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Si me hubieran dicho que lo haría junto a mis hermanos me habría parecido una divertida invención. Pero si además me hubieran manifestado hace unos años que pasaríamos una semana en Barranquilla, en la casa de nuestro padre ¡me habría echado a reír ante una idea tan surrealista!
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Sin embargo todo ha sucedido realmente, con lo que parece que uno no puede asegurar nada de lo que está por ocurrir y por muy rutinaria que pudiera resultar la vida, todo es impredecible, como si el destino se escribiera con una tinta caprichosa que diera giros inesperados en las historias de cada cual.
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Por esas cosas que tiene la vida, mis padres se divorciaron hace unos años. Fue un cambio tan inesperado en el guión de nuestra existencia que todavía hay momentos en los que me parece parte de un sueño antiguo.
Tras mucho meditarlo, mi padre decidió empezar una nueva vida en un lugar en el que su pensión le permitiera vivir con cierto desahogo y partió hacia Sudamérica.
Primero vivió en Venezuela y poco después se trasladó a Colombia, concretamente a Barranquilla, lugar en donde reside desde hace cuatro años.
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Gracias a este fantástico invento que es internet, fuimos contactando e intercambiando información, y dado que siempre le ha gustado escribir, (algo que sin duda he heredado de él) nos fue enviando lo que él llamaba ANÉCDOTAS AMERICANAS, unas interesantísimas historias por entregas de todo lo que por aquellos mundos le acontecía.
Yo tenía muy vagas nociones de Colombia. Desde bien pequeño sabía que su capital es Bogotá porque siempre me gustó aprender las capitales de los países. Poco más. Un enorme territorio al norte de Sudamérica, el país del mejor café del mundo, la tierra de Gabriel García Márquez… pero también el país de la coca y de los guerrilleros de las FARC y de los secuestros…
En uno de aquellos relatos verídicos que mi padre nos escribía leí:
"Aquí (refiriéndose a Barranquilla) aparecen diariamente en los periódicos no menos de tres asesinatos, en la mayoría por robo. Un simple móvil, un anillo o cadena de oro pueden provocar una muerte. A veces el asaltado se defiende y mata también a algunos de los asaltantes, ya que es raro que actúen en solitario".
Y no olvidaré nunca el impacto que me produjo una vez en la que estábamos chateando cuando de repente escribía: "Hijo, en estos momentos están matando a un hombre enfrente de mi casa"
No podía salir de mi asombro y él me explicaba que en esa ciudad hay frecuentes muertes por ajustes de cuentas entre bandas rivales, que no es conveniente hacer ostentación de nada que pueda llamar la atención a los asaltantes, que es preferible no resistirse…
Con estos datos, me costaba creer que estuviera acostumbrado a vivir allí. Yo le deseaba lo mejor, pero tenía claro que no haría un viaje a aquellas tierras ¡Ni por todo el oro del mundo!
Sin embargo, la tinta caprichosa de la que antes hablaba debió emborronar mi convicción. Y fue por un correo de Milena, la mujer con la que nuestro padre comparte hoy su vida, que supimos que éste se encontraba en el hospital por una insuficiencia cardiaca. Afortunadamente, y a pesar del triple baipás que ya llevaba implantado, se recuperó. Pero a los hijos se nos quedó mucha intranquilidad. Si él no daba visos de querer volver a España y nosotros no nos planteábamos semejante viaje, ¿ya nunca más nos veríamos?
Comenzamos a replanteárnoslo y cuando nuestro padre supo de esa posibilidad de encuentro quiso eliminar cualquier impedimento con la gran generosidad que le ha caracterizado siempre:
- Yo os pago el viaje. No sólo a vosotros, a todo aquel que quiera venir a verme.
Con meses de antelación conseguimos los billetes de vuelo para la tercera semana de agosto, una fecha que nos venía bien a los cuatro hermanos.
Juan, Fran, Tomás y Ana
Y llegó el domingo 16 de agosto.
Excepto Tomás, que trabaja minuciosamente para mantener intacta su soltería, Fran, Ana y yo nos despedimos de nuestras familias. Diez días sin pareja ni hijos. Aunque pueda sonar mal decirlo, eso tenía un puntito placentero. ¿Un puntito? ¡Un puntazo! ¡¡Diez días sin preocupaciones de ningún tipo!!
Primero volamos de Valencia a Madrid. Una bicoca si no fuera por el hecho de que para un tipo como yo, al que le incomoda bastante la velocidad, y que no pasa de 100kms/hora conduciendo si no es estrictamente necesario, la carrerilla supersónica que tiene que tomar un avión para despegar no me hace feliz en absoluto. Y desde que supe que el momento crítico en un vuelo está en su despegue, siempre los paso aferrando mis brazos a los del asiento, con la cabeza pegada al respaldo, los ojos cerrados y rogando al que esté en la ventanilla que me diga si realmente estamos subiendo o no, porque mi impresión es que, a pesar de sentir que mis tripas quedan envasadas al vacío, el avión no consigue levantar el vuelo y va a caer estrepitósamente despachurrándonos a todos. Ya me imagino que más de uno se estará pitorreando, pero que a nadie le extrañe tanto que el diablo, que siempre ha sido muy de subsuelo, odie estar sobresuelo.
Para colmo de males, alguien tuvo la feliz idea de colocar cámaras en las colas de los aviones de Iberia para que podamos ver en directo los despegues y aterrizajes por las pantallas de los televisores. ¡¡Cómo se puede ser tan cafre!! ¿Es que quieren que veamos in situ, cómo empieza a salir humo por la cabina de mando, o cómo se desprende de repente un ala o cómo se acerca una inoportuna bandada de grullas y se meten de golpe en uno de los motores? Yo no quiero tener tanta información. Prefiero no saber. ¿Qué va a ser lo próximo? ¿Que oigamos por los altavoces los latidos del corazón del comandante de vuelo? Estuve a punto de pedir el libro de reclamaciones y escribir:
"Hagan el favor: lo último que quiero saber es cómo van las cosas allá afuera, distráiganme con películas de Los Hermanos Marx. ¡¡Hasta un concierto en vivo de los AC/DC antes que esto!!"
Pero como dice el dicho, "¿No quieres caldo? ¡Toma! ¡Tres tazas!". Tres despegues a la ida y tres despegues a la vuelta. Y no hay manera, no me inmunizo.
El salto de Madrid a Bogotá duró más de diez horas pero con las emociones y el hecho de que ibamos en busca del sol y no se hizo nunca de noche , no dormimos nada. Bueno, los culos sí que se durmieron.
En el aeropuerto de Bogotá tuvimos que pasar tantos controles y tantas preguntas como para descomponer al más pintado. Todas más o menos las mismas pero con alguna sorpresa, aunque la primera anécdota importante la protagonizó Tomás y su maleta, porque ¿dónde se ha visto que una maleta pueda dar un calambrazo al cogerla?
Pero para no desesperar a mis sufridos lectores, todo esto ya lo cuento en la próxima entrega.
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32 comentarios:
Alaaaa soy primerrrrrr. Estoy deseando leer toda la crónica pero apoyo totalmente que la dividas en varios post aunque vaya contra tu naturaleza.
10 días sin familia?? vaya lujo..a ver como se lo compensas a tu mujercita.
Besos y bienvenido.
Seguiré pendiente de esta crónica diabólica, es muy interesante.
Un beso
pues yo envidio tu viaje,a pesar de la inseguridad y todo eso
somos lo que vivimos, lo que visitamos..
saludos demonio
Cojona!!! Juan que guay , diez dias sin familiaaaa que suertudo eres ...
Lo de las cámaras en los aviones me lo habían comentado y dicen que acojonan...
Besotes
Creo que ya te he comentado en alguna ocasión que visite Barranquilla en varias ocasiones. Una de ellas en pleno carnavel en febrero.
Cuando se viene de fuera y se vive a diario, terminas por acostumbrarte a los desasosiegos mas increibles.
La inseguridad de Barranquilla, de ciertos barrios es manifiesta, pero no es mas insegura que otras ciudades del continente.
Esta segunda parte promete amigo.
Un fuerte abrazo
Ya te echaba de menos...
Ahora no estoy pero lo poco que puedo me asomo ;)
Buen prólogo.
Besos
Estoy ansiosa por leer el resto de tus vivencias allá :) Para mí Colombia es uno de los países que no tengo en mi lista de próximas visitas, precisamente porque mi miedo me impediría dar tres pasos sin ponerme histérica. Aunque, como tú dices, nunca se sabe. Hace 15 años mi ex-novio me dijo que yo no era nada arriesgada y que nunca me movería de Santiago... y aquí me ves hoy en día a 3.000 km. de allí, más cerca de África que de Europa :D
Espero que tu padre siga recuperándose bien y que la próxima visita sea para volver a disfrutar con tranquilidad de vuestra relación.
saluditos!
Bienvenido a tu infierno amigo Diablo. Anda que no tenía ganas que volvieras -lo siento.
Tal como ha empezado tu crónica adivino una experiencia inolvidable y muy satisfactoria, me alegro por ello.
Como siempre espero ansioso la próxima entrada.
Un saludito manchego.
Rasanliz
Yaaaaaaaaaaaaaaaaaa quiero leer la crónica endiablada, Valga, como nos has hecho falta canijo, ya regresaste a hacer diabluras, yay!
Un abrazo!
No te creas a mi también me acojona el avión, me da pánico. Eso de que un trasto de no se cuantas toneladas se mantenga en el aire por el impulso de la velocidad, no sé. Además, no me gustan las cosas que no controlo yo; que uno no sabe si el piloto está centrado en lo que hace o a reñido con la querida o es tonto o lo que sea. Pero yo lo que peor llevo es el aterrizar, siempre me toca un comandante macarra que aterriza yo creo que haciéndose el guay o es mi miedo, no lo se.
En cuanto a Colombia, casualidad, hoy venía en el diario de aqui que habian matado a un navarro que estaba allí de vacaciones, solo para robarle la cartera. De todas formas, supongo que teniendo a alguien que comoce aquello será más seguro andar por allí y que, como ocurre con Navarra y toda esta zona, tampoco será todo como cuentan en los telediarios.
Bueno lo importante es que lo hayaís pasado bien y sobre todo el reencuentro familiar. Ya nos contarás.
Si tio, tambien me acojona el avión, sobre todo en ese momento crítico del despegue, y mira que llevo ya unos cuantos viajes...!!
Me indigna y mucho, tanto por haberlo leído aquí, como cuando me lo contaste "in person", la cantidad de preguntas que os hicieron al entrar a Colombía, cuando aquí los colombianos, ecuatorianos y resto de sudamericanos entran como "perico por su casa"...Estoy indignado!!! Me voy a desahogar escribiendo sobre el tema en mi humilde blog.
P.D. Genial la otra noche en "Hotel Cabrerator", jajaja...
Txema Rico
Uuh! qué buena aventura la de viajar con tus hermanos y nada menos que a Colombia. Espero la segunda parte con ansiedad!
Es curioso que siendo uno de los personajes de tu historia y habiendo vivido casi todos los momentos que que puedas relatar, esté impaciente esperando que me los cuentes tu. Un beso muy furte a todos, vuestro padre. Ya recibiras noticias de Milena y Válery.
Hola diablillo,¡¡esto promete!!, ya tengo ganas de continuar leyendo,ha sido un viaje dificil de olvidar, me alegro mucho de vuestro encuentro.
Tengo ganas de volver por allí y me cuentes más en directo.
Un saludo manchego y besos.
Mar
molinos:
¿Contra mi naturaleza? Jejeje. Pues sí, algo de urticaria me sale cuando dejo las cosas en CONTINUARÁ. Parece que me conoces.
Ya se me ha olvidado la buena vida sin "papá esto y papá lo otro". No la aproveché lo suficiente!!
Felisa Moreno:
De acuerdo. Tendré en cuenta que la sigues tú para esmerarme en contarla bien.
cuentosbrujos:
Si además somos lo que comemos, allí fui muy colombiano. Lo probé todo.
carlota:
Jeje, parece que en el fondo todo padre anhela volar libre una temporadita, ¿no?
A mis hermanos no les afectaban los monitores lo más mínimo. Mira que hay insensatos en el mundo...
Jan Puerta:
Y creo que yo te he dicho ya que te imagino un auténtico Indiana Jones.
Me hablaron mucho del Carnaval de Barranquilla, muy famoso en aquellas tierras.
La verdad es que no convienen prejuicios ni estereotipos a la hora de viajar y probablemente me acostumbraría yo también, pero uno no puede evitar cierta intranquilidad ante el impacto de toparse con mundos tan diferentes.
Amig@mi@:
Pues gracias por asomarte por aquí. Siempre me alegra verte.
Lillu:
Sería cuestión de que cambiáramos el miedo por el respeto y la prudencia para no dejar de hacer cosas interesantes. Aunque de todas formas siempre pueden llegar esos momentos en los que desaparecen las barreras y se hace lo que uno nunca imaginó.
Y yo deseo que te vaya muy bien allá "abajotas". Seguro que sí. Aquella tierra me parece excepcional.
Rasanliz:
Gracias por tu bienvenida. En el fondo añoraba estas calderas y las visitas de mis fieles pecadores (menudos contrasentidos, debemos estar al borde de la excomunión!!) ;)
Acércate de nuevo que en la próxima cuento anécdota con queso manchego.
March:
Si no fuera porque era un ratón de dibujos animados juraría que tu comentario lo escribe Speedy González, ¿te acuerdas?
Yepa, yepa, andeleyyyy, yay...
Jajaja. Tú sí que eres un demonio!!
Fran:
Ah, pues dos ya hacemos piña. A lo mejor nos excedemos en miedo, pero tampoco es como para estar tan panchos y felices a la hora de volar como hacen algunos. Qué menos que algo de acojone, ¿no? Que menudos diplodocus de acero!!
No pretendo dar una mala imagen de Colombia, al contrario, pero sí parece que noticias como esas son más habituales en lugares donde abundan los incidentes violentos.
Pero sí, me quedan buenas imágenes que ya te cuento, navarrico.
Txema Rico:
Por eso, a la vuelta, y ante la pregunta de "¿Les ha gustado Colombia?", Fran no pudo reprimirse y exclamo:
"Pues sí, pero hacen ustedes demasiadas preguntas"
Acepto que haya trámites a seguir pero que con una vez basta, que aquello fue demasiado repetitivo.
PD. Velada tres estrellas! :)
adriana rey:
Sí, tienes razón, para los cuatro tenía mucho aliciente esa aventura juntos.
pichiri:
Si esto fuera una obra de teatro, cada vez que intervinieras antepondría "Señor Juan" unas veces, "El patrón" en otras y "Diablo Padre" en otras.
Hay un momento que merecería la pena transcribir tal cual porque fue sublime, pero no sabría hacerlo: Aquel tira y afloja, cielo-infierno entre Deyanira y tú.
Recuerdos a todos los "personajes" que pasaron por allí.
Mar:
Paciencia, que tenemos mucho mucho tiempo para contarnos mil cosas. Tú no desesperes, mancheguica.
Hola mi Diablillo ,ya ansiosa de que escribieras,la verdad pasamos una semana cheverisima que ojala se volviera a repetir.como el dia que atravesabas la calle murillo jajaja te acuerdas. un beso a todos saludes atus hermanos
con mucho cariño MILENA
Me pasa como al papá...yo estube allí,pero quiero que me lo cuentes tú.
Besos
Así me gusta, poniendo la miel en los labios por entregas. :) A mí volar no me causa ningún problema... el problema son las horas que uno tiene que resignarse a estar sentado. ¡Qué coñazo!
Hay países en Sudamérica que no me llaman nada la atención, precisamente por lo que dices, que uno no tiene necesidad de morir porque a un autóctono se le antoje tu cámara de fotos. Eso sí, entiendo que se tratase de una ocasión especial...
Un abrazo ;)
PD. Habiéndote visto con barba, se me hace raro verte con la cara desnuda. ¿Dónde se ha visto un demonio sin perilla?
Me da que la historia va a ser divertida.... Hay que reconocer que hay que "tenerlos bien puestos" para irse a un lugar donde la muerte esta a la orden del día... Un saludo. P.D.: Tenias razón, mis vacaciones han durado demasiado jejeje...
Querido compañero, aunque he oido algo sobre tu viaje a Barranquilla, no es lo mismo si lo cuentas tú con ese cariño especial que le pones a cada relato.
Enhorabuena por haber tomado la decisión de realizar ese viaje, sé que te has traído de allí mucho más que anécdotas, experiencias y afectos que ya están dentro de tí, conservarlas te hará mucho bien.
Reconozco que siempre me sorprendes, ya que lo de Valery no me lo esperaba .Estoy ansiosa esperando los siguientes capítulos, ojalá yo puediera viajar a algún lugar para encontrarme con mi padre.
Un abrazo.
Remolina.
Milena:
Vaya si me acuerdo... Aquella calle sólo se puede cruzar saltándola con pértiga!!
Mejor me quedo a la sombra del mango del patio.
Un beso.
anasister:
Venga, te lo cuento. "Había una vez, en un país muy lejano..."
peibol:
Ya, ya sé que volar no es ningún problema para Peter Pan, pero a ver qué hacemos los capitanes Garfios...
La perilla la llevo por temporadas. Es de quita y pon, como los cuernos XD
¿Tú te la dejas por ese demonio que llevas dentro?
Un saludo!
Umeka:
Dichosos los ojos!! (verdes de bruja)
A ver si es verdad que vuelves lista para entrar al cole y con los deberes hechos. Para empezar no veo ni la foto de agosto ni la de septiembre. ¿Te voy a empezar poniendo un cate?
Besos.
Remolina:
Me gusta encontrar un comentario tuyo y que al verme no me hayas dicho que lo has escrito. Siempre es una sorpresa agradable.
Y además has de hacerlo, que estas cosas sí que son urgentes (no como otras...)
Un saludo, compañera del piso de arriba!
Yo me la dejo para luchar contra mi cara de niño XD
genial, genial!
me encantan los reencuentros :)
besos
Hola Juan,
Està interesante tù relato y ya te imaginaràs que estoy a la expectativa con lo que sigue...
Barranquilla es una ciudad muy insegura y al parecer año tras año està peor, pero bueno...Hoy en dìa en dònde no hay inseguridad?.
Ojala tengas oportunidad de volver porque hay ciudades en Colombia que son muy lindas y el calor humano de su gente es ùnico.
Ya nos contaràs las anecdotas de Tomàs ... pero no te creas a nosotros los suramericanos tambièn nos pasan muchas cosas cuando llegamos a Barajas, gente borde y mal educada hay en todos lados.
Me alegra mucho ese reencuentro con tù padre y màs ver que lo han disfrutado.
Un saludo,
Hola mi diablito ¿como estas? me gusto lo que escribiste, la verdad que este viaje ha sido inolvidable porque tuvimos la oportunidad de conocernos y sentir un gran cariño y respeto de verdaderos hermanos.
nunca los olvidare LOS QUIERO MUCHO CON TODO MI CORAZON.De tu hermanita VALERY CHAOOOOOOOOOOOOOOO....
Tomás dijo:
Hermano Diablo:
A mi tambien me pasa que a pesar de haber vivido tu aventura, me apetece ver como la cuentas, ya veo que la primera anecdota es la de mi maleta.... Bueno esperamos ansiosos tus news....
juanito,
ahora que he acabo los exámenes y estoy desfaenada..........la primera prioridad de mi lista es seguir tus aventuras en colombia.
espero que la velada en el hotel cabrera no sea solo una vez al año......ya me estoy frotando las manos de pensar en nuestro próximo evento....besos a todos!
peibol:
Ya, ya, algún embrujo te debió echar alguien y no lo confiesas. ;)
rAnita:
Si, ¿verdad? Y más si hay que hacer tantos kilómetros para ello.
claudia:
Gracias de nuevo por este reencuentro contigo. No tengo la más mínima duda de que Colombia debe ser hermosísima. Me hubiera gustado poder conocerla mejor. Casualmente he recibido un correo en el que me muestran lugares preciosos de tu tierra.
Paso a contar ya la anécdota de la maleta de Tomás.
Un abrazo.
Valery:
¿Cómo se te ocurre llamarme diablito si la más pícara y malvada del mundo eres tú? :)
Un beso y un bocao.
Tomás:
Tú y tu máquina de cortar el pelo. Casi nos enchironan!! :D
quentin loves me:
Me alegra mucho verte, pero me tendrás que mimar mucho si quieres que se me pase el disgusto de haberme tenido tanto tiempo abandonado.
Miedica!! subsuelo... humm!... reconozco que soy tb de sobresuelo, muy de sobresuelo, por eso salir de abajo para subir arriba me dá que incumple todas las normas de la física más elemental... qué alegría tenerte aquí, leérte de nuevo y gozar con las aventuras del diabluel torpezuelo, jojojojo!!
Ja,ja,ja,ja, ya te imagino en el avión en plan película americana ¡Dios mío! ¡¡¡Vamos a morir!!!
Yo también detesto la velocidad, sobre todo en los coches. Y cada vez estoy más convencida de que tiene algo que ver con nuestra forma de ver la vida, que es algo que nos pasa a las personas a las que nos gusta vivir sin prisas, recrearnos en los detalles, sin ánimo de adelantar a nadie, sin competir.
Voy a por la siguiente entrega :)
Besos!
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