31 de enero de 2025

RIENDO CON AITANA

 —Han abierto una tienda de padres en la calle Colón —empiezo a decirle a Aitana— donde venden padres serios que no hacen tonterías. 

Ella me mira con media sonrisa, porque ya sabe por dónde voy.

—Hazme caso —sigo diciendo—. Deberías pasar y mirar el escaparate. Creo que ahora están en oferta.

La primera vez que se lo dije me respondió que no iba a pasar porque "a mí me gusta que mi papi sea payasete". 

No podía haber argumentado mejor.

En mi familia siempre he sido (y sigo siendo) al que más le gusta hacer el tonto. Me gusta reírme de todo, incluso de mí mismo.  Ya era el más "pavo" en casa con mis hermanos y, como parece que esto no tiene cura, sigo siendo el guasón de mi familia.

La que mejor me entiende es Aitana. No es que llegue a mis niveles de pavancia, pero sí le gusta reír y me sigue las bromas mejor que nadie.


De vez en cuando repasa aquellas entradas del blog donde escribí anécdotas suyas y de Samuel y nos reímos mucho recordándolas. 

La verdad es que me parece mentira que yo empezara este blog cuando ella iba a la guardería (¿Quién peina a Aitana?) y que hoy siga escribiendo sobre ella ¡cuando faltan dos meses para que llegue a su mayoría de edad!

¡Que alguien le diga al tiempo que eche un poco el freno, gensanta!

Ya pasó aquella época en la que nuestros hijos venían con nosotros allá donde fuéramos. Ahora están en esa etapa con grupo de amigos y de querer salir con ellos. 

¿Planes con los padres? Estoo... ¡Mejor otro día!

Y sí, lo reconozco, a veces echo de menos a aquellos pollitos detrás de la gallina.

Le comentaba a Aitana que quería escribir una entrada sobre lo mucho que nos reímos a veces, por si me podía ayudar recordando momentos de grandes carcajadas. 

—¿Te acuerdas —me dijo— de cuando jugamos al "Un, dos, tres" yendo a Granada?

Aquello fue bueno. Para que las horas en coche no se nos hicieran tan pesadas nos dio por jugar al mítico concurso de la tele. 

—Por 25 pesetas, díganme nombres de animales en los que te podrías subir encima, como por ejemplo: el caballo.

—El caballo.

—El burro.

—El elefante...

Pero después de preguntas y más preguntas clásicas y convencionales, nos dio por ponernos absurdos y poco a poco nos fuimos emborrachando de tontería.

—Por 25 pesetas, díganme nombres de cosas que sean rojas pero no lo parezcan, como por ejemplo: mi amor por ti.

Y hala, ¡a explotar de risa!

—Elijan otro sobre... Muy bien. Por 25 pesetas, díganme nombres de señales que indiquen contrariedad, como por ejemplo: No gires si no estás seguro.

Y otra vez carcajadas hasta saltar las lágrimas.

Al final Apamen y Samuel nos miran como si fuéramos chalaos sin remedio.

También me dijo Aitana que se reía tanto con  los mensajes que le mando al móvil cuando sale los fines de semana, que empezó a guardarlos. No es que sea yo un padre controlador, pero no puedo evitar sentir inquietud si tarda mucho y le envío cosas así:

"¿Cuáles son tus planes de futuro inmediato?"

"¿Qué faltate? ¿Demasía o razonable?"

"Ya de sleeping, ¿no?"

"¡Qué! ¿Encaminaíca a una retirada?"

"Cuando calcules vuelta a tu hogar, hazlo saber"

"¿Cómo andamos de retornancias?" 

"Baby, no me tardes en come back"

"Aitana, ¿qué aproximación de llegancias manejas?"

"Recuerda que existe un caminito a casa con camita y tal"

"¿Tienes en cuenta tu hogar y sus costumbres?"


—También puedes contar —me dice Aitana— lo de aquella vez repasando Historia...

—¡Ah, claro!

Tenía un examen  y me pidió que le tomara la lección. Y se puso a recitar bla-bla-blá, bla-bla-blá... y de momento dijo:

—Y se llevó a cabo... el no sé qué de Schlieffen.

Y al mirar los apuntes veo " el Plan de Schlieffen"

—Pero vamos a ver —exclamé—, ¡¿TE ACUERDAS DE SCHLIEFFEN Y NO TE ACUERDAS DE PLAN!?

Y la risa fue creciendo y creciendo hasta terminar los dos por los suelos.



Y hasta aquí la primera entrada de 2025, con la colaboración especial de la niña de mis ojos.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

La entiendo mejor que nadie porque mi infancia también fue salvada por ti. Y digo “salvada” porque creo que nadie que sea de este mundo tiene la capacidad de conseguir que cualquier cosa sea emocionante y sobretodo divertida. Necesitaría un post muy largo para contar todos los juegos que te inventaste con Fran y conmigo que solo existieron para nosotros porque nadie más que tú los habría sabido inventar. Con un gesto, una frase o un trozo de plastilina creabas una puerta mágica y entrábamos en un mundo de fantasía, suspense y mucha mucha muuuucha diversión.
Bendito seas Juan. Tu creatividad, imaginación, fantasía y sentido del humor son pura MAGIA.
Anasister

Ángeles dijo...

Me ha encantado este repaso a vuestras pavancias, y entiendo muy bien la relación que tienes con Aitana porque se parece mucho a la que yo he tenido siempre con mi padre. Una relación de gran amor y complicidad, de chistes compartidos, de sentido del humor como elemento cotidiano y natural... También mi madre nos miraba a veces como diciendo: "pero qué les pasa a estos dos" :D

También recuerdo momentos de repaso de lecciones, y a mi padre haciendo, por ejemplo, versiones cómicas de nombres de ciudades extranjeras para que me resultará más fácil recordarlos.

Luego fueron mis sobrinos los que se partían de risa con mis ocurrencias y juegos. Creo que es una gran suerte poder recordar una infancia llena de risas.

Dale un beso a Aitana de mi parte, y os felicito a los dos por esa camaradería que os une.

PD: me ha encantado también el comentario de Anasister.

Papacangrejo dijo...

Justo hoy hablaba de ti en mi blog jejejeje Te entiendo perfectamente mi mayor ya 16 y el otro 9. Crecen muy deprisa. Pero está genial que compartan cosas con nosotros todavía. Un abrazo.

Anónimo dijo...

¡Una entrada emotiva y entrañable como las de antes que tanto me entusiasmaron y me hicieron quereros -en la medida que mi personalidad inestable y el medio permite- de esta manera que nunca habría sospechado...
¡Pero Aitana era rubica hace 12 años... !Pero sigue igual de guapa y simpática (tú ya no tan guapo, y a la foto me remito, que pareces al gigante verde ése de la peli de animación digital yanqui 😜
Ay, amigo, espero de corazón que toda esta felicidad dure, dure y dure. Y que lo vea yo😄
carlos

JuanRa Diablo dijo...

Anasister:

Qué feliz me ha hecho leer lo que has escrito. Y cuánto me satisface.
Me resulta muy emotivo echar la vista atrás y recordarnos en todos aquellos juegos y aventuras, y es verdad que fueron innumerables. Lo mejor es que fue una diversión compartida, porque Fran y tú lo debisteis pasar muy bien conmigo, pero ¿y yo? Siendo mucho mayor que vosotros, disfrutaba como un crío.

¿Te acuerdas de aquellos alemanes tan malvados que llegaban en aviones? ¿Y de las comidas del Hotel Mustafá? ¿Y de aquella calle llena de drogadictos y delincuentes? ¿Y de las riadas con troncos flotando? ¿Y del circo de los espectadores exigentes? ¿Y de irnos a cazar animales que morirían de frío? ¿Y de los exámenes sobre lagartijas monjas y escarabajos mineros?
Madre mía, Ana. ¡Si me dan ganas de ponernos a jugar otra vez! :D

Ángeles:

Pues si tu padre y tú teníais vuestras pavancias exclusivas, y tu madre os miraba con cara de “Estos no tienen remedio” … ¡nos has entendido a la perfección! :D

Me puedo imaginar muy bien a tu padre ayudándote a memorizar nombres. Seguro que cuanto más graciosos eran menos se te olvidaban. Y, desde luego, no tomarse las cosas demasiado en serio ayuda a no agobiarse.

Aitana y yo fantaseamos con la idea de viajar en el tiempo a la Grecia antigua y decirles a los filósofos de entonces: “¡Señores, por lo que más quieran! Estas rayadas de coco que tienen ustedes háganlas en privado, por favor, que si transcienden me las harán aprender en el Bachillerato ¡¡Y no hay quien las entienda!!”

Gracias por todo (también de parte de Aitana y Anasister) 😊

Papacangrejo:

Vengo de leer la buena noticia que has dejado en tu blog. Puedo imaginar tu satisfacción, y una vez más te felicito.

Desde luego si algo peculiar tiene el que llevemos tantos años con el blog es haber seguido el crecimiento (acelerado a más no poder) de nuestros hijos. ¡Tremendo!
¡Un fuerte abrazo!

Carlos:

Te voy a decir una cosa que tal vez te suene exagerada, pero es la pura verdad. Si me preguntaran acerca de las historias más particulares de este blog, una de las primeras que me vendría a la cabeza sería la llegada, un buen día, de un lector excepcional que lo recorrió de cabo a rabo: un tal Carlos, lector incansable, que participó en él de una forma tan activa, cercana y amistosa que ya forma parte sustancial del mismo.

Así que yo también espero de corazón que todo el interés mutuo y sincero dure, dure y dure.
Un abrazo, Carlos

PD. Oye, estoy por pintarme de color guisante, porque es verdad que parezco un primo de Shrek, jaja

el chico de la consuelo dijo...

Ohhhhhhh que post tan chulo!!!!!
Me ha encantado.
Yo tambien me gasto mensajes irónicos con los mios sobre el regreso al hogar a horas intempestivas.
Hacen el mismo efecto pero así al menos me divierto.
Abraaaaaaazos

JuanRa Diablo dijo...

el chico de la consuelo:

Me alegra que te haya gustado. Si los mensajes irónicos no hicieran efecto, al menos nos sirven para echarnos unas risas, ¿no?
¡Habrá que seguir perfeccionando la técnica!
Abraaaaaaazos de vuelta. 😆