14 de enero de 2009

EL ATAQUE DE LAS BINGUERAS







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Necesito que esto se sepa. Por lo que pueda ocurrir.
En el Centro de Mayores donde trabajo hay una construcción anexa al edificio principal que oficialmente se llama Sala de Usos Polivalentes pero que entre nosotros la llamamos La Pajarera. Se construyó hace unos años por necesidades de servicio. Faltaba espacio para desarrollar algunas actividades y dado que en los alrededores del centro había terreno suficiente se levantó una construcción rectangular de una sola planta, de estructura metálica, cristaleras de aluminio y cubierta de chapa.
En aquel lugar los mayores reciben entre semana sus clases de gimnasia, de tai chí, de pintura o de memoria por las mañanas y disfrutan con sus bailes los fines de semana.
Pero por las tardes es otro cantar, otro mundo, un universo aparte: todas las tardes, sin excepción, aquel lugar se convierte en un santuario del juego: unas 40 mujeres van a jugar al bingo a diario. Remarco eso de "sin excepción" porque aún no ha habido fenómeno meteorológico suficientemente devastador que las disuada de asistir religiosamente a echarse sus cartoncitos de bingo desde las 3 a las 7 de la tarde. No importa que llueva a mares, que sople un viento huracanado o que un sol de justicia achicharre hasta las lagartijas: asistirán. ¡Ya lo creo que asistirán!
Y la primera en llegar empezará a sacar de unos armarios unos tapetes de algodón que ajustará sobre las mesas. Las siguientes prepararán el micrófono y la máquina de las bolas. Otra se encargará de repartir los cartones por riguroso orden numérico y de ir cobrando los 10 céntimos que cuesta cada cartón. Es rarísimo que alguna falte a la cita. Eso sólo ocurrirá cuando haya motivos ineludibles que seguro las fastidian enormemente (No os estoy exagerando, seguid leyendo)

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Cuando yo empecé a trabajar allí, no sabía que cualquier interrupción a su pasatiempo las enfurecía notablemente. Uno no puede entrar en su local a colocar papel higiénico en los aseos o a sacar cualquier cosa del almacén y pasar entre las mesas (aunque no hagas ruido) porque cualquier distracción puede hacerles perder el hilo de los números y dejar de ganar una línea o un bingo. Por eso no toleran las interferencias.


Así, una vez que llamaron por teléfono a una de las bingueras y me acerqué a La Pajarera a avisarla, me increparon por la inoportuna interrupción y la señora a la que llamaban me dijo que esperara a que se cantara bingo. Yo flipé en colores. ¿Y si era algo urgente? Nada, nada, para ellas no hay nada más urgente que el bingo.
En otra ocasión en que yo estaba por allí, más silencioso que un gato, colocando un tubo fluorescente en el aseo, a una de ellas le dio un ataque de tos. El bingo tuvo que ser interrumpido.
- Espera a ver si aquí terminan de toser - gritaron algunas voces exasperadas
Y la mujer, toda apurada, intentaba dejar de hacer ruido tapándose la boca ante la mirada furibunda de todas, que aguardaban con desesperación a que se reanudara el bingo.
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Comentaba yo con mis compañeras estas anécdotas y no les pillaba de susto a ninguna. Carmen, la trabajadora social, me contó que hubo una madrugada en la que cayó una buena helada y al día siguiente todos los alrededores del centro tenían capas de hielo. La directora, para evitar resbalones y caídas, que en esas edades son fatales, cerró la puerta de la verja y a todo el que se acercaba se le explicaba por qué ese día no se iba a abrir. Una señora que llegó y se vio privada de entrar empezó a chillar
- Abrid la puerta, que quiero pasar!!
- Verá señora, es que no…
- Abrid he dicho!!
Como no atendía a razones la dejaron vociferando en la calle.
- Sé que estáis ahí adentro.- Y, enfurecida, daba golpes en la verja con el garrote!!
Las bingueras no han perdonado aún aquel día sin bingo.

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A Inés, otra compañera que está acabando la carrera de Trabajo Social, le han pedido en alguna ocasión que haga determinados informes para lo que es necesario rellene fichas pidiendo datos a los usuarios del centro. Todos acceden sin problema, excepto, claro está, las bingueras
- Ay, nena, ahora no, que va a empezar el bingo
- No, si será cosa de un minuto con cada una todo lo más
- Pero ¿eso para que es?
- Nada, si esto va a ir rápido, a ver, dígame su nombre.
- Virtudes
Pero, claro, cada vez que se oye esa voz hipnotizante que dice: “A VER, PRIMER NÚMERO PARA LÍNEA… EL 43...” Inés se convierte en un cero a la izquierda y la ignoran por completo.
Pero a mi compañera le aconsejaron que para conseguir sus propósitos tenía que darles merienda. Y es que sólo hay una cosa que pueda lograr que las bingueras interrumpan su bingo, sólo una: que haya papeo gratis. Si hay que dar una charla informativa y quieres que asistan las bingueras anuncia chocolatada para después. Entonces asistirán, exigirán que la cosa sea rapidita, engullirán la merienda y saldrán corriendo a seguir con las partidas. Y encima dándoles las gracias… ¿Habráse visto cosa igual?

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El colmo de los colmos lo viví yo el día en que hubo un simulacro de incendio.

Una vez al año se planifica una organización y se siguen unos pasos establecidos para los posibles casos de emergencia. Se avisa a los bomberos y la policía, que colaboran en el simulacro.
La directora nos dividió en distintos equipos de intervención y a Blasi y a mí nos tocó ir a desalojar La Pajarera. (¡Nada menos!) Y así, cuando la alarma de incendios comenzó a sonar, nos fuimos hacia el bingo.
- Atención, por favor - exclamé - dejen todo lo que estén haciendo y salgan tranquilamente a la calle.
¿Cuál creéis que fue su reacción? ¿Levantarse y salir? ¡Ja! Siguieron como si nada.
- El 67, seis siete… el 14... el 71, siete uno…
Y yo, más fuerte:
- Esto es un simulacro de incendio y hay que desalojar todo esto ahora mismo.
Las que no entendieron eso de simulacro se levantaron preguntando, el resto pareció pensar “Que se espere el simulacro, que aún no ha cantado nadie bingo y a mí me falta poco”
- El 24... El 75, siete cinco…
Blasi y yo no dábamos crédito. Y ante nuestra insistencia comenzaron esas miradas asesinas en las que se podía leer: “¿Cómo osáis a interrumpirnos? Maldita sea, ¿no veis que esto no ha terminado?”
Al final, el edificio se desalojó por completo en pocos minutos pero las últimas en abandonarlo fueron las bingueras ¡y a regañadientes!

Y más de una desoyó eso de que no había que entretenerse en recoger nada y salieron con sus céntimos en el bolso, a buen recaudo.
- Qué barbaridad - se las oía decir - darnos un susto para nada
Y los bomberos entrando con las mangueras, metidos en su papel, y ellas:
- Venga, rapidito que tenemos que seguir…
- Pues a mí no me han dejado ni coger el bolso. ¡Qué prisas!
Ese día descubrí que tienen el vicio más agarrao que la artrosis.

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Sin embargo, nada comparable a los últimos acontecimientos en los que me estoy viendo implicado. Con las últimas bajadas de temperaturas y en un edificio en el que todo es básicamente chapa y cristal, los radiadores empiezan a dar risa. Allí hace más frío que carracuca y yo me imagino que tantas horas sentadas, sin moverse, las debe dejar tiesas como un chambi.



Empecé a recibir quejas individuales protestando por la situación y yo apaciguaba los ánimos con sonrisas amables asegurándoles que no es que la calefacción estuviera floja sino que hacía mucho más frío.
Pero el otro día una horda de jubiladas se asomó por la puerta y se acercó a mi mesa con una señora grande a la cabeza que venía dispuesta a morder. De nada valieron sonrisas ahí pues me percaté de que algunas portaban garrote y que saben utilizarlo.
- Nos queréis matar de frío, ¿verdad?
- Aquí tan calentitos, y allí como en una nevera...
- ¡Qué poca vergüenza! ¡Dale potencia a la calefacción, hombre!
- ¡Esto es intolerable!

Y yo les decía:
-Si yo las comprendo, si es que aquello no está preparado para fríos así, pero es que no se puede aumentar, es que no da más de sí, es que…
Pero lo que me apetecía decirles era: “Anda y váyanse a freír espárragos, que no se pierden un bingo así las maten, leche. Que nadie las obliga a venir, joder!!”
Y es por esto, y porque me temo que en sus bolsos puedan llevar tijeras y cuchillos, que necesito que seáis testigos de todo lo que os he contado y que si un día desaparezco y nadie encuentra mi cuerpo, espero que alguno haga de detective y se acerque a La Pajarera. Las bingueras podrían saber algo.
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Pero eso sí, por vuestro bien, no las interrumpáis.

33 comentarios:

Dani Gil dijo...

Y luego dicen de la juventud!!! jajajajaj

JAVIER dijo...

jajaja...Juan, este texto si es de coleccion, no solo por lo que cuentas sino por la secuencia misma, el orden y el buen humor que le clavas al relato. Amigo, en pocas palabras: "ESTA CHEVERE".
No, pues, cumpita que si lo desaparecen de seguro las bingueras te hacen un BINGO DE CUERPO PRESENTE jajaja...(Humor negro)

Saludos desde Japon.

rAnita nOe dijo...

jajaja.. no me gustaría tener que enfrentarme a ellas.. suerte!

Txema Rico dijo...

Mejor, mejor así, contra más jueguen al bingo menos hacen uso de los atestados, principalmente por mayores, Centros de Salud...ja ja ja... Es broma!!! Vaya tela Juanra, te ganas el pan, bien ganao...Bingooooooooooooooo!!!!

Anónimo dijo...

Viviendo en Alicante, hace ya tanto de aquello, trabajé en el Casino. Pero no de juego, sino ese tipo de clubs sociales en peligro de extinción rebosantes de fascistas de la vieja escuela.

El caso es que sucedía algo muy similar en la sala del Brigde...

... tu historia me ha retraído a entonces.


Un fuerte abrazo desde el Otro Lado

carlota dijo...

Jajajajaja.. qué bueno , que vicio ...pobretes , que les acondicionen la pajarera ya !!!!

JuanRa Diablo dijo...

Ya ves, Umpi, que algunos mayores son como niños... cabreados ;)

Gracias Javier. Hay un diretor de cine español que se llama Alex de la Iglesia al que estoy seguro le gustaría hacer una película de todo esto. Y con ese título: BINGO DE CUERPO PRESENTE. Ja,ja, ja. Muy bueno!

Ranita, suerte la tuya que te vas bien lejos... Por si acaso!
Un beso

Sí, Txema, las bingueras de aquí no se ponen malas nunca porque en los Centros de Salud no hay bingo.
Un saludo!

Por lo visto, Borja, en las salas de juego se crea un climax de mucha enjundia. Qué mundos!

No, Carlota, si les damos demasiadas comodidades seguro que ya no vuelven a casa. Se quedarían a vivir en la pajarera.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Siempre se nos ha dicho que hay que respetar a los mayores y siendo pequeño llegué a creer que la edad madura te dotaba de la "verdad y la razón" pero ahora me doy cuenta de que todo eso era en parte un cuento chino y que un porcentaje altísimo de mayores ni tienen razón ni conocen la vergüenza, pero en fín, dadas las pocas ilusiones que van quedando con la edad, es mejor no tener esas cosas muy en cuenta. Si te matan iré a preguntar a la grandota esa que las lidera (Tiene todas las papeletas de pegar buenos garrotazos) FRAN.

MaRía dijo...

;) Muy bueno, has hecho bien en cubrirte las espaldas... lo primero que hará la policía si desapareces será investigar tu blog :D

¡Qué fuerte lo de las señoras! qué malcriadas. Pero sí, te creo... por varios motivos he estado yendo a asociaciones de vecinos donde se reúnen grupos de señoras para asistir a clases de lo más variopinto y ver para creer lo que exigen las nenas casi sin dar nada a cambio.

Con lo del simulacro me has hecho recordar que cada vez que suena la alarma de incendios en el pasillo donde está el laboratorio donde trabajo, TODO el mundo pasa, sin excepción. "¡Ah! ya se volvió a saltar la alarma... hay que ver": al más puro estilo del cuento de Pedro y el Lobo.

Besos

belenmadrid dijo...

jajaja es buenísimo!! por 10 céntimos!! algo así pasaba con la madre de Aída, y ya veo que es verdad XD

gevana dijo...

jajajajaaj .. buenisimo.. gracias por las risas que me ha causado leer tu relato, es justo lo que necesitaba hoy antes de ir a dormir.
estaré pendiente de que sigas escribiendo para asegurarme de que las bingueras no han llevado a cabo ningun plan maléfico.

Unknown dijo...

el fallo es que dijisteis la palabra "simulacro"..jaja..
muy bueno

pichiri dijo...

Los vicios no respetan las edades y lo que dices de los posibles garrotazos no llegó a culminarse porque la queja era por el frio y no porque les negases la maquina de las bolas y los cartones. Si algún día se tecia tu intervención en este tipo de cosas declarate enfermo y sal cuanto antes de la pajarera. De lo contrario correrá un verdadero peligro tu integridad. Estoy hablando en serio.

Silencio dijo...

¡¡¡ B I N G O !!!

Que nooo.. que t'engañaoooo!... jajaja... el vicio es el vicio y a ti lo que te pasa es que tienes envidia, que no te han invitado a jugar. Eso es lo que tienes. De todos modos.. a los locos y a los mayores hay que darles siempre la razón, no lo olvides, por tu bien. Yo tenía un amigo que tb trabajó cerca de la pajarera y se le olvidó, que descanse en paz...

jajajaja..

Un besote!

Fran dijo...

Deberían inventar la "Supernanny" de ancianitas jejeje

Umeka dijo...

Creo que nos las miras con buenos ojos... seguro que son unas abuelitas encantadoras sin más hobby que juntarse para compartir una tarde de bingo... jajajaja... Además las anecdotas son divertidas, no diras que te aburres allí??... Por cierto, el dibujo genial jajajaja... Saludos.

peibol dijo...

Llegada cierta edad puedes convertirte en anciana o en vieja; las ancianas son mujeres mayores, las viejas son mujeres mayores caprichosas a las que estrangularías. Son las que se quejan por todo y a la mínima, las que se cuelan sin ningún pudor, y las que acaparan los caramelos en las cabalgatas, y es que como decía Flaubert, "al llegar a viejo, las costumbres se convierten en tiranía".

Saludos ;)

The Knitting Songbird dijo...

I know exactly how they feel - God help the person who interrupts me while I'm practising my singing. You can interrupt me while I'm sleeping, in the shower, reading, on the phone, whatever - just don't do it while I'm singing, man, or God help you...

JuanRa Diablo dijo...

Sí, Fran, la grandota sabe matar. Lo veo en sus ojos.
Yo tengo mi favorita, Josefina, que es la única que dice: "Tú no nos hagas caso, Juan, que las viejas somos muy pejigueras"

Ya lo creo que exigen, MaRía, y algunas se creen las reinas del Mambo.
Oye, a ver si cuando veáis bomberos correr por vuestro laboratorio vais a pensar que ha llegado el Carnaval...

Géminis, si un día camuflo una cámara y las grabo... mil veces mejor que Aída!!

Hola Gevana
Como aún no te había visto por aquí, te doy la bienvenida y te nombro desde YA mi vigilante privada.
Gracias por tu visita.

Yo te digo a tí, BoliBic, que si un día arde la pajarera allí se canta Bingo entre llamas.

Pichiri, eso de "Estoy hablando en serio" me ha dado más miedo que las mismísimas bingueras. Llevaré cuidado!

Mar, ¡no tiene guasa la niña! Tranquila que a diplomático no me gana nadie. El problema lo tengo con las sordas.
Un beso.

Fran, jajaja, o un Sargento de Hierro que las desintoxique a base de instrucción.

Hola Umeka (Copropietaria!)
Imposible aburrirse aquí, con tanta abuelita encantadora... de serpientes!!
Gracias por tus palabras.

Investígame, Peibol, si en sus ratos libres trabajaba Flaubert en un bingo para mayores. Yo creo que sí.

Thanks for the warning, Songbird
Now I know you can become The Knifing songbird!!

(Err... Not even during a simple Happy Birthday??)

Paco dijo...

jejejeje, ¡que bueno!


saludos

María Jesús dijo...

Hola diablillo! Bicho bueno, muchas gracias por tu cariñoso afecto de amistad. Eres un encanto y, un cielo.


Besitos

March La Cinefila Desconocida dijo...

Juan Ra! Me encanta tu manera de escribir, esto no solo es gracioso, es buenísimo. Gracias por compartir esto.

The Knitting Songbird dijo...

Ha, ha! I'm not that extreme - at least, I don't think so ;).

Pat Lawriter dijo...

Buf, qué bueeeeno... me ha encantado... y me ha recordado a un centro de mayores que hay cerca de mi casa... los sábados y domingos por la tarde hay baile... ya pueden caer chuzos de punta que está la sala de baile hasta la bandera, con música de antes y de ahora... y una marcha, y luego salen cogiditos del brazo, como locos de contentos pasándolo bien... qué gracia.

Saluditos...

Io dijo...

Ja,ja,ja,ja teneís un caso flagrante de ludopatía colectiva. Yo que tú me mantendría alejado.

Lo que probablemente ignores, son las partidas de pocker clandestino que organizan cuando creéis que están durmiendo.

Gracias por estas risas!

Mil besos!

Anónimo dijo...

Dios Juan....!!casi me dejas akí con un derrame cerebral ocasionado por un ataque de risa!!! jajajaj!! lo has clavao!!! como tu bien dices...."es otro mundo...un universo aparte..." q miedo eh??
Pues para q otro día puedas añadirlo en tus work´s history, lo que me ha hecho hoy nuestro querido amigo Jesus no tiene precio; vale, que mi santo sea el miercoles...pero de ahí a utilizarme como excusa para sacar (por quinta vez) las pastas que sobraron en navidades....muy fuerte jajaj!! y yo super sofocá, y aquel con micrófono en banda... así que esto es un complemento a lo que se puede conseguir con ellos si hay comida por medio!! por cierto! no puedes olvidarte del señor este..."to de lider"!!
Bueno, que me encantan tus relatos...deberías de publicarlos!! que hasta aquella persona que no sepa de lo que hablas se sumergería encantado en ellos...son geniales!! un beso y hasta la próxima.

P.D: mare mía..yo tan rollera como siempre, aunque esta vez lo merecía..jej!!! INES.

JuanRa Diablo dijo...

Hola Paco
Gracias por pasarte por aquí. Bienvenido siempre!

María Jesús
Es que es muy fácil encariñarse de tí.

March
Gracias a tí por esas palabras que me animan tanto.
Un abrazo, cuate.

Anyway, Songbird, if I could hear you sing, I would just listen.

Chocolatecontrocitos
La situación parece calcada en aquel centro y en éste. Pero si allí tienen bingo, seguro que en afición os ganamos.
Gracias por tu visita.

Hola Io
Menos mal que este centro es sólo de día y nadie se queda a dormir. De lo contrario doy por hecho que sólo las Fuerzas Armadas las disuadirían de jugar al póker nocturno.

Hola Inés
Qué bien que dejes aquí constancia de que es cierto lo que "sufrimos" en nuestro trabajo.
Al líder de nuestros amores le deberíamos llamar JESUS LISTO SUPERSTAR, ¿no crees?
Gracias por pasarte por el blog. Ahora ya sabes el camino... ;)
Un beso

Anónimo dijo...

Ja,ja,ja...en esta entrada no solo me he reìdo con tu escrito...tambièn me han hecho reir mucho los comentarios,como el de peibol con la distinciòn entre ancianas y viejas...o el comentario de Fran brother.BUENÌSIMO.Casi me despichorro con la viñeta de la abuela dàndole un manotazo a la muerte...ja,ja,ja,ja

Anónimo dijo...

Hola Juan, yo soy otra testigo de la cuadrilla binguera, aunque no las veo a diario, por estar de mañana, que coste que yo he estado más de una tarde con la cuadrilla,si que es verdad que se podría hacer una peli, paciencia es lo que tenemos que tener, si no ya sabes, un besito de tu compi. Mar

JuanRa Diablo dijo...

Anasister
Me alegro de que te hayas reído. Además ya me conozco tus carcajadas.

Mar
Hola Compa de mis relevos. Qué poco te veo por aquí, con la alegría que me dan las visitas. Espero verte mucho más.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Hola Juan, soy tu compi de relevos, sabes que esta mañana muy temprano, han profanada la sala de las bingueras,han roto la puerta de la pajarera, ya te contaré más mañana,un saludo de tu compi. Mar.

JuanRa Diablo dijo...

Eso sólo tiene un nombre: SACRILEGIO!! ¿El templo del juego violado? Suerte tuvieron los cacos de no toparse con alguna binguera con garrote en la huida.

Anónimo dijo...

No estaria mal, que a alguna la contrataran como vigilante de la sala binguera, ya habría que tener un par de reaños,para robar delante de ellas, con el caracter que gastan algunas. Hasta mañana. Tu compi Mar.