Observaba Samuel, al despertarse el otro día, que se le
había dormido un brazo.
Molesto al principio, me fue describiendo esa extraña
sensación de hormigueo que se experimenta cuando la sangre vuelve a fluir libremente.
Cada vez que me ha pasado esto a mí, me viene siempre
a la cabeza una divertida anécdota
que hace mucho tiempo les ocurría a tres
amigas y que, tal vez por la gracia con que me la contaron, reviviendo la
escena las tres a un tiempo, no cayó nunca en el olvido.
Ana, Mª Jesús e
Isabel son tres hermanas de Ayna, un pueblo manchego por el que siempre me
desharé en elogios. A él, con mi hermano y un par de amigos, acudíamos en nuestras vacaciones durante años
consecutivos, y acampábamos en una chopera junto al río Mundo.
Y es en aquel
pueblo donde conocimos a varias ayniegas con las que formaríamos una pandilla
adolescente al estilo Verano azul, el mismo año en que se emitía aquella serie.
Pero de esto quizás hable en otra
ocasión, hoy quiero rememorar la anécdota a la que me refería.
Fue en una calurosa
noche de verano, de esas tan sofocantes que hacen difícil conciliar el sueño.
En una amplia habitación con tres camas, destapadas y con la ventana abierta,
intentaban dormir las tres hermanas.
María Jesús se había
cansado de dar vueltas sobre el colchón y terminó echándose en el suelo,
buscando el frescor de las baldosas, donde se quedó dormida.
Esa misma noche, una
somnolienta Ana metía un brazo bajo la almohada para toparse con algo. Palpó
para averiguar qué podía ser y descubrió asustada que era una mano.
Pasados unos segundos de impresión, dedujo que debía ser la mano de una de sus
hermanas, que por algún motivo se habría
metido en su cama, pero eso le parecía tan
extraño que, venciendo el miedo que sentía, desplazó una pierna sobre el
colchón, buscando el cuerpo que junto a ella debía estar. Pero no lo encontró.
¿De quién era aquella mano entonces ? ¿Se había colado alguien por la ventana y estaba allí, a
oscuras, junto a ella? Sintió tanto miedo
que tenía ganas de gritar, de avisar a
sus hermanas, pero imaginaba que si lo
hacía, el dueño de la mano la atraparía
para hacerla callar, y eso la paralizaba. Así que Ana se quedó muy quieta, sudando a mares.
Poco después, Isabel
decidió levantarse. Tenía sed y se incorporó con la intención de ir a beber
agua a la cocina.
Al poner los pies en
el suelo pisó a su hermana Mª Jesús.
Ambas, una por la
desagradable impresión de pisar algo blando que de repente se movía y la otra
por el susto de ser despertada bruscamente, gritaron a la vez. A ese grito se
unió inmediatamente Ana, convencida por fin de que había alguien en la
habitación y que sus hermanas chillaban porque también lo habían descubierto.
Y entonces los gritos se
prolongaron e intensificaron porque en realidad ninguna sabía por qué gritaban
las otras dos, sugestionándose todas de tal forma que solo su madre, que acudió
alarmada y encendió la luz, pudo librarlas de su pavor.
Y es que fue en ese
instante cuando Ana descubría aliviada que la mano bajo su almohada ¡era su
propia mano!, que debido a una mala postura se le había dormido de tal forma
que se había hecho insensible al tacto.
Fue aquel el momento
de llantos y reproches.
- ¿Pero tú qué hacías en el suelo?
- ¡Que tenía calor!
- Pues el susto que me has dado..., que no sabía
qué bicho eras
- Susto yo, que de
momento me pisan.
- ¿¡Y yo!? ¡Que pensaba
que había alguien en la habitación y estaba cagá de miedo...! Y como os he oído gritar...
Aclarada la
confusión, la madre les pidió que se
relajaran y volvió a apagar la
luz.
Pero tuvo que volver
a llamarles la atención poco después porque, una vez en sus camas y revivido
mentalmente y con calma el absurdo por el que habían pasado, empezaron a reír.
Primero calladamente pero después a carcajadas, burlándose unas de otras, llorando de risa.
- Es que me apretaba el
brazo - me decía Samuel - y parecía que no era mío. Casi no lo notaba.
- ¿Te cuento una
historia divertida? - le dije entonces-
Le ocurrió a tres hermanas amigas mías. Fue en una noche que hacía mucho
calor...
19 comentarios:
JUAN RA DIABLO PRESENTA: LA MANO AJENA.
PRÓXIMAMENTE EN SUS PANTALLAS.
¡Que gran sucesor de Hitchcook serías si también te dedicaras a la cinematografía, macho!
pues precisamente llevo unos días que mi mano izquierda le da por dormirse cuando estoy acostado. En cambio yo no puedo pegar ojo. ¡Será malasombra!
carlos
jajaja que bueno seguro que cada una chillaba más fuerte que la otra, digno de ver jajaja
para mi es muy desagradable esa sensación
Menudo susto se llevaron las tres esa noche ¡hijo y qué bien lo cuentas! parece estar allí.
La sensación de tener un brazo o una mano dormida es bastante desagradable, menos mal que Samuel tiene un papi que le cuenta un cuento y le hace desaparecer esa sensación.
Un besito.
con el mal rato que se pasa cuando "se te duerme algo" y ellas, al final, disfrutaron, vaya chow!!!
a pasar buen Lunes!
JAJAJAJAJAJAJAJA
Pobres.
Me parto, ¡¡¡buenísimo!!! no hay palabras para describir tal despropósito de la absurdez humana.
Esta historia de manos autosuficientes, almohadas y misterios que has contado tan requetebién, me ha recordado (quitando las risas) a dos cuentos de miedo de los buenos-buenos: "La mano disecada" de Guy de Maupassant y "El almohadón de plumas" de Horacio Quiroga.
Y por si te han entrado unas ganas terroríficas de leerlos, aquí puedes:
El uno:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/fran/maupassa/manodise.htm
Y el otro:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/quiroga/almohado.htm
Big hug.
Ja,ja, ja...no recordaba yo esa historia. Qué bueno. Cómo me he reído leyéndola, sobre todo al ponerle voz y caras a las protagonistas de la misma...Qué tiempos aquellos!!!
Txema Rico
Qué bueno, me has recordado a una anécdota que nos pasó a una prima y a mí cuando éramos pequeñas, y a otra que contaba Mark Twain (y que vete tú a saber si era verdad)
Decía M.T. que él necesitaba dormir siempre con la ventana abierta y que una vez paró en un hotelucho en que estaba estropeada y no había manera de abrirla.
A oscuras daba vueltas en la cama, obsesionado con esa ventana cerrada, hasta que desesperado a media noche tiró un zapato, y después de oír cómo se rompía el cristal, por fin pudo dormir.
Por la mañana descubrió que lo que había roto, a oscuras y medio dormido, había sido la luna del espejo, pero lo cierto es que él había dormido perfectamente.
Jajaja, yo me solidarizo con Ana, que eso de que se te duerma una extremidad es muy malo y da lugar a bastantes sustillos, (doy fe y mi hermana gemela también).
Lo de dormir en el suelo es muy practico, al final ni tienes que hacer la cama ni nada y el fresquito que da, jeje.
Saludos
;)
Qué grande, son esos momentos que te hacen partirte de risa cada vez que te acuerdas aunque hayan pasado años y años.
carlos:
LA MANO AJENA, que en Hispanoamérica llevará el título de OTRO BRAZO JUNTO A MI.
¿Pues no dicen que cuando se te duerme una mano es que vas a recibir dinero? Lo que no recuerdo es si ha de ser la derecha o la izquierda. Pero dejemos la política ahora.
Muchas gracias por tus visitas, ¡y que usted duerma bien! :)
Papa Cangrejo:
Digno de ver, sí. Más que de oir, supongo xD
Montse:
Menos mal que dura poco porque es como tener un miembro de cartón piedra. ¿Te imaginas que se nos durmiera también la cabeza? ¿Diríamos muchas burradas?
Bueno, como sueles decir tú: ¡Feliz finde! ;)
PUMI:
El chow de las hermanas Sisters, jaja
¿Lunes? Pero si por fin es viernes!! xD
Misaoshi:
Esto es lo que viene siendo un "Pa habernos matao" de toda la vida.
PD. ¿Me lo hace la vista o ahora te veo más anime que nunca? :p
Ángeles:
Pues menos mal que me dejas esos enlaces porque, de no haber sido así, habría tenido que llamar a tu puerta a pedirte remedio para un ataque de curiosidad.
Las moralejas son evidentes: jamás menosprecies una mano disecada (tenlo muy en cuenta cada vez que encuentres una) y cuidado con las plumas de, de... ¿¿de qué ave pulgosa serían esas plumas, diossanto?? :S
Txema:
Ya ves, lo bueno de verdad habría sido poder poner un vídeo de la vez que nos lo contaron. ¡¡Qué risa!!
loque:
Curiosa historia la de M.T. (que no es Mr T, sino Mark Twain) Lo que son las obsesiones...
Aunque digo yo... si tú tiras un zapato por la noche y oyes que rompes un cristal, ¿puedes dormir pensando que el zapato puede haber caído a la calle? ¿O será que este hombre viajaba por la vida con un zapato de más?
Ana:
Si Ana no se solidariza con su tocaya, ¿con quién iba a hacerlo? :D
Yo en verano con un almohadón puedo dormir perfectamente en un suelo. No lo encuentro ni incómodo.
Saludos :)
Shekmey Scherby:
Por eso las calaveras siempre están sonriendo. Tú sabes la de cosas graciosas que recordarán... :p
Parece el guión de una peli de miedo, si no fuera por el plus de realidad que le da la explicación de la mano dormida. Quién no ha sentido esa sensación de una mano o un pié insensible que al tocarlo para que recupere el riego parece que no pertenece a tu cuerpo.
Recuerdo mi última operación, en la que me pusieron anestesia epidural, y el acojone que pasé toda la tarde hasta que recuperé la sensibilidad de cintura para abajo. ¡Qué sensación más desagradable y tenebrosa!¡Os lo juro!
hitlodeo:
No he vivido algo así (y mejor que me quede con las ganas) pero me puedo hacer una idea de lo desagradable que debe ser esa sensación "a gran escala".
¿Medio cuerpo dormido, casi como algo extraño a tu propio ser? Eso sí parece una peli de miedo
Supongo que más que Hitlodeo te sentirías Hit y Lodeo (el famoso Lodeo y no lo creo, jeje)
Hola amigos d los relatos d diabillo skritor . soy nueva en sto , me he quedado entusiasmada !!!! Kon tres gritos en la noche . también skribo , quizás me anime y un día d stos ( OS mande algo )
Anónima : aynieg@ o ayniego soy ? Relata la * cementerio , luces, cassette . es buenisimo .
¡Hola Ana!
Sabía que algún día leerias esta historia. ¿Cómo se siente una de las protagonistas después de leerla :D
Un fuerte abrazo
Después d tantos años . estoy riendome komo una deskosida . tantas historias q kontar ...quizás , kuando kompre el kable mordido x mi perro me anime y OS ponga la historia del cementerio .
En una noche de verano , calculado ya con antelación , se nos ocurrió la brillante idea de darnos un paseo nocturno, por el cementerio . linternas , cassette y ..... Que horror !!!! .....
Hola de nuevo, Ana. Si eres capaz de recordar bien aquella historia de nuestra visita al cementerio de Ayna me la tienes que contar cuando nos veamos. prometo tomar notas para contarla por el blog algún día :)
Un beso
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