30 de marzo de 2009

DE VUELTA A CASA (Continuación)




Como en los certeros versos de Machado, todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar.
De igual forma todo llega un día y también pasa sin más. Y aquel viaje iniciático que, a quien más a quien menos, tanto nos marcó, también tuvo su final. (Cómo me cuesta aceptar que han transcurrido más años desde todo aquello que la edad que entonces yo tenía. Me resulta increíble)
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Sin duda habré olvidado muchas cosas pero no aquel último día en Madrid. El del final de la mili.
Se vivió con una extraña mezcla de alegría y tristeza. Alegría porque estábamos en el anhelado día de la definitiva vuelta a casa; tristeza porque dejábamos entrañables amigos con los que se había compartido millones de cosas y a los que, tras partir cada cual por tan distintos rumbos, no volveríamos a ver jamás.
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Compañeros de los que guardo imborrables recuerdos.
Como Alberto S. con quien solía cantar entre en serio y en broma todas las canciones de Sade que casualmente ambos nos sabíamos de memoria. O Luis M. que me hablaba con entusiasmo de los dos amores de su vida, su novia y su Granada natal, o Pepe G., el furriel, natural de Elda como yo, contándonos en la oficina las mil perrerías que nos hacía el Sargento Coronado, quien nos tenía cierta ojeriza a los dos (sobre todo a mí) o Guillén, el cabo canario de noble corazón “a formar, muyayo, a formar
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Recuerdos de José Enrique C. de Alcira, de Carlos N. de Las Palmas, de Rafa Q. de Fuengirola, de Pedro M. de Alcázar de San Juan...
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Este tal Pedro, a quien todos llamábamos X, guardaba en su taquilla un gato de peluche que nos presentó a todos. No es que fuera un chaval infantil o inmaduro, todo lo contrario, sencillamente quiso tener siempre a mano algo muy personal que le recordara a los suyos, a su hogar y no dudó en llevárselo para que le acompañara durante toda la mili.
Era un peluche blanco con una larga cola y un cascabel cosido al final. Y así, mientras la mayoría de los soldados guardaban fotos de sus novias en la taquilla, Pedro guardaba un peluche que se convirtió en mascota.
Yo no tenía novia pero me enorgullecía mostrar una foto que hice a mi hermana (12 años entonces) saludando con ropa militar y a la que siempre tuve bien visible en mi taquilla. A muchos compañeros tuve ocasión de hablarles de ella y de toda mi familia, sin duda lo más preciado que tenemos y a quienes tanto se echa de menos en tantas ocasiones en la vida.
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No mucho después de aquella despedida recibí una llamada de Pedro (el del peluche) diciéndome que acompañaba a un familiar en unas gestiones y que le podía dejar cerca de Petrel por lo que acordamos que pasara un fin de semana en mi casa. Fue una gran alegría volver a verle y recordar tantas cosas (desde la primera novatada a la última cogorza pasando por los arrestos, los permisos y lo joputas que eran algunos mandos) Para mi sorpresa traía un regalo para mi hermana Ana. ¿Adivináis cual? Pues sí, su peluche. Aquella curiosa mascota con cascabel de nuestra Academia fue a parar a manos de mi hermana. Nos pareció que no debía desprenderse de algo tan personal pero insistió en que quería que tuviéramos un recuerdo de él y se quedó en nuestra casa.

Los años pasaron.
Vi en algunas ocasiones a mi paisano Pepe el furriel así como a José Enrique que bajó desde Alcira para pasar un sábado en Elda. Nos presentamos a nuestras novias y las pobres debieron quedar hasta el gorro de tanta “batallita” entre cerveza y cerveza.
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No volví a ver a nadie más.
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Un año, en un arrebato de nostalgia escribí (por carta, nada de internet todavía) a varias direcciones que tenía guardadas. Sólo me contesto José Enrique, las demás cartas me fueron devueltas con un "DESCONOCIDO" garabateado en ellas.
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Otra buena remesa de años sobre mis espaldas. Esas hojas que se arrancan inexorablemente al calendario. Dorados veranos, largos inviernos tras otoños de hojarasca, primaveras de juventud, alegres fines de semana, un viaje a Yecla seguido de muchos muchos más, Mª Carmen, ocho años de noviazgo, nuestra boda, dos hijos y, entre tanto, varios trabajos. Tantas cosas vividas que he de resumir en breves líneas para llegar al momento actual, a mi trabajo de Villena del que ya os he hablado en alguna ocasión.

Una de mis compañeras se llama Mar. (Mar, como sé que me lees aprovecho para decirte que eres una excelente persona y que estoy muy muy contento de haberte conocido.)
Mar lleva muchos años viviendo en Villena pero presume de su tierra natal: Alcázar de San Juan y de todo lo relacionado con La Mancha. (Un saludo afectuoso desde aquí para mis lectores manchegos Calata –recomiendo a todos su fotoblog - y Rasanliz)
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Las alusiones de Mar a su ciudad me recordaban siempre a aquel compañero de la mili y un día conté a mi amiga la historia de Pedro y de aquel peluche que con el transcurrir de los años terminó extraviándose.
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- ¿Y no has vuelto a saber de él? Pues yo tengo que localizarte a mi paisano, hombre. Déjame un tiempo, Juan, que haré averiguaciones.
Y dicho y hecho, un día Mar me entregó un papel con dos números de teléfono anotados.
- Yo creo que debe ser él – me dijo – No dejes de llamarle.
Esa misma tarde saqué el papel del bolsillo y me quedé mirándolo. Estaba seguro de que se trataría de él.
“Madre mía- pensé- han pasado más de veinte años. Tanto tiempo… ¿Se acordará de mí? “, y antes de que me diera tiempo a dudar marqué el número.
- ¿Dígame?
(Fue curioso pero sólo con esa palabra ya estaba seguro de que era él, pero dije:
- Quería hablar con Pedro M. J.
- Soy yo
- A ver si eres la persona que ando buscando… tú debes tener ahora 42 años...
- Sssí, por?
- Atención, pregunta… ¿Hiciste la mili en Carabanchel?
- ¿¿¿¿QUIEN ERES????
- ¡SOY JUAN! ¡ EL ARMERO!

Bueno, fue la bomba. Un torrente de emociones en el que nos atropellábamos a preguntas y más preguntas. En seguida supe que también se casó y que tiene tres hijos .
- Me ganas, yo sólo dos
- Joder Juan, qué bueno, si parece que te estoy viendo, te oigo y tienes la misma voz
- Pues han pasado 23 años…
Nos contamos la vida a grandes trazos, nuestros trabajos, nuestros hijos… pero por unos minutos nada había cambiado en realidad y volvíamos a ser aquellos jóvenes de entonces.
- ¿Te acuerdas de cuando estuve en tu casa?
- Cómo no, y del peluche, ¿te acuerdas del peluche?
- Siii, jajaja, que le regalé a tu hermana. Por cierto ¿cómo está tu hermana y tu familia?
- Bien, todos bien, gracias.

Quedamos profundamente emocionados con esa llamada. Intercambiamos direcciones y correos y ahora podremos comunicarnos más a menudo.
Al día siguiente se lo contaba todo a Mar con pelos y señales y se alegró enormemente.

En el pasado puente de San José, los cuatro hermanos nos reunimos en el campo de Petrel para pasar unos días juntos.
En un momento dado entré con mi hermana en el trastero. Buscábamos una vieja libreta extraviada llena de historias que escribí hace muchos años y que ambos estamos muy interesados en recuperar.
Entre otros muchos cachivaches, allí están amontonadas las cosas que tenía Ana en su habitación antes de marcharse a estudiar a Castellón. Cintas de los Hombres G, de Duncan Dhu, libros, cuadernos, cartas…
De repente descubrí algo que nunca hubiera pensado encontrar. En el fondo de una polvorienta bolsa agujereada apareció aquel peluche de Pedro, con su cascabel y todo. Tenía el lazo azul del cuello totalmente apolillado y le faltaba una ceja pero aún se conserva entero para la cantidad de años que han transcurrido.
Mi hermana lo daba por perdido y cuando le conté la llamada que tuve con Pedro me dijo que si algún día lo encontrara se lo enviaría en un paquete con una carta de agradecimiento dentro.

Ese momento ha llegado y también yo he añadido una carta para Pedro junto a su peluche y en cada línea escrita iba creciendo en mi interior la nostalgia por aquel pasado que no puedo dejar de añorar, por aquella convivencia, por aquellas amistades, por la juventud que un día tuve y que, aunque me pese, no ha de volver.

Pero este viejo peluche ya ha hecho suficiente mili. Es hora de que se licencie y lo enviemos a Alcázar de San Juan con la persona a la que perteneció. Pedro no imagina lo que en breve recibirá. Cuántos grandes e imperecederos recuerdos compartidos le envío en este paquete, de vuelta a casa.

(A todos aquellos compañeros de la mili.
Donde quiera que estéis)


30 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Juan, me llamaré Carmen M.
Leyendo tus historias se vuelve una nostálgica, y aunque no hiciéramos la mili, añoras aquellos tiempos de 19 y 20 años, porque los años de juventud ¡¡qué fuerza tienen!!, y qué bueno es añorarlos y recordarlos, porque sigunifica que se han vivido.
Cuantas historias me vienen a la cabeza.
Gracias Juan por tu blog, cada vez que lo leo o se me alegra el alma o me parto de la risa.Tienens temas para todo tipo de sentimientos.
Un saludo. Carmen M.

Anónimo dijo...

que plorera,pagaria por verle la cara a Pedro cuando reciba ese peluche que significó tanto para el,la musica de Mark Knopfler pone la piel de gallina,que chuloooooo APY

Anónimo dijo...

Hola diablillo, has conseguido emocionarme enormemente, que bonita historia, gracias por tu comentario, yo también estoy contenta de que vinieras con nosotros a trabajar, haces que el trabajo sea muy fácil,mil gracias, y sigue escribiendo, nos alegras las mañanas. Un saludo. Mar

Anónimo dijo...

Se me olvida que gracias también por hablar de mi pueblo,y poner un enlace, me llena de nostalgia.Mar

Silencio dijo...

Como sigas haciéndome llorar así te va a leer quien yo te diga, idiota! (desde el cariño, claro)

Muy linda historia, si señor!

Un abrazo!

Umeka dijo...

Una historia preciosa... La cara de tu amigo va a ser un cuadro cuando reciba el paquete... Un saludo.

Mónica dijo...

Vaya entrada más emocionante.... has hecho que suelte alguna lagrimita...


Muchos besos!

JuanRa Diablo dijo...

Pues yo encantado de compartir mis vivencias contigo, Carmen M.. A los que escribimos nos gusta que haya lectores al otro lado. Si encima te gusta lo que lees me quedo muy satisfecho.
Un abrazo.

Apy, me alegro de que te haya gustado y aún más de que te animes a dejarme comentarios por fin.
Un beso.

Pues nada, Mar, los dos tan contentos, ¿qué más podemos pedir?
Espero conocer un día tu pueblo, Alcázar de la Mar, digo de San Juan. ;)

Eso, eso, Silencio, llora mucho, que te pondrás fea y mocosa (desde el cariño también, ¿eh? :P)

Sí, Umeka, me puedo imaginar la cara de sorpresa que pondrá.
Un abrazo.

Gracias Silicongirl
Es que soy un nostálgico empedernido.

Lillu dijo...

Ohh qué bonita historia!! Hace un par de meses me reencontré por una de estas redes del demonio de internet con un amigo del colegio, con el que hacía más de 15 años que había perdido el contacto... Fue emocionante :) La vida gira tanto que a veces nos devuelve al mismo sitio! jeje.

saluditos

calata dijo...

Bueno, bueno! si que es los de Alcázar estamos por tos laos, bonita historia.
Yo conservo de la mili a un amigo que nos vemos con cierta frecuencia, aunque la distancia haga de las suyas, el vive en el Pirineo, en un pueblo de Huesca.
Por cierto conozco a una Mar que es de Alcázar, que vive fuera y que tiene un blog que se llama "los sabores perdidos" no será...
En fin, gracias por tu enlace y me ha alegrado saber que los alcazareños vamos haciendo a migos estupendos por la piel del toro, un abrazo

B dijo...

Eres la caña!!! Pero no puedes empezar un lunes haciendo que se nos caiga la lagrimita!!!

Aunque obviamente no hice la mili (por lo de ser chica, más que nada) tu entrada me ha traído un montón de recuerdos de cosas y gente del pasado...

Mil besos

Txema Rico dijo...

Vaya Juanra...si se entera el ministro de Defensa de la época te hace un monumento, por ejemplo "Al soldado ejemplar" o "Al militar ejemplar". No conozco a nadie que hable de la mili como tú, por algo será. Por cierto yo pensaba que el nombre de José Enrique no abundaba, ya ves, cosas mias.

Anónimo dijo...

Si te animas,cuando quieras te invito a mi pueblo eso está hecho.
Te gustará.
Mar

Anónimo dijo...

Pues yo tengo mis dudas, y si ese tal Pedro al ver el peluche se pega un susto de muerte pensando que es su pasado que vuelve a él?ya me lo imagino gritando como un poseso"socorrooooo que me persigue mi pasadoooooo"............
PD Envidia es lo que tengo de ese trastero que teneis con libre acceso, en casa de mis padres hay un garaje y cada vez que insinúo de bajar a buscar algo mi madre me mira con ojos asesinos buuuuuuaaaaa
SAX

Anónimo dijo...

Tomás dijo:
..Dices tu de mili... Bueno, menudo ejercito de seguidores, tienes... para montar tu propio cuartel, falta la parte final de la historia, y es que nos cuentes como recibirá y que reacción tendrá tu amigo cuando reciba el "gato-osito". Esto me da una idea, contare mi media-mili proximamente.. Está muy chula la historia.

JuanRa Diablo dijo...

Pues Lillu, he pensado en esas diabólicas redes que comentas para encontrar a algunos más. Como dicen que todo el mundo está metido ahí...
Me alegro de que te haya gustado.

Hola Calata, ilustre alcazareño. Esta Mar no tiene blog pero es seguidora del tuyo. Ella me enganchó enseñándome las bonitas fotos que de vuetra tierra tienes.
Un abrazo.

¿Qué tal, Bichejo? Acabo de pasar por tu blog y qué susto tan agradable.
Tendré en cuenta lo de no hacer llorar los lunes, jejeje.
Un brindis por la nostalgia!

Bueno, Txema Rico, ya sabes que me quedo siempre con lo bueno, pero ganas de salir corriendo de allí también las hubo muchas veces.
(Un nieto de tu querido Conrado se llama también José Enrique)

Mar
La gente de tu tierra ya me cae de maravilla por lo que tu pueblo me encantará.

Sax
¿Y si nos regaló el peluche porque no lo soportaba y ahora vuelve a él? No lo había pensado :P
El mes que viene huele a tumba egipcia.

Tomás
A este batallón que me sigue les doy todos los permisos del mundo para tenerles contentos.
Sí,sí, cuenta tu mili que es digna de ser leída.

Anónimo dijo...

Hola Diablo:
Que decirte.. que me ha encantado esta historia y que si mi paisano Pedro tiene solo la mitad de sensibilidad que tienes tú, la emoción que se lleve al recibir el peluche le durará el resto de sus dias.
Llego tarde para la invitación, pero como todo queda en familia me uno a la misma -Cuando quiereas JuanRa- los manchegos, por si no te lo han dicho, no somos muy abiertos , pero cuando lo hacemos, lo hacemos de corazon.
Mi casa de Alcazar está abierta para cuando querais.
Dale un beso a Mar.
Un saludo.
Rasanliz

peibol dijo...

Maravilloso, como siempre. A veces pienso que tienes a un guionista trabajando para ti, o que como buen diablo que eres, has vivido tantos años, y te has reencarnado tantas veces, que tienes experiencias acumuladas para varias generaciones, pero prefieres hacernos creer a todos que han sucedido todas en la vida de un tal JuanRa :p. Te he pillado, ¿verdad?

Un abrazo

anasister dijo...

En su dìa me hiciste una foto con el oso,gato,peluche que creì que pondrìas.Nunca sentì que mereciera tal regalo y me siento mucho mejor sabièndolo en breve en manos de su autèntico dueño.Me encantarìa conocer con detalle que sintiò al abrir ese paquete repleto de recuerdos,entre ellos aquella mascota,que tanto significaba para èl.
Muy bonito.

fotosbrujas dijo...

en tus recuerdos se mecen no pocos recuerdos, que bueno recordar
que malo añorar...
jeje
saludos brujos mozo
escelente leerte

carlota dijo...

Juanra , sería una pasada que le llevases tú mismo el peluche , total Alcazar de San Juan está ahí mismo , y hay una churreria que hace esquina que buenoooo ,pues eso juan , y ese pueblo es muy bonito .La historia muy emocionante .

Un beso

Silencio dijo...

Estoy totalmenete de acuerdo con Carlota. Deberías ir tú mismo en persona a entregárselo y así nos podrías contar cómo fue. Además, así aprovechas y te comes unos churros a nuestra salud. (Es que así los kilos los coges tú...desde el cariño, ehh)

Bsitos!

JuanRa Diablo dijo...

Rasanliz
Muy agradecido por tu ofrecimiento.
Yo pienso algo similar a lo que tú me dices: conociendo a Mar, si en la familia sois así de agradables, yo al fin del mundo con vosotros.
Un abrazo.

¡Maldición! ¡Qué perspicaz, Peibol!
Y yo, para que no se notara tanto, evitando contar el día en que descubrimos América Colón y yo...
Por pillarme te condeno a que seas el gafe de los pianistas ;)
Un abrazo.

Anasister
Recuerdo la foto que dices pero no la encontré. ¿La hicimos para enviársela a él?
Un beso desde Yecla

cuentosbrujos
Mejor disolver la añoranza en el gozo de haberlo vivido.
Gracias, brujo!

Carlota
De momento no me aventuro a tanto. No soy tan viajero como tú, pero el día que se presente, a Alcázar de cabeza!

Silencio
Mi compañera y tocaya tuya podría entregarle la caja con el peluche. Eso me ha dicho. Te mantendré informada.
Oye, no me quieras tanto que hay cariños que matan!

Fran dijo...

Te ha salido de diez Casualmente he escrito yo sobre esto de ponerse nostálgico y como tú demuestras y yo digo, de vez en cuando está bien un pelín de melancolía

Anónimo dijo...

Lo de Peibol y tu respuesta me ha desorientado, es igual, sigue escribiendo aunque sean invenciones, que tal como las cuentas son/parecen realidad, te seguiré leyendo.
Ahhhhh.... tengo yo la historia de un libro que escribió alguien muy cercano a mi y que ha aparecido despues de más de 8 años en casa de una familia a la que no conociamos sino de vista.
Saludos.
Rasanliz

Cybersurfer dijo...

Muy buenas JuanRa, te doy mi felicitación, incluyendo esta entrada y por todo tu blog. Es fantastico.

Un abrazo, un nuevo seguidor.

Por cierto, te conoci gracias a Umpi y soy testigo del hallazgo de los diablillos.

Saludos!!

JuanRa Diablo dijo...

Hola Fran
Ya, ya he visto que yo melancolío y tu telancolías también. ;)
Y sí, lo mejor es que nos demos chutes cortos, no sobredosis.

Hola de nuevo Rasanliz
Ahora el desorientado soy yo por el malentendido. Peibol me hizo su comentario en broma y yo le contesto también de broma, pero absolutamente todo lo que cuento es cierto. No me he inventado nada.
Y lo del libro cuéntamelo si quieres en mi correo. Parece muy interesante.
Un abrazo


Hola Cybersurfer. Bienvenido y muchas gracias por esta visita y por tus palabras, que me alegran un montón.
¿Tú estabas en la "cacería"? No te pierdas la próxima entrada. Te gustará.

Ripley dijo...

caray Juanra cuantos buenos momentos me hiciste recordar y que bonito post. no lo vas a creer pero yo hice la mili en el 84 no en carabanchel sino en el ejercito del aire, sí con todo mi vértigo en cuatro vientos, no muy lejos de tí. muchas de las cosas q narras me son muy cercanas, yo no cantaba pero alli descubrí un buen monton de gentes, amigos transitorios de los que no he vuelto a saber nada. creo que lo tuyo es casi un milagro. en la mili descubrí a traves de un compañero algunas de mis lecturas y autores que luego se han convertido en obligados. para mí fue toda una experiencia y recuerdo el ultimo dia tal como lo narras, alegria y tristeza al 50%. te dejo un fortisimo abrazo.

Helen dijo...

Ojalá cuando yo tenga tu edad, (q por cierto ando calculándola jaja) tenga tan buenos recuerdos de esta época de mi vida como tú.

Cuando leo tu blog me doy cuenta de que la vida se pasa volando y me recuerdas que hay q aprovecharla.Gracias.

Un beso. Muy bonita tu historia,como siempre... :P

JuanRa Diablo dijo...

Qué tal, Ripley
Pues sí, me ha sorprendido imaginarte en el ejército del aire porque ya has dado a conocer tu miedo a las alturas. Manda güebos!
Pero bueno, veo que tú también sacaste cosas positivas de la experiencia.
Me alegro de que hayas leído esta entrada. No todos pueden decir que saben de lo que hablo.
Un abrazo, amigo.

Helena
A ver si alguien va a pensar ahora que soy un anciano contando su laaarga vida. ¡Si soy un chavalín! (según para quién, claro, jejeje)
En fin, gracias por tus palabras y sí, carpe diem !
Un beso.