4 de febrero de 2011

PÁNICO A LAS ALTURAS

Es hora de admitir que nunca seré alpinista.
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Me gusta la Naturaleza como al que más, por lo que intuyo una experiencia inigualable ser ese insignificante punto en las alturas, ascendiendo por una pared vertical, capaz de sobrepasar hasta los nidos de las águilas, con el fresco aire de las cimas en el rostro y el eco de tus propios gritos de esfuerzo y júbilo rebotando entre montañas.
Debe ser portentoso.
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Pero seguro que en algún momento se ha de mirar hacia abajo. Y ahí flaqueo.
Es un problema de gravedad descompensada, de inadaptación al vacío.
Es lo que comunmente se llama un vértigo que te cagas.
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Lo he experimentado tantas veces que me toca ser realista y descartar también el salto desde un avión en paracaídas. Reconozco que es triste tener que admitirlo, duele incluso ponerlo por escrito: Jamás me tiraré en paracaídas.
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Yo les veo hacerlo en la tele desde el sofá de mi casa y estoy seguro de que no habrá palabras para describirlo. Y es admirable ver cómo dan ese salto y se precipitan al vacío en caída libre y les da tiempo a hacer el corro manolo por el cielo... ¡E incluso sonreír y levantar un dedo!
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Pero yo pienso en el preciso instante en el que hay que tirar de la anilla, y con sólo imaginar la incertidumbre de si el paracaídas se desplegará o no, me paraliza el pánico. Y a todo esto cayendo, cayendo... Y la posibilidad de que no se abra la mochila o que tarde en hacerlo. Y cayendo, cayendo...
NO, gracias.
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Pero no hace falta subir tan alto. He de admitir que ni atado ni amordazado ni muerto me lanzaría en puenting. (Puede que muerto sí, pero resistiéndome mucho)
- ¡¡Si es fascinante...!! - dicen algunos - ¡¡Es una descarga de adrenalina bestial!!
(Lo de bestial me lo creo)
Pero vamos a ver... ¿de verdad tiene la gente ganas de tirarse por un puente abajo? ¿Hay necesidad de ello? ¿Y qué pasa con el corazón en esa caída? ¿no se sale por la boca, así como los ojos de las órbitas y los papeles de los bolsillos?
Y luego ese balanceo pendular hacia adelante, hacia atrás, otra vez hacia adelante... Yo una vez dormí una siesta en un balancín y tuve ganas de vomitar todo el día.
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Además en esto del puenting he tenido siempre una duda. A ver si algún insensato que sí lo ha probado me la aclara.
Siempre veo en los documentales cómo atan al individuo, cómo se prepara para lanzarse, cómo se santigua y cómo se tira al vacío chillando como un loco. ¡¡Pero nunca se ve cómo le recogen!! ¿A esta gente la vuelven a subir al puente o se quedan allí como chorizos secándose al sol?
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En fin, que me aventuro a decir que no seré tampoco piloto de helicóptero, ni equilibrista de circo ni limpiacristales en Nueva York.
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Este verano estuve con mi familia en un gran centro comercial de Alicante. Descubrimos un cartel que anunciaba unas bonitas vistas del puerto desde los ventanales del piso superior y nos sedujo la idea de subir a verlas. Pero, ay, que algún flamante arquitecto, en un alarde de modernidad apabullante, había decidido que las escaleras fueran de cristal transparente. Muy grueso, sí, ¡pero cristal! ¡Y transparente!
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- Sube, sube, papá - me gritaba mi hijo, cuarenta escalones por delante de mí - ¡Qué guay! Mira cómo se ve la gente allá abajo.
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Pero yo, que me conozco, no mostré ningún interes en mirar hacia abajo. Sólo al frente y respirando hondo. Un escalón, otro escalón... Sólo una vez se me ocurrió hacerlo y calculé que si en ese instante se rompía el cristal bajo mis pies, aterrizaría sobre la pamela de una señora diminuta que se estaba tomando un helado. Me entró un sudor frío y un agarrotamiento de piernas. Me volví y comencé a descender. Respirando hondo.
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- ¿Y el papá por qué no sube? - le preguntaba Aitana a Apamen. Y mi mujer se reía imaginándolo.
Pero esto no significa que yo no sea capaz de asomarme al vacío. Sí lo soy.
Es curioso pero siento una extraña mezcla de miedo y fascinación cuando me acerco a algún balcón o mirador a gran altura. Lo que ocurre es que en vez de gozar del paisaje imagino lo que sería despeñarse por él. Y no es lo mismo, claro.
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Me ocurre también cuando estoy en un edificio de muchas plantas y con toda la prudencia del mundo me asomo al hueco de las escaleras. Siempre noto un desagradable hormigueo en las piernas ante esa tétrica visión del rectángulo del fondo. Pero me asomo.
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Claro que aún más desagradable que asomarme yo es ver cómo se asoman otros con total naturalidad y sin miedo alguno. Eso sí me produce un pánico terrible. Yo sé que por mi exceso de prudencia no voy a caer, pero ¿y si veo cómo otro se confía, pierde el equilibrio y cae? Esa posiblidad me hace pasar muy malos tragos, máxime cuando algún amigo, conociendo este pavor mío, ha tonteado con las alturas para hacerme sufrir un rato en el que él, obviamente, lo ha pasado pipa viendo mi cara desencajada.
¡Cabrones!
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Con todos estos antecedentes podéis imaginar cómo me sentí en el mayor susto que me han dado en mi vida, en el que mi tia C. y un juego de Monopoly fueron protagonistas.
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Veraneábamos en un apartamento de Benidorm que tenían mis abuelos en un edificio altísimo. Aquello parecía una comuna familiar en feliz aglutinación. Por las noches primos de todas las edades nos amontonábamos a dormir sobre colchones y colchonetas cual estampa de orfanato de novela de Dickens.
Tendría yo entonces 12 o 13 años y mi mayor preocupación era el balcón de la terraza.
Ver jugar a los más pequeños allí y que se acercaran a la barandilla me producía mucho desasosiego. No se podían colar entre los barrotes pero a mi me daba la impresión de que sí, o que al menos era peligroso correr cerca de ella. Yo que sé, un resbalón con pirueta malabar o algo así... y adiós niño para siempre. Terror absoluto.
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En esas estaba cuando los mayores se pusieron a jugar al Monopoly. Yo me uní a ellos para verles tirar los dados, mover ficha, reír y armar escándalo, pero de vez en cuando ponía un ojo en la terraza para vigilar a los pequeños.
Y fue en un momento de relajación en el que me senté en el sofá, cuando de repente, mi tía C. salió gritando de la cocina.
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- ¡NO ME DIGAS QUE HA CAÍDO EL CHIQUILLO! ¡NO ME DIGAS!
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La imagen de uno de los pequeños cayendo edificio abajo asaltó mi mente. Me quedé sin sangre, pálido, agarrotado de terror. Lo sabía, lo sabía - me dije preso de angustia - al final se tenía que caer alguien.
Sin embargo la carcajada de mi tía no entraba en ese cuadro trágico repentino, y menos aún que se pusiera a bailar al comprobar que un CHIQUILLO (un primo mayor que yo que estaba jugando con ellos) HABÍA CAIDO... EN SU CASILLA del Monopoly.
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- ¡Toma, toma! - se reía con ganas mi tía - ¡Te toca pagar, dame billetes, dame!
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Nadie se percató de que por unos segundos se me paró el corazón en ese sofá, que me morí y que empecé a resucitar poco a poco cuando comprendí tan gorda confusión.
Y creo que aún me dura el susto.

35 comentarios:

isaormaza dijo...

Es que eso de estar siempre preocupado por los demás es una verdadera lata... aunque solo sea por el tema de las alturas. A mi la verdad es que me encantan aunque no me atrae en absoluto el penting y demás saltos o ascensiones. Una cosa es mirar y otra cambiar de sitio, así que por mi no hace falta que te preocupes: yo me asomo pero nunca intento nada raro jeje

RNT dijo...

Mala combinación cuando hay barandillas, alturas y niños... tambiñen me pongo malo!

Pecosa dijo...

Ay, JuanRa, cómo te entiendo. Yo no he tenido vértigo nunca, jamás. Hasta hace unos años. Además he tenido muchos pensamientos parecidos a los que tú has escrito. Me encanta la escalada, me chiflan los reportajes de escaladores, de alpinismo... Me alucinaría poder practicarlo... si no fuera por la altura.
El puenting no me llama especialmente la atención, pero sí me gustaría tirarme en paracaídas, o hacer un paseo en globo, o tirarme en ala delta. Pero creo, sinceramente te lo digo, que perdería el conocimiento. Creo que me desmayaría de la impresión. ¡Si no soy capaz de asomarme al balcón de casa de mi abuela, que es un cuarto!

Y el caso es que no es innato, me ha surgido hace relativamente poco... ¿A qué será debido?

Lillu dijo...

Pues no te sientas solo porque creo que somos muchos los que tenemos vértigo o miedo a las alturas y aversión a las descargas de adrenalina, jaja. Yo, igual que leo que le pasó a Pecosa, desarrollé vértigo hace unos años, aunque en mi caso sé cuál fue el detonante: una situación complicada que me generó varios y muy divertidos trastornos de ese estilo. Desde entonces sufro al asomarme a balcones altos, azoteas, etc, y ni hablar de los paracaídas o los puentings, quita! Para ser sincera son cosas que tampoco necesito para ser feliz, así que me preocupa relativamente poco. Hay fobias mucho peores, la verdad.

saluditos!

Javier. M. V. dijo...

Amigo, ya somos dos. También le tengo pánico a las alturas, al punto que me da temor subirme a un avión, la última vez que me monte en uno tuve que darme una "whiskyada" que no se como me permitieron como pasajero.

Me he reído mucho con ese toque de humor que sabes ponerle a tus textos, la verdad es que impresionantemente nos parecemos, leerte fue como verme en el espejo jajajaja...

Recibe un gran abrazo.

Elena dijo...

joé, qué angustia...
a mí me dan miedo los ascensores; desde pequeña que me quedé encerrada en uno.
Aunque me subo, tengo pesadillas de todo tipo con ellos.
Lo que tú dices;
¡cabrones!

Abracito fuerte

peibol dijo...

Criatura...

Yo sí que quiero hacer paracaidismo y/o parapente (que no puenting), algún día, perp deja ver. Todo se andará...

Ana Bohemia dijo...

Soy de tu club Juanra, nunca he soportado las alturas ni mucho menos esa sensación de vacío que parece que quiere tirar de ti, me aterra esa idea, me tiemblan las piernas. Supongo que nunca seremos funambulistas, ni obreros de la costrucción en Nueva York,ni acaso limpiaventanas, pero mira la ventaja: ¡jamás no dejaran colgados en un puente para que nos sequemos como chorizos! Por que me parece que si, que hay por ahí un clan de hombres y mujeres que todavía aguardan a que alguien les quite el nudo antes de bajarlos...
Un beso
:)

Speedygirl dijo...

Jajajaja, JuanRa, qué inocentón!!!!!!!! Pero te entiendo, yo tampoco puedo evitar mirar desde lo alto y pensar qué pasaría si me cayera (por algo tengo el super poder de la velocidad y no de volar XDDDDDDDDDD). Pero vamos, que yo lo del paracaidismo lo tengo que hacer, como sea. Que me empujen cuando no miro o lo que sea... pero me tengo que tirar en paracaidas! XDDDDDDDD

Txema Rico dijo...

Cuando vayas con tus hijos a Eurodisney, que irás, harás una visita a París ciudad. Así que empieza a mentalizarte con tiempo porque una vez allí no puedes dejar pasar la experiencia de subir hasta lo más alto de la Torre Eiffel. Es una gozada a la vez que un "cague psiqui y casi fisi" de primera magnitud. En lo alto del todo, al margen de un vientecillo frio, sientes como la torre cimbrea y no veas como se pone la adrenalina. Así que empieza a preprarte...

Nuria dijo...

Yo soy una de esas locas que ha hecho puenting, eso sí, tenía 15 años menos y mucha curiosidad (ahora no lo haría ni de coña...)La experencia fue brutal,lo reconozco y al final me quedé colgando como un chorizo desde el puente de El Escorial hasta que lentamente me fueron bajando rollo-polea. Una vez abajo me tocó subir caminando :0

Amig@mi@ dijo...

iMagino qu los parques temáticos, ni de lejos, ...
Jaja. Pues a mí me encantan esas sensaciones de vacío debajo.
¿Masoca?

Besos

Mica dijo...

Te he entendido completamente y suscribo todo lo que dices. Por qué será que aunque nos de miedo , no podemos dejar de mirar. Y lo de las escaleras de cristal... son lo peor!!! Diablo, si te sirve de consuelo, no estás sólo en esto.

Nortiz dijo...

Interesasnte entrada, Diablo :)
Tampoco te des mucho mal con que no harías puenting, paracaidismo y demás... porque creo que somos unos cuantos los que pensamos igual. No todos queremos ni somos capaces. Pero anda que lo del monopoly, ¡te imagino la cara y todo! Es que yo hubiera pensado igual, que se podían caer o cualquier cosa, siendo pequeños y que no paran... y si encima, los adultos no vigilan mucho, estaría dándole a la cabecica, y que luego tu tía soltase esa frase... es mortal, pero completamente.
Lo de las escaleras de cristal, a mí me suena de haber pisado suelo de cristal en alguna excursión... en un edificio... porque se veían unas ruinas debajo o algo así, pero no caigo en absoluto de qué era ni dónde, y mira que me suelo acordar de estas cosas. Pero esa sensación de "y si se cae el suelo, ¿qué ocurre conmigo?", yo creo que la sentimos todos...
En el tema de montar atracciones, ¿cómo vas?
Un beso :)

Doctora Anchoa dijo...

¡Jajajaja! En serio, JuanRa, te has vuelto a superar a tí mismo. Un post muy divertido (la manera de contarlo, ¿eh? que no me río de tu vértigo). Pues yo no tengo vértigo, peeeeeero tampoco me llama nada ni el puenting ni el paracaídas. Los elementos naturales del ser humano son la tierra y en todo caso el agua. ¿Pero el aire? ¡Ni de coña! XD.

Mae Wom dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mae Wom dijo...

Blogger Mae Wom dijo...

Jajaja! Me ha encantado la entrada! He tenido que disimular la sonrisa porque es muy divertida y porque además...me estás describiendo perfectamente!.

Qué mal se pasa! Y la gente no lo entiende. Se te paraliza el cuerpo.
A mí también me encanta salir a disfrutar de la naturaleza y a veces hay "tramos sorpresa" en los que el paso es estrecho y hay una buena caída (o lo parece) y ya empieza el mal rollito.

A mí me encantaría poder hacer escalada, debe ser todo un reto, y un subidón tremendo después, ver que has sido capaz de subir tu cuerpo a golpe digital.

Lo del puenting tampoco lo veo yo muy sensato. Dónde está la gracia en simular un suicidio??: "Nos tomamos una sobredosis de pastillas para la tos?" o "Nos disparamos con pistolas de bolas de goma en la garganta?" (???!!!). Respetable pero no para mí.

Recuerdo una temporada que estuve trabajando en las torres Kio y el último día las compis y yo subimos a la última planta. Joer, yo ya sudaba en los ascensores!
O aquella ruta del Cares atestada de gente subiendo y bajando y a mí me tocaba siempre el lado de del precipicio!...Yo ya me veía siendo chupada por las cabras, allí al fondo, para aprovechar la sal que se me habría pegado en la caída...!

El momento de tu tía, memorable e imborrable. Te entiendo perfectamente...Aaaais, hoy me has tocado la fibra. ;)

Anusky66 dijo...

que angustia he pasado ,ya que me estaba imaginando en esas situaciones y ha sido horrible , tengo mucho vértigo y te entendía de maravilla.
Te has dejado la "maravillosa" idea de los ascensores panorámicos , eso de subir o bajar en una caja de cristal es algo indescriptible.

Un besazo con los pies en la tierra

anasister dijo...

Ja,ja,ja,jaaa....Ay Juan! como te entiendo....Ya conoces mi historia en el Castillo de Peñíscola...cuando llegados al punto más alto y con las niñas correteando por ahí...dije.."hasta aquí hemos llegao" y me dejé caer en el suelo y si hubiera sido por mí...allí estaría ,hecha un ovillo y a lo avestruz.Iván se meaba cuando me oía gritarles a las nenas..no corras!!!!dame la mano!!!!!Ni se te ocurra asomarte por ahí!!!!!!!!! IVÁÁÁÁÁÁÁNNNNN!!!!!!!

JuanRa Diablo dijo...

isaormaza:

Así me gusta, tú como yo, admirando todo lo que haga falta a esos héroes que ignoran el peligro, pero con nuestros pies en el suelo y la cabeza sobre los hombros. ¡Faltaría más!
Lo nuestro es más bien la vida contemplativa :D

RNT:

A mí se me encoge el píloro!!

Pecosa:

Vaya, lo tuyo es una mezcla de sí, pero no, pero ojalá pero quita, quita... :D
Yo me creo que la sensación sea como dicen impresionante y única, pero deben saber canalizarlo hacia el disfrute más que hacia el sufrimiento... y ahí es donde me temo que fallaría yo.
Yo en globo antes que en paracaídas o en ala delta, desde luego. Al menos los pies tocan algo firme! Y me imagino... ver el mundo en miniatura, los campos como un patchwork de distintos tonos verdes y unos hilillos grises que son las carreteras... ¡qué bonito! ¡qué inmenso! ¡¡QUÉ MIEDO!!

¿Que a qué es debido el cambio? Pues creo que para bien (y para mal también ) los años nos van dando más sabiduría y sensatez y la experiencia nos va demostrando que riesgos los justos, oiga. :D Instinto de supervivencia puro y duro.

Lillu:

Pues me dejas con la curiosidad de saber qué te ocurrió, sobre todo con eso de "divertidos trastornos" ¿Qué pasa, que te daba una risa incontrolable de puro miedo?
En mi caso no es debido a una mala experiencia, sino que cada cual nace como nace y a mí eso de despegar mi ser de la tierra... que no, que no nací pájaro. (Un poco pajarico sí que soy, pero con otro sentido XD)

Javier:

Cómo te comprendo con lo de los aviones.¡¡ Pavor!!

El verano que viajé a Colombia tuve que volar en 3 aviones a la ida y 3 a la vuelta de distintos tamaños y apariencias más o menos seguras.
En todos y cada uno de ellos casi me convertí en asiento, pegado, adherido, integrado en la tapicería como una mancha que respiraba lo justo para vivir.
¿Cómo hace la gente para ignorar que eso se puede caer?
Menos mal que me comprendes... :S

JuanRa Diablo dijo...

peibol:

Tú del grupo de los audaces, claro está :D
Pues vívelo si tienes ocasión y me lo cuentas, que ya lo recreo yo con la imaginación, jeje.

Ana:

Pues parece que somos más de los del calambre en las piernas de lo que yo pensaba.
Sí que nos vamos a perder muchas profesiones apasionantes, ¿eh?
De ser bombero, por ejemplo, me pido apagar los fuegos de las plantas bajas. A mí subir en una escalera hasta las nubes para apagar un piso 21... ejem... nno, no.
¿Qué tal si rebautizamos al Puenting? De ahora en adelante podría ser Chorizing (shoraising) XDDD

Speedygirl:

A ti te perdono la osadía de ser inconsciente. Es más, te obligo a que lo hagas y pierdas el miedo. Un día puedo necesitar tus servicios de rescate y quedaría de pena verte con la capa y gritando: Ayy, es que me da miedooo.
Este manual también lo tienes que repasar, eh? ;)

Txema Rico:

Si la Torre Eiffel tuviera escaleras de cristal, con seguridad que no lo haría. Y si se ve el vacío a tus pies tampoco.

Sería un gran reto hacer algo así, aunque nunca se sabe. Ya fui capaz de subir los 365 escalones de la pirámide de Chichén Itzá que tenía una pendiente acojonante.
Pero aquello no cimbreaba, te lo aseguro. XD

Nuria:

Ehhh, aquí una loca!!!!!! Lo hizo, lo hizo, la colgaron como un chorizo!!
Ya ves qué diferencia, yo es que curiosidad muchísima también, pero entre la curiosidad y el miedo gana éste por goleada.
Y digo yo, ¿hace 15 años no te importaba morir y ahora sí? :P

Amig@mi@:

Masoc@mi@: los parques temáticos con gente como yo no existirían. Te lo aseguro.

JuanRa Diablo dijo...

Mica:

Qué gran apoyo, Mica. Casi me entran ganas de que formemos un club: "Amigos enemigos de la altura" Y hacer terapias de grupo y todo eso.
- Hoy me he subido a una silla
- Muy bien, JuanRa!!
- Tú puedes!!
- Todo un logro!!
- Bravo. Mañana intenta subir a la mesa, a ver... :S

Natalia:

Pues como supondrás, las atracciones que impliquen altura o velocidad es que ni existen para mí.
De las norias imagino que se suelta algún tornillo gordo y ruedan por toda la feria desperdigando gente por doquier y los Dragones Khanes, montañas rusas y similares... que ya son ganas de inventar cosas para morir en vida.
Si quieres palizas hazte boxeador, ¿no?
Pero bueno, pensaba que el raro era yo y por aquí está asomando mayoría de "gusanos de tierra". Qué solidaridad tan apabullante!!:D

Doctora Anchoa:

Si no tenemos alas, ni branquias, ni aletas... ¡¡semos de tierra!! Y lo demás es ir contra natura.
Aún no he visto a un elefante que diga:
Jo, pues yo quiero probar cómo es eso de escribir a máquina.
No, los elefantes saben cuáles son sus limitaciones y no prueban locuras.
La Naturaleza es sabia pero los humanos vamos de listos y pasa lo que pasa.
Claro, hay excepciones... Como las anchoas que consiguen su doctorado, por ejemplo.

Mae Wom:

Y la gente no lo entiende! Ahi le has dao, Mae. Que ya te digo que a algunos he visto sentarse en barandillas que daban a unos vacios impresionantes y tener que sentarme yo en el suelo, del vértigo tan fuerte que me entra a mí. Y rogar que se bajen de ahí y entrarles risa!!!
Pero de qué material están hechos??? De goma???

Una lección que tengo bien aprendida desde joven es lo fácil que puede llegar a ser subir una montaña de laderas pronunciadas echando el cuerpo hacia adelante y superando obstáculos. Pero a la hora de bajar... ay, amigo, que la persepectiva es otra y el equilibrio ha de ser distinto también. Cuánta gente se ha quedado atrapada en lugares sin posibilidad de bajada por haber menospreciado el peligro de las alturas.
Que no, que es triste que tu destino final sea ser chupado por las cabras XDD

Veo que hoy hemos tenido una coincidencia de pareceres más grande que el Aconcagua! XDD

Anusky66:

Sí, ya ves que a la gente le gusta ir superándose en inventos. Cuanto más bonito el martirio, mejor.
Un día de estos presentarán el nuevo cohete a la luna transparente. Para que los astronautas puedan verlo todo bien bien bien, sin perder detalle. Queeehuevos!!

Un beso, Anusky. Sigue tan cuerda! ;)

anasister:

Si es que es lo lógico Ana. La gente se cree que las alturas estan sólo para disfrutar de vistas, pero las alturas también están para caerse por ellas. Y esto se olvida mucho.

Y la gente corre y ríe y se hace fotos con la patita fuera...
Y luego uno demuestra con sus gritos que morir no es cosa buena... Y SE RIÉN DE ÉL!!

¡Si es que tenian que caerse todos y verían qué susto!

BLAS dijo...

Yo me quiero tirar en paracaidas.
Saluditos blasianos.

Anónimo dijo...

Barandilla+niños+adultos distraídos= accidente de los que uno se arrepiente toda la vida.

Y yo puenting, no. Ahora bien, la libertad de sentirte libre mientras caes en picado y luego el subidón del paracaídas, si que tengo ganas de hacerlo.

B dijo...

Ya sabes el miedo que me dan los aviones...sin embargo lo del paracaídas me encantaría hacerlo.
Eso sí, bien amarradita al monitor...seguramente me acobardaría en el último momento, pero sí que me llama la atención.

Mae Wom dijo...

Sí, jaja, estoy de acuerdo en todo. O están hechos de goma o no tienen vísceras porque a mí las mías se me suben a la garganta...se me bajan...
Y eso que dices de tener que sentarte porque ves a otro asomarse "imprudentemente"...O agarrarte con más fuerza a algo...Y ya cuando es un familiar...los sudores no son fríos, salen en cubitos!

Creo que la ocasión en que peor lo pasé viendo a otros asomarse fue en Finisterre. Estábamos Pelotillo y yo sentados en las rocas relativamente cerca del borde (yo de haber tenido ventosas a mano las hubiera usado también). Y qué mal rato! Yo que me había sentado allí para relajarme disfrutando de las vistas y no hacía más que llegar gente que se asomaba demasiado, con calzado de verano que no agarra, balanceándose y señalando el horizonte ¡sin haber mirado primero dónde ponían los pies!...
Y casi se me sale el corazón cuando llega una madre (desnaturalizada, seguro) con un niño de 5 años o menos correteando por las piedras, que era inestable hasta en suelo firme así que allí...La madre en el borde, el niño que oscilaba hacia ella y se ponía por delante y la madre sin soltar ocho brazos como un pulpo.
Al final tuve que sentarme en una parte más alejada a serenarme un poco...

Anda, que tú y yo juntos, menudo espectáculo bochornoso... :D

rAnita nOe dijo...

alguna de esas cosas que dices que no harás está en mi lista pendiente de cosas por hacer.

qué centro comercial de alicante? he de ir!!

un beso

Ángeles dijo...

Pues a mí lo que me da angustia no es mirar para abajo desde las alturas, sino mirar para arriba, hacia el cielo. Me da una sensación de vacío bajo los pies que no la puedo soportar.

Y, por si te sirve de satisfacción, he oído decir que la gente a la que tanto le gusta puenting y las cosas esas de riesgo, es que tienen una mentalidad primitiva -con perdón- porque los seres evolucionados no necesitamos -obsérvese el plural inclusivo- esas sensaciones extremas para sentir y demostrar que somos valiosos y valerosos. Nuestra mente se nutre de alimentos más refinados...
Un saludito.

Ripley dijo...

hola JuanRa, ví tu entrada el dia que la publicaste pero me dio pereza escribir nada aunque me rei mucho y me vi muy reflejado en lo que cuentas. y tienes razon en lo de sentir miedo cuando alguien que quieres sube demasiado alto o se asoma a un acantilado o trepa hasta un muro lo sube y se queda sentado tan ricamente...a mi lo que me entra es un temblor incotrolable del cuerpo y lo paso realmente mal en las alturas. un abrazo

El Zorrocloco dijo...

Jajajajajajajaja, qué bueno lo del Monopoly!! =D

Espero que me perdones que me descojone de ese mal rato, si te sirve de consuelo comparto contigo el cague por las alturas =/

Pero mi caso es curioso, porque tengo miedo sobre todo a las distancias donde si te caes... no te matas. Si veo que estoy tan alto que la caída es mortal de necesidad pienso: "bueno, en el peor de los casos serán un par de segundos de angustia..." Ahora, la perspectiva de caerme y quedarme agonizando hecho un guiñapo en el suelo... ¡¡Quita, quita!!

Lo curioso del caso es que la escalada sí que me llama la anteción. Y siguiendo con mis peculariades, el rappel (o sea, lo mismo pero hacia abajo) me da mucho más mal rollo. Y ya del puenting ni hablamos, hay que estar muy tronado para tirarse de un puente, aunque sea con una cuerda. Además, el tirón tiene que dolar por huevos (literalmente), no me creo que no notes nada XD

pichiri dijo...

Juan, estoy de acuerdo contigo. Esto lo hemos heredado de mi padre, tu abuelo Juan José. Estabas describiendo las diversas formas de poder romperse la cabeza y se me iba encogiendo cierta parte del cuerpo, aunque como ya sabes mas de una vez he tenido que hacer de tripas corazón y emular a tus inconscientes amigos. Espero que no te ocurra a tí lo mismo, pero si así fuera, creo que es el único motivo que puede justificar cometer tales imprudencias.
Desde ya hace casi medio siglo no sobrepaso la altura del asiento del sofá y aún así a veces me pongo algúna almohada en el suelo por si me cayera. Un abrazo.

JuanRa Diablo dijo...

BLAS:

¡Yo también! Pero no me atrevo. :?

Loco:

No, si escrito todo suena maravilloso. Pero esa caída en picado y ese subidón del que hablas... qué color verde tan majo debe poner en la cara.
Pa' ti pa' siempre! :p

Bichejo:

Pero si te dan miedo los aviones, un avión muy alto y con la puerta abierta... ¡¡debe ser de pesadilla en Meryl Street!!!

Mae Wom:

Mira, mejor no seguimos aireando nuestros terrores, que la gente, además de una inconsciente, no nos entiende y los raros vamos a parecer nosotros.¡Encima!

Creo que a mí me hubiera ocurrido lo mismo en el caso de Finisterre. Mejor me voy y me ahorro sufrimientos, que ojos que no ven...
Y mira que me cuesta creer que una madre, que es sinónimo de protección y prevención sea capaz de semejante desentendimiento. ¡Qué pachorrez!
Y apostaría a que si le dices "Señora, cuidado con el niño, que se podría caer" no lo encajaría bien.

Jejeje, me ha gustado eso de tener ventosas en las manos. Creo que deberíamos empezar a desarrollarlas. :D

rAnita:

¡¡No seas loca!!
Se llama Panoramix.

Ángeles:

¡Cierto!Sí, sí y sí. Es un detalle que olvidé decir: Me da muchísimo más vertigo mirar hacia arriba estando en gran altura que hacia abajo.
Lo comprobé en un restaurante (también de Alicante) que está en un piso de un edificio muy alto, del que por cierto nos dijeron que más de uno se había suicidado desde allí. Ese detalle me hizo salir al balcón con todos los sentidos de punta. Era de noche. Miré hacia abajo y noté el cosquilleo de siempre. Miré hacia arriba y sentí un calambre por toda la columna y salí de allí enseguida.

Y mira, ya tengo respuesta para cuando alguien me tome a chirigota esto de huir del riesgo. Le diré que es que nací evolucionadísimo. XDD

Saludos.

Ripley:

Creo que debes ser el tío con más vértigo del mundo. No es que te diera pereza comentar, es que te dio vértigo de solo pensar en el vértigo, jajajajaja.

Bueno, como se suele decir, mal de muchos consuelo de tontos y estoy leyendo que somos muchos los tontos con los pies bien agarrados al suelo.
Un abrazo a pie llano :)

El Zorrocloco:

Bueno, descojone por descojone, que también me reí yo cuando describías tu escalada por aquellas Paredes Verticales cual Spidermanaco. XD

Pues sí que es curioso lo tuyo. Es decir, que cuanto más alto mejor. Empiezas a tranquilizarte cuando intuyes que si te caes... ya no duele. Claro, visto así...
Pero es que en esas caídas laaargas que te da hasta tiempo a pensar que te vas a matar... :S Glups, déjalo, déjalo.

Y deja de hacer cosas impropias de zorros, que eso solo pasa en los cuentos!! XD

pichiri:

Vaya, que aquella odisea tuya será por siempre inolvidable: miedo a las alturas y aprensión a la sangre y tener que sumergirte en ambas a la fuerza en una misma noche.

Si alguien está interesado en conocer aquella historia que me lo diga y le llevo a esa impresionante entrada.

¿Sobrepasar alturas? Como siempre nos has dicho: "tonterías las precisas".

Un beso

Natty dijo...

uF!! No sabes cuánto te entiendo con esto, para mí es una de mis fobias, tanto que llego a sentir síntomas fisiológicos como el sudor frio que describes y el temblor de piernas, incluso he llegado a paralizarme y no puedo avanzar ni retroceder ni dejo que nadie me toque por temor a perder el equilibrio ..
Algunas veces me he dicho "dale que tú puedes, sé valiente", pero de verdad el pánico es superior a mí =/ Si es que hay una barrera alta y firme me atrevo a asomarme a mirar qué tan alto es el lugar donde estoy, si no prefiero abstenerme .. en una ocasión unos primos me llevaron de paseo a un cerro y tuvieron que ir uno adelante y otro atrás para taparme el barranco con una toalla mientras con la otra mano me afirmaban a mí para darme seguridad =S y el año pasado para mis vacaciones me subí a un avión por primera vez en mi vida y SOLA .. no tenía a quien darle la mano!! Pasé mucho miedo, pero fue una prueba superada!!
También paso miedo mirando a otros ser tan poco temerosos, es horrible la sensación, me encantaría librarme de ella =/

Saludos!!

JuanRa Diablo dijo...

Así que perteneces a mi club de Enemigos de las Alturas, ¿eh, Natty? :p
Qué vamos a hacerle, será que hemos nacido con los pies muy en el suelo y cualquier lugar que vaya a dar al vacío no es lo nuestro.

Efectivamente puedo pasar tanto miedo o más si veo que otros desafían esos peligros alegremente. He visto gente sentarse en barandillas a mucha altura y quedarme petrificado sin poder moverme, solo de pensar que puedan caer.
Y digo yo, para qué vamos a cambiar, nostros somos los prudentes y ellos los locos xDD

Muchos saludos :)

Anónimo dijo...

Hace ya bastantes años que no lo sufro pero tuve un sueño que acudía regularmente a mi cabeza por las noches y era que caía desde la ventana del comedor de casa. ¡Queterror, chico!
carlos