, cinco a cinco. El de los gestos simiescos se detiene un instante para echar un ojo a la portada de Las edades de Lulú, y finalmente lo arroja al suelo con los demás. Los pilares de la Tierra levantan polvo al caer.
- ¿Dónde está? - me dice de nuevo el del bastón, con la frente húmeda y la mirada de esquivo reptil.
- ¿El qué? ¿Quién? - soy un hilo de voz.
- ¿¿Dónde guardas la ficha de Loco?? - grita acercándose a mí.
- ¿Loco? Yo... yo no conozco a ningún...
- ¡Aquí! - exclama el desarmado - ¡Aquí tiene el fichero!
No sé a qué se refiere, pero mi rodilla sana lo agradece entusiasmada.
Se acercan a mi escritorio y con las cabezas muy juntas les oigo farfullar
- ... choa ...geles ...xema ...lennim... ¡Loco! ¡Ja! ¡Aquí está el muy cabrón!
Parecen tomar nota mental de lo que leen y salen raudos del apartamento.
Respiro aliviado. El reloj de pared se ha callado, mi rodilla es la única que chilla en ese silencio de las catástrofes.
Oigo rápidos pasos ascender por la escalera y vuelve a aparecer uno de ellos; el del bastón no, el otro, el mono. Con una sonrisa coge del suelo el libro de Lulú. Me mira un instante como sorprendido de que aún esté allí, y me sacude un violento bofetón con la contraportada.
En fin, Loco, no he podido evitarlo. Tras dar con tu dirección han salido en tu búsqueda. No imaginaba que los perfiles de vuestras visitas quedaban registradas en mi escritorio. Los matones se las saben todas.
Sin dar pie con bola en cómo avisarte de lo que te esperaba, he buscado tu número en el listín teléfonico, en la L de ELE-mental. No te rias, pero la operadora envió semitono a las rías y de allí, gracias a filtros y descartes sonó el teléfono de tu casa. El 11-8-88 funciona realmente!
Tu contestador automático me desmoraliza; no estás en casa.
"Vuelve a intentarlo, - dice tu voz - que ya estoy de camino... de Santiago". Joder, hoy no es mi día.
Salgo a la calle con la esperanza de que tu ausencia me sirva al menos de ventaja. Los sicarios deben haber elegido el recorrido más corto, pero yo puedo tomar el más rápido, el atajo que pasa por Sonada de la Azotea sin tocar Zamora.
¿Qué has hecho, Loco? ¿Por qué te buscan? ¿Eres el nuevo enemigo público número 1? Es evidente que son gente sin escrúpulos. Podrían borrarte del mapa sin dejar rastro o hacerlo delante de mil testigos. Te aseguro que no tienen miramientos.
Corro todo lo que mi rodilla me permite, obsesionado por llegar antes que ellos.
Una señora me pregunta la hora y ni siquiera la miro a la cara. La mejilla me arde por el librazo. No volveré a comprarlos de tapa dura.
En la larga marcha pierdo la noción del tiempo y la suela de mi zapato izquierdo, pero llego ufano a Galicia. Apostaría que mucho antes que ellos, lo que me anima a comerme un bocadillo de percebes en O Cebreiro con los pies metidos en un riachuelo. Tengo ampollas en las ampollas.
Hay unos holandeses acampados en una chopera. Tienen ropa tendida al sol y unas zapatillas nuevas sobre la hierba. Parecen de mi número. Salgo pitando de allí con ellas en la mano. Santiago me perdonará por haber jugado sucio con esos holandeses.
Dejo atrás Portomarín y Palas de Rei.
En Carral empieza a seguirme un perrazo que me cambia las revoluciones a 45 y en el trote pierdo la cartera con mis últimos 5 euros. Colmillos deja de seguirme cerca de Cambre donde tengo tanta hambre que me ladran las tripas y vuelvo a correr creyendo que vuelve el perro de marras. Soy un peregrino de lo más peregrino.
Me sorprende la noche llegando a una playa donde caigo de bruces contra la arena y duermo con tantos pensamientos como hambre, sed y dolor de pies. En mis sueños escucho lamentos prolongados, como de almas sufriendo en el infierno, en un infierno de Segunda División.
Al despertar, mis pies parecen huevos de avestruz. Ya suman tres.
A lo lejos veo a un tipo caminado descalzo por la orilla. La luz del amanecer solo me deja ver su silueta. He de levantarme para preguntar por tu paradero.
Cuando me dispongo a hacerlo, surgen de entre las dunas dos tipos enormes que corren hacia el paseante. Algo me dice que ese incauto eres tú, que finalmente los matones han dado contigo antes que yo y que van a liquidarte sin que pueda yo evitarlo. No quiero ver la paliza que te van a dar. ¡No puedo!
Incomprensiblemente solo están unos segundos a tu lado, y acto seguido les veo alejarse con paso derrotado.
Entonces soy yo el que me acerco, como una piltrafa bamboleante.
- ¿Loco?
- ¿Tú también me buscas? - me dices con cara de asombro.
- No entiendo nada. Esos tipos... ¿no te han hecho daño?
- ¿Daño? No, solo se han confundido. Buscan al loco de la colina. Yo soy el loco de la coruña. (...) Y tú por qué me buscas.
No tengo fuerzas para matarte yo mismo. Antes de caer redondo digo algo como "la madre que te parió". Algo así.
15 comentarios:
Jodo, locos estáis los dos! Vaya dos patas para un banco! XDDDDDDDDDDD
De piedra me he quedado con esta historia, que podría haber firmado el mismísimo Martin Amis.
Qué miedo lo de los matones buscando en el archivo y pasando la vista por nuestros nombres...
y qué miedo el perro ese, que parece salido del manicomio del infierno (¿no será el auténtico Can Cerbero?)
Te felicito sinceramente, por la historia y por el vídeo, que es la pera.
PD: te mandaré unos profiteroles ;-)
Me ha gustado y divertido tu historia. Vaya pedazo de premio para Loco. Aunque no te creas que tú no estás un poco p'allá también... XD.
Hablando de locos...
Una historia de locos.
Pero los locos y los niños, siempre dicen la verdad, o... al menos eso se cuenta.
jaja
Hasta Jesús Quintero se reiría
;)
Un abrazo
Una persecución descrita es para volverse loco, jaja. Me ha gustado mucho, mientras leía me imaginaba que podías enviarle el material a Tarantino para que hiciera alguna peli...
El video es genial, estoy segura que a Loco le va a gustar este homenaje y entrada.
Un beso
:)
Desde luego como bien dice Ana, seria un buenisimo guión. Me he reido como hacia tiempo que no lo hacia. y el final es impensable.
Te pongo un diez con honores.
Parece la narración de un sueño de esos sin pies ni cabeza que tenemos a veces XDD Supongo que a Loco le irá ideal, más que nada por su nick! jajaja.
saluditos
Speedy:
Ya, claro, y tu te libras, ¿no? Ven p'acá, pata tercera XD
Ángeles:
Has estado en el punto de mira de unos sicarios muy peligrosos. ¡Y tú tan tranquila! :O
Gracias. Esperando los profiteroles quedo, jeje. Pero date prisa que el Can Sino merodea por aquí :S
Doctora Anchoa:
El premio se lo lleva él pero la caminata no hay quien me la quite. ¿Tú sabes lo que es ir de Yecla a La Coruña a todo correr? Arfffg
Gamar:
... y para locos. Pase, pase :D
Amig@mi@:
Uff, qué burrada se me acaba de ocurrir. La Verdad Absoluta la diría entonces un niño loco y borracho, ¿no? :p
Ana:
¿Verdad que a Tarantino le encantaría hacerla? De hecho estuve a punto de poner foto de los matones de Pulp Fiction.
A ver si le gusta. De momento no se pronuncia. ¿Le habrán encontrado otros matones?
pichiri:
Pues celebro que te haya gustado tanto. Aunque no sé si hay que estar también un poco loco para ponerle un 10 :O
Gracias papichiri :D
Lillu:
Este es como un sueño sin cabeza ni pies como huevos de avestruz.
Acabo de crear un nuevo concepto: la narraración.
Uff, sí, ya me callo :p
Sonaba Russian Red en las orejas de Loco cuando éste se disponía a poner los pies en la arena caliente de la playa, a la par que se perdía en sus propios pensamientos.
"¡Qué día más bueno el de hoy! Ya tocaba algo de solito. Voy a probar el agua... ¡Esto es vida Loco y lo demás son locuras! Ayyy...
...y hoy sábado...como pasa el tiempo meu. Ayer mismo estábamos con los turrones...
Turrones...jajajajaj. En breve todo el mundo empezará con la operación bikini. ¡Hala a pasar hambre! ¡A sufrir para lucir palmito!...
Palmito. El tiempo que no me como yo una pizza brasileña con palmito. Hoy cuando llegue a caso pediré una. ¡Será mi propia operación bikini!
...da, da, da, da,...
¡Hombre! Luisa, cuanto tiempo sin verla...si es es salir el sol y nos juntamos los de siempre...Adiós Luisa, a ver si nos vemos este verano...
Y hablando de ver, ¡qué poca gente hoy en la playa con el día que hace!... ellos se lo pierden...
...los que si parecen perdidos son esos dos que vienen por ahí. Deben buscar algo. ¿Y qué llevan en la cabeza? ¡Ostras! Se acercan.
- Sferofao ñedadf anjif- pregunta uno.
-¿Perdón?- le digo mientras me saco el auricular de la oreja
- ¿Qué si eres loco?- repite mientras me enseña amenazante un bastón con un buda.
- Aquí los únicos locos son ustedes. ¿A quién se le ocurre venir a la playa vestido de negro y pasamontañas con este día?- respondo girando la cabeza y mirando el gordo buda de la empuñadura.
- Vaaaaya, tenemos un gracioso. ¡Déjate de lerias y contesta! Eres el loco de la colina.- amenaza con la mirada el más bajito.
- Jajajajajja, el loco de la colina dice. Me da que os equivocáis. Ese me da que está por Huelva. Yo en caso de ser loco, seré el loco de coruña.- digo.
- Es que no sé como te dejo hacer las cosas. No sirves ni para mirar unos ficheros. ¡Eres un inútil!.- le grita uno a otro mientras le estrella su bastón en medio de la cara.
- Lo siento, jefe. Pero había mucha información en casa del diablo y es normal que uno se equivoque.- responde con ira contenida en su mirada.
- Levanta y camina que nos queda un largo viaje hasta Huelva. Y tú, loco de la coruña, no te vayas muy lejos por si acaso.- me mira desafiante mientras una gota de sudar asoma por el nacimiento de su nariz.
- Pues aquí estaré. Y quitaos eso de encima antes de que os de una insolación y os devoren las gaviotas.
¡Hay qué ver gente más rara se encuentra uno, gensanta! Estos de aquí no son. Mira, podía darles un poco de agua...
...hablando de agua. Si lo llego a saber que está la marea baja me traigo las mallas y me hago unas carreritas. Es que me da envidia ese que viene por ahí. Bueno, más que envidia ahora mismo me crea confusión. Porque, ¿corre o se tambalea? Me da que no puede con su alma, trae la lengua de fuera. Jajaajjaja, lo que decía, operación bikini. Espera que se me acerca y todo.
- ¿Loco?- pregunta agonizante.
- ¿Tú también me buscas?- le digo con cara de asombro
- No entiendo nada. Esos tipos...¿no te han hecho daño?- dice sin aliento.
- ¿Daño? No, sólo se han confundido. Buscan al loco de la colina. yo soy el loco de la coruña. ¿Y tú por qué me buscas?- quiero saber.
Pero no me contesta. Se desploma delante de mis narices. Eso sí, creo oír "la madre que te parió" saliendo de sus labios.
Y ahora soy yo el que no entiende nada. Hay días que es mejor no salir del manicomio.
¿Y ahora que hago con este?
Jajajajajajaja. ¡¡Perfecto, Loco!! Ahora ya podemos enviar el guión a Hollywood. Yo dirijo y tú pones la pasta, ¿no? :D
Además, con lo que gustan las historias basadas en hechos reales nos vamos a forrar !! Pero mejor no llames a los matones, que actúan demasiado en serio y a mí aún me duele la rodilla.
El perro que sea un efecto especial, y tú te encargas de que la tal Luisa no quiera cobrar mucho.
Supongo que al final no dejarías que me comieran los cangrejos, ¿no? xDDD
Bueno, aprovecho para darte la enhorabuena ( y mira que me fastidia hacerlo) por el partido del Barça de ayer.
Menos mal que me debes gintonic para matar un poco el disgusto.
Desde mañana mismo empiezan mis conjuros diabólicos para que se os acabe la racha ya!!!:p
Un abrazo
Me encantáis los dos. Tal para cual. Qué grandes, leche.
Por favor, un balium...
Para la proxima convención de locos en coruña me avisais, jejeje, seguro que estaba cerquita en la playa.....
En fin, que me ha gustado mucho.
Pecosa:
Y tú al decir eso ya sabes que pecas, ¿eh, Pecas? :p
Misaoshi:
¿Pero eso lo pides tú o Gizmo? Porque si es el gato ya no duermo esta noche.
Manuel:
Dí que si, y facemos una santa compaña de chalaos, jiojiojioo :D
Publicar un comentario