4 de septiembre de 2008

MI RELACIÓN CON LOS COCHES



Los que me conocen ya lo saben.
A los que no, no tengo ningún reparo en darles un dato más sobre mi personalidad: pocas cosas me aburren tanto y me dejan tan indiferente como el mundo de los coches.

Yo he tenido siempre una máxima al respecto, heredada de mi padre, que en palabras vendría a ser: "El coche al servicio del hombre y no el hombre al servicio del coche".
Qué lejos estoy por tanto de aquellos que se desviven por sus autos: los lavan a menudo, les sacan brillo y los acicalan como si fueran a pasar revista. Esos que maldicen a cualquier ave que ose a soltarles un alivio sobre la inmaculada carrocería.
A años luz me encuentro también de los que serían incapaces de dejar sus coches a la intemperie (no sea que se vayan a constipar) y los guardan bien guardaditos en sus cocheras y garajes. Así, máquina y humano duermen más tranquilos.

Semejante indiferencia hacia los coches me ha llevado a una ignorancia tal que, reconozco -pero no me avergüenza - raya en lo inadmisible.
Mucha gente cree que bromeo cuando me dicen la marca que conducen y yo ignoro su forma.
- Me he comprado un coche
- ¿Ah, si? ¿Cuál? - pregunto por cortesía
- Un Seat Toledo
- Ah, muy bien - y me quedo igual, preguntándome por qué sigo haciendo esas preguntas si no distingo a un Seat de un Ford ni de un Simca ni de un Land Rover
Yo a los coches no los agrupo por marcas, yo los agrupo por colores.
Con sólo 3 años me dijo un día mi hijo, mientras iba yo conduciendo
- Mira papá, el coche de delante es como el tuyo
Yo me quedé mirándolo unos segundos y llegué a la conclusión de que estaba equivocado. El coche que me precedía no se parecía en absoluto al mío. No sé nada de marcas pero por lo menos sí que reconozco mi coche, un Citroen Xsara gris. Sólo faltaba eso, que no reconociera a un igual. Pues cuando me pude acercar un poco más, acerté a leer en su parte trasera "Citroen Xsara". ¡Madre mía! Pues claro que era igual que el mío, lo que pasa es que era de otro color y sólo ese detalle me los hacía completamente diferentes. Ahí me dí cuenta de que lo mio es grave, ¡hasta un niño tiene más percepción de lo evidente que yo!
Pero como no me voy a morir por eso... me sigue dando igual.

Y eso que a veces he pasado apuros vergonzosos como aquella vez en que fui a pasar la I.T.V. a Jumilla y me echaron para atrás porque al coche le faltaba no se qué (no me acuerdo tampoco, como es natural) Llevé el coche a un taller, lo dejé aparcado en la calle y entré. Tuvieron la desfachatez de preguntarme cuál era la marca de mi coche (por aquel entonces un Ford Orion)
- ¿La marca? Ah, si, es un... un Citroen... no, un Ford, no, si, un Citroen... Un momento que salgo a ver - salí, lo miré y entré de nuevo - Un Ford Orion"
Los mecánicos se me quedaron mirando con unas caras en las que se podía leer "de qué planeta llega este que no sabe la marca de su propio coche?".
- Lo siento - me dijo uno finalmente - es que esto es un concesionario Citroen.

Y ni contar las veces que al salir del trabajo he intentado abrir un coche ajeno simplemente porque era de un gris plateado como el mío, y así, a ojo, eran como dos gotas de agua.
Luego ha resultado muchas veces que no eran ni de la misma marca... :S
Pero ahí me tenéis a mí, apretando el botón del mando a distancia para poder entrar y escuchando el clac de una puerta que se abre a varios metros a mis espaldas.
En esos momentos sí que miro de reojo para cerciorarme de que nadie se ha percatado de mi torpeza.

Lo de la conducción es capítulo aparte.
A ese anuncio de la tele que pregunta "¿Te gusta conducir?" yo le diría "Pues hombre, si no hay más remedio..."
No me considero mal conductor pero eso sí, no me gusta nada correr. Prudencia ante todo. Para mí todo el que pasa de 120 es un suicida.
De joven, en tiempos de juerga y discotecas, mis amigos me llamaban Juan, "el rápido" y casi me suplicaban que apretara más el acelerador. Aún recuerdo el ataque de risa que le dio a Juan Antonio, el Zorro, cuando adelantando a un camión no tuve más remedio que rebasar los 120 km/h y se percató de que , tras la tensión de semejante esfuerzo, una gota de sudor bajaba por mi sien. Menos mal que me contagió su risa y me fui sosegando.
Nunca querían venirse a ninguna población cercana conmigo, preferían ir en otros coches. Excepto Ramón, pues le gustaba mucho la música y conmigo daba tiempo a escuchar muchas más canciones en la radio.
Imaginaos la conmoción que supuso entre mi peña la noticia de que a mí, a Juan "el rápido", le habían multado por exceso de velocidad. No lo creyeron hasta que les mostré no sólo la multa sino la foto adjunta que había captado la cámara del radar.
Mi amigo Rafa, que es carpintero, me la pidió con lágrimas en los ojos. La quería enmarcar.
Fue una de esas cosas tontas que a veces le pasan al que menos lo merece. Por una carretera en la que no se debían exceder los 60 yo iba a 70. Me paró la guardia civil y me multó. Recurrí y me mandaron la preciosa foto en la que queda evidente que me habían pillado "a todo gas". Aún conservo el borrador del recurso de aquella multa. Es todo un poema. Llegué a pensar que me perdonarían la infracción por lo divertida que resultaba su lectura.

Todo lo contrario a mí es mi amigo Juan Luis, que conoce todas las marcas y modelos de coches, ha tenido muchos y ha recorrido España de cabo a rabo con ellos. El siempre me dice:
- Si alguna vez te tocaran muchos millones en la lotería no sé lo que te comprarías. Lo que no te comprarías sí lo sé: un coche.
Y tiene razón. Si el que tengo me lleva a todas partes ¿para qué quiero otro?
Pues bien, Juan Luis, que lleva comprando revistas sobre el tema desde hace décadas y que es un apasionado de los rallies, se empeñó en que yo memorizara una marca y un modelo completo sólo para divertirse comprobando lo surrealista que resulta oírmelo decir con soltura.
Y asi, en algunas ocasiones, sí que me he permitido el lujo de decirle a alguien con aires de suficiencia:
- A mí, el coche que realmente me gusta es el BMW M 635 CSI ALPINA B7 TURBO COUPÊ

(Que me aspen sí sé cómo es el cochecito de marras)

Nota: Del coche de la foto sólo me llama la atención su matrícula. Lo demás me la repanpinfla.

8 comentarios:

Txema Rico dijo...

Ja ja ja....qué bien te has retratado! La verdad es que sí, yo tambien intento aplicar la máxima del Sr. Cabrera, aunque me sé las marcas de los coches que he tenido y procuro no tenerlos como un "minicafé". En los demás al 100% contigo. Fijaté que hasta Juan Luis se mosquea cuando utilizo la palabra "trucao"... ja ja ja...como son algunos con los dichosos aparatos que sirven tan solo para llevarnos de un lugar a otro, ah, yo tampoco suelo pasar de 120, de hecho suelo ir a 90.

Anónimo dijo...

Me alegro tanto de saber de ti...al menos podremos estar en contacto a través de tu blog y de las cosas que me va contanto tu hermana cuando hablamos(menos de lo que quisieramos las dos). Este verano ha sido muy complicado y tengo muchos post pendientes para leer, intentaré sacar un ratito todos los días y ponerme al día lo antes posible.

Un beso,

Anónimo dijo...

Creo que valia la pena que hubieras mostrado el pliego de descargo. Me acuerdo perfectamente de ´su contenido y debian haberte perdonado la multa. Seguro que lo leyó un funcionario sin sentido del humor. Un abrazo, tu padre.

Nota.- Pulso anonimo porque nunca me acuerdo de la contraseña.

Anónimo dijo...

No sabes como te entiendo....y no te resulta increíble esa gente que conoce no solo su coche...sino el de todos los demás!!!!si mi vida dependiese de nombrar la marca del coche de algun vecino o compañero de trabajo....y eso que cuando en el trabajo tenemos que ir a algun domicilio siempre vamos en el coche de alguno,PUES AUN ASÌ!AHORA ESO SÌ...EL MIO ES UN CLIO,HASTA AHI LLEGO.SISTER

Anónimo dijo...

Nunca agradecere bastante tus explicaciones tecnico bromisticas sobre los coches.. ejem: El obturador de la mangueta del Audi Megane no salio muy bueno.Ah,en algo estoy en acuerdo contigo respecto a los coches.. De la foto que has puesto solo interesa la matricula porque lo que es el coche NO INTERESA PARA NADA!! No es facil entender de coches,los nominados son..

Helen dijo...

Jeje! Como me he reido con tu post pero lo mejor o lo peor de todo es que me acabo de dar cuenta de que "mihombre" es de esos, no de los nuestro( por q yo el coxe ná mas para que me lleve) si no de los que se saben tooooooodas las marcas de coches de sus amigos, de las novias de sus amigos, y de los primos de las novias de sus amigos... y lo peor esq cada vez que ve un coche me dice: Anda mira este es el mismito coche que tiene fulanito de tal el del pueblo, q antes tenia un noseque y ahora lo cambio por un nosecual!!!Y se queda mas contento que unas castañuelas...! :)

Anónimo dijo...

Yo soy como tú. Enhorabuena por lo bién que has descrito nuestra condición de pasotas-de-coches.
Hay otra cosa que en cambio a tí te encanta y a mí no: el dichoso "FUTBALL" o futbol??. Mira, no sé ni cómo se escribe. Que nadie se sienta ofendido pero nada indica más final que el sonido del futbol en una radio (si es de coche, peor) un domingo por la tarde/noche... He intentado que me guste, incluso haciendo quinielas. Me daría más juego en la vida social pero...NADA Este tema despierta menos curiosidad en mi que las pipas en Noruega. FRAN

peibol dijo...

¡AAAy! ¡Qué bien sienta saber que uno no está solo en el mundo!

Yo estoy en el mismo punto, no tengo ni idea, ni interés en tenerla, y es que de verdad no entiendo a qué viene tanta tontería. Hace poco, a un primo segundo mío un tanto gilipollas, le dieron una indemnización espectacular por un accidente en moto. ¿Sabes lo que hizo la criatura cuando se vio con tantos millones? ¿Invertirlos? ¿Ahorrarlos? ¿Donarlos? ¡No!¡Comprarse un Porsche carísimo!

No lo saca a según qué sitios por miedo, vive con el temor constante de que se lo roben, y ni siquiera puede echarse a correr con él, porque estamos en Tenerife, y las opciones de carretera para hacer el loco son limitadas.

En fin JuanRa, me alegra saber que hay más gente con sentido común a este respecto...