12 de noviembre de 2008

CUENTA PENDIENTE CON WALT

Dejo el reto anterior flotando en el ciber espacio en busca de su destino y me sumerjo en un recuerdo de niñez.
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No puedo presumir de tener una buena memoria. Es más, si se lograra medir la capacidad de recordar de cada individuo, estoy seguro de que yo estaría muy por debajo de la media.
Mis hermanos a veces se asombran de que yo haya olvidado incluso cosas muy destacables en la que he sido protagonista directo, pero qué le voy a hacer; para lo bueno y para lo malo olvido casi todo.
Debe ser que los cajones del cerebro se autolubrican para que podamos abrirlos con facilidad pero que en mi caso el engrasador hace años que no funciona y el polvo y las telarañas han atascado los míos. Pero yo espero que sea verdad eso que dicen que los ancianos recuerdan con claridad las vivencias del pasado aunque olviden lo que comieron ayer (a mí eso de no acordarme de lo que comí ayer me deja indiferente. Es más, soy joven y he tenido que hacer una esfuerzo para acordarme de lo que he comido hoy mismo)
Pero, como decía, ojala llegue yo a viejecito y, sentado en un cómodo sillón y con una manta sobre mis piernas, entrecierre los ojos y sea capaz de recordar todas las buenas vivencias que ahora tengo tan difusas. Y que las malas se queden en los cajones más atascados.

- Abuelito, ¿en qué piensas? - me preguntará uno de mis nietos
- Pues mira - le diré - me estaba acordando de algo muy divertido que hacía años que no me acordaba.
- Ehh - llamará a sus hermanos y a sus primos - que el abuelo se ha acordado de otra cosa.
Y todos vendrán corriendo a sentarse a mis pies como hacíamos mis hermanos y yo cuando el abuelo Conrado se disponía a contarnos un cuento.
(Esto es lo que mi amigo Juan Luís llama la "futuro-nostalgia", es decir, añorar hoy lo que aún no ha ocurrido.)
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Pero voy a desempolvar ahora el recuerdo de un cajoncito que nunca se me ha atascado.
Tenía yo 4 o 5 años e iba a un colegio de Benidorm (no me preguntéis el nombre, lo he olvidado)
Cuando salía al patio que era inmenso (o al menos a mí me lo parecía) corría a un rincón para asomar la cara entre las columnas de la balaustrada que separaba el colegio del exterior y por allí miraba la cartelera del cine que había enfrente. Yo ya sabía leer por aquel entonces y me gustaba saber el título de la película de cada semana y comprobar si el cartel era bonito. (El colegio continúa estando allí, con la misma balaustrada, pero el cine ha desaparecido como casi todos los cines de barrio de España)
Aquella vez se me abrieron mucho los ojos al encontrarme con el colorido póster de un cervatillo que miraba a la mariposa que se le había posado en la cola. Leí el título y esperé ansioso a decir en casa que en el cine hacían una película de dibujos que se llamaba "Bambi".
Debí insistir mucho en verla pues mi madre nos llevó a mi hermano Tomás ( 2 años menor que yo) y a mí ese mismo fin de semana.
¿Cómo voy a olvidar cualquier impresión producida en un cine si todavía de adulto me sigue pareciendo un lugar sumamente acogedor y lleno de magia? Más aún con tan corta edad.
Aquella debió ser la primera película que veía en una sala por lo que me imagino pegado a la butaca con la boca abierta mientras mis retinas se empapaban de aquellas bellas imágenes de multitud de animalillos correteando por el bosque.
Y allí estaba Bambi, recién nacido, con una mamá guapísima que le miraba con amor infinito. Yo debía estar hipnotizado cuando el cervatillo aprendía a andar y su amigo Tambor, el conejo, se reía de él. Era todo tan bonito.
Bambi iba creciendo y recibía consejos de su madre, que no se separaba nunca de él.
En la película, madre e hijo huyen del primer acoso de unos cazadores. Imagino que ahí yo me inquietaría para respirar aliviado cuando pasa el peligro. Peligro que se vuelve a repetir en aquellas imágenes en las que la mamá de Bambi alza la cabeza y las orejas e intuye la presencia de nuevos cazadores.

- Corre Bambi - grita a su hijo - Corre, corre.
La música se intensifica, las imágenes se suceden con celeridad.
- Corre Bambi, no mires atrás, corre, corre...
Y el sonido de un disparo que hiela la sangre.
Bambi ya corre solo y cuando finalmente se esconde en el bosque aún grita feliz: "Lo conseguimos mami. Ya estamos a salvo"
Pero la madre ya no está con él.
Tras unos minutos de angustia y desesperación aparece el padre del cervatillo. Imponente, seguro de sí mismo y desde lo alto le dice a su hijo: “Vámonos de aquí. Acompáñame, ”

Para mí ahí acabó la película.
El resto no existió.
Me lo pasé asimilando lo que era imposible de asimilar.

¿Dónde estaba la mamá de Bambi? No sé si le preguntaría yo a la mía donde estaba la del cervatillo pero no creo que mi madre fuera tan directa como para susurrar :" La han matado". Más bien me atrevo a deducir que yo no abrí la boca por temor a que me dijera lo que no quería oír. Por su parte, mi madre solo recuerda que yo ví toda la película pero que Tomás, demasiado pequeño para entender nada, se durmió. Qué suerte la suya.
Porque para mí el resto de la película fue un mero trámite, una decepción, un gran disgusto, un fraude. Por más que lo disfrazaran con la llegada de la primavera, con los pajarillos, el riachuelo, las canciones, lala lala… Sin la mamá de Bambi nada tenía sentido ya para mí. Y cuantas más novedades iban apareciendo en la vida del ciervo más acongojado me sentía al comprobar que nadie se acordaba ya de la pobre y bella cierva.
Y aunque os cueste creerlo, la película me marcó profundamente.
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Con el señor Walt Disney tengo por tanto una cuenta pendiente.
Murió precisamente el año en que yo nací (¿no quiso dar la cara?)
Sé que debe estar en el cielo entre nubes con forma de Mickey Mouse, totalmente ajeno a aquel grave error que cometió en vida. Pero llegará un día en el que nos encontremos. Entonces me acercaré a él y le diré:
- Señor Disney?
- Yes?
- ¿Cómo pudo usted ser tan cruel y vapulear de aquella forma el corazón de un niño inocente?
- Pardon? - me dirá con cara de Goofy
- Que tanto le costaba a usted añadir en el cartel de la película, justo debajo de donde ponía Bambi, un letrero bien grande que dijera: NO RECOMENDADA PARA NIÑOS ?
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17 comentarios:

pichiri dijo...

Querido hijo, a lo largo de la vida, ahora mismo, sin darnos cuenta,hay mil cosas a las que estamos aferrados y cuya pérdida nos produciria congoja. Si eso es así, ¿que no será cuando esa pérdida se materializa en algo o alguien que conscientemente sabemos que nos es imprescindible? Sucumbir equivale a abandonar todo lo que tambien nos es necesario y es más, despojar a los demás de lo que tambien es necesario para ellos. Cuando viste la pelicula de Bamby todavía no te habia hablado de la poca importancia que tienen las cosas, de la insensatez de rebelarse ante lo irremediable, de no querer aceptar que no estamos en el Paraiso. Imagina siempre y no te faltará razón, que lo que como humanos pensamos que es una gran desgracia, sin duda ha sido el camino de una verdadera dicha y que aunque aparentemente haya acaecido a destiempo ¿Que son unos años en toda una Eternidad? Si, a las lagrimas pero que sean de gratitud y no de reproche.Siempre nos quedará el bagaje del recuerdo y nuestra imaginación podrá hacer cada día mas bello, el entorno de quien nos abandonó para en verdad gozar una dicha infinita y Eterna.
Me encanta que el espiritu de la niñez aún ocupe un lugar en tu corazón. Cuando llegue el momento no seas demasiado duro con el Sr. Dysney.

March La Cinefila Desconocida dijo...

Vaya, esa película me traumo. Hay una parte cuando aparece el padre de Bambi y le dice "Ahora tendrás que salir adelante tu solito". No hay escena mas acojonante que esa.

Cuando mi padre murió, recordé esas palabras y sentí una desolación absoluta.

Txema Rico dijo...

Ves Juanra, yo por ahí no pasé. Las pelis del "congelado" nunca me han atraído. De hecho no habré visto de niño más que dos o tres y, como tú, tambien tengo memoria fragil. Pero eso sí, ir al parque Disney es "another thing". Te lo recomiendo de aquí a cuatro o cinco años cuando tus hijos estén en esa buena edad para ir. Además te coincidirá con el 20 aniversario y habrá muchas cosas. Yo lo pasé en grande, lástima que fui en unas circunstancias familiares de pre-divorcio que no me hizo disfrutarlo mentalmente del todo. Pero vale la pena, te lo garantiza un reacio de la parafernalia disneyniana. Ja ja ja.

Silencio dijo...

Mi querido amigo,

por eso mismo me niego y me negaré siempre a que mis hijos pasen por ello. Creo que nunca se lo pondría a pesar de la belleza del resto de la historia, al menos de momento.

De hecho, la mamá de Blancanieves y de Cenicienta "se fueron muy lejos y no supieron volver". Que también ya les vale. Eliminarlas nada más empezar el cuento. Y por supuesto, toda madrastra que se preste es mala, malísima de la muerte. Vamos, lo más parecido a una bruja. Al que por desgracia le toque una en la vida real se pasará el tiempo pensando "esta como mínimo me mata!".

Todavía ahora no entiendo como dicen que estas historias son para los niños. Tiempo tendrán de probar las amarguras que te ragala la vida, ¿por qué empezar tan pronto con ello sin haber necesidad?

En fin... si quieres quedamos para hablar un día con el señor Walt y así averiguamos qué fue lo que le pasó de niño para que de mayor haya hecho algo así!

Un beso!

Anónimo dijo...

Ahora entiendo lo del Walt... Dijo que lo congelasen sabiendo que iria al infierno.No es facil ser un tempano,los nominados son...

JuanRa Diablo dijo...

Ay, padre, qué hermoso es lo que me dices. Y qué cierto. Pero no deja de angustiarme el simple hecho de pensar en lo inevitable.
Creo que en nuestra educación falla algo importantísimo: no se nos prepara a conciencia ante la muerte (ni la propia ni la ajena) Es algo que debería ser innato en el individuo para preservarle del dolor y la frustración. Se da mucha más importancia a lo intelectual que a lo espiritual cuando debería ser al contrario. De ahí que cada vez haya más depresiones.
Pero en su día tendré muy presente todo lo que en tantas ocasiones me has dicho. Seré adepto a tu filosofía.

Vaya, no fuí el único. Tú, March piensas igual. Pero hay muchos padres que se quejan de que los dibujos de hoy tienen mucha violencia y no son apropiados para niños. Pues, señores, a mí los puñetazos de Mazinger Z no me afectaron tanto como el puntito cruel de muchas pelis Disney.

Vale, Txema, tomo nota. Si para entonces la crisis es historia y el bolsillo me lo permite me acercaré a Eurodisney con mis "macacos".
Igual me cruzo con Bambi y aprovecho para darle el pésame.

Exacto, Mar, algo hay que hacer, porque en sus estudios dejó algún germen "a-los-niños-hacédmelos-sufrir-bastante" porque reincidieron con El Rey León, cargándose al padre y amargándole al cachorro toda su niñez.
Ante esas cosas no hay Hakuna Matatas que valgan...

Ahhh, amigos, este Anónimo que asoma por aquí es el que cuñó lo de la "futuro-nostalgia"
Ja, ja... Osea que Disney está en el infierno, pero congelado, y así no sufre tanto, ¿no? Lo malo es que en la mejilla derecha ya empieza a faltarle hielo, ¿no crees?

Anónimo dijo...

Hola dimoni! Lo de la mama de Bambi no tiene nombre, al igual que como he visto en algún comentario, lo del Rey Leon tampoco le anda a la zaga.

Mis primeros recuerdos en el cine son "Jesus de Nazaret" y "Tiburon", ambas en el cine Altamira, que aguantó hasta hace bien poco pero al final tb sucumbió, tambien recuerdo que me encantaba ir a uno que se llamaba el Palacio del cine, pero por que a la puerta habia muñecos de esos de subirse y con un duro estabas un rato cabalgando...

Mis padres no fueron muy de Disney, la verdad, luego ya me encargué yo de revisar el Sr. Walt, y la verdad es que mucho de su cine es para psicoanalizarlo....

Luego ya vino la Pixar y la cosa cambió un poco (aunque hay que reconocer el merito de algunas obras maestras de Walt). De todos modos el ataque de una barracuda a la mama de Nemo, es un claro "homenaje" a la mama de Bambi, recuerdo que llevé a mi sobri Ana a verla al cine, con 2 añitos y algo y se quedó tan impactada como me imagino te quedaste tu al ver "Bambi"....El lo que tiene "el ciclo de la vida"...

rata perezosa dijo...

Yo, tras ver Bambi me sentía inconsolable. A mis padres se les ocurrió alquilar Fantasía para que se me pasara... fue el remate. Cada una a su estilo, eso sí, pero me remataron.

belenmadrid dijo...

joé es verdad, ahora que lo pienso disney se carga a un montón de gente.. más que el equipo A que nunca mataban a nadie..

JuanRa Diablo dijo...

Fumera:
Derribar un cine debería ser delito de cárcel. Lo que no entiendo es como la gente se atreve a montar un negocio sobre las ruinas. ¿No tienen miedo de los espíritus? Con la de gente y animales que mueren en los cines (la mamá de Bambi no ha sido la única)
Por cierto, ver Tiburón de niña también tiene delito, ¿no?

Rata perezosa:
No me extraña en absoluto. Es que Bambi y Fantasía son pelis para niños de pelo en pecho.

Geminis despechada:
Ahí es donde yo voy. Un niño se pone a ver El equipo A y a lo mejor le apagan la tele y le ponen Bambi en DVD para mejorar la cosa. ¿No se acuerdan de que Disney mata mamás?

The Knitting Songbird dijo...

The child's mind is a wondrous thing. It can absorb much more than we adults give it credit for. You have to really think twice before you say something to a kid, it can have quite an effect on them.

But your experience reminds me a bit of a poem/song/experience by Jim Morrison called "Dawn's Highway":

Indians scattered on dawn's highway bleeding
Ghosts crowd the young child's fragile eggshell mind.
Me and my -ah- mother and father - and a
grandmother and a grandfather - were driving through
the desert, at dawn, and a truck load of Indian
workers had either hit another car, or just - I don't
know what happened - but there were Indians scattered
all over the highway, bleeding to death.
So the car pulls up and stops. That was the first time
I tasted fear. I musta' been about four - like a child is
like a flower, his head is just floating in the
breeze, man.
The reaction I get now thinking about it, looking
back - is that the souls of the ghosts of those dead
Indians...maybe one or two of 'em...were just
running around freaking out, and just leaped into my
soul. And they're still in there.
Indians scattered on dawn's highway bleeding
Ghosts crowd the young child's fragile eggshell mind.

I was dumb enough to buy Bambi for my kids. I don't think my little daughter quite gets it, but my eldest son certainly does and he hates the film. Funny how we think kids films are so innocent. Some, like Bambi, should definitely have a warning on them...

And for the record, the first film I saw was "Snow White". Another film that should have a warning on it...

Take care Diablo,
TKS

Anónimo dijo...

Que gracia me ha hecho imaginarte con esa cara de Samuel que tenías ,traumatizado por la muerte de la mamá de bambi...y hablando de mamás, todavía me ha hecho más gracia que al "papá" empieces diciéndole "ay padre" jajaja ni que fueses de Cañas y Barro; Padre, que dice madre...Te he imaginado tipo "apañaico" de postguerra. El papá siempre será el papá, no Padre jajaja lo digo en tono de hacerme gracia no de riña, que aquí según el tono empleado puede malinterpretarse. Bueno también el papá me dijo una vez: "Chaval, pásame el balón" y me cabreó bastante semejante trato tan distante. FRAN

peibol dijo...

Lo de Bambi fue un crimen en toda regla. Yo la vi una vez, y cuando me regalaron el vídeo creo que no llegué a volver a verla. Es horrible.

No es sólo que maten a la madre de esa forma, sino que la película en sí es un dolor; es triste, es trágica y Bambi es tirando a tonto.

¡Dí no a Bambi!

JuanRa Diablo dijo...

Gracias mil y a lot of thankyous a todos por esos comentarios tan solidarios.
De todas formas... algún psicólogo en la sala no habrá??

BAMBI NO, PETER PAN SÍ!!

peibol dijo...

Amo Peter Pan (no hay más que ver mi logo), y la vi hace unos días. Además estudio psicología... Visto lo visto, creo que soy la persona que buscas ;)

ty dijo...

Jajajajaja habrá que ver ese diálogo entre tú y el señor Disney. Pardon? Me he reído mucho con el final.

Por el resto del post, qué decirte a parte de que pienso exactamente igual que tú. De hecho, escribí hace un tiempo un post despotricando contra las películas más conocidas de Disney. En realidad, muy pocas están dirigidas especialmente al público infantil...

Te invito a que lo leas si tienes tiempo: http://saralopezmoreno.blogspot.com/2010/05/las-peliculas-disney.html

Por cierto, yo vivo en Benidorm :).

Un saludo,
Sara.

JuanRa Diablo dijo...

Sara:

Vengo de leer tu entrada Disney. Parece que los dos tenemos a Mr Walter en la picota, jeje.

Ah, Benidorm de mis amores... Suelo ir de vez en cuando. Estaría bien vernos por allí, ¿no?
:)