A sus trece años, mi hijo consigue por fin superarme en altura. Ya es un par de centímetros más alto que yo y todo apunta a que serán muchos más.
Me apetecía mucho que llegara este momento, de verdad que sí, aunque cada vez que lo veo entrar en casa paso por unos segundos de perplejidad, porque me desconcierta un poco asociar a ese grandullón con el niño que era hace tan poco tiempo.
Van llegando nuevas etapas de la vida y atrás quedan otras que, lógicamente, no volverán, y esto me produce una sensación agridulce, pues junto a la satisfacción de verle crecer existe al mismo tiempo la inevitable nostalgia de los recuerdos de su niñez.
Y aún me pregunto cuándo se produjo ese salto y cómo ocurrió sin darme yo cuenta.
Y aún me pregunto cuándo se produjo ese salto y cómo ocurrió sin darme yo cuenta.
El contrapunto en este devenir lo pone su hermana que, con cuatro años menos, sigue siendo una niña fantasiosa y divertida.
El otro día me regaló un dibujo. Es el dibujo número mil millones que me regala (bueno, he exagerado un poco, pero no andará muy distante la cifra real)
Nunca he sido capaz de deshacerme de estas repentinas manifestaciones artísticas, así que tengo una gruesa carpeta con todas ellas.
En esta ocasión me vio guardar su dibujo y quiso que se los enseñara todos, algo que ya ha sucedido en otras ocasiones, haciéndome pasar ratos muy divertidos con ella.
- Mira, ¿te acuerdas de este? - le pregunto
- Noo - responde entre risas.
- ¿Qué es?
- No sé, ¿un gato? ¿un oso?
- A mi no me preguntes, -le digo- ¿qué pretendías hacer?
- Yo creo que un oso, o algo parecido.
- ¿Y cómo se llama?
- No sé, no tiene nombre.
- Ah, no, imposible, ahora mismo tienes que ponerle un nombre o no podrá ser un dibujo feliz.
- Ah, pues... ¡Chintito!
- Me gusta. Ahora ya puede vivir tranquilo.
Aitana sonríe
- Veo que tiene cara de bueno.
- Sí, es bueno - asiente siguiéndome el juego - Pero a veces es un poco travieso también.
- Oye, y qué come, porque esa boca tan pequeña no da para mucho.
- Come hormigas.
- Ah, ¿es un oso hormiguero?
- No, es un oso panda hormiguero.
- Ah, comprendo. ¿Y te sabes alguna pequeña historia sobre él?
- Mmmm, pues que nació con las piernas y los brazos largos pero las hormigas se comieron sus brazos. Y por eso él se comía a las hormigas.
- Y de éste, ¿te acuerdas?
- Sí, este me suena mucho.
- ¿Me lo explicas?
- Esta es una araña a la que le gustan las pizzas. Esto redondo es la tela de araña, aunque parece una silla de ruedas, jaja.
- Bueno, ya sabes que para que viva feliz como dibujo, tienes que ponerle un nombre.
- Ah, pues esta se llama... ¡Pizicha!
- ¡Jo, qué buen nombre! Me gustaria saber algo de esta araña Pizicha.
- Pues que no cazaba moscas y tenía mucha hambre la pobre. Y un día probó una pizza que se le cayó a un niño y dijo "Oye, pues no está tan mal". Le gustó y desde entonces ya no cazó moscas pero comió pizzas.
- ¡Curiosísimo lo suyo! ¿Y este cuadrado naranja que hay aquí?
- No sé, yo creo que es algo que me salió mal, pero parece una mancha de tomate.
- No es que parezca, ¡es una mancha de tomate! - digo convencido.
- Anda, mira este, aquí dice que es de Samuel.
- Ay, qué chulo... - exclama - ¡y qué feo a la vez!
- Oye, ¿hacemos una cosa?
- ¿Qué cosa?
- ¿Le pedimos a Samuel que nos hable de este dibujo?
La idea le gusta mucho y Aitana entra en la habitación de su hermano dispuesta a llevar la voz cantante.
- Samuel, ¿te acuerdas de este dibujo?
Samuel lo mira un segundo sin dejar de jugar con la Play.
- ...
- Dí, ¿te acuerdas? - vuelve a preguntar ella
- No
- ¿Sabes qué es?
- No
- Necesitamos que nos cuentes una historia - le digo - para que el dibujo pueda vivir feliz.
Samuel nos mira un instante con cara de "peroquémeestaiscontando" y sigue a lo suyo.
- Responde, Samuel, ¿qué es esto? - le pregunta Aitana en plan periodista agresiva.
- Un cangrejo ciempiés - responde por fin
- ¿Cómo se llama?
- Pedro
- ¡Pedro! - repite ella con sorpresa - ¡Vaya nombre!
- ¿Y cuál es su historia? - pregunto aguantándome la risa.
- ¡Uf, qué pesaos! - protesta Samuel - Pues que era un cangrejo ciempiés que estaba buscando a su cangreja ciempiesa y al final se murió. Fin.
Aitana y yo nos miramos comprendiendo que no vamos a conseguir más información
- Vale, ya puede vivir tranquilo tu dibujo - dice Aitana saliendo de la habitación.
- ¡Pero si está muerto! - le contesta su hermano riendo.
Cuando estábamos revisando los últimos dibujos, vimos asomar a Samuel.
- ¿Es que qué estáis haciendo?
- Poniendo nombres a los dibujos - le digo
- Y contando sus historias - añade Aitana
Y atraído finalmente por la tonta diversión de su padre y su hermana, nos ayudó a bautizar a algunas de las criaturas que nacieron en su imaginación.
Creo que estos dibujos, por muy altos y mayores que mis hijos se hagan, me ayudarán siempre a recuperar a ese niño que siempre han de llevar dentro.
Vale, ya puedo vivir más tranquilo.
18 comentarios:
Me ha gustado el oso y la araña come pizzas, pero el cienpiés que murió pero vive tranquilo porque tiene nombre es lo más de lo más ¡ay, qué ingenio tiene Samuel! me pregunto a quién le habrá salido, jeje.
Tus hijos siempre llevarán un niño en el corazón y recordarán su infancia como la etapa más feliz de su vida, porque tienen un papi que vale mucho y que sigue siendo un niño de corazón.
Besitos!!
Me ha gustado mucho esta entrada,esos momentos con nuestros hijos no tiene precio,el mio va a cumplir 10 años y aunque es satisfactorio verlo crecer,da tristeza ver como poco a poco van perdiendo esa inocencia aunque es verdad que algunos seguimos conservando a ese niño y me encanta,jajajaja.
Un saludo.
Que rica, viva, colorida y divertida es la mente en la infancia. Me encanta la relación que tienes con tus hijos y como te relacionas con ellos, siempre contando historias, inventando, atesorando momentos y recuerdos, creo que es muy bonito y muy sano.
Un abrazo Juanra
:)
¡¡Ayyyyyyy, qué bien!! No es nada fácil que un chavalín de 13 años deje la play y se meta en vuestro juego. Tu peque sigue ahí, encerrado en el cuerpo de un preadolescente más alto que tú. ¡Menudo padre más suertudo! ;P
Esta entrada es requetebonita, pero tendrás que reconocer que tus niños te la han dado hecha. Sus comentarios y reflexiones son interesantísimos, en serio. Bueno, sí que es mérito tuyo la forma en que propicias esos comentarios.
Los dibujos de Aitana y sus historias son geniales, pero mi favorito es el de Samuel. Me encanta. Me recuerda mucho al mutante de la Metaluna (de la peli This Island Earth), pero este tiene más gracia y más encanto, por llamarse Pedro y por estar muerto de amor por su "cangreja ciempiesa". Alucinante.
Que sigais disfrutando de ratos como ése.
Qué rápido crecen los niños. Siempre me ha fascinado la imaginación infantil capaz de crear cosas tan únicas como estos dibujos, criaturas con mil brazos y ocho ojos, llenos de colorido por todas partes y con sus correspondientes historias detrás. Nunca se es demasiado mayor para jugar e imaginar.
Un saludo!
Llegará lejos si señor, un cangrejo cienpiés jajaja
Montse:
El oso come hormigas y la araña, pizzas. Ahora me percato de que olvidamos preguntarle a Samuel qué come su ciempiés. ¡Ah, espera, que no come nada porque está muerto! :D
Y sin embargo... ¡qué colores tan vivos!
En fin, que me alegra que te gusten sus dibujos. A mi me gustan mucho todos esos buenos deseos que me dedicas.
Un abrazo, Montse
Jorge C.:
Sí, Jorge, que el mundo de los adultos se vuelve muy serio. Qué menos que aderezarlo con un poco de locura de vez en cuando.
Y tu hijo, ¿se te parece en lo de atreverse a probarlo todo? :D
Ana Bohemia:
Gracias, Ana. Y además, como puedes comprobar, me gusta compartirlo en el blog, que también sirve como álbum de recuerdos de todas las edades.
Abrazo fuerte, Ana, (y un achuchón a Pancho)
Speedygirl :
¿Nada fácil? ¡Es casi un milagro! Pero será que no le picó su ciempiés pero sí le picó la curiosidad.
Soy afortunado de tener un hijo preadolescente cuando yo acabo de salir de la edad del pavo. O casi. xD
PD. ¡Y qué bueno verte, Speedy!
Ángeles :
Es verdad, ellos son, sin pretenderlo, auténticos colaboradores en estas entradas. Se ponen a actuar y yo me limito a ponerles sobre papel. ¿He dicho papel? ¿Lo ves? Si es que ¡cómo cambian los tiempos!
A lo mejor nos llaman un día para hacer un remake de This Island Earth, con Pedro, su ciempiesa y toda su prole de ciempieses.
Gracias, teachy ;)
Raquel :
¿Rápido solo? Te despistas y pasan del biberón al Cola Cao , y en otro descuido ya están en el Instituto. ¡No puedo dejar de vigilarles!
Y te doy toda la razón, los niños dibujando son una fuente manando imaginación a raudales.
Gracias, Raquel. Me alegra verte.
Papa Cangrejo:
¿Has visto? Aquí tienes tu propio retrato. O bueno, quizás sea el de un tío lejano. :D
Vuelvo para dejarte una frase del filósofo chino Mencius:
"Grande es el hombre que no ha perdido su corazón de niño."
¿A que te gusta?
Hola, Juan! Yet another completely enjoyable read!! Yes, it is bittersweet when your children grow from babies to teenage years and then, of course, adulthood. Like you, I have many, many paintings, drawings, things that they made and when I look at these precious keepsakes now, my heart aches at times now gone, but I am also proud of the people that my children have now become.
There's a saying about raising children "there are two things that a parent gives their child - wings and roots. Wings to let them fly when the time comes, and roots to give them so that they always have a place to come back to." Learning to do these things simultaneously is the challenge.
Many greetings from the girl Down Under xx
Me gusta, Ángeles, y me maravilla que haya tanto chino sabio.
Luego hay otlos que se limitan a contal palablas, que también tiene su mélito, clalo :D
RhodoQueen:
Hi, aussiefriend who loves Spain, I feel glad to see you again (have I become a poet?? xD)
I will always take into account that beautiful saying. Wings and roots. Yes, those are the things we have to give them for sure.
Huge hug from the man without chocolate (hahahaha)
Me ha encantado la entrada! Es muy bonito recordar esa etapa. Yo le hacía dibujos contínuamente a mi Madrina. Ella no se casó ni tuvo hijos. Así que yo para ella era como su niña. Me gustaba ir a su casa y llenarle una pared entera con mi etapa artística. Y ella encantada, claro!
Mi sobrino pequeño cada vez que viene a casa, me dice que le dibuje un tren, una pelota... (le encanta el fútbol, con lo peque es) Así que yo encantada! Sus dibujos los guardo, porque cuando sea más mayorcito me gustará sentarme con él y enseñárselos. Es un recuerdo que quedará en la memoria para siempre!
Un saludo!
La verdad es que si que se parece a mi,nunca me ha dicho que algo no le gusta sin antes probarlo,lo prueba todo y luego decide,así que tengo un gran aliado en casa.
Me encanta. Qué lástima que se vaya perdiendo esa inocencia que ofrece la niñez. Pero tú todavía tienes esperanza. Se hacen mayores muy rápido, aprovecha que aún se dejan.
Yo no he parido todavía y ya me da miedo que llegue el día que la pierda.
Me ha encantado mucho esta entrada, muy tierna toda ella. Y me ha gustado mucho esa araña, jope, si se veía a la lgua que era un arácnido xD Creo que es lo mejor guardar estas cosas... seguro que mis padres conservan algo mío, aparte de mis suspensos en lengua y mis dientes de leche.
Éowyn :
Sin duda, Éowyn, ya verás cómo esos dibujos que guardas tendrán un valor enorme dentro de unos años. Tanto para él como para ti.
¿Que le llenabas una pared de dibujos y ella encantada? Eso es una madrina y lo demás son cuentos :D
Me alegra que te haya gustado. Gracias.
Jorge C. :
Ah, bien, bien, de tal palo... tal astilla
(Y decide si está malo... o es una maravilla) :D
Misaoshi:
Yo diría que aunque la inocencia se pierda, el niño interior nunca se va del todo, siempre está ahí.
Pero pobre de aquel que lo olvida y se queda hecho un adulto a tiempo completo para los restos. ¡Qué aburrido!
A ver si un dia me das una sorpresa como mamimisa ;-p
Holden :
¿Verdad que es insuperable concebir a una araña que coma pizza? Me pregunto que conclusiones sacarían de ese dibujo aquellos tipos que analizaron tu ardilla en el árbol. Igual se quedaban boquiabiertos forever and ever.
Ah, ¿pero tú eras de suspender lengua? Pues como bloguero yo te pondría buena nota en el aspecto lingüístico , ya ves :D
Leyendo la entrada anterior he leido esta.. deberia pasar mas a menudo por tu blog.. Muy chula Juan. Los dibujos de los niños siempre me han parecido interesantísimos, si me encargaran ilustrar un cuento para niños, tengo clarisimo que encargaría a una clase entera que dibujaran lo que me hubiweran encargado, y de ahi sacaria ideas increibles,de hecho el tio que dibujo Bob Esponja me da a mi que hizo eso.. y mira el exito..
Tomás:
Muy interesante tu idea. Desarrollar algo a partir de la inventiva de los niños. Seguro que algunos dibujos los dejarias tal cual, porque algunos son auténticos maestros de la pintura sin saberlo
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